martes, 31 de diciembre de 2019


“Incierto se presentaba el reinado de Witiza”

A las puertas del 2020: otro vendrá que bueno te hará

Escribo este post en las primeras horas de la tarde del 31 de diciembre de 2019. Termina el año y según algunos, la década. Nada me permite suponer que empieza un plácido año lleno de buenos augurios.

Escribo rodeado de terrores, cóleras, algunas muy pocas esperanzas, exageraciones, presunciones unas de culpabilidad, otras de inocencia. 

Me siento abrumado, atosigado, sofocado por la práctica imposibilidad de enjuiciar lo que ocurre a mi alrededor con un mínimo de sosiego.

El tiempo corre tan veloz que apenas disponemos de la imprescindible calma para evaluar los acontecimientos que van atropellándose unos a otros sin solución de continuidad.

Tan es así, que sucesos como el incidente diplomático del triángulo México-Bolivia-España, el cuasi asalto de la Embajada USA en Irak, la enésima víctima de la violencia machista o la valoración del informe de la Abogacía del Estado, tienen que dejar paso a la incertidumbre que me causan dos de las tres patas que el Candidato habrá de necesitar para pasar de Presidente en funciones a inquilino de pleno derecho de La Moncloa.

Y sin embargo… Necesitamos calma

Antes de entrar en materia, no estaría de más dejar sentadas algunas certidumbres que con demasiada frecuencia se cuestionan. Por ejemplo:
  • Todos los miembros del Parlamento y del Senado, y todos los Partidos a los que rrepresentan, tienen derecho a sentarse en sus escaños y todos están amparados por la misma Ley. Nosotros, con nuestros votos les hemos dado esa seguridad. Para que no queden dudas, Desde Vox a Bildu, pasando por La Agrupación de Electores de Teruel, el Partido Socialista, el Popular o Compromís, más los que me dejo en el tintero, son legales en tanto una Sentencia firme no diga lo contrario.
  • Recuerden que en alguna ocasión ya ha ocurrido: Herri Batasuna fue declarado Partido fuera de la Ley, pero, guste o no, no porque defendiera la independencia de las viejas Provincias Vascongadas, sino porque resultó probada su pertenencia a una organización terrorista.
  • Se pueden, por tanto, defender tesis neoliberales o socializadoras. Cabe postular la recentralización de la organización del Estado, la profundización del Estado de las Autonomías o la independencia de una parte del territorio que hoy llamamos España. Lo que no cabe en la Constitución es intentar una cosa o su contraria, por medios no previstos en el propio texto constitucional. 
Podría añadir algunos otros factores (división de poderes, presunción de inocencia, alternacia en el Poder), pero creo que, por el momento, estos son suficientes. Sólo con su asunción sin reservas mentales estaremos en condiciones de calibrar dónde estamos, qué riesgos corremos y qué margen de maniobra nos resta. Desde postulados democráticos, por descontado.

Camino de la investidura

Con calendario y todo. Parece que entramos en la recta final del azaroso camino que empezó con la moción de censura y, dos elecciones mediante, podría terminar ahora.

Bien, mal, regular o pésimamente, es otra cuestión. Como si de un regalo de los Reyes Magos se tratara, la suerte se podría jugar el día 7 de enero.

Hay tres elementos de los que se conoce uno, se supone el segundo y se desconoce el tercero.

Por una parte, Unidas Podemos, Partido Nacionalista Vasco y Partido Socialista, tienen  ya acuerdos suscritos.

Por otra, todo indica que a falta de ratificación formal según los cauces reglamentarios internos de ambas formaciones, PSOE y ERC podrían estar en el mismo caso.

El resto, es decir, el posicionamiento de los demás Grupos Parlamentarios está por decidir en un número de escaños suficientes como para no dar por terminado el proceso.

Partido Socialista y Unidas Podemos

Ya se conoce el documento programático que debería de ser la hoja de ruta del futuro Gobierno de Coalición. A partir de su divulgación ha comenzado el estruendo: los que lo ensalzan de la primera a la última letra y los que lo consideran la dinamita que hará volar no sólo la economía española, sino a la propia nación, tal como la conocemos ahora.

Ni una cosa, ni otra, como es de suponer. 50 páginas (49, para ser exactos) dan para mucho, se esté más o menos a favor o más o menos en contra.

Es un programa de izquierdas, desde luego, y, desde ese punto de vista, escandalizarse porque se hable de aumentar la presión fiscal sobre las rentas más altas, se quiera  incrementar el salario mínimo, o blindar la sanidad pública, o porque se esté pensando en desmontar algunas de las aristas más afiladas de la Reforma Laboral made in PP, sería ingenuo.

La cuestión no es ésa, sino saber hasta dónde puede avanzarse por esos caminos y seguir perteneciendo a la Unión Europea. Lo que quiero decir es que hoy por hoy, el control de Bruselas sobre el contenido de los Presupuestos Nacionales es, guste o no, efectivo y limita los excesos teóricos de unos y de otros. Recuerden Grecia y no olviden Hungría.

Por cierto, tengo curiosidad por saber si algunas formaciones que se escandalizan por los pronunciamientos de la Justicia Europea cuando no coincide con sus creencias, seguirían rasgándose las vestiduras, si desde Bruselas se obligara a corregir tal o cual medida “izquierdizante”, no por su sesgo ideológico, jamás lo hará, sino por su alejamiento de las reglas de nuestro mercado interior europeo.

Menos calado tienen otras medidas, ésas sí, claramente ideológicas (referencias a la laicidad del Estado, al desmantelamiento de la llamada Ley Mordaza, el tratamiento académico de la Religión, la regulación de la eutanasia, y otras de parecido corte).

 Cuestiones todas éstas que en otros países ni siquiera tienen color político porque forman ya parte de la cultura democrática instalada en la sociedad hace años.

