sábado, 21 de diciembre de 2013

Hágase la luz
 (y aparecieron "las eléctricas")
Cuando Dios estaba inventando el mundo.
    Para mí que la intención del Creador era, nada más, inventar la luz, y, como el aire o el agua, hacerlo con la generosidad suficiente como para que hubiera para todos. En aquel momento no parecía muy difícil, porque la idea no era poblar La Tierra con miles de millones de cegatos frioleros que hubieran de necesitar luz por las noches y calefacción a todas horas, lo que ocurre es que las cosas no salieron como estaban pensadas. Por una parte, El Hombre (y La Mujer, desde luego, que no quiero yo que me tachen de sexista) se liaron a multiplicarse como si no tuvieran mejor cosas que hacer; por otra, alguien subcontrató el servicio de la luz y aparecieron "Las Eléctricas". También éstas crecieron en número y en poder como setas y en poco tiempo pasaron de ser empresas de servicios a organizaciones que tenían a su servicio a los Gobiernos.

    Y en ésas estamos, cuando en un rincón pintoresco del Planeta se han producido acontecimientos que tienen perplejos a los ciudadanos, también llamados usuarios, clientes, o más propiamente, súbditos de "Las Eléctricas".

Sólo los hechos, no vaya a ser que se me acuse de demagogo, o, lo que es peor, de enemigo de "Las Eléctricas", como si yo mismo no necesitara de la electricidad.

Acontecimientos resumidos, relatados por orden cronológico.

1º.- Un tal Soria, Ministro de la Cosa, anuncia que, lamentablemente, el Gobierno no va a poder ayudar a "Las Eléctricas", con una partida de 3.600 millones de €, creo recordar, por aquello de cumplir con el déficit prometido a la Señora Merkel, o a Europa, que para el caso es lo mismo.

2º.- Para tranquilidad de todos, el Ministro de la Cosa, añade algo así que no cree que eso se traduzca en incrementos de los recibos a pagar por los Súbditos, porque "están buscando fórmulas para evitarlo". Las fórmulas, por mucho que se busquen, no siempre se encuentran, que son muy suyas y  a veces se esconden, de manera que el tal Soria, se cura en salud y bajando el volumen de la voz y como quien quiere irse para su casa cuanto antes, añade que "si han de subir, lo harán un 1 o 2 % como mucho". (Los súbditos, en su subconsciente, se hacen a la idea de una subida del 2'9 %, o sea, algo así como tres veces la inflación deseable).

3º.- "Las Eléctricas", que como su nombre indica son más de una, aunque tengo la sospecha de que son una especie de Trinidad Energética, a saber, Varias Empresas Distintas y un sólo Predador Verdadero, primero se rasgan las vestiduras por el impago de los 3.600 milloncejos, pero acuden acuden puntuales a un invento que se llama "subasta de no sé qué", donde se fijan los precios que hemos de pagar los súbditos si queremos darle al interruptor y que se haga la luz. ¡¡¡Sorpresa!!! los precios suben como la espuma, las tarifas se disparan y se anuncia que en enero, el recibo de la luz será entre un 10 y un 11 % más caro.

El día de después.

El Ministro de la Cosa declara que él no tiene la culpa, que no lo esperaba y que no se siente responsable. Estoy de acuerdo: todo indica que es un irresponsable.

El representante de "Las Eléctricas", con un gesto entre asombrado y molesto, dice que lo ocurrido es una mera consecuencia de las Leyes de la Oferta y la Demanda, que está haciendo frío, (cosa, añado yo, no demasiado infrecuente por estas fechas) que no corre el viento, que por qué no le preguntamos a los demás agentes que intervienen en la fijación de los precios, y que no tenemos ni idea de cómo se establecen los precios de la energía. También estoy de acuerdo: Una de las cosas que mejor hacen  "Las Eléctricas" es escamotear a los paganos de dónde salen las cifras que nos endosan.

La prensa Libre (libre, dentro de un orden, no se me alarmen) y las Cadenas de Televisión (tan libres como la prensa) informan de que el precio de la energía en países punteros de Europa, Alemania y Francia, por ejemplo, soporta más impuestos que la española, pero, pese a todo, es más bajo. No hay estadísticas al respecto, pero más de un súbdito eléctrico empieza a pensar que le están tomando el pelo. Hay quien creé que le están robando desde hace años, pero extremistas hay en todas partes.

Se sigue hablando del déficit tarifario, pero nadie explica de dónde viene, adónde va, y cuánto costará y durante cuanto tiempo, terminar con él, si es que hay que hay que hacerlo, que tampoco se nos ha explicado. Otra curiosidad: Francia, Alemania y nuestros socios comunitarios no saben en qué consiste el misterio del déficit tarifario. 

El Jefe del Ministro de la Cosa, toma cartas en el asunto, anula la subasta (manda anularla, que no se ocupa él de tales menudencias) y con medias palabras viene a decir que lo del 10 u 11 % le parece un despropósito, que su Gobierno no lo va a permitir y que antes de Enero sabremos cuánto subirá el recibo. 

    O sea, para que no queden dudas: nos pongamos como nos pongamos, la energía subirá. ¿Cuánto? ¡Ah!, no se sabe, pero ¿alguien apuesta algo conmigo a que más de lo que dijo el Ministro de la Cosa al principio del cuento?, o sea, cualquier cantidad por debajo del 10 % se consideraría una buena gestión del Gobierno. ¿Qué no? Tiempo al tiempo) Saldrá Soria, y saldrá algún portavoz que otro y dirán que la gestión del Gobierno es fabulosa y que si no se ha hecho más, la culpa la tiene Zapatero.

La parábola del violador bondadoso.

    Cierta noche oscura como boca de lobo, una joven e imprudente pareja, deambulaba confiada por solitarios parajes del extrarradio, cuando se toparon con dos desalmado que, armados hasta los dientes, inmovilizaron a los aterrorizados jóvenes.

    Uno de los delincuentes, conocido en los medios del hampa como "El Kilovatio", les hizo saber que primero les robarían hasta el último céntimo, que después violarían a la muchacha, y que de fin de fiesta, si alguno protestaba, lo harían picadillo. El compinche, que atendía por "El Gobernante" por el momento no dijo esta boca es mía, Cosa rara porque, quienes lo conocían, decían que si algo le gustaba al chorizo aquél, era hablar a todas horas. 

    Depositaron sus bienes los cuitados sobre el capó de una furgoneta que allí estaba y arrancaron a llorar como niños, momento que aprovechó "El Gobernante" para hacer un aparte con "El Kilovatio", Al cabo del cual se llegó donde lloraban los que ya se veían esquilmados, violados y hasta fallecidos y les anunció con una sonrisa de oreja a oreja, que esa era su noche de la suerte porque había convencido a su socio de que nada más se limitara a robarles.

    La pareja se marchó feliz y contenta, comentando la suerte que habían tenido de encontrarse con alguien tan convincente y de tan buen corazón como el de quien había intercedido por ellos. Mientras los veían alejarse, "El Kilovatio" y "El Gobernante" se repartieron el producto del expolio, seguros de que el negocio iba a durar muchos años.

    Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.








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