sábado, 24 de febrero de 2024

 Una semana movida


Votó Galicia

¡Vaya si lo hizo! Mañana hará una semana, los gallegos (y las gallegas, ¡por Dios!, sólo faltaba) se acercaron a las urnas y dijeron su última palabra. Atrás quedó una campaña bronca -no más de lo que cabía esperar- con los líderes nacionales de todos los contendientes (menos el de Democracia Orensana que jugaba en casa) trabajando a media jornada, desmintiendo de antemano lo que ya sabíamos que habrían de decir los perdedores, a saber: que eran unas modestas elecciones autonómicos a no confundir con las generales.


Cada uno es muy dueño de interpretar los resultados como mejor lo cuadre. Yo, también, así es que el resumen del resumen, es que el PP que estrenaba candidato, una copia bastante verosímil de don Alberto, ha ganado rotunda, clara y absolutamente. Nadie, ni siquiera los más fanáticos de cualquier otro Partido ha osado argumentar a propósito de que la mayoría absoluta obtenida es menos absoluta que la última de la que disfrutó Feijoo. 


Tal como yo lo veo, dejando aparte a Democracia Orensana, el único perdedor a sido el Bloque Nacionalista Gallego, que ha incrementado su cosecha de votos, que ha sido el segundo en el ranking, pero que se ha quedado lejos de su sueño de desbancar a los conservadores.


¿Los demás? El resto no fueron perdedores, fueron derrotados sin paliativos. Ni Podemos pudo, ni Sumar sumó, ni Vox logró salió hacerse visible. Caso aparte es el del Partido Socialista, cada día que pasa más configurado a la medida de su Secretario General. Él fue, tal como yo lo veo, el que más hizo por convertir el proceso gallego en el segundo asalto de ese combate por el título de los grandes pesos con Alberto Feijoo. Lo planteó mal -quizás porque no es consciente de que hay cada día más socialistas que lo siguen siendo pese a él- eligió un candidato de poco fuste, creyó que funcionaría el miedo al hipotético Gobierno PP/Vox, se frotó las manos cuando el candidato gallego rehuyó el cuerpo a cuerpo del debate televisivo, cuando lo cierto es que su ausencia desdibujó tanto el cara a cara entre socialistas y nacionalistas, que operó a su favor.


Si Pedro Sánchez se hubiera quedado en La Moncloa o se hubiera ido de viaje a Bután, acaso hubiera habido quien, durante dos semanas hubiera olvidado el asuntillo de la Ley de Amnistía ¿O es que sigue creyendo que el pueblo llano, gallego, maragato o almeriense sueña con ver regresar a su casa, tan tranquilo a Puigdemont? 


Sólo un par de líneas o tres para felicitar al diputado de Democracia Orensana: ha tenido la frescura ¿o será ingenuidad? de decir lo que vienen haciendo con regularidad todos los partidos nacionalistas: poner su voto a disposición del mejor postor.


Así que, resumiendo, en unas elecciones que han resultado bastante concurridas y sin incidentes, se votaba una cosa pero se jugaba bastante más. Es un hecho que eran elecciones autonómicas, pero los Estados Mayores de los grandes se habían empeñado en que fueran un doble plebiscito sobre la política gubernamental, y más específica sobre el quehacer del Presidente del Gobierno, por una parte, y por otra sobre hasta dónde estaba de solidificado el liderazgo interno de don Alberto. No tengo ni idea de cómo se percibirán ambas cuestiones en la Isla de La Gomera, pero en Galicia parece que está bastante claro.

Dos detalles que  me han llamado la atención: 

  • Esta vez las encuestas, en líneas generales han acertado. ¿Era más fácil o han hecho bien su trabajo?
  • La única voz audible del PSOE que se ha mostrado autocrítica ha sido la de Emiliano García Page. ¿Tiene bula? En absoluto, lo que tiene es la presidencia de Castilla La Mancha ganada en buena lid por mayoría absoluta, y no están los tiempos para perder territorios autonómicos.


El espinoso asunto de la relación de don Koldo con las mascarillas (y con el exministro Ábalos)

Así lo contaba "El Mundo" hace unos días: "El asesor de Ábalos lideraba la trama que pidió su "intermediación" para conseguir más de 50 millones en contratos en lo más crudo de la pandemia. La Guardia Civil acusa al asesor del ex ministro de Transportes de recibir dinero de una empresa que se llevó "más de 52 millones" en contratos durante la pandemia".