Lo que a mí me preocupa y supongo que a otros muchos ciudadanos también, son dos cosas sobre todas las demás: 

1ª.- Cómo va afrontar el futuro posible Gobierno la cuestión catalana, cuáles van a ser sus límites reales, sabiendo de la ambigüedad en que se ha movido siempre en este terreno Unidas Podemos y la necesidad que tiene el PSOE de contar con la colaboración aunque sea pasiva de un Partido independentista como es Esquerra Republicana de Cataluña.

2ª.- Qué implica la cesión de competencias a la Comunidad Foral de Navarra a instancias,  o como precio del apoyo, no del Gobierno Navarro, sino del Partido Nacionalista Vasco.

Mi opinión es que hasta que no se conozca el texto exacto de los acuerdos entre Socialistas y catalanes, hay razones para  seguir, yo al menos, muy preocupados.

Partido Socialista y ERC

Secreto del sumario. Nada se sabe a ciencia cierta de cuáles son las verdaderas claves que se han movido en los encuentros entre ambos Partidos.

Se conoce lo que ha dicho la Abogacía del Estado, cuyo pronunciamiento tanto preocupaba a los independentistas y esto parece que ha bastado para avanzar sustancialmente en el acuerdo final.

¿Sólo era eso? Me temo que no. Se ha oído a algún preboste socialista, hablar de la conveniencia de que la ciudadanía catalana exprese su opinión.

Ambigüedad, desde luego, que no falte. El que habló sabe hasta dónde se pueden distorsionar las medias palabras, luego si eso es así ¿No habló más claro porque la verdad pura y dura era inasumible o porque aún faltan materias por acordar?

Tampoco seamos tremendistas. No es lo mismo someter a votación en Cataluña la aprobación de los acuerdos PSOE-ERC que convocar un referéndum pactado de autodeterminación, posibilidad ésta impugnable de inmediato ante el T. Constitucional.

No se trata tanto de si se puede votar o no, sino de qué es lo que se trata de votar. Las consultas populares, se llamen como se llamen, pueden llevarse a cabo, en según qué casos con autorización del Gobierno.

Los votos que faltan

Sabemos quién votará en contra de Sánchez sin duda alguna, conocemos ya quién lo hará a favor, y todo parece indicar que también se saben las siglas de uno de los que podrían abstenerse. 

Estas certidumbres, sin embargo, no bastan ni para sacar adelante la investidura, ni para obstaculizarla por completo.

Todo va a depender, por tanto, de las decisiones que tomen algunos de los Diputados que lo son por formaciones cuyo voto puede ser uno u otro, me parece a mí, según el contenido concreto del acuerdo no tanto con UP, que se daba por conocido, sino con ERC.

Los turoleses, los cántabros, los canarios, los gallegos… ¿No tienen nada que decir? Los dos bloques son tan simétricos, tan parejos, que cualquier pequeño movimiento puede acarrear un cataclismo., 

¿Vale la pena mirar atrás?

Desde luego: es una de las mejores formas de preparar el futuro. Ésta es mi mirada retrospectiva
  • No termino de fiarme de alguien que entrega un tercio de su Gobierno a quien, según él, le quitaba el sueño. El obstáculo para dormir no ha cambiado. El que ha cambiado es Pedro Sánchez.
  • Me inquieta ver que se elige de socio de Gobierno a alguien que se ha hartado de manifestar su disposición a apoyar cualquier referéndum de autodeterminación.
  • No respiraré a fondo hasta que no sepa qué quiere decir eso de que “los ciudadanos catalanes tienen que expresarse” y cómo casa con lo expuesto en el programa PSOE-UP sobre el desarrollo armónico y solidario del país, dentro de la Constitución.
  • No puedo pasar por alto quiénes son los que podrían apoyar la investidura, directa o indirectamente: estamos a punto de depender más que nunca de las fuerzas más disgregadoras que se sientan (con todo derecho, eso sí) en el hemiciclo.
  • Y no puedo dejar de acordarme de que todo esto pudo haberse evitado hace meses si cierto cadáver político hubiera pensado más en España y menos en su insignificante persona. 

Pese a todo, estoy aún más convencido de dos verdades, éstas válidas también para el futuro.
  • El que a hace la paga: los acuerdos PSOE-ERC-UP pueden terminar en el peor de los escenarios y pueden, incluso, darle la Presidencia a Sánchez: será por poco tiempo y cuando volvamos a votar, el número de sus fieles habrá descendido tanto que tardará años en recuperarse.
  • España saldrá de ésta porque somos un viejo país que ha pasado por trances mucho, mucho más difíciles. Pero no puedo olvidar que podríamos habernos evitado el berrinche si esa pandilla de petulantes representantes políticos cumpliera de vez en cuando con su obligación 


    En todo caso, y pese a quien pese, que el 2020 nos sea propicio a todos los ciudadanos de buena voluntad

viernes, 13 de diciembre de 2019

El hartazgo
¡Qué Navidades!

Si mi capacidad de observación sirve para algo me atrevo a decir que la ciudadanía está empachada. El hartazgo de menús políticos es de tal magnitud que estamos llegando al punto en que seguimos tragando alimentos, casi todos indigestos, porque la costumbre nos empuja a ello, pero, al mismo tiempo, soportamos la náusea constante de no poder levantarnos de la mesa, de tener que comer y seguir comiendo a todas horas por obligación, como si no hubiera mejor cosa que hacer.

El subconsciente, el consciente y el inconsciente nos llevan a culpar a la clase política de nuestro hastío, de nuestro hartazgo. Hacemos un paquete con “todos los políticos” y les maldecimos. Proliferan chistes y dicharachos en los que nuestros representantes salen siempre, siempre trasquilados: oportunistas, mentirosos, haraganes, trileros, chaqueteros, suma de todos los vicios, sin brizna alguna de virtud. 

A veces, muy pocas, reflexionamos y caemos en la cuenta que también nosotros exageramos, que ni todos, ni siquiera la mayoría de nuestros políticos, son delincuentes, pero son excepciones en nuestro comportamiento habitual.

