sábado, 23 de marzo de 2024

 No es justo

¿Qué he hecho yo para merecer esto?

 Tengo una edad, 83 años, que desde que era joven daba por supuesto que, de llegar a ella, podría disfrutar de un relajado descanso, justa compensación por lo que hice cuando mis años me lo permitieron.

Sin embargo, hasta la modestísima tarea de redactar cuatro o cinco folios sobre algún asunto que se me ocurra pertinente para compartir,  se está convirtiendo en una ocupación amarga, inquietante, perturbadora. No me refiero al efecto que pueda causar en mis lectores, sino en mi ánimo.

Cada día, no importa qué diario consulte, quién me interpele desde la pantalla, me parece que tratan de convencerme de que hay una banda de desalmados colonizando las instituciones de las que tan orgullosos nos sentíamos cuando las sacamos de la nada, entre todos. El signo político de los desalmados cambia con sorprendente facilidad, apenas acudes a una u otra fuente e información.

Hasta esa misma aventura de sacar a España del agujero en que estaba, ahora hay quien la reinterpreta en clave revisionista y arroja las peores sospechas sobre lo que de verdad hicimos, hace ya caso medio siglo.


Es una nueva epidemia

Más o menos la mitad de mis compatriotas creen que LA CULPA (en mayúsculas porque abarca cualquier aspecto de la vida) la tienen Pedro Sanchez y sus cómplices. Aproximadamente la otra mitad de los españoles culpan de lo que ocurre al ansia de poder de los que hora están en la oposición. Cada día que pasa, los unos y los otros están más convencidos de lo que les han ido contando.

En medio de este pandemonio, estoy yo, y ustedes y algunos más que de vez en cuando nos hacemos preguntas, y en días, en tardes como ésta me da por pensar que quién me manda a mí preocuparme por las peripecias del heroico Puigdemont, o por tratar de clasificar a los sinvergüenzas en función del calibre más o menos grueso de sus desmanes, o intentar dilucidar qué es menos acorde con la Constitución, si la Ley de Amnistía como asegura el informe mayoritario de los vocales del CGPJ o seguir sentado en el sillón cinco años más allá de lo que establece la misma Constitución.

Y pienso, no sé ustedes, qué es lo peor, si que sigamos descubriendo que no cesa el chorreo de golfos descubiertos con las manos en la masa, o que quienes tendrían que estar trabajando a destajo para evitar que pasaran estas cosas, en realidad estén gastando todas sus energías en denigrar al contrincante.

Hace tiempo que se nos han terminado los adjetivos descalificativos aplicables a nuestros representantes. Un matrimonio amigo me comentaba entre estupefacto y escandalizado el espectáculo de asistir en directo a un pleno del Parlamento. No sólo por tener que escuchar las groserías en las que se regodeaban los oradores, sino por el nulo interés que el discurso despertaba ente sus señorías, ocupados en sus cosas. Oyéndoles se me ocurrió que si el español medio acudiera de vez en cuando a oír a sus parlamentarios, acaso lo que viera y oyera influyera en el sentido de su voto.

Miguel Ángel Rodríguez, jefe de Gabinete Isabel Días Ayuso, antiguo Secretario de Estado de Comunicación con Aznar, no solo admite que ha difundido un bulo sobre colegas periodistas sino que amenaza a ciertos medios con "triturarlos". Reconocerlo no me suena a arrepentimiento sino a sentimiento de impunidad.

Cito este asunto como ejemplo de lo que está llegando a ser la política española. Ayer, viernes, dos políticos sobradamente conocidos, cada uno de una tendencia opuesta a la otra, reconocían que hemos llegado a un punto en que es necesario que ambos, PSOE y PP den marcha atrás. 

Resultaba asombroso oírlo; dos viceprebostes uno de izquierdas y otro de derechas confesaban que había que reducir la bronca. Faltaba la guinda. A renglón seguido dos reporteros ponían el micrófono ante sendos parlamentarios de los Partidos citados y les preguntaban su opinión sobre lo que habían dicho sus compañeros: unanimidad absoluta; palabra arriba o abajo, ambos opinaban que "el compañero tiene toda la razón: ahora a esperar a que ellos den ejemplo, que fueron los que empezaron".