Hay más implicados, pero estos dos son los que interesan: el que fuera uno de los ministros más próximos a Pedro Sánchez, y el que cuentan que comenzó su andadura laboral como portero de prostíbulo y llegó a ser la mano derecha del Sr. Ábalos cuando éste estaba en la cumbre.


Dejando claro que en este caso, como en cualquier otro, hay que partir de la presunción de inocencia, se me ocurren, no obstante, algunas preguntas. Podrían ser más, pero me doy por contento con las siguientes:

  • Por lo que sabe, la meteórica carrera de Koldo García Izaguirre, empezó como portero de club de alterne y llegó a hombre de confianza del muy influyente ministro Ábalos. ¿Se les ocurre cuándo adquirió don Koldo los conocimientos, los méritos, la cualificación suficiente para haber sido nombrado, entre otras cosas, miembro del Consejo de Administración de Renfe?
  • El Sr. Ábalos niega horrorizado la posibilidad de que él estuviera al tanto de los manejos de su asesor y sus amigos en el repugnante asunto de las comisiones derivadas de la compraventa de mascarillas, en un momento en el que el país entero temblaba de inquietud. ¿Esta negativa es verosímil? Y en el supuesto de que lo fuera ¿la responsabilidad del ministro no entraría de lleno en un supuesto de "culpa in vigilando"?
  • Cuando el Presidente Sánchez cesó al ministro Ábalos fue particularmente parco en explicar las razones del cese. Ya sé que "después de" no equivale a "por causa de", pero en todo caso, la defenestración fue posterior a los tejemanejes de la pandilla de Koldo con las mascarillas ¿No sería un buen momento para que Pedro Sánchez nos tranquilizara a todos sobre los citados motivos y, de paso, nos diéramos por enterados de que tampoco él sabía nada del asunto?
  • ¿Qué medidas y cuándo debería tomar el Gobierno y, especialmente, el Partido Socialista para controlar el efecto devastador de este asunto sobre su credibilidad, la de Pedro Sánchez, en su doble papel de Presidente del poder ejecutivo y de Secretario General del PSOE?
  • ¿Dónde terminan las responsabilidades, en el exportero de prostíbulo metido  a negociante, en el de su valedor el Ministro, o en quien nombró al jefe del tal Koldo?


Un tremendo incendio

He visto una y cien veces las imágenes del incendio de Valencia; he escuchado a los testigos, a algunos de los afectados, a más de un técnico y a políticos locales, autonómicos y estatales.

Dejo a los tribunales, a la policía y a sus expertos averiguar por qué pasó lo que pasó y quién es responsable de qué.

Sólo quería, desde estas líneas mostrar mi horror ante lo sucedido, solidarizarme con las víctimas y desear que se tomen las medidas necesarias para que no puedan volver a repetirse infiernos como el que hemos visto.



PD

Una avería si importancia en la sala de máquinas del blog, me ha forzado a retrasar unas horas la publicación de este post. Mis disculpas.



sábado, 17 de febrero de 2024



 Droga y muerte en El Campo de Gibraltar

Barbate como símbolo

Las cadenas de televisión han emitido tantas veces las imágenes de la narcolancha pasando por encima de la frágil embarcación de la guardia civil, una modesta "zodiac", que me excusan de dar macabros detalles de la desgracia ocurrida en Barbate la semana pasada.

Barbate: poco más de 23.000 habitantes, según el INE el municipio con mayor porcentaje de desempleo de España, el 24’3 % nada menos, seguido de cerca por pueblos próximos: Arcos de la Frontera (21,7%), Chipiona (21,4%) y Vejer de la Frontera (20,1%). Da que pensar ¿verdad?

Hoy ha sido en Barbate, como podría haber sido en cualquiera de las poblaciones de la costa gaditana, porque, pese al paro, los habitantes de la zona siguen teniendo la extraña costumbre de comer varias veces al día, si es posible y lo cierto es que no siempre es fácil conseguirlo.