En consecuencia, llegamos a pensar que España está perdida, ya se ha perdido, somos menos que nada: el hazmerreir del resto del Planeta.

Y no es así, España es un gran país, no porque lo dijera Rajoy, sino aunque lo dijera Rajoy. Es imprescindible que sus ciudadanos tomemos este hecho como artículo de fe.

Pese a los desbarajustes del mundo de la política, España sigue funcionando, sus aviones vuelan, los trenes circulan, el comercio abre y cierra a las horas precisas, la bolsa se mueve al mismo compás que el resto de las plazas europeas, los mercados están abastecidos, los inversores foráneos siguen confiando en nosotros.

Y cuando se nos requiere para ello, seguimos siendo capaces de dar el do de pecho ¿Qué otra cosa es el asombroso alarde de mi país, nuestro país, organizando con éxito la cumbre mundial del clima en un tiempo récord? Lo veo, me asombro y me extraña que los diarios, los noticieros de televisión sigan dándole mucha más importancia a los traspiés del devenir político que al acontecimiento que ha hecho de Madrid, durante estos días, con o sin Greta, la capital del mundo.

Así es que antes de entrar en materia, permítanme un brindis por quienes han hecho y siguen haciendo de España un lugar donde vale la pena vivir.

No sólo de política vive el ciudadano

Me atrevo a decirlo al revés: hasta de política puede alimentarse el contribuyente, si bien una cosa es alimentarse y otra bien diferente, empacharse, que es lo que a mí me parece que está pasando en estos últimos tiempos.

No importa qué medio de comunicación escojas, da lo mismo prensa escrita que noticiarios de radio o televisión, unas u otras redes sociales, todo el mundo usa y abusa del recurso a la situación política para machacar al lector, al radioyente, al televidente, al conocido.

Espacios pensados para comunicarse entre amigos a propósito de cuándo y cómo ver tal película, dónde cenar o en qué cancha jugar a lo que sea, se han convertido en foros airados donde cada cual pretende que su último descubrimiento se difunda urbi et orbe. ¡Hasta el fútbol retrocede ante el ímpetu de la moda política!

Lo que más me llama la atención es que la materia prima, los ingredientes de las recetas políticas, brillan por su ausencia. Las reformas imprescindibles que aseguren el futuro de los pensionistas del mañana y del más lejano futuro, el urgente cambio de rumbo en la política educativa para colocar a España en el pelotón de los países punteros, qué hacer para reducir las listas de espera en la sanidad, qué modelo de cobertura energética necesitamos… 

Para qué seguir. Sólo importa quién va a gobernar. Perdón: quién va a intentar gobernar y qué hay que hacer para impedirlo, no vaya a ser que haya que esperar cuatro años más para llegar a La Moncloa; y, desde el otro lado, la otra orilla, la otra trinchera, con quién puedo aliarme, no importa cómo ni cuándo para dejar a ése de ahí compuesto y sin novia.

La desmesura

Todos lo niegan, pero nadie deja de mirar el calendario para calcular cuándo volveremos a votar.

Cualquier cosa, con tal de llegar al palacete ése que tanto desean todos, todos, todos. Así que como eso es así, han entronizado la desmesura como única forma de mantener calientes los motores, exacerbados los ánimos y listas las armas para vapulear al contrario desde ahora, que luego llega la campaña y no hay tiempo para nada.

Todo vale, porque nadie se para a desmentir la barbaridad que acaba de escuchar. Es preferible soltar tu propio despropósito, porque ha llegado el momento de los monólogos a coro, oxímoron que viene a cuento por cómo todos vociferan al mismo tiempo sin pararse a reflexionar cuánto más valdría desmontar falacias ajenas, que inventar la tuya.

Unos suspiran porque el Rey haga tal o cual cosa y le ponga las peras al cuarto cuando ése vaya a verlo. Que el Jefe del Estado tenga facultades para cuadrar a un candidato o carezca de ellas, a quién le importa. Lo dices, el mensaje va dando tumbos por las redes sociales y con eso basta.

Otros se atribuyen el lucido papel de monopolizar el reparto caprichoso de ciudadano amante de la Constitución, que, mira tú por dónde, diga Pablo Casado lo que diga, tiene bastante más cabida que la que pretende limitarla al club de los amigos.

¿Quién es capaz de pesar el dolor? ¿Cuánto daño hizo ETA? ¿Cuáles de sus bestialidades son, para siempre y por definición, irreparables? ¿Qué más da? Se trata de colocar al contrincante por debajo de la línea de flotación, de manera que su cabeza no pueda respirar. Luego otros intentan aclarar, dulcificar, matizar, “pamplinear” lo que se dijo, y la vida sigue otro día más.

¿Otro día? No hace muchos España entera oyó decir a Pedro Sánchez que le habría resultado imposible dormir si se hubiera aliado con ese político que no siempre hizo lo que debía, o que nunca le facilitó las cosas. Se abrieron las urnas, se contaron los votos y le faltó tiempo para olvidarlo y emprender el camino a la Moncloa de la mano del que le provocaba insomnio.

No sé qué clase de somnífero tendrá en la mesilla, pero parece que es eficaz para permitirle dormir a pierna suelta cuando, además del que no quería ver ni en pintura, pasa el tiempo pasteleando con quien hasta hace bien poco era la encarnación del mal.

En un tris hemos estado de asistir al asombroso fenómeno de la conversación del Rey Mago negro, en un avanzado émulo de Michael Jackson, hasta que el trío de adoradores pareciera que eran todos arios puros.

Grotesco ¿verdad? Pero no más que abrir el debate de cuántas naciones hay en España. Espero ver el día en el que mis paisanos mirobrigenses recuperen la parte mítica de su Historia y reclamen el reconocimiento de la Nación Vetona como una más de las que tienen que ser admitidas dentro del infumable puzzle que algunos defienden. ¿Han mirado el mapa mundi? ¿En serio creen que la parte hispana de la península ibérica da para tanto? ¿Cuatro, seis, ocho naciones, por qué no catorce, en un territorio menor que Texas?

