miércoles, 17 de febrero de 2016

El abrazo del oso

La propuesta de Podemos.

Con su habitual maestría en cuanto a la puesta en escena, Pablo Iglesias ha dado a conocer a la ciudadanía, y de paso al PSOE, su documento base de pacto con los socialistas para salir del atolladero actual.

Casi 100 páginas en las que despliega propuestas que afectan desde la estructura del Gobierno a la reforma de la Constitución, pasando por el procedimiento para el nombramiento de Altos Cargos de la Administración, la reforma fiscal, el nuevo modelo de relaciones laborales, la marcha atrás en las políticas conservadoras de los últimos años o ciertos aspectos de las relaciones internacionales, como el reconocimiento del Estado Palestino o la renegociación de los acuerdos con USA, entre otros.

Conviene leer el documento. Se puede estar de acuerdo o no, en todo o en parte, con su contenido, pero sería un error menospreciarlo o aceptarlo o rechazarlo por cuestiones apriorísticas. 

La propuesta está tan trabajada que a veces no resulta fácil descubrir las múltiples trampas que esconde. 

Un ejemplo: el nombramiento de los casi 100 Altos Cargos clave del país debe de hacerse con el respaldo de las formaciones que apoyen al Gobierno ¿Cómo? Por consenso. Suena bien, pero equivale a decir que una fuerza minoritaria puede bloquear sine die, hasta que el propuesto sea aceptado por TODOS los Partidos que apoyan al Gobierno, nombramientos tales como los de 

- Jefe del Alto Estado Mayor de la Defensa, 
- Director General de la Policía, 
- Embajador en Washington
- Vocales del Tribunal Constitucional.

 Y así, hasta 79 Altos Cargos

Este método, que yo sepa, no se aplica en ninguno de los países con quienes queremos homologarnos.

Por cierto, ¿han reparado en la media sonrisa que se le escapa a Pablo Iglesias cuando, refiriéndose a Pedro Sánchez lo llama "mi Presidente"?

Algunos apuntes sobre el contenido.

Estructura del Gobierno.

Una Vicepresidencia, mucho más influyente y  poderosa que la propia Presidencia, bajo cuya capa se han de cobijar organismos clave para el control efectivo del País.

El documento no especifica qué Ministerios han de quedar en manos de Podemos y cuáles le corresponderían al PSOE. Si damos por buenas anteriores declaraciones de Pablo Iglesias, serían suyos los Departamentos que controlan la economía, la sanidad y la seguridad social, las Fuerzas Armadas, los Servicios de Inteligencia, las Administraciones Públicas y cualquier proceso de secesión presente o futuro. 

El Presidente del Gobierno sería algo así como la Reina Madre.

Organización territorial.

El referéndum de Cataluña se considera imprescindible, sin ningún género de dudas ni de márgenes para la interpretación. No se descartan, además, consultas similares allá donde se plantee el problema, pero, como digo, el primero es insoslayable.

Se propone la supresión de todas las Diputaciones excepto las del País Vasco y la conversión del Senado (no la desaparición, ni el adelgazamiento) en Cámara Territorial.

Las Comunidades Autónomas podrían federarse entre ellas, algo que la Constitución no permite en su versión actual.

Programa económico.

Aunque muchas de las medidas propuestas son proclamas populistas que marginan y sacrifican fiscalmente a la clase media a partir de unos baremos de "riqueza" sorprendentes, es, no obstante el capítulo en el que podrían producirse espacios de encuentro.

Revertir los recortes en sanidad, educación, y otras políticas sociales, reconocer la dación en pago, incrementar el salario mínimo o reconsiderar los términos de las reformas laborales serían terrenos negociables.

Otras medidas como la creación de una banca pública, rentas básicas, auditoría ciudadana de la deuda publica, volver al texto antiguo del Art. 135 de la Constitución, parecen pensadas más como manifiesto electoral que como programa de gobierno. Algunas de ellas chocan frontalmente con los Tratados de la Unión Europea.

Por último, al hilo de esta ultima frase, es evidente que Podemos sabe muy bien que buena parte de su programa es impracticable dentro de la Unión Europea. El caso griego, sufriendo ahora los mayores recortes de su Historia cuando gobiernan quienes llegaron al Poder asegurando que todo iba a cambiar, lo conocen lo suficiente como para saber que esto es así. 

El sorprendente proceso de negociación propuesto.

Sumadas las declaraciones anteriores y posteriores a la publicación del documento, tal parece que para hablar con ellos, Podemos exige la previa ruptura de relaciones del PSOE con Ciudadanos y la posterior interlocución directa Sánchez-Iglesias, sobre un documento que se ha dado a conocer antes o al mismo tiempo a la ciudadanía que al interlocutor.

No parece, por tanto, que con tanta provocación los estrategas de Podemos busquen un acuerdo, sino una rendición sin condiciones (cosa que saben que es imposible porque, entre otras cosas, el poder de Pedro Sánchez en el PSOE no llega a tanto) o un rechazo frontal a su propuesta.