Soy de los convencidos de que lo que ha pasado no es ninguna casualidad. Paro, niveles salariales a tono con el generoso excedente de oferta de mano de obra, una fuente alternativa de ingresos fáciles e incomparables con lo que ofrece la zona: cientos de euros por la mera vigilancia de los movimientos de las fuerzas del orden, por ejemplo ¿Por qué habrían de resistirse a la tentación los adolescentes barbateños cuando ven esos mismos comportamientos en quienes deberían ser sus referentes?

Así que no nos extrañemos: oímos a diario quejarse a los agricultores a los camioneros, a los pasteleros, a los hojalateros de que "el oficio se muere porque no hay generación de relevo", pero es obvio que los capos de la droga tienen dónde elegir nuevos miembros que crecerán creyendo que quienes les pagan son los únicos que hacen algo por ellos.

El modelo, como en su día en Galicia, empezó con el contrabando de tabaco (¿recuerdan la expresión "rubio de batea" en referencia al escondite en el dicen que se depositaban las sacas de cajetillas que entraban de matute por las rías?) Había una cierta condescendencia social con tal tipo de contrabando. Era sólo un asunto de precios, de dinero: al fin y al cabo hasta hacía pocos años era el propio Estado el que ostentaba el monopolio del cigarrillo. 

Pese a todo, saltar del tabaco a la cocaína era cuestión de tiempo.

Como en la costa gaditana: primero fue el tabaco de Gibraltar, luego el hachís marroquí, ahora la cocaína, mañana… Negocios, sólo negocios, y cantidades ingentes de dinero; cada vez mayores. Tanto que todo lo que toca puede ser corrompido. Y, de paso, suficiente para cambiar de arriba abajo un territorio.


Los tiempo cambian

  • Hace muy pocos años, por estos mismos pagos, la mera presencia de un par de uniformes era suficiente para abortar una operación. "Hoy - lo decía un paisano - defienden la carga". O sea se ha pasado del respeto, del temor, a la confrontación armada.
  • La desproporción de medios va en aumento: las embarcaciones de las fuerzas del orden son viejas, pocas y la mitad están fuera de juego. Ellos, los narcos tienen todas las que necesitan y son las más rápidas del mercado. Y si no hacemos algo ya, a la vuelta de un tiempito estarán mejor armados
  • No nos importa quién empezó a remolonear, a no cumplir con su deber, si fue un Gobierno, o el anterior, o el de más allá. Lo que necesitamos es que las cosas cambien ahora. ¿Es cuestión de dinero? Desde luego. Sáquenlo de donde sea preciso, pero pongan en combate los hombres y las armas que se necesiten.
  • Es posible que el Ministro del Interior deba cesar, pero lo que de verdad importa es que no perdamos el tiempo en debatir si son galgos o son podencos. Es urgente entrar en acción con la contundencia que sea precisa: España no puede caer en manos de los cárteles. 
  • Y no, no es lo mismo meter en España tabaco de contrabando que cocaína o heroína o lo que demande el mundo trágico de la drogodependencia. No todas las sustancias dopantes generan el mismo poder a sus gestores.

El poder corruptor del tráfico de drogas

Por circunstancias de las que luego hablaré, recabé información de la cadena "comercial" de la cocaína. Las cifras que cito se refieren a otro escenario, pero doy por supuesto que las que rigen en el Estrecho han de ser my parecidas.

Vean: un kilo de pasta básica de cocaína se paga a 2.000 dólares en Colombia. Aquella cocaína, tal vez tras el paso por alguna estación intermedia, ya en España, vendida al por mayor se habría cotizado alrededor de 30.000 euros el kilo, y cuando terminara en manos del consumidor final, "cortada" al 60/40, podría alcanzar en la calle el descomunal precio de 200.000 euros el kilogramo. 

¿Qué y, sobretodo, a cuántos y a quiénes se pueden comprar con  cargo a esos márgenes? ¿Chavales en paro? Calderilla ¿Sólo? ¿Cuánto gana un agente de aduanas? ¿y un agente de la policía nacional o un guardia civil? ¿y un periodista de un medio local? Añadan los ejemplos que quieran: a más importancia del afectado, más dinero encima de la mesa. De tanto en tanto se conocen algunos datos: profesionales necesarios para cuidar de los procesos químicos, transportistas, encargados de la persecución del tráfico, juzgadores, legisladores, han sucumbido, han cruzado la raya. Rara vez hay retorno.