¡Ah, la semántica! Naciones y nacionalidades, conflicto político o conflicto de convivencia, derecho a decidir, consulta vinculante o referéndum, pueblo, nación, país, Estado… Docenas de gramáticos autodidactas enervan al personal usando términos traídos a la mesa para la ocasión, tirándoselos a la cara al que tienen en frente. Y unos por otros, la casa sin barrer. 

La inutilidad de lo que pudo haber sido y no fue

Albert Rivera tuvo en su mano evitar el penoso espectáculo al que estamos asistiendo. Se equivocó, no entendió que es más importante decidir quién es Presidente que serlo él mismo, y pagó con su vida política  No vale de nada recordarlo. 

Es encomiable que su más que probable sucesora intente arreglar el roto. Un poco tarde, con el escaso aporte de escaños que puede poner en juego, pero menos es nada. (No deja de ser curioso, por cierto, que los cerebros del PP empujen a Ciudadanos a una abstención que ellos rechacen, mientras preparan una OPA amistosa que acabe con la marca centrista).

También pudo haberlo evitado hasta en tres ocasiones el sin par Profesor de Ciencia Política, pero no lo hizo y es ahora cuando está dispuesto a borrar de su programa cualquier propuesta que estorbe para alcanzar la meta de sus sueños: sentarse en el Consejo de Ministros. ¿Le valdrá esta vez o, al final, tendrá que volverse cabizbajo a su chalé? 

Oyendo a la mayoría de los comentaristas y tertulianos, tal parece que hemos pasado de la incertidumbre a la perplejidad. Ya no se trata de no estar seguro de qué nos traerá la próxima semana, sino de instalarse en la más incómoda de las posiciones: aquella en la que temes que hacer una cosa o su contraria te llevarán, de la misma forma, al desastre.

Lo cierto es que hay alternativas posibles, pero improbables
  • El Jefe del Estado ha vuelto a encomendar la formación de Gobierno a Pedro Sánchez. Pese a quien pese, pocas opciones tenía de no hacerlo, a menos que se olvide que sacó más votos que nadie, aunque eso, desde luego, no equivalga a haber ganado las elecciones.
  • El acuerdo en el seno de lo que sus antagonistas llaman “El Frente Popular”, es posible desde el punto de vista matemático, pero improbable no ya como camino para acceder a la investidura, que también, sino como alianza estable que garantice un mínimo de sosiego para gobernar. Demasiadas formas de ver España no sólo diferentes, sino antagónicas.
  • “Las derechas” (por no acudir a términos muy del gusto de los anteriores, pero no demasiado rigurosos) no reúnen escaños suficientes, salvo que el PSOE que fue quien más votos obtuvo, se haga a un lado y deje gobernar a quienes quedaron peor que él. ¿Posible o ciencia ficción? Por el  momento se limitan a escandalizarse de todo y por todo. Por supuesto, plantearse que ellos mismos podrían hacer eso que le sugieren a Pedro Sánchez, les parece una herejía. Cosas que pasan.
  • ¿Nuevas elecciones? Si no hay más remedio… Todos dicen que sería tremendo, pero, en el fondo, como nadie piensa en lo que le conviene a España, sino en cómo sentarse en La Moncloa, estoy convencido de que están dispuestos a votar, votar y volver a votar, hasta que ganen. Supongo que sugerirles que vinculen la Presidencia de Gobierno al Gordo de Navidad, les parecerá una frivolidad, pero…  

Nosotros, los ciudadanos, contribuyentes, votantes o sufridores ¿qué pintamos en todo esto?

Poco o nada, hasta que nos necesiten para volver a votar.

Nos gustaría disfrutar estas fiestas en paz y los meses que les sigan, y los próximos cuatro años; querríamos olvidarnos de tanta frase hueca, tanto figurón vociferante, tanta desfachatez generalizada. Querríamos que se nos tomara por lo que somos: seres que demostramos a diario suficiente inteligencia como para resolver los problemas que nos van surgiendo.

Querríamos que nuestros representantes no nos manipularan sino que nos representaran, que para eso los elegimos; que comprendieran que son nuestros servidores, que les estamos pagando sueldos y sinecuras para que se preocupen de nuestros problemas, no sólo de los suyos.

Necesitamos que gobiernen unos, les pongan los puntos sobre las íes los otros, y que hablen, y acuerden y legislen sobre economía, sobre pensiones, sobre salud, sobre medio ambiente, sobre infraestructuras, sobre educación, en vez de pasar su tiempo mintiéndonos a nosotros e insultándose entre ellos.

¿Puedo desear que algo de todo eso se nos regale en 2020? 




lunes, 25 de noviembre de 2019

Diálogo o barbarie

El otro dilema: Independencia o barbarie

Ya es barbarie el mero enunciado, trasunto de “o yo o el caos”, así que descartado el original que tan descarnadamente planteaba el independentismo más radical hace pocas fechas, ninguna duda me plantea el que enuncia este post.

Enfrentados a un problema viejo de siglos, si eliminamos de la panoplia de soluciones la vía violenta a cargo del Estado, si rechazamos la amenaza procedente de las trincheras secesionistas, si asumimos que es preferible seguir viviendo dentro de la civilización occidental y no retroceder al medioevo ¿qué alternativa se puede dar a la barbarie que no sea el diálogo?

Podemos y debemos establecer límites a la negociación, acordar procedimientos, establecer reglas de juego, etc., etc., pero acabaremos donde digo: la única forma civilizada de encontrar alguna solución más o menos duradera que deje descontentas a ambas partes pero convencidas de que cualquier alternativa es peor, es sentarse y hablar y negociar y pactar, y seguir hablando y pactando y negociando hasta que las fuerzas no den más de sí.

Ésa empieza a ser la vía que exploran en estos momentos socialistas de uno y otro lado del Ebro y algunas formaciones independentistas.

