sábado, 29 de agosto de 2020

 

Ni que fuera el final de la civilización occidental


Lo importante y lo trascendental


Vivimos tiempos revueltos. El mundo entero tiembla ante la inmisericorde embestida del más insidioso de los agentes que evidencia las debilidades de nuestra especie: un minúsculo virus aparecido por sorpresa al que por el momento hemos pagado un tributo cercano al millón de víctimas. ¡Y eso no es lo más importante!


Los analistas económicos de las principales bolsas del mundo, Hong Kong, Tokio, Nueva York, Londres, se devanan los sesos tratando de discernir efectos y consecuencias del próximo episodio de la batalla entre China y Trump. ¡Y tampoco eso es el fin del mundo!


Son cosas importantes, pero sólo eso: antes de un año, ya lo verán, contaremos con alguna vacuna que nos inmunice frente a la Covid 19; pasarán los años y las crónicas del 2020 relatarán que la pandemia se llevó por delante ¿millón y medio de congéneres? Son muchos, pero menos de la trigésima parte de los que perdieron la vida en la II Guerra Mundial, que también pasó.


Como terminará por resolverse quién liderará la economía planetaria en los tres cuartos próximos  del siglo XXI sin que los pilares de la tierra se vengan abajo.


Por eso, hoy, último fin de semana del mes vacacional por excelencia, quiero llamar su atención sobre algo distinto, algo que entra en la categoría de lo trascendental. 


"Momentos estelares de la humanidad"


¿Recuerdan el ensayo de Stefan Zweig? Trata de algunos momentos que en su opinión marcaron parteaguas en la historia, la muerte de Cicerón, la caída de Constantinopla, el descubrimiento del Océano Pacífico, Waterloo, etc.

 

Todos tenemos nuestra propia lista; la mía incluye el paso del Rubicón, la derrota del Guadalete, el descubrimiento de la imprenta, el "¡tierra, tierra!" de Rodrigo de Triana, la ejecución de Luis XVI, la derrota de Von Paulus en Stalingrado.


Sin embargo, hay ocasiones en las que la unanimidad es la regla. Hay veces, muy pocas, en las que ocurre algo que es percibido por tirios y troyanos como un suceso que habrá de cambiar la historia, de una vez y para siempre.


Hoy quiero hablar sobre uno de estos acontecimientos.


El pasado 25 de agosto a las 8 de la tarde, no sé si somos conscientes, hemos vivido uno de esos "momentos estelares de la humanidad": ¡Lionel Messi, para muchos el mejor futbolista de la historia, seis veces balón de oro, otras tantas botas de oro, máximo goleador de la liga española, etc., etc, ha tomado la trascendental decisión de abandonar la disciplina del Fútbol Club Barcelona!.


Ese día y a esa hora, el jugador comunica al club por burofax su intención de acogerse a la cláusula que le permite irse del club al final de cada temporada.

 

Cierto que la directiva del club interpreta los acuerdos de otra forma pero eso tiene poco que ver con la magnitud del cataclismo que ha desencadenado la voluntad de un solo hombre ¿O debería decir superhombre?


El día y a la hora citados, Barcelona, España, el mundo cambió de era: Messi ha decidido irse del Barça. 


La seísmo es tan descomunal que hasta el Washington Post ha recogido la noticia literalmente y se ha visto obligado a traducir y explicar qué es un burofax, término que utilizaba por primera vez en su historia.


¡El Washington Post! ¿Entienden? Ya no se trata de lo que digan o dejen de decir nuestros plumillas, sino que La Biblia del periodismo mundial, da estado oficial al cambio de era: antes y después de que Messi jugara en el Barcelona.


¿Qué futuro nos espera? Messi se marcha, nos abandona, desaparecerá de nuestras pantallas, es decir, de nuestras vidas, porque lo que no puede verse en televisión carece de entidad, de sustancia, de realidad. o sea: no existe. Nosotros mismos podríamos perder nuestra identidad, ser sólo anónimos entes virtuales incapaces ya de conectar con la figura del mago gambeteando con el balón pegado al pie.


¿Cómo será nuestro tiempo a partir de ahora? ¿Qué será de nuestras tardes de sábado, de domingo, de las mañanas de los lunes? ¿De qué hablaremos? ¿Con qué nos emocionaremos? ¿A qué se dedicarán a partir de ahora las decenas de tertulianos que habían hecho de la messiología una profesión? ¿Cuántas generaciones habrá que esperar para que la naturaleza produzca otro prodigio comparable?


Habrá quien diga que siempre nos quedará la política, que la ausencia del genio, del semidios, del superhombre que acunó nuestros sueños podremos suplirla con el grotesco, deplorable, paupérrimo espectáculo diario que nos proporcionan los portavoces de nuestros partidos, pero no es lo mismo ¿o hay quien ose comparar un enfrentamiento entre Pablo Iglesias y Dª Cayetana, otra ausente por cierto, con el inefable espectáculo del Dios Messi sorteando contrarios hasta meter el cuero en la red?


Algún aspirante a filósofo de secano tratará de abrumarnos con la comparación de los ingresos del rosarino con los de un médico rural, como si fueran comparables la salud de cuatro docenas de pueblerinos incultos con la felicidad universal que procura la contemplación de las evoluciones de Messi sobre el césped. No faltará el moralista barato que hable del fútbol como el nuevo opio del pueblo, pero ese mismo pueblo seguirá distinguiendo lo esencial de lo circunstancial y llorará en silencio la marcha del ídolo. Seguirá sin casa, sin trabajo, con la salud pendiente de un hilo y, ahora, encima, sin Messi ¿Se dan cuenta?