¿A qué esperamos? Ha habido países, supuestamente democráticos cuyo Presidente ha llegado al cargo tras campañas en las que la trascendencia de las aportaciones del dinero de la droga me temo que son más que una conjetura. Otros, más democráticos todavía, dicen perseguir la droga pero alguna de sus Agencias más conocidas han utilizado por sistema la cocaína incautada para pagar actividades contrainsurgentes fuera de sus fronteras,

Y antes de llegar a esos extremos ¿no es ya el momento de hacer frente al problema en todos sus aspectos? ¿Por qué esperar a que el monstruo sea más poderoso? No será fácil ni rápido; por eso hay que empezar cuanto antes. Y no se olviden: más patrulleras, mejores lanchas, más hombres son imprescindibles, pero no bastan: creen empleo para los aspirantes a traficantes antes de que acaben jaleando a quienes asesinan guardias civiles. 


"Código Templario"


Las casualidades existen; al menos las coincidencias que van más allá de lo puntual. Hoy mismo anuncio en redes sociales la aparición de mi última novela, "Código Templario" es su título. Tenía terminado ya el texto cuando el mismo motivo que dejó temporalmente en silencio este blog, me obligó a posponer la aparición del libro.

El caso es que mi novela cuenta las peripecias del comisario Gervasio Sanmartín, al que ya vimos en "Mía es la venganza" y "Las cenizas de Dª Rosita", en su confrontación con gentes venidas del otro lado del mar para convertir España en la cabeza de puente que les facilite inundar Europa de cocaína.

El campo de Gibraltar, Algeciras en concreto, es uno de los escenarios esenciales del relato, escrito en un tono más cercano al que usé en "Las cenizas…" que en "La venganza", y las reflexiones que he escrito hasta ahora en este post son algo así como el hilo conductor de una novela que empecé a pergeñar en primavera, cuando Barbate era un lugar que me sugería, nada más, las maravillas que se pueden obtener de un atún en temporada.

Por último: ¿cabe ya el debate nacional sobre la legalización de la droga sin que nadie satanice a nadie?





sábado, 10 de febrero de 2024

 La beligerancia de los tractores


A Dª Ségolène no le gustan nuestros tomates

Mme Sègoléne Royal es un mujer curtida en cien combates. Pero no le gustan nuestros tomates. Mme Royal doctora en Ciencias Políticas y Económicas por la universidad de Nancy, egresada, ahí es nada, por la ENA (como quien en nuestra patria pudiera presumir de ser Ingeniero Aeroespacial y Letrado del Consejo de Estado) abomina de nuestras tomateras. Cosas que pasan.

Mme Ségolène Royal, afiliada activa del Partido Socialista Francés, cuenta en su haber con múltiples entradas. No es la más eximia su condición de ex pareja de M. François Hollande, pero puede presumir, en cambio, de haber fungido como Ministra de Ecología y de Desarrollo Sostenible y Energía. Su carrera tocó techo cuando su candidatura a la República fue derrotada por el candidato M. Nicolas Sarkozy (cuya opinión sobre la calidad de nuestros tomates, lo siento, no nos consta).

He intentado descubrir por qué una señora francesa cuya relación con España y sus tomates es desconocida para mí, se arranca un día por alegrías y ante público, micrófonos y cámaras de TV, con un manoseado tomate en su mano y un gesto, un tanto cómico, a medio camino entre asco, horror y complicidad buscada con la audiencia, la oí decir.·¿Habéis probado alguna vez los tomates bio españoles? Son incomibles... Son 'falsos bio' que no respetan las normas fijadas por Francia". (Advierto que, como es  natural, se expresó en francés. El texto en negrita corresponde a la traducción de nuestra prensa española. Cosa distinta es preguntarse si sólo es bio lo que decide París).

Explicar las claves del exabrupto, podría dar materia para un ensayo a medio camino entre la Ciencia Política, la Sociología o la supervivencia en Francia, bien entrado el S. XXI, de vicios nacionales, ciertos o supuestos como el chauvinismo.