Pedro Sánchez en el laberinto. ¿Qué opciones tiene el Secretario General del PSOE?

Pactar con Podemos.

En el hipotético e improbable supuesto de que el Comité Confederal del PSOE diera por buenas las exigencias de Podemos, el acuerdo sería un auténtico suicidio político: Pedro Sánchez gobernaría maniatado por Iglesias, y cuando, pese al acuerdo, hubiera que disolver las Cortes e ir a nuevas Elecciones, es más que dudoso que conservara no ya el Gobierno, sino la mismísima Secretaría General el Partido.

Por consiguiente, no acordará nada con Podemos.

Rechazar el pacto con Podemos. ¿Qué opciones caben?

Pacto con Ciudadanos contando con la abstención del PP en segunda votación. Para que ello fuera posible, mucho tendrían que cambiar las cosas en el Partido Popular. Cierto que el tiempo de Rajoy se acaba, pero dudo que aún esté maduro su relevo. Si el PP vota en contra, no habría otra solución que ir a nuevas Elecciones. 

Pese a todo, este acuerdo más la abstención del PP es la hipótesis menos improbable.

El mismo Pacto con la abstención de Podemos. Me parece imposible. Todos los movimientos de Iglesias indican su preferencia por nuevas elecciones. No se está moviendo para lograr un acuerdo con el PSOE sino para ganar pantalla en la próxima campaña. De hecho, el documento de negociación es el primero de sus actos de la próxima cita electoral.

Pacto con Ciudadanos y PP, dejando la Presidencia del Gobierno en manos de Rajoy. Imposible, creo yo, dadas las actuales relaciones entre ambos Partidos. Ni Sánchez, ni, quizás, su Comité Confederal darían el visto bueno.

Renuncia de Pedro Sánchez a la investidura dejando vía libre a Rajoy para que lo intente. Vuelta a empezar, pero las osas seguirían igual. Salvo que llegado el caso el PSOE se abstuviera, estaríamos, una vez más en el supuesto de nuevas elecciones.

¿Nuevas elecciones?

En apariencia parece lo más probable. En ese caso, se me ocurre que los resultados de las actuales encuestas no sirven de nada. Falta demasiado tiempo y los acontecimientos están siendo tan impredecibles que cualquier cosa es posible.

No creo que el PP ganara ni un voto más mientras siguen saltando a la luz pública nuevos escándalos. Supongo lo contrario: nueva sangría de votos.

Está por ver si una campaña inteligente que pusiera de manifiesto cómo se ha movido cada formación fuera a aumentar el caudal de votos a favor de Podemos.

Ciudadanos podría volver a ser el "Partido refugio" de quienes, siendo conservadores, retiren su confianza a Rajoy.

El PSOE repetiría resultados con escasas modificaciones, porque su suelo electoral, hoy por hoy, resiste.

Es decir, escaño arriba o abajo, los mismos cuatro Partidos en semejante posiciones a las actuales, medio año perdido y mayor sentimiento de frustración en la ciudadania. Por lo tanto, habría que evitar las nuevas elecciones en primavera.

Pero ¿Y si hay un cambio en la Dirección del PP? ¿Y si ocurriera lo mismo en el PSOE? ¿Y si Rajoy y Sánchez cayeran en la cuenta de que una cosa es perder y otra no ganar? ¿Y si, los dos, pensaran primero en España, después en sus Partidos y por último en ellos mismos?



La diferencia entre perder y no ganar.

Si ni PP, ni PSOE, Ni Podemos, ni Ciudadanos pueden cuadrar los números ¿Cabe alguna solución alternativa? Se me ocurre una, aunque deje fuera a Podemos.

Veamos:

PP, PSOE y Ciudadanos están de acuerdo en hacer frente al secesionismo catalán.
PSOE, PP y Ciudadanos, podrían acordar un programa de mínimos en materia económica.
Ciudadanos, PP y PSOE están en condiciones de establecer el listado de cuestiones que tendrían que debatirse en una eventual reforma e la Constitución.
Los tres Partidos deberían temer el resultado de unas nuevas elecciones

El problema es que Rivera, cuarto en número de votos carece de argumentos para defender su candidatura, y ni Sánchez va a votar a Rajoy, ni Rajoy lo va a hacer con Sánchez.

¿Sería posible un candidato independiente, aceptado por los tres, con los siguientes condicionantes?:

- Gobierno consultado y no rechazado por ninguno de los tres Partidos.
- Fecha de caducidad del Gobierno. (¿Dos años, por ejemplo?)
- Hoja de ruta común para los tres Partidos en cuanto al tratamiento del caso catalán.
- Constitución de un ponencia para la reforma de la Constitución.
- Programa económico común a desarrollar durante el mandato del elegido.





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