 

Ustedes y yo sabemos que esto no ha hecho más que empezar porque el terremoto, por grave que haya parecido, tendrá réplicas; serán muchas, y muy graves. Réplicas jurídicas que terminarán, ya lo verán, en los tribunales; económicas, porque si Leo se va de España los televidentes de allende nuestras fronteras dejarán de seguir a nuestros equipos y estos perderán una parte de sus ingresos; sociales que bien sencillo es augurar movimiento ciudadanos de protesta alrededor de La Massía e, incluso, de las sedes de los partidos de ámbito estatal por su incapacidad para revertir la situación, y hasta  sanitarias, porque este cataclismo podría provocar algún que otro suicidio, y si no, al tiempo.


Consecuencias políticas de la marcha de Messi


El suceso agitará el otoño político, como no puede ser de otra manera.


No faltará quien diga que la marcha del astro es una maniobra de diversión orquestada para poner sordina a otros problemas, la gestión de la vuelta del curso escolar, la marcha precipitada del Rey Emérito, la compleja negociación de los Presupuestos Generales del Estado, los embrollos contables de cierta formación política cuyo nombre no hace al caso…

 

¡Pamplinas! Ganas de negar lo evidente: Messi se va y el mundo ha dejado de ser el que era. Así pues, a los políticos les corresponde encarar el futuro y proponer soluciones sobre cómo será nuestra vida sin él.


Ninguno de los agentes activos de nuestra política va a quedarse callado. Unos desde una orilla y otros desde la otra, tomarán partido. No olviden que, al fin y al cabo, el Barça es "mes que un Club", así que al este del Ebro, habrá consecuencias, acaso inmediatas.


No lo tomen como predicciones infalibles, pero ¿Les extrañarían estos pronósticos?

  • A Quim Torra le ha faltado tiempo para asegurarle al pelotero que "ésta siempre será tu casa". No me consta, más aún, me sorprendería que estuviera hablando del domicilio particular del supremacista, o de su residencia oficial como Palanganero Mayor del Gran Fugado, así que debo suponer que se refiere a Barcelona en su conjunto. ¿No sería coherente con su modo de pensar culpar a Madrid de la marcha de Messi? En cierto modo tiene razón: Madrid, desde ciertos puntos de vista es poco más que el Real Madrid, y fue este equipo el culpable de no lograr retener a Cristiano. Fíjense que desde que el portugués se fue a Italia, Messi perdió interés por la competición. 
  • De Puigdemont no se tienen noticias hasta ahora. Tengo para mí que en cualquier momento sabremos dónde y cuándo va a quejarse ante la comunidad internacional de las arteras maniobras del españolismo para dañar el prestigio de Cataluña. ¿O alguien duda que si Messi recala en Manchester, pongo por caso, será esta ciudad la heredera de la fama y notoriedad de Barcelona?
  • No sé quiénes son ni en qué lugar están reunidos, pero algunos de los más agudos cerebros del independentismo han de estar redactando en estos momentos el guión oficial que explique por qué Messi jamás habría abandonado el Club de sus amores de haberse declarado ya la República Catalana. El comienzo del curso político está a la vuelta de la esquina: atentos, ya verán cómo la marcha del genio estará presente en la Carrera de San Jerónimo.

Es evidente que la mirada de Madrid sobre tan grave asunto tiene que ser diferente.

 

Las sedes centrales de los Partidos nacionales no han hecho comentarios por el momento, lo que no significa en absoluto que no sean conscientes de lo delicado de la situación. 


Yo creo que lo que está ocurriendo es que Casado espera a que hable Sánchez para demostrar que de estar el PP en La Moncloa hubiera hecho lo correcto, es decir, lo contrario a lo que ha hecho el Gobierno, que ha actuado tarde, mal e ineficazmente, sin duda por el nefasto influjo de UP.

 

Sin embargo, los cerebros del gabinete pensante de Sánchez le han advertido del riesgo de ser el primero en hablar y han decidido esperar el pronunciamiento de la nueva portavoz del PP para contestar con la contundencia que la ocasión merece.


De Vox no se sabe nada a este respecto. Tengo la práctica seguridad de que no va a incluir a Messi en el programa de gobierno a exponer en septiembre con la presentación de la moción de censura, excepto que el independentismo mueva ficha y trate en sede parlamentaria de forzar alguna declaración institucional al respecto, relacionando, por ejemplo, la marcha de Leo Messi con la de Juan Carlos I.


Y Ciudadanos, dada la deriva de sus últimas semanas, es más que posible que intente mediar entre PP y PSOE y apadrinar algún pronunciamiento constitucionalista lo que le permitiría marcar distancias con Vox y recuperar parte del prestigio dilapidado por Rivera.


Messi y un servidor de ustedes


Por lo que a mí respecta, barcelonista mesetario, irredento e incomprendido, atípico, en cualquier caso, que ni soy catalanista ni antimadridista por mucho que extrañe a la mayoría de quienes me oyen hablar, perplejo afronto el futuro inmediato y el de más largo plazo.


Pretendo refugiarme en la Historia por si la contemplación de los siglos pasados pudiera darme algún punto de consuelo, pero nada encuentro, más allá de los aforismos de estoicos y conformistas que pueden resumirse en el consabido "ajo, agua y mucha resina". 