Aunque, a lo peor todo es más sencillo. Por si alguien se anima y retoma la historia, he aquí algunas posibles líneas de investigación.

  1. La doña sufría un momentáneo ataque de hipogeusia y, cuando probó el tomate no habría podido distinguirlo de un canapé de bacalao ahumado, o de las deyecciones del perrito de cualquiera de sus amigas.
  2. Era la primera vez que degustaba un fruto español, le supo diferente a su habitual suministro y, suponiendo que el otro era de cualquier rincón de Francia, dio por supuesto que si había diferencia, el bueno era, por necesidad, el francés.
  3. Difícil pero posible: entre ministras francesas circula un virus antiespañol de origen, vías de transmisión y métodos curativos, desconocidos: la exministra de deportes galos, Mme Bachelot, dijo hace más de siete años que Rafael Nadal lo ganaba todo porque se drogaba. La cosa terminó en tribunales y la mismísima justicia gala ha condenada a la lenguaraz exministra.
  4. ¿Una muestra más de chauvinismo? Posible desde luego, aunque se compadezca mal con le evidencia de que entre los cerca de veinte millones de compatriotas de Mme Royal que hayan visitado España en el 2023 muy muy pocos habrán sido los que hayan venido a vernos provistos de sus propios tomates nacionales.
  5. En realidad, yo barrunto que la salida de tono de la ex compañera del M Hollande, ha sido un ejemplo del más ramplón y provinciano de los oportunismos políticos de los que he tenido noticia en los últimos tiempos: utilizar el contenido del dicho de "arrimar el ascua a su sardina", justamente cuando el mar revuelto asegura la ganancia del pescador.


Los errores de la Unión Europea

Que, no nos engañemos, es donde yo trataba de llegar, porque espero que entiendan que seguir hablando de la patochada de la ex ministra francesa es darle demasiada importancia. Otra cosa es aprovecharla como prologuillo del tumultuoso, en parte justificable y en todo caso plurinacional y hasta de confusa o inedintificable ideología política que se esconde tras la ruidosa movilización de lo agricultores europeos y sus coloridos tractores.

  • Fundamentalismo ecologista. Lo hay, nos guste o no. Una cosa es asumir la imperiosa necesidad de tomar cuanto antes medidas, a veces duras, otras impopulares, que pretender imponérselas a los tuyos sin haberte asegurado antes de que si no todos, al menos los responsables de más de las tres cuartas parte del problema, estaban dispuestos a seguir el mismo camino.
  • Contradictoria tolerancia liberal de la admisión de productos extracomunitarios no sometidos, a las mismas exigencias que se trataba de aplicar a la producción propia, lo que ha venido a derivar en una especia de dumping ecológico: la producción que haya de obtenerse según lo parámetros comunitarios normalmente será más costosa que la que no está trabada por nuestras exigencias.
  • Legislación ingenua. Es preciso definir con extraordinaria precisión los mecanismos que pretenden intervenir en el acortamiento y racionalización de la cadena alimentaria sin caer en manipulaciones del mercado que nos llevaran a dictar leyes de imposible cumplimiento.
  • Confusión entre unidad y uniformidad. Es posible que las condiciones de producción agrícola y ganadera, tan distintas en Países Bajos o en la dehesa extremeña, en el norte de Alemania o en centro de Sicilia, deban reflejarse en normas reguladoras diferentes. Como también parece lógico actuar desde la UE en función del carácter de un zona húmeda como Patrimonio de la Humanidad a la hora de resolver el coste de los conflictos intereses entre los regantes regantes y los defensores de la diversidad.
  • Control de la burocracia comunitaria. Está fuera de duda que desde hace tiempo la burocracia de la Unión está cumpliendo a rajatabla el principio de que antes o después la burocracia se retroalimenta y se convierte en un poder en sí mismo con sus propias leyes. Ayer oía a cierto dirigente de una asociación agraria española ironizando sobre lo difícil que le resulta cumplimentar los cuestionarios on line comunitarios desde sus terrenos a los que no llega la wifi. (A no echar en saco roto la irritación que produce llegar a conocer las condiciones de vida y empleo de estos funcionarios comunitarios).
  • Insuficiente atención a la evolución de precios y costes a lo largo del recorrido del producto desde la granja a la mesa. La impresión general, la convicción entre los agricultores europeos, es que ellos son los menos capaces de influir sobre quienes tienen la capacidad de cambiar el estado actual de las cosas y que, precisamente por eso, son los menos tenidos en cuenta.