¡Falta tanta mano de obra…!

Así que entre lo de M.A.R., las respectivas cacerías sobre el novio de la Ayuso y la mujer de Sánchez, los tejemanejes de ex porteros de clubs de alterne o registros en el domicilio de Rubailes, teniendo en cuenta que en las sesiones de control nadie pregunta a nadie qué medidas se han tomado para paliar la sequía en levante español, qué hay del Plan Hidrológico, en qué se ha invertido el caudal europeo que nos llegó tras la pandemia, me pregunto si no habrá llegado el momento de sugerirle a nuestros parlamentarios, a la plana mayor de los Partidos y a cuanto gurú se pasa el día tratando en encalabrinar a la ciudadanía, que echen una mano en el campo, en la construcción o en la hostelería que parece que están encontrándose con serios problemas para hacerse con la mano de obra adecuada.


Y todo este ruido ¿a santo de qué?

Cualquier politólogo titulado podría escribir un ensayo sobe el caso español. Visto desde la paticorta atalaya de un bloggero octogenario, veo dos aspectos, creo que ciertos y suficientes  para explicar la actual coyuntura:

1ª: El asombroso caso de las vidas paralelas de los dos grandes Partidos: el Secretario General del PSOE supedita cualquier cosa a lograr la ayuda de quien sea necesario para mantener sus posaderas en íntimo contacto con la poltrona presidencial.

En justa correspondencia, Don Alberto Núñez Feijoo patrocinará cualquier maniobra, sea en A Pobla do Caramiñal o en Bruselas que haga tambalear la susodicha poltrona.

El resto es retórica.

2ª Las formaciones menores, del PNV a Teruel Existe, han aprendido que el valor de un escaño depende de su utilidad para alquilarlo a quién dé más por él. 


Es increíble que PP y PSOE no hayan caído en la cuenta que una reunión, una sola, entre ambos podría poner la cosas al revés.





sábado, 16 de marzo de 2024

 Un jarrón en un casino de Tarragona


El conocido efecto mariposa

Nadie lo hubiera supuesto, pero ha pasado: una minúscula partida en los Presupuestos propuestos por Pere Aragonés, ha desatado lo que lleva camino de convertirse en el ejemplo catalán del conocido "efecto mariposa": el aleteo de un mariposa en Japón, desencadena, al cabo, un tornado en Oklahoma. 

¡Un jarrón, no sé cómo de monumental, ni de artístico, ni de imprescindible que debería haber formado parte de la decoración de un proyectado casino en Tarragona, eso ha sido todo! ERC lo llevaba en sus cuentas -ignoro de quién había sido la idea original-, los Comunes lo consideraron superfluo, los de Esquerra, erre que erre, y, al final contra todo pronóstico, los Presupuestos son rechazados.

A partir de ahí…

Pere Aragonés sorprende a la ciudadanía, a los politólogos más avezados y a los tertulianos en masa, y convoca elecciones anticipadas. Se da, pues, el requisito previo para que pueda considerarse inaugurado el efecto mariposa: la discusión sobre un jarrón para un futuro casino, es capaz de alterar el calendario electoral catalán.


En Cataluña, esta vez se vota antes

Las elecciones autonómicas, inicialmente previstas para 2025, se adelantan al 12 de mayo del 24, lo que, como veremos, además de poner en el candelero el análisis de las relaciones entre los actores del independentismo, acarrea consecuencias mucho más allá de la margen derecha del Ebro.

  • ¿Por qué suelen adelantarse las elecciones? En el caso español, dejando de lado los adelantos impuestos al Gobierno por el triunfo de una moción de censura, se supone que la decisión o está basada en aprovechar un momento en el que el Gobierno vive un idilio con el electorado y, por tanto, se espera un resultado final más favorable que el presente, (Felipe González en 1986 y 1989) o bien el Gobierno es consciente de que está en horas bajas y trata de minimizar las pérdidas (caso Sánchez en la convocatoria de las últimas elecciones generales). Traigo a colación el diálogo durante el descanso de la final del mundial de fútbol del 82, entre Sandro Pertini, Presidente de la República Italiana y Leopoldo Calvo Sotelo, presidente del Gobierno de la UCD, para exhibir un tercer motivo: porque el Presidente está harto y quiere volver a su casa. (Si es que ésa fue la razón que movió a don Leopoldo, lo que no necesariamente tiene que ser tomado como artículo de fe: en todo caso parece que el Presidente español confirmó a Sandro Pertini que también él creía que iba a perder las elecciones).
  • La realidad, los resultados, no siempre coinciden con los cálculos del convocante. En este caso ¿frenará el cambio de fecha el crecimiento de Junts que, según algunas encuestas, tiene todavía bastante recorrido por delante? Si la falta de sintonía entre los independentistas continúa ¿no podría ser el socialismo catalán, el Sr. Illa, el principal beneficiario? ¿Qué papel va a jugar el coro de actores menores, PP, Ciudadanos, Vox, Comunes o la CUP? Antes de dos meses conoceremos los resultados.