Sé que otras urgencias, otros agobios nos acosan. 43.743  muertos en la última semana nos permiten asegurar que la batalla contra la Covid 19 está lejos de haberse ganado. Así es, pero ¿qué importan los muertos si Messi se va para no volver?


Tiempo tendremos, por otra parte, de comentar los problemas del Vicepresidente Segundo del Gobierno, ya sean los debidos al acoso que él y su familia padecen, o sus tribulaciones (más parecidas a las de un "un chino en china" que a las "del joven Werter") con la contabilildad de su formación. ¿Y a quién le importa lo que no sea el llanto por la pérdida del crack?


Pasarán los años y cuando los veinteañeros de hoy tengan mi edad, podrán contar a sus nietos que ellos no sólo vivieron el cambio de milenio, conocieron la caída del muro de Berlín y vieron una y otra vez las imágenes del atentado de las Torres Gemelas sino, lo que es mucho más importante, vivieron en primera línea el estelar suceso de la salida  del Camp Nou del genio de Rosario.

 

Y sus nietos, sonreirán comprensivos mientras piensan que sus abuelos fueron gentes extrañas de escasos alcances.
















sábado, 22 de agosto de 2020

 La caída de Cayetana Álvarez de Toledo

Del infinito al cero

Permítanme el juego, acaso poco afortunado, de parafrasear el título de la vieja novela de Arthur Koestler. Tengo para mí que el personaje de la semana es, por derecho propio, la que hasta ahora era la portavoz del Partido Popular.


Llegó a nuestras pantallas, a las páginas de nuestros diarios, a las tribunas públicas hace no demasiado tiempo. El mismo, más o menos, que ha necesitado para acceder a la tercera de sus nacionalidades, la española, pese a haber nacido en Madrid hace 46 años.


En este lapso de tiempo, apenas trece años, Cayetana Álvarez de Toledo y Peralta-Ramos, XIV marquesa de Casa Fuerte, se ha ganado un puesto en la galería de políticos españoles en activo. 


Esta semana ha dado, o han dado por ella, un paso más. Se ha eclipsado su estrella; y hablo de eclipse y no de apagón, porque barrunto que es un oscurecimiento pasajero, así que aconsejaría a los críticos oportunistas, antaño afines a sus tesis, no dedicarse al hispano entretenimiento de dar lanzada a moro muerto, por si acaso.


Solo el futuro sabrá qué será de ella. Por lo que a mí respecta, estoy tan convencido de que no ha desaparecido de nuestro teatrillo público como perplejo me encuentro sobre qué papel y en qué tragicomedia la volveremos a ver desarrollar sus dotes oratorias.


Quién es Cayetana


Cayetana Álvarez de Toledo de padre francés y madre argentina tiene nacionalidad francesa, argentina y española. Durante bastantes años su vida transcurrió entre Buenos Aires y el Reino Unido.


Estuvo casada con un empresario catalán y lejano primo suyo, del que tiene dos hijas y del que se divorció en 2018.


En el año 2000 ingresó en la nómina del diario "El Mundo". Fue también tertuliana en la cadena COPE en el programa "La Mañana", dirigido por Federico Jiménez Losantos


En 2006 fue nombrada jefa de gabinete del secretario general del Partido Popular Ángel Acebes


Dos años después, llegó al Congreso como Diputada por Madrid en la lista del PP, donde ejerció como portavoz adjunta del Grupo Parlamentario Popular. En 2011 renovó su escaño para la X legislatura.


El desacuerdo radical con la línea política de Mariano Rajoy la llevó  a  anunciar en octubre de 2015 que no se presentaría como candidata a diputada por el PP.


En 2019, con Rajoy fuera de juego, encabeza la lista del PP para el Congreso por Barcelona. Obtuvo el escaño a pesar de que el PP cosechó los peores resultados de la historia en la circunscripción, pasando de 4 a 1 diputados. En las elecciones de noviembre de ese mismo año, volvió a obtener el mismo escaño.


Hay quien dice que a sugerencia de José María Aznar, Pablo Casado la nombró Portavoz del Grupo Popular en el Congreso. Apenas un año después, el mismo Casado la ha cesado. Alguien debería recordarle aquello de "el Señor me lo dio, el Señor me lo quitó; bendito sea su Santo Nombre". Parece que el mensaje de conformidad y moderación no le ha llegado a tiempo.


Momentos estelares


Cayetana ha sido y seguirá siendo una figura pública que levanta pasiones. Sus intervenciones, no importa en qué foro, no suelen pasar inadvertidas, aunque no recuerdo caso alguno que haya habido unanimidad de opiniones tras ninguno de sus llamativos rifirrafes. 


¿Recuerdan algunos de estos? 

