martes, 5 de julio de 2016

La suerte, la gran suerte de Podemos

La Torre de Marfil

Se supone que la Universidad es el reducto donde crece y florece el pensamiento, donde se alumbran ideas nuevas, donde nacen los conceptos que terminan por transformar la realidad.

Cuestión distinta es cómo se lleva a cabo el tránsito entre la creación del pensamiento y su traslado a la sociedad. Suelen ser roles diferentes, encomendados a actores distintos. Los grandes del pensamiento crean en sus Torres de Marfil y hay, algunos escalones más abajo, gentes dedicados al ejercicio de la Política activa, que se encargan de "traducir" las ideas académicas en propuestas de acción política.

En España, no obstante, estamos experimentando ahora un nuevo modo de hacer las cosas: varios Profesores Universitarios de brillantes trayectorias académicas, Doctorados, post grados en Universidades foráneas, Cursos aquí y allá, decidieron un día ponerse al frente de un difuso movimiento ciudadano de protesta y entrar de lleno en la política real.

Iglesias, Errejón y Monedero, politólogos, profesores, teóricos de la ciencia política, lideran Podemos, y eso es algo que esta formación política nunca agradecerá lo bastante, porque gracias a estos tres genios, el asombrado público disfruta de tan lúcidos análisis como dos que paso brevemente a comentar.

"Les entró el miedo a que ganáramos y votaron a otros"

¡Genial! ¿A quién que no sea Profesor Universitario se le puede ocurrir algo parecido?  A ver si lo he entendido: ciudadanos que votaron Podemos en diciembre han elegido otras opciones seis meses después ¡porque temen que Podemos gobierne! ¿Es eso? Pues, qué quieren que les diga, parece que se pretende culpar al votante.

Yo me pregunto si para llegar a esa conclusión ha bastado el genio de Iglesias o si ha sido necesario el concurso pensante del resto de la troika y tal vez el de algún otro eximio cerebro. No creo que sea necesario, pero puedo prestarle el mío. Hasta donde se me alcanza, se vota a quien quieres que gobierne y se deja de votar a algún Partido cuando se teme  que tu voto les ayude a conseguir el Poder. Aquí, en Lima y hasta en Trinidad y Tobago. 

Lo que echo en falta  es un análisis sobre las causas que han generado ese miedo, cuáles se deben a aciertos de los contrincantes políticos y cuáles de ellas son imputables a errores propios. Por ejemplo ¿qué significación tiene o puede tener la pérdida masiva de votos en Ayuntamientos gobernados por alguna de las siglas englobadas en Podemos? ¿No será que, pese al triunfalismo de alguno de los cerebros de la troika, más de 200.000 votantes se han sentido defraudados por las hazañas de los equipos encabezados por "Kichi", por Ada Colau, por Manuela Carmena? Es probable que no esté en lo cierto, porque no soy Doctor en Ciencia Política, pero suena tan lógico...

Tampoco sé hasta qué punto ha sido un acierto o un fracaso la unión con Izquierda Unida. Lo cierto es que la suma ha restado, y eso debería ser analizado con algo más de rigor que afirmando "si hubiéramos ido por separado habría sido peor", siquiera sea porque esa hipótesis es indemostrable.

¿Y si algunas decenas de miles de viejos votantes de IU creyeran que tanto cambalache -ayer antisistema y hoy socialdemócrata- no es de recibo? Sólo es una hipótesis, pero al lado de lo del miedo de los votantes, hasta se me hace profunda.

Después de un fracaso, antes de buscar enemigos y chivos expiatorios, es imprescindible un ejercicio de autocrítica.

Las delicias del lenguaje desenvuelto

Leo en varios medios que recientemente, Pablo Iglesias, en un Curso dictado en la Universidad Complutense, aventurando su opinión sobre el futuro político de Podemos o de Unidos Podemos o de Podríamos Unirnos, o yo qué sé, afirmó que no tenía la menor idea de si dentro de cuatro años podrían conseguir el Gobierno o darse una hostia de proporciones bíblicas (sic).

Se me ocurren algunos comentarios apresurados:

- Creo que, en rigor, falta una tercera hipótesis: que se queden como están. Habría, así, cubierto la totalidad de las posibilidades y, llegado el caso, dentro de cuatro años, presumir de sus dotes proféticas. ¿Este modo de analizar las perspectivas de un Partido es parte de las enseñanzas que el Profesor Iglesias dispensa a sus alumnos o es un "viva Cartagena" ante un público veraniego?

-  Hubo un tiempo en el que la Universidad era un espacio en el que se cuidaban las  formas. Había un lenguaje culto, "académico", para diferenciarlo del que se utilizaba en la calle. Debo pertenecer al Pleistoceno, porque no me cabe duda de que entre la praxis de un Profesor y la mía, mis convicciones poco valen. Pese a todo, me resisto a considerar que la expresión "una hostia de proporciones bíblicas", tenga cabida en los claustros universitarios. 

¡Ah! Cabe otra explicación que nada tiene que ver con la Universidad: en los cálculos del Profesor Iglesias, frases como esa ganan votos. Fuera o dentro de la Complutense ¿qué más da?

Resumiendo.

La Cátedra y la calle son realidades distintas.

Algo de humildad no viene nunca mal, aunque se trate de aplicarla a un Profesor.

Es posible que no todos, pero algunos agradeciéramos más educación entre quienes aspiran a gobernarnos.

Porque la educación no es de izquierdas ni de derechas, es una actitud ante el ciudadano.

  

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