Más efectos del aleteo de la mariposa

  • Sin alharacas, sin 3xplicaciones, Sánchez da por rota la negociación presupuestaria estatal y ordena centrarse en preparar las cuentas del 2025. Nadie parece haberle recordado que la Constitución encarga expresamente al Gobierno presentar al Parlamento, anualmente, la Ley de Presupuestos. Por otra parte, se tambalea uno de los pilares que fundamentaban la recurrente declaración de que hay Gobierno para cuatro años. De momento, habrá que dar por prorrogados los presupuestos del 2023. Finalmente, es evidente que esta decisión resta capacidad de maniobra a Junts para seguir presionando a diario, con o sin amnistía: nadie va a darle nada por su apoyo a unas cuentas para cuya prórroga no es necesaria su colaboración.
  • El calendario electoral se comprime: 21 de abril, elecciones en Euskadi, 12 de mayo elecciones en Cataluña, 9 de junio, elecciones europeas. (Como para echarse a temblar: tres meses seguidos en campaña) Imaginen ahora los equilibrios para no darse un tiro en un pie a la hora de elegir socios en cualquiera de las tres citas. El PNV, por ejemplo, sólo conservaría el poder manteniendo su alianza con el socialismo. En realidad, ni siquiera eso le garantiza hoy quedar por delante de EH Bildu, que siendo también socio del PSOE en Madrid, obliga a Sánchez a medir sus movimientos al milímetro en el País Vasco, no vaya a ser que lo que gane en Vitoria lo pierda en el Parlamento de la nación.
  • ¿El 12 de mayo estarán ya los asuntos de Puigdemont suficientemente claros como para que si decide ir como candidato de su Partido, y finalmente resultara ganador, solo o en coalición, no se haya riesgo  de que tropiece con problemas judiciales? ¿Cuándo terminará la tramitación de la Ley de Amnistía? Dados los precedentes de heroísmo del fugado ¿Se arriesgaría a competir en Cataluña si existe para él el menor peligro? Todo es posible: en las actuales circunstancias puede jugar la carta del riesgo y convertirse en recluso, es de suponer que por poco tiempo y tratar de sacarle partido a su tardío heroísmo. No es que me preocupen las cábalas del prófugo, pero ¿no podría volver a poner contra las cuerdas al Presidente Sánchez?

En resumen: los efectos del aleteo del jarrón del casino pueden continuar.


La decencia de la mujer del César  y la del novio de Cleopatra

El lodazal pestilente en el que se está convirtiendo el juego político en España alcanza a diario cotas impensables apenas hace un decenio.

La última moda parece ser el haber levantado la veda sobre los familiares o casi familiares de los políticos. Me explico: Los deudos de nuestros gobernantes tienen, se supone, los mismos derechos y deberes que los que no tenemos ningún pariente en el poder. De manera que no están a cubierto de la acción de las fuerzas del orden y del poder judicial si su conducta les lleva a moverse por terrenos resbaladizos. 

Correlativamente, quien está desempeñando un cargo público debería tener la seguridad de que una conducta reprobable de su hijo, de su cuñada o de su amigo favorito, no va a suponerle a él, ningún quebradero de cabeza, ningún problema de orden político, salvo que se dé la circunstancia de su somplicidad.