  • En los debates del último proceso electoral, fue memorable su confrontación con Irene Montero sobre si se introducía o no en el Código Penal la exigencia del consentimiento explícito en las relaciones sexuales: "¿De verdad van diciendo ustedes "sí, sí, sí" hasta el final? Es un poco extraño, ¿no?".
  • Más revuelo interno revistió su acusación de "tibieza" aplicada a la posición de su Partido en el País Vasco frente al nacionalismo. Sus palabras escocieron a la dirección del PP liderado en ese momento por Alfonso Alonso. Borja Sémper, entonces portavoz conservador en Vitoria no se anduvo por las ramas: "Mientras algunas caminaban sobre mullidas moquetas, otros nos jugábamos la vida defendiendo la Constitución".
  • Dª Cayetana no acostumbra rectificar, así que poco después dijo en una entrevista a El Correo que el momento político actual era "más difícil que cuando ETA mataba". La presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo, Consuelo Ordóñez le respondió a través de Twitter: "¿Dónde estabas tú cuando ETA nos mataba?".
  • El 27 de mayo pasado, desde la tribuna del Congreso, llama "hijo de terrorista" al Vicepresidente Iglesias que llevaba un rato ironizando sobre sus orígenes aristocráticos. Fue una réplica brillante y contundente, pero estentórea y, sobre todo, inoportuna porque desvió la atención del  objetivo que ese día perseguía su Partido: poner contra las cuerdas al Ministro de Justicia, Grande Marlasca. Se equivocó de blanco y erró el tiro.
  • La última polémica llegó este mismo lunes, tras su destitución. Según ella misma declaró a las puertas del Congreso, su salida es "perjudicial para el PP y la causa que defendemos" al neutralizar "el pensamiento crítico"."Un partido político -dijo- no es ordeno y mando ni una secta donde todo el mundo es idéntico y piensa igual". Según Álvarez de Toledo, Casado considera que su concepción de la libertad "es incompatible con su autoridad".

¿Por qué se fue? 


Demasiadas influencias cruzadas, demasiados frentes abiertos. Los barones territoriales, Vox, Aznar,  Casado, García Egea. Demasiadas cuerdas para un violín

  • Feijóo, Fernández Mañueco, Moreno son puntales territoriales que emiten en distinta longitud de onda que la ex portavoz. Algunos, Moreno, por ejemplo, han logrado desalojar al socialismo del Poder en territorio andaluz por primera vez. Otros, Feijóo, han rechazado su colaboración y no la han necesitado para superar el techo histórico electoral. Desdeñar lo que no es Madrid es un error político de primer orden.
  • Defender la conveniencia de las mejores relaciones posibles con Vox, entraña un riesgo. Competir por el control absoluto de la derecha con quien está más allá de tu propia frontera diestra, puede desdibujarte y, además, deja demasiado espacio en el centro, sin que haya certeza alguna de que puedas ganar por la derecha lo que vas a perder por la izquierda. El anuncio de moción de censura de Vox, podrían haber aconsejado a Casado tomar distancia de la formación de Abascal, tratar de abortar el renacimiento de Ciudadanos, y abanderar él mismo cierto acercamiento al PSOE. 
  • Sin embargo, formas aparte, no sería justo descalificar a Cayetana Álvarez de Toledo por un supuesto extremismo ideológico, porque no hay tal. No es una cuestión de ideas sino de talante, de personalidad, de formas. Prueben a leer a la ex portavoz, sin ver su imagen agresiva, ni escuchar su hiriente verbo: no es extrema derecha, ni mucho menos.
  • El problema de Cayetana Álvarez de Toledo no es ideológico sino formal: no ha podido evitar que se la percibiera como una feroz enemiga de cualquier idea de progreso y, al mismo tiempo, ha sido incapaz de actuar como mujer de Partido. La libertad de criterio es algo hermoso, pero exige sus peajes.
  • Enfrentarse al aparato del Partido, de cualquier Partido, es un traspiés que raras veces se perdona. Cayetana parece convencida que su inteligencia y sus conocimientos bastaban para ignorar a gentes como García Egea. Error: el Secretario General puede estar más a la derecha que ella, pero no sólo no lo parece, sino, lo que es más importante, controla los resortes de la organización y ha sabido ver el momento de inclinar la voluntad de Casado a favor de sus tesis y no de la cada día más incómoda portavoz.

 

Tres eran tres los frentes abiertos y las discrepancias finales


La confrontación era inevitable.

  • Demasiados enemigos internos. Ha sido el chivo expiatorio en el altar del sacrificio donde se oficiaba la ceremonia del cambio de estrategia del PP. Era necesario rediseñar el futuro inmediato y ahí han aparecido los numerosos enemigos que Dª Cayetana se había ganado a pulso y de los que ya hemos hablado. Así que Cayetana, fuera, bienvenida Cuca Gamarra que ni es marquesa, ni tiene acento extranjero, ni apabulla al rival. 
  • Demasiado vulnerable el flanco que exponía al contrincante, aunque ella lo despreciara. La ex portavoz se veía jugando en otra liga que sus contrincantes parlamentarios.  Lo que percibían los órganos pensantes del Partido es que cada una de sus "magistrales" intervenciones abría tantas vías de agua, daba tantas oportunidades de crítica al contrincante, que sus logros se convertían en pequeños desastres cotidianos.
  • Demasiada soberbia. Dª Cayetana es inteligente, y habla bien, y es impermeable, y no es fácil sacarla de sus casillas, y es una enciclopedia andante, y tiene pedigree ¡y jamas ha hecho nada por hacérselo perdonar! ¿Alguien le ha dicho que la envidia es el vicio español por excelencia? Está convencida de que nadie puede hacerle sombra y ha terminado tundida a pedradas arrojadas por los suyos. No es la primera vez que ocurre por estos pagos.

En los últimos tiempos defendió tres buenas ideas que terminaron convertidas en tres graves errores


Primera: Propuso un Gobierno de Concentración Nacional entre socialistas y populares.