El atípico caso español

Unos días después de que Francia estallara (contra nuestros camiones, como si para nuestros vecinos fuéramos extracomunitarios, como si por Marsella no llegaran frutas y verduras norteafricanas), sus colegas españoles se han ido sumando a las protestas. primero más o menos espontáneamente, después con la presencia de la asociaciones mayoritarias.

Me están llamando la atención algunos detalles

  • Las peticiones de nuestros agricultores son, básicamente, las mismas que las de belgas, italianos, franceses o portugueses, pero los destinatarios inmediatos de sus reclamaciones y de sus iras, son distintos: nosotros gritamos a alcaldes, consejeros autonómicos y, claro, al Gobierno. A Bruselas también, pero menos.
  • Hay un punto de razón: ni este Gobierno, ni los anteriores han estado capacitados para que lograr que lloviera más durante sus mandatos, pero sí para conseguir que el agua que cayó hubiera durado más: todos pudieron presupuestar y ejecutar obras para mejorar canales de distribución y evitar pérdidas por averías; y todos pudieron dragar embalses, aprovechando las sequías anteriores para aumentar su capacidad. No lo hicieron porque electoralmente no era atractivo. 
  • Todos han hablado de la necesidad de un Plan Hidrológico Nacional. Siempre que ha habido períodos de sequía ¿Alguno ha dado un paso para plantearlo? No, y no lo duden: volverán a olvidarse de él a la tercera borrasca.
  • En la actual coyuntura, nuestros políticos están ocupándose más de desgastarse mutuamene que de atender los problemas del agricultor (de cuya parte dicen estar todos) empezando por tratar de encontrar soluciones de validez general.


Algunas evidencias

Si limpiamos de retórica y oportunismo a algunas de las cosas que oímos a ciertos espontáneos que nos cuentan sus cuitas, resumiendo el resumen, llegamos a tres, cuatro, conclusiones inapelables:

  • No se puede trabajar a pérdidas.
  • Las Leyes inaplicables son contraproducentes (el mercado es implacable).
  • Ser menos tolerante con el vecino que con los tuyos nos lleva a preguntar a quién beneficia el doble rasero y por qué se tolera.
  • Oí decir a un indignado tractorista que por edad hablaba de oídas que "esto no pasaba en tiempos de Franco". Tiene razón: entonces había pocos tractores…



sábado, 3 de febrero de 2024

 Dentro y fuera de nuestras fronteras


Una mirada al mundo


Ucrania

A mediados de marzo del 2014, Putin anexionó Crimea al territorio ruso. Para algunos, yo entre ellos, es la fecha que marca el verdadero comienzo de un conflicto que casi ocho años más tarde (24 de febrero del 2022, fecha convencional de la invasión rusa )  ha adquirido una nueva dimensión. Una  vez más, la guerra abierta, por la aplicación de la vieja teoría geopolítica zarista de mantener a las potencias occidentales lejos de sus fronteras, esta vez se acerca peligrosamente. 

Mientras tanto la agresión a la economía de la UE, o las hambrunas en la zona subsahariana, son parte del precio a pagar a los fabricantes de armas o a los exportadores de gas, no importa de qué colores sean sus banderas. 

El o los conflictos Ucrania/Rusia han costado ya, amén de la destrucción de ciudades enteras algo más de 300.000 vidas, según fuentes americanas; bastantes más si sumamos las que cada contendiente presume de haberle arrebatado a su enemigo. 

No hay el menor indicio de que la paz esté próxima. ¿No les parece que éste es un verdadero problema que nos afecta y debería preocuparnos bastante? Todo esto está pasando a unos kilómetros de las fronteras de países miembros de la OTAN. Un error de cálculo podría traer consecuencias terribles.


Gaza

Nadie sabe cuándo empezó, en verdad, el conflicto árabe/Israelí. Y aunque se sepa, todos prefieren olvidar el papel de Francia y Reino Unido en los antecedentes de lo que ahora  pasa. Muertes por ambas partes (en proporción de mucho más de 10 palestinos por cada israelí) Hipocresía generalizada. Riesgos de contagio zonal. Primeras víctimas militares norteamericanas que el anciano Biden carga en el "debe" de Irán, lo que tampoco es nada tranquilizador. 

