martes, 8 de diciembre de 2015

Me han dormido con todos los cuentos

Me han dormido con todos los cuentos. (León Felipe)

El tiempo de las grandes promesas.

  Pocas ocasiones nos brinda nuestra muy imperfecta democracia para ejercer el papel de ciudadanos. Dentro de poco más de una semana, llega una de ellas: las Elecciones Generales que renovarán los Poderes Legislativo y Ejecutivo.

    Es el tiempo en el que el sufrido contribuyente se ve asediado por tierra mar y aire con los mensajes, la propaganda, las promesas de quienes aspiran a hacerse con su voto. Es el tiempo en el que varias veces al día, cada uno de nosotros siente el deseo de apagar el televisor y hacer cualquier otra cosa.

    Por si fuera poco, un modesto blogero como yo, parece insistir en el mismo vicio y amenaza con hablar del 20 D. Es cierto, pero pierdan cuidado: si consigo lo que pretendo, no voy  sugerirle el sentido de su voto sino, nada más, reflexionar sobre algunos puntos previos que tal vez puedan resultarle de utilidad.

    Es más que posible que mi empeño no sirva de nada porque usted ya tenga decidido a quien votar. Aunque no lo sepa, incluso aunque presuma de lo contrario, usted, como cada hijo de vecino, como el Burgués Gentilhombre de Molière, que hablaba en prosa sin saberlo, tiene ideas políticas y suele votar de acuerdo con ellas. No obstante...

Dónde estamos.

Somos, nada más, un pequeño territorio, dentro de una de las provincias, Europa, más significativas del Imperio. Aunque usted no lo crea, su vida puede verse más afectada a plazo medio y largo por decisiones del Fondo Monetario Internacional (controlado por su principal aportador de fondos, USA) que por el número de escaños que obtenga ese Partido en el que usted está pensando.

Es decir: hágase a la idea de que sea cual fuere el resultado el día 20 no va a haber transformaciones espectaculares a su alrededor, porque los futuros gobernantes llegan a sus despachos con la mayor parte de su futuro hipotecado. 

Anímese pensando que esto es así en todas partes. Ni Obama ha podido cerrar Guantánamo, ni Sipras dejar de cumplir sus compromisos. Ese tipo de cambios que hay quien promete, sólo se logran después de un Revolución y dudo de que en estos momentos, eso sea posible.

Lo único que usted y yo podemos hacer (tal vez pudíéramos hacer más, pero es para entendernos) es votar según nuestras preferencias, cruzar los dedos y esperar que una parte, sólo una parte, de lo que nuestro candidato  prometió, quiera, sepa y pueda ponerlo en práctica.

Cómo no elegir al destinatario de nuestro preciado voto.

- Por lo que se dice en los mítines.
    Es más, le aconsejo que no pierda el tiempo yendo a ninguno. La finalidad actual de los mítines no es informarle a usted de lo que va a pasar, sino enfervorizar a quienes ya han decidido votar a favor del orador, reunir la mayor cantidad de público posible, y que esas imágenes y tres o cuatro frases seleccionadas salgan horas más tarde en los noticieros de televisión.

- Por lo que ves y escuchas en televisión.
    Y eso vale, incluso, cuando lo que estás viendo es un debate entre candidatos o entre candidatos y ayudante. 

    En todos los casos, pasa algo parecido a lo que comento de los mítines, con una variante: ya no sólo se trata de halagar las pasiones de los convencidos, sino de influir en los indecisos, luciendo habilidades dialécticas que no siempre tienen algo que ver con los programas electorales y casi nunca con las capacidades ejecutivas del aspirante.

- Por lo que dicen las encuestas.
    Estoy seguro de que en España hay entidades capaces de ejecutar encuestas con todas las garantías científicas necesarias como para que los resultas fueran solventes. Solventes desde el punto de vista de la estadística, nada más. Entonces ¿Por qué una y otra vez se equivocan tanto?

    Por una parte, el mismo fin de semana, hasta cuatro diarios diferentes publican los resultados de otras tantas encuestas encargada por el periódico. Los resultados no sólo son diferentes sino que, sospechosamente, favorecen al Partido por el que el diario que pagó la encuesta muestra inequívoca preferencias y perjudican a su más distante contrario. Curioso ¿verdad? Tal pareciera que cuando se encarga la encuesta se encargara también el resultado.

    Por otra, la mejor encuesta posible sólo indica lo que piensa el encuestado, y por extensión, si la muestra guarda todos los requisitos, lo que opina la población tal o cual día, que, a veces está a más de un mes del día de las elecciones. 

  No es lo mismo, por último, contestar un encuesta que meter el voto en la urna. En el primer caso puede no decirse lo que de verdad se piensa. El segundo es más sencillo: todo el mundo sabe votar.

Cómo elegir, pues.

- Lea
    Lea los programas en su versión original, es decir, según los publican los Partidos en sus páginas de Internet y no haga demasiado caso de lo que las redes sociales dicen que dicen los Partidos, porque he verificado que en muchas ocasiones son verdaderos infundios, lindantes con la calumnia.

    Sea consciente, no obstante, de que eso, leer un programa, no es más que una pista, porque gane quien gane, jamás, ni aquí ni en Dinamarca o Filipinas, podrá cumplir lo que prometía. Ni siquiera es mala fe, es, nada más la distancia que hay entre la Carta a los Reyes Magos y lo que te encuentras el día 6 de Enero sobre tus zapatos

- Recuerde.
    Recuerde y compare. Recuerdo lo que hizo, lo que está haciendo tal o cual Partido allá donde ostenta el poder y compare con lo que dice que va a hacer si gana las elecciones.