  • A no confundir con el esperpéntico Gobierno de Salvación Nacional defendido por Vox, aquel que, según Abascal, podría haber presidido Felipe González, o Aznar o Rosa Díez. 
  • La idea podría ser bienvenida, pero sólo viable si hubiera logrado convencer primero a Casado y a los órganos de dirección de su partido. Lo contrario es cavar la primera cuarta de terreno de su propia tumba. No debe hablarse de esas cosas hasta que hayas convencido a quien si las acepta, querrá presentarse luego como el padre de la criatura.

Segunda: Defendió que su Partido debería consensuar con el Gobierno los Presupuestos Generales y la composición de los órganos del Poder Judicial.

  • Más de lo mismo: ambas propuestas son más que positivas; son, habrían sido la garantía de estabilidad que los agentes económicos, Europa y el pueblo esperan como agua de mayo.
  • Sin embargo, hoy por hoy, la cúpula del PP puede admitir la pertinencia de desbloquear la renovación de las instituciones judiciales, pero pactar los Presupuestos, sigue siendo una propuesta herética. Casado busca el adelanto electoral, y eso es incompatible con un acuerdo presupuestario.

Tercera: Criticó la forma y manera en la que el Rey Emérito abandonó España.

  • ¿Verdad que hay bastante gente más a su derecha en su mismo Partido? Fuera del PP ¿Cuántos no piensan, no pensamos, que la salida de Juan Carlos I, no ha sido un ejemplo de nada?
  • No obstante, Dª Cayetana ha olvidado un pequeño detalle: su jefe, su Partido, están compitiendo con el PSOE a la hora de mantener una defensa cerrada no ya de la Monarquía sino de la trayectoria del Rey viejo y de cómo ha decidido elegir su destino. Y olvidar eso es imprudente.

Así que, resumiendo, su caída ha sido estrepitosa y demuestra quién es el personaje: una mujer incapaz de callar. 

  • Cayetana Álvarez de Toledo ha olvidado que dejó de ser una ciudadana "de a pie" hace tiempo. Su apuntado debate entre crítica y lealtad está desenfocado. Ella era la portavoz del Partido; la porta-voz, es decir la que llevaba la voz, no la suya, sino la del Partido. Dicho de otra manera. Cuando uno es portavoz de lo que sea, el Gobierno, el Partido o la Comunidad de Vecinos, carece de voz propia: por tu boquita sólo debe salir lo que ha decidido quien te ha nombrado.
  • En democracia, tan esencial es el fondo, como la forma, y, por otra parte, no siempre van por el mismo camino ideas y emociones. La mayoría de los votantes se dejan llevar más por las segundas que por las primeras, y es lo cierto que, pese a sus convicciones, las formas de la cesada inciden en las emociones primarias del ciudadano y contradicen los intereses que en este momento defiende o dice defender su Partido.
  • En puestos como el suyo, la soberbia y el exceso de brillantez, son un lastre. Hay que ser cauto y hacerse perdonar la superioridad de la que uno está tan convencido. Alguien puede decir que no hay por qué, que cada uno tiene derecho a ser como es. Cierto, siempre que no se extraña de que se la haga pagar el precio que "el público municipal y espeso" exige a quienes se empeñan en demostrar que son casi divinos. 


¿Ha habido daños?


Muy pocos o ninguno, creo yo. Estamos en verano; tenemos, por desgracia, problemas mucho mas graves y urgentes rondándonos y, al fin y al cabo, lo ocurrido no deja de ser una pelea interna en uno de los varios Partidos que se disputan el favor del televidente.

En opinión de Cristina Cifuentes, el cese de Álvarez de Toledo es "una noticia de lo más inoportuna" dado el momento en el que se produce, "en medio de una pandemia, una crisis económica, el Gobierno ausente porque están todos de vacaciones y Podemos abierto en canal con una crisis importante". Según ella el Partido Popular "debería estar en el control del Gobierno, no en remodelarse a sí mismo". (¿Solidaridad entre cesadas?).

Tampoco comparto el optimismo de Vox que se frota las manos contabilizando el aluvión de nuevos votantes que seguirán a Dª Cayetana hasta su caladero de pesca. Recuerden: estamos a mucha distancia de las próximas elecciones, siempre es dudosa la capacidad de seducción de una desertora (en el hipotético caso de que la cesada acabara recalando en Vox) y, por encima de todo: está por ver el recorrido que pueda tener el aparente cambio de estrategia que ha emprendido Pablo Casado. 














sábado, 15 de agosto de 2020

 Santiago y cierra España


Abascal anuncia moción de censura


El 29 de julio, a punto de incurrir en "agostidad", durante el Pleno del Parlamento dedicado al examen de las medidas acordadas por la UE para paliar los efectos de la pandemia, ("virus chino" en terminología Vox), el líder de este Partido anunció la presentación de una moción de censura  durante el mes de septiembre.


Las reacciones de los Partidos más significativos no se hicieron esperar

  • Pedro Sánchez optó por la ironía. "¿Se va usted de vacaciones?" Da la impresión de que el anuncio no es algo que vaya a perturbar los días de descanso que el Presidente del Gobierno haya decidido tomarse. Explicable a pocas nociones que se tengan sobre matemática parlamentaria: esa moción puede hacerle zumbar los oídos por las lindezas que espere recibir, pero no va a moverle el sillón.
  • Más significativa ha sido la reacción en las filas populares. Don Teodoro, el hábil lanzador de huesos de aceitunas, dice en Twitter que esa censura post vacacional está pensada para "salvar al soldado Sánchez" y que, en consecuencia, no cuenten con ellos para maniobras de distracción que refuercen al PSOE.  Ya ven: García Egea ve a Abascal como paladín del social-comunismo.  