Ni judíos ni palestinos parecen dispuestos a hacer lo preciso para volver a convivir en buena vecindad como habían venido haciendo durante bastantes siglos. ¿El conflicto tiene entidad suficiente como para preocuparnos o lo razonable es creer que el asunto ni nos va ni nos viene?


Nueva crisis en el Mar Rojo

Como subproducto de la guerra de Gaza, rebeldes hutíes atacan sistemáticamente los barcos que navegan por el Mar Rojo sospechosos de transportar ayuda a Israel. Días y días perdidos en tratar de armar una fuerza multinacional capaz de parar los ataques. 

Dicen que los hutíes reciben ayuda iraní. Dicen que el coste de los fletes se ha disparado. Dicen que la industria europea, desde luego la española, está empezando a tener problemas de desabastecimiento Es tan sencillo estrangular unas economías tan vulnerables...

Biden sigue hablando, sólo eso. USA, pese a todo, depende muy poco del canal de Suez, Rusia menos, China casi nada. ¿Será éste otro de los problemas que deberían preocuparnos?


Meteorología adversa

Prefiero evitar expresiones polémicas, pero lo cierto es que la sequía es un problema que va mucho más allá de las restricciones del consumo de agua en una mano de ayuntamientos catalanes. De momento, porque las mismas medidas en el sur de España ya han comenzado también, pese a que cada día nos congratulemos de lo bueno que es para la hostelería el templado invierno que disfrutamos. 

Como sarcástica compensación, las inundaciones catastróficas son la otra cara de la moneda. En España y en cualquier país que examinemos (los muertos por las olas de frío de este invierno han sido estremecedoras, no en Pamplinistán, sino en los Estados Unidos de Norteamérica) ¿Debería preocuparnos le errática deriva de la naturaleza o preferimos centrarnos en algo más práctico?


El campo europeo

Francia en cabeza y cada día otro país más, arde literalmente. Exigencias crecientes impuestas a los agricultores, unas razonables, otras mera consecuencia de una burocracia que se retroalimenta hasta el infinito. Mayor tolerancia con los productos importados que con los que se producen en casa, y distancias abismales entre los precios en origen y los que se le piden al consumidor. Las protestas van contra Gobiernos de distintos colores, Francia, Italia, Bélgica, España. La ideología, en este caso, sólo sirve para que los Partidos de las oposiciones arrimen el ascua a su sardina y tachen de ineptos a sus Gobiernos.


La ley de Amnistía, por ejemplo

O sea,  que tal parece que así como los palestinos sufren lo que sufren en Gaza, o los ucranianos soportan la lluvia de drones putinescos, a nosotros, sufridos celtíberos, nos ha tocado bailar con la más fea: la Ley de Amnistía.

Antes de que alguien se rasgue las vestiduras, repito algo que no es nuevo en este blog: abomino de la citada Ley ya sea en su versión PSOE o en la que quiere Puigdemont, por razones que ya he dado en otras ocasiones, pero oyendo los disparates, las exageraciones, las mentiras puras y duras que nuestros políticos sueltan a diario y los no menos errabundos comentarios que provocan en tanto tertuliano, tiendo a pensar que hay quien quiere mantenernos aislados del mundo y hacernos creer que nuestros intereses concretos, los de ustedes y el mío, dependen de si el prófugo de Waterloo y el Presidente del Gobierno se ponen o no de acuerdo, y hay también quien parece dispuesto a convencernos de que nuestra felicidad, nuestro bienestar y hasta nuestra estabilidad matrimonial depende de que Pedro Sánchez abandone la Moncloa y Carlos Puigdemont, entre en prisión.