    Por supuesto que el arrepentimiento y el propósito de le enmienda existe, pero tiendo a pensar que, como dice el refrán "La zorra cambia los dientes, pero no las mentes", o aquel otro de que "quien hace un cesto, hace ciento".

    No quiero poner ejemplos, porque a usted se le van a ocurrir una docena al menos. Piense en la corrupción, en los servicios sociales, en las libertades civiles, en las relaciones internacionales, en lo que quiera y compare comportamientos conocidos y promesas.

Céntrese en los grness problemas.

 porque ningún Partido va a coincidir al milímetro  con su forma de ver España, y, si eso es así, habrá que elegir, si es que decide votar, al que menos se aleje de su propio punto de vista. No se ofenda, ni crea que pongo en duda su capacidad de elegir. Le adjunto una especie de test para ir verificando hasta dónde llega su grado de identidad con este o aquel Partido.

-  La Constitución. ¿Hay que cambiarla o no?  Si es que sí  ¿Cómo resuelve ese Partido las siguientes cuestiones?
 -  ¿Monarquía o República?
 -  ¿Estructura territorial centralizada, Estado de las Autonomías o Estado Federal.
 - Si opta por el sistema territorial actual, ¿mantiene el reparto de competencias, lo modifica para dar mayor poder a las Autonomías, o para reducírselo? 
  - ¿Mantiene el Senado con su composición numérica, propone reducirlo y cuánto, o eliminarlo?
  -  Relaciones Iglesia-Estado: ¿mantenimiento del status quo, Estado laico, o confesional?
  
-  Sistema electoral: mantenimiento del actual u otro distinto, y en su caso, cuál.
  -  Listas de candidatos ¿cerradas o abiertas?
 -  En el segundo caso ¿Abiertas dentro de la lista que propone el Partido o abiertas con la posibilidad de incluir candidatos de otros Partidos?
 - ¿Mantenimiento del sistema actual de Gobierno por la lista que más apoyos parlamentarios consiga, o Gobierno por la lista más votada?
  -  En ste segundo caso, ¿Gobierno por lista más votada sin mayores requisitos o segunda vuelta electoral?
 -  ¿Sistemas alternativos, tales como circunscripciones electorales unipersonales o elección del Presidente de Gobierno por elección directa de los ciudadanos?

-  La vida de los políticos.
 -  Se propone o no revisar las condiciones de vida de los cargos públicos, sueldos, durante y después de sus mandatos, requisitos para tener derecho a pensiones, etc.
  -  Se proponen o no medidas para controlar de forma transparente cuestiones tales como dietas, viajes y otras gabelas de nuestros representantes.
  -  Se propone o no la eliminación/reducción de la figura del "aforado".
 - ¿Se propone la modificación del Reglamento del Parlamento y, en su caso, en qué sentido?

- La Justicia
 - Gratuita, gratuita para quien lo necesite, o siempre pagada.
 - Mayor, igual o menor presencia del Jurado Popular.
 - Modificación o mantenimiento del Consejo General del Poder Judicial 
 - Mantenimiento o modificación de las actuales Leyes de Enjuiciamiento Civil y Criminal
 - Redistribución de ls circunscripciones judiciales.
 - Fundamental: qué incremento se propone en la partida presupuestaria de Justicia.

-  La corrupción.
  - Cuántos afectados por escándalos de corrupción siguen en el Partido.
  - Qué medidas concretas preventivas proponen.
  - Qué prevén para los casos de corrupción descubiertos.

- El mundo del trabajo y el Estado del bienestar 
- ¿Qué dicen que harán (cuestión distinta es lo que les dejen hacer) con la reforma laboral: mantenerla, profundizarla, atemperarla o suprimirla?
-  ¿Qué papel le reservan a los Sindicatos en su concepción del mundo laboral?
-  ¿Sanidad y educación más pública que privada o más privada que pública?
-  ¿Qué proponen en cuanto a la enseñanza de la Religión Católica en las aula?
-  ¿Pensiones públicas con incrementos garantizados o potenciación de sistemas privados?
-  ¿Qué medidas concretas propone para reducir el paro?

- Derechos y libertades.
- ¿Televisiones públicas y privadas o solo privadas? 
- Si la opción es la coexistencia de ambos modelos ¿Qué fórmulas se proponen para garantizar que las públicas estén al servicio del Estado y no del Gobierno?
- ¿Se proponen mantener o derogar la normativa actual sobre derechos de manifestación y poderes y prerrogativas de las fuerzas públicas del orden y de las empresas privadas de seguridad?
- ¿Cuáles son las propuestas concretas en mates antiterrorista? 

-  Cajón de sastre.
- ¿Qué propone para salir del embrollo catalán?
- Olvídense de declaraciones vagas y retóricas. Siria: ¿guerra sí o no? ¿Bombardeos, sí o no? fuerzas terrestres sobre el terreno ¿si o no?

Dos comentario al margen

¿Por qué los Partidos de izquierdas se declaran como tales, aunque a veces lo sean de refilón, y los de derechas tienden a disfrazarse ("somos un partido de centro reformista", Frente Nacional, etc) como si ser de derechas fuera algo vergonzoso.

Hubiera preferido ver al Sr. Rajoy que a la Vicepresidenta en el debate a cuatro. No se trata de si es obligatorio o no, o de que cada uno sea muy dueño de organizar su casa como quiera. Digo que yo lo hubiera preferido y que, al final, los errores los paga el que los comete. Hay cosas que se llevan con el cargo, aunque sean desagradables