En este fregado, para tratar de ser igualitarios, aspirantes a imputados, fiscales lenguaraces, y gacetilleros avispados, andan a la par y, ¡cómo no!, estamos ante otro caso más con mascarillas que van y vienen, y con empresas sanitarias surgidas de la nada, como telón de fondo; lo que viene a reiterar que la desgracia colectiva suele ser el agua revuelta en la que pescan gentes con pocos remilgos. 


El novio de Dª Isabel

Según los medios, la Agencia Tributaria (desagradable organismo, me temo que imprescindible, pero antipático donde los haya, aquí y en Mongolia), anda tras los pasos de ciertos negocios del novio de Dª Isabel Díaz Ayuso. Podría enfrentarse a la acusación de haber defraudado 360.000 euros y de haber incurrido en falsedad en documento público.

Partiendo ¡cómo no! de la presunción de inocencia, me temo que casos parecidos menos o más importantes, son el material con el que trabaja la Agencia de marras. Empresarios, artistas, deportistas de élite… Cada cierto tiempo nos enteramos de quién es el último famoso que está en dificultades. Luego, pasa el tiempo y excepcionalmente nos enteramos de que algún presunto defraudador, Xavi Alonso por ejemplo, tenía razón y que quien había actuado mal era el Fisco.

¡Ah! pero este caso es distinto: la novia del presunto defraudador es la Presidenta de la Comunidad de Madrid, así que a las huestes sanchistas les ha faltado tiempo para pedirle a don Alberto que la arroje a las tinieblas exteriores. No tiene mucha lógica, pero así está pasando.

Hay algo que me ha llamado la atención, aunque no demasiado porque la doña es como es: además de afirmar que no le ha extrañado nada porque bien claro tenía que iban tras ella desde hace cinco años (políticamente se entiende), afirmó que su novio era inocente, lo que se compadece mal con lo que según la prensa ha hecho el abogado de su pareja: admitir los hechos, reconocer la culpabilidad del galán y tratar de llegar a un acuerdo rápido con la Agencia Tributaria.

El asunto, trivial en sí mismo, un contribuyente ve cómo Hacienda le reclama tal o cual cantidad, lleva camino en convertirse en serial político con varios frentes. ¿Quién tiró la piedra? ¿No se habrá excedido alguien en sus prerrogativas hablando antes de tiempo?


La mujer de Pedro Sánchez

 Estaba cantado ¿Que el novio de la Ayuso anda en la cuerda floja y los sociatas están metiéndose con ella? ¡A por la mujer del Presidente! En este caso no hay caso por el momento: quiero decir que el punto de partida es un trabajo periodístico del que hasta ahora no  hay repercusión ni en informes policiales, ni en pesquisas de la fiscalía. 

¿Qué más da? ¿No estamos hablando de la esposa del Presidente? Esta carencia de "papeles", en la mejor tradición conspiranoica, es la primera y mejor prueba de que hay gato encerrado, así que, a partir de ahora, quizás lo aconsejable es que los tertulianos se repartieran los días y hablaran de él (el novio) o de ella (la esposa) por turno. 


Elementos comunes en ambo casos

  • Confundir las churras con las merinas, nadie ha probado nada hasta ahora y, sobretodo, en ambos casos la pieza a cobrar por los maledicentes, no son los implicados sino sus parejas. Meterlas en la lucha política es una bajeza, y si se da en los dos Partidos, dos bajezas.
  • Por supuesto, la tesis PP es que dónde va a parar lo que han hecho una y otro. La del PSOE es la misma pero al revés; ambas dan por descontado que el público no capta la sutil coincidencia. 
  • Unos y otros están dispuestos a utilizar la familia como arma de combate y esto es otro escalón más que estamos descendiendo ¿Es que no teníamos bastante con haber convertido el Parlamento y el Senado en las sedes de sendos concursos de frases insultantes?










 




sábado, 9 de marzo de 2024

 Una pelea entre abuelos

El Imperio es así

Gente pintoresca los norteamericanos. Usos y costumbres extraños que, por la fuerza de los hechos, que viene a ser la fuerza de la fuerza, va contagiándose a todas las provincias del imperio. Cuando lo de Roma, fue igual y me temo que cuando en las tierras de España no se ponía el sol, lo mismo.