¿Qué es una moción de censura?


En términos sencillos, se trata de un mecanismo constitucional que se activa en el Congreso de los Diputados para poner a prueba la continuidad de un Gobierno, bajo ciertas condiciones:

  • Debe ser suscrita por al menos el 10 % del total de Diputados (35 en la actualidad).
  • Quien la presente debe ir con un programa de Gobierno bajo el brazo y tiene que  presentar un candidato a sustituir al Presidente que trata de derrocar.
  • Si la moción prospera, el candidato se convierte en Presidente de Gobierno, y si fracasa, el mismo grupo que la presentó no puede repetir el intento en lo que resta de legislatura. 

Se trata, en definitiva, de un mecanismo de fiscalización del Poder Legislativo sobre el ejecutivo, más contundente y trascendente que el control periódico de la acción de Gobierno. 


El modelo español optó por un tipo de moción similar al alemán. Suele atribuírsele el carácter de "positivo" en la medida en que para derribar al Gobierno se le exige contar con apoyos parlamentarios suficientes para garantizar unos razonables niveles de estabilidad: la mayoría absoluta.


Dando por supuesto que más de un dirigente político de cada Partido sabe sumar, restar, multiplicar y dividir, si la finalidad de la moción es el "quítate tú para ponerme yo" y si para conseguirlo es preciso obtener apoyos parlamentarios suficientes, digo yo que cualquiera puede saber de antemano cuántos votos tiene a favor y cuántos en contra, y, por consiguiente, si el intento tiene visos de prosperar o no ¿Verdad?


Pues no: una cosa es la finalidad esencial de la moción y otra el interés de este o aquel Partido de utilizar la herramienta para otros fines no previstos por la Constitución pero en modo alguno prohibidos.


O sea que una cosa es la fundamentación teórica de la moción de censura, la comentada hasta ahora, y otra el uso que en la práctica se ha venido haciendo de ella desde el 78 hasta hoy.


Tres mociones… y dos amagos


Primer intento: Mayo de 1980. Felipe González vs. Adolfo Suárez.

  • Se había levantado la veda contra la UCD. Francotiradores de las distintas familias del Partido gobernante habían roto las hostilidades internas, y andaban a la greña, todos contra todos. El PSOE, por su parte, pisaba el acelerador para suceder al Partido que había pilotado la transición, y sus líderes decidieron que había llegado el momento de estrenar la figura de la moción de censura.
  • En la primavera del 80, Alfonso Guerra, número dos del Partido socialista, presentaba la moción con Felipe González como candidato alternativo. No tenían a su favor votos suficientes, así que la moción no tenía la menor posibilidad de prosperar, como dos días después se demostró: 152 votos a favor por 166 en contra.
  • En tan memorable ocasión, el 28 de mayo del 80, Guerra dijo: "La moción de censura es un deber moral cuando la oposición considera que el Gobierno no ha defendido los intereses de la nación, no ha defendido los intereses de los ciudadanos. Esta moción de censura ha sido ya útil como procedimiento de dinamización de la vida política, como fórmula de creación de una ilusión colectiva que ha terminado con el mito del desencanto político. El Gobierno ha eludido la responsabilidad de enfrentarse con una situación de corrupción y de desorganización administrativa en organismos estatales". Tiempo tendríamos de oírle cosas bien distintas
  • ¿Éxito o fracaso? No siempre los números lo dicen todo. 

Segundo intento, siete años después: Hernández Mancha Vs Felipe González

  • En 1987, poco tiempo después de haber ascendido a la presidencia de Alianza Popular por obra y gracia de la omnímoda voluntad de Manuel Fraga, Antonio Hernández Mancha plantea una moción de censura al Gobierno de Felipe González que en aquel momento gozaba en el Congreso de mayoría absoluta.
  • El nuevo líder de lo que sería más tarde el PP no era diputado y, por tanto, no tenía la posibilidad de enfrentarse dialécticamente a un González que estaba en la cresta de la ola. Hernández Mancha aprovechó, pues, la moción de censura para dotarse de una cierta visibilidad, afianzarse como líder de su formación y "ponerse de largo" ante la opinión pública.
  • Como estaba previsto, la moción cayó con cierto estrépito: sólo votaron a favor 67 diputados, de Alianza Popular y Unión Valenciana y, el candidato fue vapuleado por el Vicepresidente, Alfonso Guerra que en esa ocasión no se anduvo por las ramas: "No hay ni un solo dato, en la realidad parlamentaria, que permita pensar en la posibilidad, aunque sea lejana, de que los firmantes de la moción puedan aglutinar en torno a su candidato una mayoría capaz de sostener un Gobierno", dijo para desacreditar la iniciativa que presentaba el entonces líder de Alianza Popular, Antonio Hernández Mancha. "Son ustedes la derecha reaccionaria vestida de populismo". ¡Vaya! ¿Ven? No es lo mismo presentar una moción que tener que soportarla.
  • Tiempo después, el mismo Hernández Mancha daría su versión sobre aquella moción: "necesitaba atraer la atención del electorado de centro derecha y mostrarme como líder de ese espectro para frenar el ascenso de Adolfo Suárez con el CDS. Sabía que era imposible, pero logré cosas importantes como frenar a Suárez que no volvió a levantar cabeza y un buen resultado en las europeas, municipales y autonómicas de junio, quitando la mayoría absoluta en la Comunidad de Madrid al PSOE".
  • ¿Cuál fue el saldo final? Hernández Mancha se reveló como una estrella fugaz que se perdió en el anonimato poco después, pero es cierto que el PP actual tuvo en esa moción su acta fundacional aunque entonces no se percibiera así. En todo caso, a partir de ese momento, el PP se alzó con el santo y la peana de la derecha española.