Por lo que se refiere al campo socialista, se conoce desde hace algún tiempo cuáles son las líneas básicas del planteamiento: negociar dentro de la Ley y de la Constitución. No sé si será suficiente o no, pero es evidente que son límites reconocibles y nada discutibles.

Que, además, se insinúe que hay que avanzar hacia un modelo federal para España y que no se puede condicionar el sentarse a la mesa con empezar por reconocer el derecho de autodeterminación, son aderezos que tampoco vienen mal, aunque sean meras contestaciones a exabruptos llegados de la otra parte de una mesa que aún no está puesta en ningún sitio.

Los requisitos de ERC, según Pedro Aragonés

El Vicepresidente de la Generalidad ha expuesto, no sé si a título personal o en nombre de su formación, cuáles serían, “las cuatro patas” que tendrían que sustentar la mesa a cuyo alrededor se sentaran quienes tuvieran que negociar la salida del laberinto.

Permítanme mi opinión sobre cada una de ellas:

La primera es lo que él llama “una mesa de reconocimiento”, eufemismo que equivale a pedir una negociación de Gobierno a Gobierno, en pie de igualdad.
  • Mal empezamos. El problema no está en que negocien Gobierno a Gobierno. Eso lo hace el Gobierno de la Nación cada dos por tres con cualquiera de los Gobiernos de cada una de las CC. AA. No: el problema es lo de “en pie de igualdad”, porque sería tanto como poner el carro delante de los bueyes. 
  • Para que esa exigencia tuviera sentido tendría que admitirse que el Gobierno de la Nación es igual al de una cualquiera, la que sea, de las diecisiete circunscripciones territoriales que forman el Estado. Desde la más elemental de las construcciones lógicas, nunca la parte puede ser igual al todo.
  • Cualquier ciudadano, usted, lector, por ejemplo, puede establecer un diálogo con Hacienda. De hecho en más de una ocasión, a petición del Fisco o al nuestro, lo hacemos: lo que a nadie, ni siquiera al Sr. Aragonés (por cierto, curioso apellido para un secesionista catalán) se le ocurriría sería demandar de la Hacienda, incluso de la catalana, que el diálogo fuera en pie de igualdad.
  • Primera, pues, de mis conclusiones: en ningún caso cabe plantear un encuentro entre iguales porque sería tanto como dar por conseguida la exigencia mayor y mas difícil de todas las que habrá que examinar: la soberanía de Cataluña. Sólo si Cataluña fuera ya independiente podría negociar de igual a igual con España. ¿No se trataría de buscar una salida “internacional” en el previsible final sin acuerdo de las conversaciones?
“Que cada cual exponga sus legítimas aspiraciones y propuestas”, segundo eufemismo que equivale a una formulación clásica y muy fácil de entender: sentarse a negociar sin condiciones previas.
  • A diferencia del punto anterior, me parece algo admisible y muy poco comprometedor, siempre que las dos partes entiendan que presentar un rimero de cuestiones amparándose en este principio, no da al que las plantea más derecho que ése: entregárselas al contrario y esperar su contestación.
  • Sé que la admisión por el Gobierno de la Nación de este punto dará pábulo a descalificaciones inmediatas. No importa: la mayoría, la inmensa mayoría de los que las esgriman saben de sobra que es la única forma de afrontar procesos complejos de negociación. Tiempo tendrán unos y otros de rechazar lo que a cada uno le resulte inaceptable.
  • En resumen, los problemas no deberían de venir por este punto.
Las propuestas de las que habla Aragonés incluirán “el ejercicio del derecho a la autodeterminación, solución al sentir mayoritario del pueblo catalán”. 
  • El Vicepresidente advierte que llevará en su cartera la petición de un nuevo referéndum de autodeterminación. Simple anticipo a cuenta de algo que se daba por descontado.
  • Lo de “sentir mayoritario del pueblo catalán”, lo dice él, sin mayor base que la tinta en la que está escrito, porque todos los estudios y cuantas ocasiones ha habido de verificarlos recontando votos (votos, no escaños) dicen lo contrario.
  • Luego, si es eso es así y él lo sabe, habrá que suponer que esta tercera pata tiene como función, no tanto delimitar y condicionar el proceso de negociación sino evitar críticas de su propia formación y, en especial, de quienes juzgan  a ERC demasiado blanda. 
  • Segunda conclusión provisional, por tanto, nada que objetar tampoco a la tercera de las advertencias. Sabemos que pedirá esto y alguna cosa más. 
Cuarta y última pata: dice Don Pedro Aragonés que hay fundadas dudas sobre la fiabilidad de su posible interlocutor, nada menos que el Gobierno de la Nación pero, en fin, allá él, y que por tanto hay que acordar “garantías de cumplimiento” de lo acordado y que “nada más validador que las urnas”.
  • Último eufemismo, que en traducción libre, significa el sometimiento del posible acuerdo a referéndum.
  • Estoy completa, absoluta y definitivamente de acuerdo. ¡Que nadie se rasgue las vestiduras! Porque supongo que se estará refiriendo a referéndum convocado por el Estado Español al que será convocado al completo el censo de votantes de Cataluña y demás territorios del Estado Español.
  • Tiene que ser así, porque lo contrario es entrar en contradicción manifiesta: recordemos que se pide nivel igualitario en las conversaciones, así que sería un disparate que la decisión final sobre lo que acuerden dos, depende la voluntad de uno solo.
  • Tampoco creo yo que estuviera de más, si se hubiera llegado a ese punto, que se hubiera acordado también el plazo de validez de lo acordado y plebiscitado, no vaya a ser que las cosas no salgan como a Don Pedro Aragonés le gustara y salga del recuento de votos pidiendo una reunión con el Presidente del Gobierno para “resolver políticamente la solución del problema catalán”.
  • Cuarta conclusión: no estaría de más que alguien autorizado, el mismo Vicepresidente, sin ir más lejos, explicara a quién piensa convocar para votar cuando ya tenga un acuerdo con “Madrid”.
¿Quiénes son fiables del otro lado de la mesa?