Pintorescos, como decía. Por ejemplo, eligen Presidente una vez cada cuatro años, contra viento y marea y a fecha fija; el primer martes, después del primer lunes de noviembre. Esta vez, este año, el 5 de noviembre. Hasta aquí, todo normal. Puede hacerse de otra forma, pero ésta es tan buena como otra cualquiera y mejor que muchas.

Hablo de estas cosas, y de otras que iré exponiendo, porque desde mi punto de vista, para ustedes, para mí, para cualquiera de los habitantes de las provincias del Imperio, podría resultar más importante en su vida real, quién acabe siendo el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, para por ejemplo, poder vender una parte de su cosecha de aceitunas, que cuál sea el Alcalde de su pueblo. 

No se trata sólo de nosotros, no: el devenir de la guerra de Ucrania, las relaciones, por llamarlas de alguna manera, entre judíos y palestinos, el precio del gas, nuestras exportaciones de productos agrarios o de los derivados del cerdo pueden depender de quién acabe en el tópico "Despacho Oval".


Pero, fíjense:

  • El último año de cualquier mandato presidencial, se dedica a la campaña electoral; incluso cuando se trata del segundo y último mandato. ¡La cuarta parte del mandato! Las decisiones que se toman por el Presidente durante la campaña, ya sean de orden interno o internacional, necesariamente se toman con un ojo puesto en lo que haya de pasar ese decisivo "primer martes después del…". Eso implica la no necesaria relación entre la política prometida por el Presidente y la que acaba llevándose a cabo. 
  • "El Supermartes", que, por cierto ha sido el de esta semana. Hito tan trascendental en el imaginario popular USA como "El Día De La Marmota" o más. Entender el sistema electoral norteamericano no es tan sencillo. Un auténtico galimatías: por un lado, la mayor parte de las normas electorales no son federales sino estatales. O sea que bien pudiera ser que las reglas de Carolina del Norte no fueran las mismas que las de Carolina del Sur. Por otro, hay además margen para que los propios Partidos establezcan también sus reglas. Así que en tal Estado, funcionan los caucus como asamblea del Partido en la que se admiten a no afiliados, en otros como un tea party, y en un tercero como asambleas al modo tradicional. Y estamos en la fase previa en la que cada Partido elige delegados que decidirán… Lo dejo aquí, porque no es mi intención convertirlos en expertos en el sistema electoral gringo. En esta ocasión, como estaba previsto, el supermartes ha dejado en la carrera a sólo dos atletas: Biden y Trump
  • Luego está el espinoso asunto de la mentalidad de los lectores. (Hablo de la mentalidad, no de la ideología) Lo que podemos considerar valores medios consolidados en el elector estadounidense. Todos recordarán que a Bill Clinton a punto estuvieron de mandarlo a su casa por el asunto de Monika Lewinsky; un asunto espeso, procaz, de pésimo gusto, estrictamente privado que, curiosamente ni siquiera acabó con el matrimonio de los Clinton. Ahora, hoy, en cambio,  es más que posible, seguro diría yo, que una inmensa masa de los votantes de Donald Trump no le hagan el menor reproche por sus problemas judiciales, que afectan a su relación con el fisco, con agentes de potencias extranjeras y hasta bordean el intento de golpe de Estado. 
  • Y es que, inmigrantes de primera o tercera generación al margen, los norteamericanos vienen de donde vienen y llevan con ellos los valores que traían en la mochila "Los Padres Fundadores" cuando desembarcaron del May Flower, una caterva de puritanos fundamentalistas expulsados de Inglaterra por fanáticos e intolerantes. Y, por otra parte, ni Manhattan es Nueva York, ni Nueva York es USA. Hay una América profunda, como hay una España profunda, y, supongo, una Turquía profunda, (en San Marino o Luxemburgo, resulta más difícil) guardianas todas ellas de las tradiciones, de los valores históricos, que opera como recordatorio y como freno.


La gran cita de noviembre: dos abuelos frente a frente

Creo que fue en tiempos del Presidente Gerald Ford, cuando se hizo popular aquello de que "la prueba de que en los Estados Unidos cualquiera puede ser Presidente, la tenemos en su Presidente".  En USA, país de contrastes, se puede pasar de unas elecciones entre los dos candidatos más jóvenes de la Historia (de su historia, se entiende), la del año 1960 entre Richard Nixon (47 años)  y John F. Kenneddy (43), a otras, las de este año entre los dos púgiles más ancianos. Joe Biden, que "defiende el título", con 82 años y Donald Trump, que intenta recuperarlo, con 78. Que a simple vista la diferencia parezca ser mayor, no modifica lo esencial: casi medio siglo más tarde, sigue siendo cierto que cualquiera puede aspirar a la Presidencia.