Pasados 30 años, la tercera, que tampoco fraguó: Pablo Iglesias vs Mariano Rajoy

  • Por primera vez, no era el segundo Partido del Parlamento el que intentaba la caída del Gobierno. El Profesor Iglesias ya daba por descontado que sus posibilidades de hacer caer el Gobierno era nulas, pero con toda probabilidad no era ésa su intención.
  • Una vez más, no se trataba de utilizar la moción para su finalidad esencial, forzar un cambio de Gobierno sin elecciones generales de por medio, sino ponerla al servicio de intereses menores aunque no fueran, ni mucho menos ilegales, ni, por tanto, ilegítimos.
  • Si Hernández Mancha trataba de hacerse visible y poder mantener un debate público con el Presidente del Gobierno, Iglesias, que daba por descontado que Rajoy era intocable, buscaba algo que más tarde se convertiría en una obsesión: convertirse en líder de la oposición, arrinconar al PSOE, sobrepasarlo y ser reconocido como Jefe Indiscutible de la Única Izquierda Española Verdadera.
  • Otra vez más, y ya iban tres, el mecanismo del Art. 113 de la Constitución era puesto al servicio de objetivos no previstos por los redactores de la Magna Carta. 

Primer amago:1995. Aznar propone a Julio Anguita apretar la pinza contra el PSOE.

  • Así lo contaron las crónicas: Don José María Aznar, el actual gurú de la gran derecha, el guardián de las esencias conservadoras, penaba hace ahora un cuarto de siglo, en la oposición, lejos de la Moncloa, persistente domicilio de Felipe González.
  • Desde hacía algún tiempo, se habían dado algunas coincidencias tácticas puntuales en las que PP e Izquierda Unida habían ido sino de la mano, al menos al mismo paso, enfrentándose ambos al Partido Socialista. Uno aspiraba a suceder a Felipe González cuanto antes y otro a desbancar al socialismo como fuerza hegemónica de la izquierda. Era "la pinza" de la que tanto se habló entonces.
  • Así que José María Aznar propuso a Julio Anguita, acordar una moción de censura contra el Gobierno socialista que ambos deberían apoyar y defender. No hubo caso: lo que a Don José María le parecía una jugada maestra, al Califa Rojo le pareció una barbaridad inconcebible. El intento se archivó y la vida siguió su curso.

Segundo amago: julio de 2013, Pérez Rubalcaba amenaza a Mariano Rajoy.

  • Corrían los más negros días para el Gobierno conservador de Mariano Rajoy, cercado a diario por noticias sobre escándalos de corrupción que afectaban a figuras del PP y a Instituciones controladas por él. 
  • Es cierto que, en la mayoría de los casos, se trataba de hechos y personajes de la era Aznar, pero el Partido seguía siendo el mismo y el propio Presidente del Gobierno ya "era alguien" en aquellos tiempos.
  • Los Papeles de Bárcenas, la Gürtel, la Trama Púnica, Valencia eran la materia prima que usaba la prensa y la oposición para zaherir al Gobierno. El PSOE reclamaba un día sí y otro también la presencia del Presidente en el Congreso. Rajoy callaba, así que Rubalcaba lo emplazó. El 16 de julio le puso entre la espada y la pared: o acudía al Congreso a dar explicaciones o presentaba moción de censura y tendría que hablar en otro escenario quizás menos favorable.
  • Meditó el Presidente pros y contras, optó por hacerse presente en el Congreso y ahí acabó todo. Podría decirse que la amenaza sirvió para lo que el Partido Socialista pretendía.

Y al final, por fin, el fin (que canta Sabina): una moción que cambió un Gobierno

  • No voy a extenderme al respecto porque se ha hablado (y barbarizado, dicho sea de paso) demasiado sobre ella: después de tres intentos fallidos y dos amagos inconclusos, Pedro Sánchez accede al Gobierno de la Nación sin pasar primero por las urnas por primera vez desde que en España recuperamos la democracia.
  • ¿Alguien conserva alguna duda sobre la legalidad del procedimiento y la legitimidad del resultado? ¿No? Pues sigamos que nos estamos acercando a un nuevo caso.
  • Por el momento, recordemos: socialistas y conservadores, izquierdistas declarados y portaesencias de la derecha han utilizado la herramienta o han estado a punto de hacerlo cuando así lo han entendido oportuno para sus intereses.
  • Ningún Tribunal ha tenido siquiera la ocasión de pronunciarse sobre la procedencia de estos acontecimientos: tengámoslo presente antes de entrar en el, por ahora, último capítulo de la pequeña historia de la moción de censura. 


El turno de Vox: Abascal anuncia moción


¿En qué  punto estamos, hoy, mediado el mes de agosto?