¿Esquerra Republicana de Cataluña?
La verdadera pregunta no es si resulta o no fiable, sino comparada con quién. La situación no es la misma, por fortuna, pero ¿recuerdan al Papa Arzalluz diciendo aquello de “que unos mueven el árbol y otros recogen las nueces”?

Para que no haya dudas: ni el PNV es Esquerra, ni los CDR, aunque ya cuenten con algún investigado por terrorismo, son ETA. No obstante, sería muy ingenuo descartar de plano un acuerdo de reparto de papeles, moderados, radicales, bárbaros, para conseguir algo en lo que más de dos y de tres formaciones secesionistas están de acuerdo.

En realidad, importa poco. Si las cosas empezaran a moverse en la dirección que parece apuntarse, es decir, en el comienzo de algún tipo de diálogo que vaya más allá de vagas noticias en medios de comunicación, tiempo tendríamos de saber hasta dónde llegan los deseos de hallar soluciones asumibles por la otra parte.

Por el momento, y por lo que se refiere a ERC, escrito dejo cuáles son mis opiniones respecto a lo que cabe esperar de sus propuestas. Y algo más que añadiré enseguida.

¿JxCat?
Tiempo ha faltado para que voceros de la otra familia del independentismo hayan añadido condiciones a la mesa de cuatro patas de Pedro Aragonés.
Inasumibles, desde luego, de la primera a la última, sea cual sea el nivel de tolerancia que exhiba el Gobierno:
  • Delegación independentista encabezada por lo que me atrevo a llamar, no como insulto, sino como homenaje al cine antiguo “el trío de la bencina”: Puigdemont, Jonqueras y Torra”. Torra, si tiene el capricho no parece discutible, por poco simpático que resulte el personaje. Es el actual ocupante del sillón de “Honorable” (¡Hay que ver qué mala suerte haber buscado este nombre para según quiénes de sus destinatarios) ¿Qué le vamos a hacer?. El problema es que de los otros, uno está en la cárcel por sentencia firme y el otro huido de la justicia, así que hasta que no cumplan con la Ley, verdes las han segado.
  • Conversaciones presididas por un mediador internacional. ¿Hace falta que conteste o basta con remitirme a lo que ya dije en su día cuando se habló de este imposible?
  • Cuestiones también de imposible cumplimiento como amnistía para condenados, procesados, investigados y cuñados de unos y otros, caen tan lejos de lo posible que evidencian la verdadera razón de ser de las propuestas: o dinamitar el proceso antes de que empiece o dejar como corderitos inmaculados a los portavoces de Esquerra, para que parezcan inocuos. 
  • Una apostilla: la amnistía sería una consecuencia lógica de la independencia, como cada vez que hay un proceso de cambio de régimen. Pedirla ahora, es, como en el caso de exigir negociar en pie de igualdad, convertir la conclusión de algo que se está pidiendo en una condición previa.
¿Alguna otra cuestión a tener en cuenta? 
  • No es lo mismo formar primero Gobierno y después dialogar con quien corresponda, que hacer depender la formación de Gobierno de la predisposición favorable de quien pudiera tener en su mano no ya la gobernabilidad de España sino el torpedo que abra una vía de agua en la nave común. 
  • Si el Gobierno se hubiera formado por un acuerdo entre Partidos Constitucionalistas (que son bastantes más de los que le salen al Sr. Aznar; constitucionalismo y derecha no sólo no son lo mismo sino que en ocasiones son, guste o no, lo contrario), la posición negociadora del Gobierno sería bastante más sólida que si la formación del propio Gobierno va a depender de los votos de quienes están negociando con él. O sea, de su grado de satisfacción. Eso es poco menos que negociar con rehenes.
  • Por el momento, no entro ni salgo en quién es el responsable de que hasta hora no hayan hablado Sánchez y Casado, pero me parece que es algo inaceptable que sólo beneficia a quienes más lejos están de mirar por el bien común. (Háganme ustedes el favor de poner aquí los nombres de aquellos a quienes me refiero, que ya estoy un poco cansado) Tampoco creo que sea necesario demostrar el alto grado de surrealismo de la propuesta del Sr. Aznar de pedirle a Sánchez que deje gobernar a Casado si él no puede; es decir, si Casado no colabora con él. Sigue despreciando nuestra capacidad de pensar.
  • Por último, y por una vez lo menos importante, me llama la atención la urgencia actual de Ciudadanos de que se llegue cuanto antes al punto donde podríamos estar desde hace meses, sin necesidad de haber gastado tiempo, humor y dinero en las últimas elecciones, si cierto cadáver político hubiera cumplido en vida con lo que fue su vocación fundacional.








martes, 19 de noviembre de 2019

Soñar despierto

Fantasía, sueño, delirio, ¿qué más da?

Una semana y un día, suena a Sentencia, eso es todo lo que ha pasado desde que se dieron a conocer los resultados de las últimas elecciones. ¿verdad que parece que fue hace más tiempo?

La Historia, ahora, se está escribiendo tan deprisa que no es ni historia, sino crónica apresurada, mal hilvanada, de sucesos mutantes que hacen inválida la certidumbre, el análisis de la víspera.

Por eso, les aseguro, si de algo no tengo ganas es de profetizar, salvo que se me permita, como he leído que hicieron buena parte de los Profetas bíblicos, vaticinar sucesos que ya hayan ocurrido.

No obstante, o dejo para siempre esta manía de escribir sobre lo que veo a mi alrededor, o deslizo algún comentario sobre lo que me va pasando por la cabeza después de leer diarios, y ver noticieros.

Y es lo cierto que en estas últimas jornadas se han producido tres acontecimientos que afectan al devenir inmediato del inestable mundo de la política española.