Las próximas elecciones, sin embargo, reúnen características más importantes que la edad de lo candidatos.

  • La primera y más llamativa, es el alto número de votantes que en cada uno de los dos Partidos, no les gusta su candidato. El ala moderada del Partido Republicano abomina de Donald Trump, de su aventurerismo, de los riesgos que lleva aparejada su visión de las relaciones internacionales, de su tendencia al aislacionismo, de sus poco recomendables amistades internacionales, de su nada edificante historial judicial. Tampoco Joe Biden entusiasma a los demócratas: a sus cuestionables condiciones físicas y hasta mentales (sus llamativas y frecuentes equivocaciones), sus vacilaciones, la distancia enorme entre su programa y lo que ha puesto en práctica, y, ya en los últimos tiempos, el asombroso acercamiento real a los postulados de Trump en materia migratoria, lo que ha llevado a su rival a extremar más aún su programa electoral. Lo que no quiere decir que estos descontentos de uno y otro signo vayan, al final, a votar por el candidato del otro Partido.
  • Uno de los aspirantes, Donald Trump, empresario de éxitos y fracasos sonados, es, sin duda, un líder; es decir, alguien capaz de arrastrar a las masas tras de sí, diga lo que diga y haga lo que haga. Esa condición no equivale a ser portador de una teoría política estructurada, racional, coherente; nada de eso, ser líder es, simplemente contar con un don que encadena a su peripecia a una gran cantidad de seres humanos, dispuestos a creer en él por encima de la evidencia de las pruebas que hagan de él un sujeto poco recomendable. (Hannah Arendt estudia en profundidad el fenómeno en "Los orígenes del totalitarismo"). Los seguidores de Trump tienen fe ciega en él y contra eso no hay razón que valga. Inauguró un modo nuevo de gobernar, vía twiter; simultaneó los negocios inobiliarios, la política y la organización  concursos de belleza y despreció la verdad. The New York Times, publicó un editorial cuando, según el periódico, su cuenta de twiter alcanzó las 1.000 mentiras: su popularidad se mantuvo inalterada.
  • El otro, Joe Biden, en las antípodas, es un hombre nacido y desarrollado en el mundo de la política. Un producto típico del establishment. Tiene el aspecto de un probo funcionario, entre jefe de negociado del Catastro y subdirector de infraestructuras del Ministerio de Asuntos Varios. Sin embargo, pese a su carencia de atractivo, su currículo (búsquenlo si les pica la curiosidad) es largo, denso y polifacético y, en honor a la verdad, sus ideas eran bastante lógicas dentro de lo que se espera del centro del Partido Demócrata. Lástima. muy pocas se han convertido en realidades. En clamoroso contraste, algunos episodios de su vida privada dinamitan esa plácida estampa de abuelete bondadoso y ya un poco gagá: hasta ocho mujeres, han acusado a Biden de manoseos inapropiados. De hecho, en pleno auge del movimiento Me Too, quizás para curarse en salud, Joe Biden publicó un video en el que decía que entendía que su historial no era algo apropiado pero que había aprendido y que los tiempos han cambiado.

No son el único ejemplo, luego citaré el caso español, pero tengo para mí que esas zonas de desafección, podrían llegar a ser un caladero de votos para el otro competidor. Quiero decir que allá por noviembre muchos estadounidenses estarán planteándose votar contra Trump, es decir, hacerlo por Biden, porque les disgusta menos. Como ocurrirá lo mismo en el caso contrario, espero que no me pidan un anticipo de cuál será el saldo final.

¿El ejemplo español? Pedro Sánchez y Vox. 



P.D. Permítame terminar con cuatro noticias dispares, con su punto de sano surrealismo, cazadas al azar el mismo día en cuatro diarios españoles de tirada nacional. Buen fin de semana.