Creo que sería bueno, antes de entrar en el acertijo de qué va a pasar ahora que los siete votos del fugado no han apoyado a la Ley que parecía interesarles tanto, repasáramos algunas proposiciones que, al menos para mí, son evidentes:

  • El actual Gobierno es la legítima consecuencia de aplicar una de las posibles combinaciones que permitían los resultados de las últimas elecciones generales.  Había otras, pero no cuajaron. Por consiguiente, por poco que nos guste Pedro Sánchez, no vale cualquier procedimiento para desalojarlo de La Moncloa. Una somera lectura de la Constitución, por ejemplo, descarta como método, colgarlo por los pies.
  • La oposición está para oponerse al Gobierno. Nada más tonto que escandalizarse porque discrepe a diario de lo que haga el Presidente. Oponerse, ya digo, pero no porque sí, sino para alcanzar el Poder, si es posible solo, en caso contrario con ayudas. Y aquí es donde empiezan algunos de los problemas del actual líder alternativo. "Ni contigo, ni sin ti tienen mis males remedio" ¿recuerdan? Mientras las posiciones del socio obligatorio espanten lo suficiente a la ciudadanía, es más que probable que el PP siga siendo el Partido más votado… y no tenga más remedio que seguir clamando desde la bancada opositora.
  • ¿Por qué hay quien se extraña de que los jueces tengan opiniones políticas? Una cosa es que no puedan militar en un Partido y otra pretender que sean políticamente asexuados. La separación de poderes, o, si se prefiere, la independencia judicial, no consiste en esa imposible asepsia ideológica, sino en que ni el poder legislativo, ni el ejecutivo controlen al judicial hasta el punto de teledirigir su actuaciones. Y ahora, mis queridos lectores, pongan su mano en cada uno de sus corazones y díganme ¿No les parece que desde hace muchos, muchos años, eso, controlar a la judicatura, es lo que intentan por un camino o por otro los dos grandes Partidos?
  • Una cuestión muy relacionada con la anterior (tesis independentista) es que hay jueces, con nombres y apellidos, que hacen política desde sus pronunciamientos. Política carca, represiva y anti secesionista, por supuesto. Y digo yo: si tan seguros están de lo que dicen ¿por qué en vez de desgañitarse en el Parlamento no proceden judicialmente contra los prevaricadores? Dentro de España y fuera, si es preciso, porque no sería ni la primera ni la octava vez que llevan al Estado Español ante instancias judiciales europeas. 
  • ¿Sigue valiendo aquello de que "los trapos sucios se lavan en casa"? ¿Sí? ¿Sólo cuando se pacta un "relator" salvadoreño entre Junts y PSOE o también cuando se tira de un alto cargo comunitario, el Comisario de Justicia de la UE, pactado entre PSOE y PP?


Por lo tanto

No le demos demasiadas vueltas: el aparente acuerdo entre Puigdemont y Sánchez era, es y será un desvergonzado cambalache entre un prófugo que quería dejar de serlo y un aspirante a Presidente que necesitaba los siete votos siete del huido para seguir en su puesto. Uno que quiere entrar y otro que no quiere salir.

En cuanto al refugiado, conseguida la mayor, ¿por qué no seguir pidiendo? Pidiendo o más bien exigiendo sin ninguna necesidad de guardar las formas. En sede parlamentaria, hemos oído a las voceras de Puigdemont asegurar que la gobernabilidad de España e incluso la posible inconstitucionalidad de la Ley que buscan, les trae sin cuidado: no son cuestiones que, desde su punto de vista, sean de su incumbencia.

No sé si alguna vez llegaremos a conocer todos los claroscuros del caso, pero tal parece que a Puigdemont le pareció que podía seguir pidiendo y pidiendo hasta el día del juicio. Tampoco sé si al final va a resultar que sí que podía, pero, por el momento la moneda ha salido cruz.

¿Es eso tan malo? Releyendo los tres párrafos anteriores, no se extrañarán de que  haya ratos en los que me dé por pensar que si lo peor que pueda pasarnos es que volvamos a votar, pues votemos de nuevo. Váyase por las interminables décadas en las que votar era poco menos que sacrilegio.

Mientras tanto, recuerde la camarilla del fugado que las urnas las carga el diablo y haga sus cálculos sobre qué podría esperar de un Gobierno presido por Feijoo y vicepresidido por Abascal. En cuanto a los demás, incluyéndonos a ustedes y a mí, miremos a nuestro alrededor y preguntémosnos si de verdad creemos que vivimos en el peor de los países posibles.

 En resumen: no suframos tanto.