Muy distintos entre sí, unos esperados, otros no tanto, unos procedentes del ámbito estrictamente político y otros dos ambientados en lo judicial. Tengo para mí que dentro de seis meses se habrán sedimentado y sea cual sea la deriva de cualquiera de ellos, ninguno va a hacer tambalear los cimientos de la Nación.

Hoy, sin embargo, añaden algún elemento de zozobra a la ya de por sí insegura búsqueda de la estabilidad institucional.

Me refiero, por orden cronólogico, al preacuerdo suscrito entre Sánchez e Iglesias, a la declaración de Torra ante la Audiencia de Barcelona y al fallo de la Audiencia de Sevilla en el sobradamente conocido “Caso ERE’s”.

Aún podría añadir algo más, y no me resisto a la tentación de ponerlo de manifiesto: las declaraciones altisonantes, extemporáneas y, en mi opinión, inoportunas de los dos Ex Presidentes por antonomasia: Felipe González y José María Aznar. Empecemos por ellos y hablemos luego de cosas más serias.

Esos jarrones chinos

Felipe González dijo un día que “los ex Presidentes somos como los  jarrones chinos: muy bonitos, pero llega un día que nadie sabe dónde ponerlos”. No se exceptuó a sí mismo, así es que ahora supongo que le es de aplicación. A Don Felipe no le gusta el acuerdo del Secretario General de su Partido con su homólogo de Unidas Podemos. ¿Y qué? A mí tampoco, y a muchos dentro de su Partido, tampoco; pero, por lo que a mí se refiere, ni lo he provocado, ni he podido impedirlo, ni tango capacidad alguna para romperlo.

Él, por el contrario… ¿Recuerda el Sr. González que su apoyo fue decisivo para que José Borrell fuera apeado de la Secretaría General cuando ganó las primarias a Joaquín Almunia? ¿Se le ha olvidado ya que sin su ayuda jamás el Sr. Zapatero habría ganado a José Bono?

Dicho de otro modo: El Sr. González que tan alto hizo subir a su Partido fue más tarde, con sus errores, uno de los responsables de las penurias posteriores. ¿Está seguro el ex Presidente de que Sánchez estaría donde está de haber sido Secretarios Generales del PSOE primero Borrell y luego Bono? 

Así es que ¿Por qué no recuerda su propia teoría y deja de comportarse como jarrón chino?

En cuanto a José María Aznar… ¡Ah, Don José María! Sigue siendo incapaz de hablar sin regañarnos. En esta ocasión anuncia para España la peor de las crisis posibles si el tándem Sánchez/Iglesias llega a formar Gobierno. Una hecatombe sin precedentes, eso es lo que nos espera si no le hacemos caso a él.

Podría pensarse que son terrores de viejos, pero su problema no es la edad, sino la desmesura.

Alguien le tendría que recordar que PSOE, PP y todos los demás Partidos están donde están por nuestros votos, así que él, que fue Presidente porque así lo quisimos los españoles, y no por una gracia de Dios, debería ser algo más respetuoso con quienes hemos elegido los ciudadanos, aunque no le gusten. Él no gustó muchos y aunque otros se equivocaran, no seré yo quien lo ponga de chupa de dómine ni siquiera ahora que ha entrado en la categoría de jarrón.

Lo que no puedo dejar de comentar es su receta sorprendente para salir del charco: Gobierno de concentración entre Partidos constitucionalistas (PSOE, PP, C’s y Navarra Suma) ¡bajo la Presidencia del PP! La diferencia de escaños entre socialistas y populares, no parece que merezca la pena ser tenida en cuenta.

Bueno, es una idea, pero digo yo ¿No sería mejor sumar al acuerdo al representante de “Teruel Existe” y dadas sus características, ofrecerle la Presidencia de Gobierno? Si no tiene que ser el más votado ¿por qué no elegir al menos sospechoso de parcialidad?
En fin, que tampoco sabría qué hacer con este jarrón chino de acento tejano.

Quim Torra saca pecho y desafía al mundo

Una advertencia que, de paso, sirve para el siguiente capítulo: los tiempos judiciales dependen de prolijas normas procesales que, ni son del gusto de casi nadie, ni su aplicación depende de la Comisión de Subsecretarios, sino del ámbito judicial.

Las fechas de celebración de vistas orales o de publicación de sentencias ocurren cuando toca y casi nunca le vienen bien a todo el mundo. Y como eso es así, no vale de nada apuntarse a teorías conspiranoicas que veían la larga mano de Sánchez en la fecha de la Sentencia del Proceso al independentismo, o llorar ahora porque las declaraciones de Torra hayan funcionado como un auténtico altavoz de la propaganda "indepe", en el peor momento para Sánchez o lamentarse por lo mal que le va a venir al PSOE el fallo de la Audiencia de Sevilla para formar Gobierno precisamente ahora.

Así que ¿De qué extrañarse? Torra es un activista contumaz metido a Presidente que ha aprovechado, aprovecha y aprovechará todas y cada una de las oportunidades que se le brinden para hacer propaganda de su causa. ¿Qué arriesga? ¿Dos años de inhabiitación? ¿Y sólo cuando la Sentencia sea firme, o sea dentro de, tal vez, otros dos años?

El problema no es ése. La cuestión es que hoy es un poco más difícil que ayer que Esquerra Republicana pueda sumarse a un proyecto global de gobernación de España, siquiera sea con la abstención, si no pone sobre la mesa peticiones inasumibles por PSOE (espero), tales como “negociación política de tú a tú entre Cataluña y España sin condiciones previas”, y, se diga o no se diga expresamente, indultos de los políticos presos ya condenados. Esquerra no puede dar lugar a que se les tache de “botiflers”.

¿Se resitiría Unidas Podemos a presionar a Sánchez para que aceptara buena parte de las exigencias independentistas? Yo creo que no, es decir, puedo imaginar que este episodio podría ser una de las palancas que hicieran saltar el preacuerdo. No olvidemos que en el punto 9º  de documento se habla de “diálogo dentro de la Constitución”.