  • Los jueces también quieren insultar en internet, pero a ellos les puede salir mucho más caro (El Confidencial  5–3)
  • ¿1.900 dólares por tener sexo en un avión? El auge, los riesgos y el negocio de copular en las alturas (El País 5-3)
  • Un sanitario fallece tras recibir una patada en los testículos en un hospital de Madrid: "Nunca le atendió un médico". (El Mundo 5-3)
  • La parroquia católica de Gaza deja de celebrar la misa de tarde para ahorrar hostias (El Debate, 5-3-24)







sábado, 2 de marzo de 2024

 Las vueltas que da la vida

El Presidente Sánchezha tenido pocos años buenos

Pedro Sánchez accedió por primera vez a la Presidencia del Gobierno gracias a la corrupción. No a la suya, se entiende, sino a la que, según declararon probado nuestros tribunales, carcomía las entrañas del Partido Popular.

Hace ahora poco menos de seis años, una moción de censura acabó con el Gobierno de Mariano Rajoy. Por muy constitucional que fuera aquella maniobra, que ya antes otros habían intentado sin éxito, gustó tan poco a los perdedores y a sus amigos de Vox que a partir de entonces consideraron a don Pedro un "okupa". 

En enero del 2020, con sus votos y los de una amplia gama de formaciones de izquierdas, nacionalistas e independentistas, mantuvo su puesto de Presidente al frente de un Gobierno de coalición con Unidas Podemos. Es posible que el triunfo hubiera obrado como somnífero y que ya no le quitara el sueño la cohabitación con Pablo Iglesias.

Después, tuvo que hacer frente a los efectos de la pandemia, a las consecuencias de la guerra de Ucrania y a los constantes desplantes de sus socios de gobierno.

Pese a todo, cuando la mayoría de los pronosticadores le daban por perdedor, cuatro años después, logró sacar adelante su investidura con los votos de lo mejor de cada casa. Si al anterior Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba lo llamó "Gobierno Frankenstein", no se me ocurre cómo habría bautizado al actual, con Podemos ya en el Grupo Mixto, sustituido como socio por doña Yolanda y esa formación, "Sumar", que hasta ahora no ha logrado alcanzar los niveles de aceptación popular que llegó a tener Podemos.

La legislatura ha estado pendiente de un hilo desde el primer día. Exactamente desde que se supo que el Presidente, primero que estaba dispuesto a otorgar la amnistía a los implicados en el procés a cambio de sus siete votos, segundo que los términos del acuerdo contenían, en la práctica, una declaración de guerra al Poder Judicial y tercero que, visto el resultado, el prófugo decidió seguir pidiendo y pidiendo, y, como aviso a navegantes, a las primeras de cambio aquellos siete diputados de Junts, votaban contra el Gobierno, nada menos que cuando se trataba aprobar la Ley de Amnistía. Las últimas informaciones dicen que ERC y Junts "acercan posiciones". No se sabe si para aproximarse al PSOE o para alejarse de él.


Y, de pronto… La corrupción ataca de nuevo

Con todas estas cosas, parecía medio olvidado el tufillo a choriceo que tanto y durante tanto tiempo había sido el caldo en el que se cocían los escándalos de tirios y troyanos. Hasta el "y tú más" parecía una cantinela pasada de moda.

¡Ya! No voy a entrar en detalles que la prensa y las pantallas nos suministran. De nuevo hay caso; caso jugoso con primeras figuras implicadas y con la sospecha o la posibilidad de que todavía falten muchas cosas por saber. ¿Habrá también en el caso Koldo un "Míster X"?

En resumen: uno de los más fieles escuderos de Sánchez, alguien que estuvo a su lado cuando se enfrentó a la organización del PSOE y acabó alzándose con el santo y la peana, un hombre que llegó a Secretario de Organización del Partido, el número dos en realidad, y a ser uno de los más poderosos Ministros, estaba relacionado con una trama de corrupción que se extendía por todo tipo de organismos y territorios. (Una trama particularmente odiosa: los implicados habían hecho fortuna con la enfermedad y la muerte de sus compatriotas). 

El Partid le pide el acta de diputado, pero Ábalos planta cara, se exilia al Grupo Mixto (el PSOE, por tanto, pierde un diputado) y empieza a conceder entrevistas a troche y moche. Lo que va diciendo no es tan sustancial como lo que deja entre líneas: un aviso a los que están al tanto de lo que tiene que saber alguien como él.