  • Hasta hora no es más que un anuncio. En sede parlamentaria, pero un anuncio, sin fecha, sin demasiadas concreciones sobre programa y sin la menor pista sobre quién será el candidato a sustituir a Sánchez. Podríamos suponer que el más indicado habrá de ser el propio Abascal, pero ¿Y si fuera Rosa Díez o Felipe González o el mismísimo Aznar? No sería la primera vez que Abascal habla de ellos. La Constitución no limita la imaginación del solicitante de la moción a la hora de elegir candidato. La lógica, no obstante apunta a Santiago Abascal.
  • El mismo que tronó contra quien llegó al poder gracias al triunfo de una moción de censura, anuncia ahora la presentación de la suya propia contra Sánchez. No  me sorprende, y, desde luego, jamás se me ocurriría decir que el atajo elegido es irregular. No hay más que tener a mano la Constitución. 
  • Si por cualquier malabarismo parlamentario la moción obtuviera votos suficientes, el candidato propuesto por Vox sería el próximo Presidente del Gobierno, sin que nadie tuviera el menor derecho a considerarlo un okupa, ni debiera calificar de ilegítimo su ascenso al frente del Ejecutivo. Doy por supuesto que con esa íntima convicción afronta Vox su aventura, aunque sepa que la dificultad para llegar a la Moncloa en esta calesa es máxima.

No parece que la moción de Abascal tenga demasiadas posibilidades de cumplir su objetivo primordial. Incluso aunque Casado e Inés Arrimadas la apoyaran, no alcanzarían la mayoría absoluta de la que habla el punto 1 del Art. 113 de la Constitución. Caben deserciones en quienes hasta ahora han estado enfrente, pero ¿qué quieren que les diga? no termino de ver a Rufián, o a los acólitos de Otegi, pongo por caso, votando a favor de Vox. 


Tampoco necesita Abascal campañas adicionales de visibilidad. Si hay algo indiscutible, guste o no a sus detractores, es que Vox ha sabido desde el principio moverse como pez en el agua en las difíciles aguas de la notoriedad: pocos españoles desconocen hoy quién es Abascal, qué dice defender Vox, con quién se alinea y contra quién dispara.


Ni siquiera creo que el objetivo fundamental del intento sea desgastar al Ejecutivo. Las diatribas contra el Gobierno "social-comunista" son tan constantes, los epítetos al uso de tan grueso calibre, que aunque sea posible, resultaría difícil elevar el listón. Tanto que mi impresión personal es que el anuncio de la moción no va  desvelar a Sánchez. Otras preocupaciones de más calado (cuándo podrá comentar dónde se ha metido el Rey viejo, qué hay detrás de las últimas actuaciones judiciales relacionadas con su socio de Gobierno, qué hacer con las cifras de la pandemia, con los enfermos, con los muertos, con la ruina del país) podrán haberse convertido en pesadillas, pero ¿la moción de Vox?


Reflexionen y quizás lleguen a la misma conclusión que éste que les escribe: como Iglesias hace tres años, nadie en Vox piensa en mudarse a la Moncloa en el otoño. Saben que eso, por el momento es imposible. Al igual que su odiado contrincante, hay un paso previo: ser el primero en su clase, como penúltimo escalón antes de ganar el Gobierno.


Iglesias buscaba desplazar al PSOE y ser él quien representara las esencias de la izquierda; Abascal, quiere dejar por debajo de sus zapatos a "esa derechita cobarde" de la que ha hablado en alguna ocasión. Una vez más, los extremos se tocan.


Por eso, mientras Sánchez sonreía, García Egea bramaba indignado contra el anuncio de su poco amistoso socio. Que llegara a decir que era una maniobra para afianzar a Sánchez es otro ejemplo más de las tonterías que uno puede escuchar hoy en día por el cómodo procedimiento de no apagar el televisor cuando hablan nuestros apolíticos. ¿A quién se le ocurre imaginar a Abascal sosteniendo al Gobierno social-comunista-y-de-los-grandes-expresos-bolivarianos?


Sólo falta, pues, examinar qué puede pasar si, por fin, Vox hace honor a sus palabras y entrado septiembre, presenta la moción. 


Permítanme que no dé demasiado espacio a Inés Arrimadas en esta jugada. Los números dicen lo que dicen y, por tanto, aunque respeto mucho sus últimos movimientos, sus decisiones en este punto serán significativas, pero no decisorias de nada. La verdadera partida se juega entre Abascal y Casado.


Así las cosas,

  • ¿Alguien cree que el Partido Popular va a marchar tras la bandera de Vox y dar por bueno su programa y su candidato? ¿Seguro? ¿Ven a Casado votando a favor de un candidato a su derecha con mucho menos de la mitad de sus propios diputados?
  • ¿Y si la bancada popular vota en contra? Tendrá que defender desde la tribuna por qué se aleja de Vox. ¿Y eso no tendría consecuencias en sus múltiples alianzas? ¿Dañaría los gobiernos andaluzes, madrileños o murcianos?
  • Y si no apoya a Vox, ¿qué tendremos que oír por las boquitas que suelen representar al Partido cuando contesten a Casado?  


¿Mi predicción? 


Mal oficio el de profeta, sobre todo si tengo que hablar del futuro, que no hay nada más sencillo que pronosticar lo que ya ha pasado. Bien, a mí me parece que la moción se presentará y Casado se abstendrá. Del mal el menos.  Pablo Casado habría preferido que la ocurrencia no se hubiera producido, pero si no puede elegir lo que hacen los demás, tendrá que decidir qué hace él: mejor abstenerse que votar en contra que sería algo así como quemar las naves. Hay demasiadas alianzas en juego, y el otoño se presenta, además, caliente. 


Como subproducto, por lo que se refiere a Ciudadanos no descartaría que si optara por tomar distancias, buscar su propio espacio y votar en contra, Inés Arrimadas tendría en su mano una buena baza a la hora de sacarle partido a la negociación presupuestaria.