La corrupción no es pecado original consustancial con ninguna ideología en concreto

Supongo que don Pedro estará recordando a diario por qué puerta llegó él la primera vez a La Moncloa. Haría bien en no equivocarse ahora.

  • Por una parte, lo creo convencido de que Alberto Núñez Feijoo no está en condiciones, ¡ya le gustaría!, de presentar la correspondiente moción de censura. No por él, sino porque, de momento, la ayuda que recibiría de Vox operaría como un antídoto ¿Qué otros grupos, Unión del Pueblo Navarro aparte, votaría contra él?
  • El riesgo de error que estamos empezando a ver en Sánchez y sus corifeos, es retomar el argumentario de antaño, volver al impresentable "y tú más" del que hablaba antes y no ser conscientes de que los escándalos de corrupción achacables al Partido Popular, "trama Gurtel" y otras zarandajas, ya están amortizados: el precio que pagaron los populares fue la pérdida del Gobierno. Eso es lo que hizo pasar página; eso es lo que no debería olvidarse.
  • Más aún: podría volverse en contra de quien lo use como herramienta de combate, así es que no confundan el valor de una réplica parlamentaria ingeniosa, con la opinión pública.


¿En qué punto nos encontramos?

A mí me parece que las barrabasadas de Koldo y su mariachi no son lo más importante. Su único valor práctico es lo que policial y judicialmente pueda sacarse de la investigación de sus fechorías a la hora de completar la nónima de sinvergünzas. Cuando llegue el momento se sentarán ante los jueces y recibirán  el pago por lo que ellos creían que habían ganado mientras el país temblaba

Los elementos que de verdad cuentan, son otros, por ejemplo

  • Lo que haya estado haciendo José Luis Ábalos antes, durante la pandemia, y ahora, en estos momentos ¿Cuál fue su papel exacto en la pandilla mascarillera? Estamos en presencia de un caso que si atendiéramos sólo a su cuantía es un asunto menor comparado con otros grandes escándalos, pero que, por el contrario, tiene una dimensión política que podría llevarlo a ocupar lugares de privilegio en la historia de la corrupción. Cuenta el momento y cuentan los autores,
  • Me llama la atención la endeblez de los argumentos del exministro para defender su decisión de no entregar el acta de diputado. Más allá del evidente resultado de mantener intacta su condición de aforado, el resto ("equivaldría a una confesión de culpabilidad", "yo no estoy investigado", "no hay nada contra mí") son pamplinas incapaces de contrarrestar el nefasto efecto político que su actitud está teniendo sobre su Partido.
  • ¿Hasta dónde llegarán los contagios? CC. AA. entonces gobernadas por los socialistas, Baleares y en menor medida Canarias, aparecen entre los organismos implicados, ya veremos a título de qué. En el momento en que se produjeron los hechos, Baleares estaba gobernada por Francina Armengol: la tercera autoridad del Estado. 
  • El cese de José Luis Ábalos, posterior a las fechorías de Koldo, nunca fue explicado por Pedro Sánchez. La oposición especula con la posibilidad de que fuera el haber conocido el asunto el Presidente, lo que determinara el cese del ministro. De ser cierto, también Pedro Sánchez estaría en entredicho.
  • Doy por hecho que a nadie le extrañará la fruición con la que los voceros de la oposición se han lanzado sobre la posible presa. Lo que quiero decir es que, para el PP, han sido muchos años oyendo día tras día las lindezas que se decían sobre su facilidad para corromper y ser corrompidos. Que nadie espere ahora benevolencia por su parte.
  • ¿Cuál es la última trinchera que Sánchez puede considerar fiable? ¿Sus propios socios de Gobierno seguirán a su lado? ¿Cabe esperar lealtad de la totalidad de sus apoyos de investidura? ¿También del dúo Montelarra? ¿El inefable profesor Iglesias se resistirá a tomarse la revancha?


Sin carácter de profecía, pese a lo que antes dijera, dudo de si en una hipotética moción de censura  media docena de votos de los que ayudaron a Sánchez a ser Presidente no podrían cambiar ahora de sentido. Repasen, descarten,  sumen y saquen sus conclusiones.