Éramos pocos y parió la abuela

¡Por fin! La Audiencia de Sevilla, tras más de siete años de instrucción, juicio oral y redacción del fallo, ha dado a la luz la Sentencia (1.700 páginas, que se dice pronto) que cierra el primer capítulo de uno de los más sonados casos de corrupción y malas prácticas políticas y administrativas de nuestra Historia reciente.

Como mera precisión, conviene decir que cuando se habla de 680 millones de €, en una década no puede interpretarse, como hacen la mayoría de comentaristas, en el sentido de que se han malversado esos casi 700 millones.

Esa cantidad es el total de subvenciones a Expedientes de Regulación de Empleo durante esa década, cuya mayor parte han terminado donde estaba previsto: en ayudas a los afectados, empresas en dificultades y trabajadores despedidos.

Los desmanes vienen por dos caminos: porque en muchos casos se incluyeron en las listas de beneficiarios a empresas y trabajadores que no tenían derecho a ello y, esto es fundamental, porque todo esto se hizo al amparo de una normativa dictada ex profeso para poder manejar las subvenciones sin ningún control.

En todo caso, no es muy edificante ver condenados a dos ciudadanos que fueron Presidentes de una Comunidad Autónoma, aunque ni fueran los primeros en conseguir tan dudoso galardón, ni, me temo, hayan de ser los últimos.

Luego, que estando donde estamos, los portavoces de la mayoría de los Partidos afilen sus lenguas y digan lo que mejor les acomode, no va a ser a mí a quien extrañe, ni seré yo quien pierda un minuto de su tiempo recordando semejanzas pasadas y ejemplos a punto de ocurrir.

Por otra parte, con la tinta aún fresca de la Sentencia, difícil se le pone a quienes han ido por ahí pregonando regeneracionismo apoyar al Partido perjudicado por el fallo. Como decía, “éramos pocos…”

Volvamos al principio: soñar despierto (o confundir deseos con realidad)

¿Qué posibilidades reales hay de que el abrazo entre Sánchez e Iglesias sea “el comienzo de una hermosa amistad”? Olvidemos las pésimas relaciones históricas entre ambos; dejemos de lado la desconfianza mutua por promesas incumplidas, o por actuaciones extemporáneas. Hablemos de realidades
.
Descartadas imposibilidades manifiestas (Vox o PP, o la CUP o JxCat sumándose al acuerdo) es evidente que el texto firmado sólo puede valer para algo, si llega a sumar adhesiones suficientes, entre las que es imprescindible o el apoyo expreso en primera votación, o la abstención en segunda vuelta de Esquerra Republicana de Cataluña.

O Sánchez cede y entiende que en la Constitución cabe todo, o Esquerra asume que tampoco es tan grave que te llamen traidor si con eso ganas por la mano a tus competidores internos. Sí, pero ¿puede olvidarse el efecto de esa deriva hacia la moderación de Esquerra a pocos meses de las elecciones catalanas? Difícil, muy difícil ir más allá. Si no lo hace, UP podría quedarse compuesta y sin novio.

Dicho de otra manera: Unidas Podemos está ahora pisando una fina capa de hielo sobre un lago de aguas heladas. Ni puede moverse, ni vale para nada. que lo haga. Si se convierte al constitucionalismo, Esquerra se queda fuera de fuego; si exige más a Sánchez, se expone a que éste se rasgue las vestiduras y lo deje sin sillones, una vez más.

Por otra parte, ya hemos hablado de Esquerra, el PSOE también se mueve en zona minada. Algunos de los apoyos que podría recibir, son abrazos de oso, cajas de bombas, o como queramos llamarlos porque hipotecarían otras soluciones más ventajosas para el propio Partido y, en definitiva, para la gobernabilidad.

No puede inclinarse hacia Cataluña más allá del “diálogo dentro de la Constitución”, ni puede permitir que Unidas Podemos trate de torcerle el brazo. Así que, y ahí quería llegar, quizás no tenga más remedio que explorar otras posibilidades.

Ahora, sumen (para la segunda votación, no pierdan el tiempo antes)

Votos a favor de la investidura de Pedro Sánchez
  • Partido Socialista..................... 120
  • Ciudadanos.............................  10
  • PNV......................................    7 
  • Más País..................................  3
  • Coalición Canaria.......................  2
  • Navarra Suma...........................  2 
  • P. Regionalista Cántabro............... 1       
  • Bloque Nacional. Gallego............   1     
  • Agrupación Electores Teruel.......... 1      

Total………………………………………………………….. 147

Abstenciones
  • Partido Popular........................ 88
Total……………………………………………………………  88

Votos en contra de la investidura de Pedro Sánchez
  • Vox...................................... 52
  • Unidas Podemos....................... 35
  • Esquerra Republicana................ 13
  • EH Bildu ..................................5
  • JxCat..................................... 8
  • CUP....................................... 2
Total…………………………………………………………….  115

Lograr un acuerdo de estas características, exigiría, me parece a mí, las siguientes condiciones:
  • Las formaciones clave, PSOE, PP, C's y PNV tendrían que acudir con un ánimo negociador extremadamente generoso y hacer gala de bastante mano izquierda para tratar con los restantes actores.
  • Algún Partido, no sólo el PSOE, es posible que tuviera que reconsiderar algunos acuerdos de Gobierno en ciertas Comunidades Autónomas, nada coherentes con lo que ahora se estaría intentando.
  • Las negociaciones tendrían que enfocarse con el mismo talante con el que se afrontó la redacción de la Constitución. Al fin y al cabo, entonces había más distancia teórica entre Alianza Popular y Partido Comunista que la que hoy pueda haber entre PSOE y PP. Cierto que entonces se hablaba de ganar e futuro y ahora de ostentar el Poder.
  • Los dos grandes, tendrían que ser conscientes de que sólo dejando por el camino algunas de sus pretensiones podrían llegar a un acuerdo. 
  • Ambos deberían dejar de mirar a su izquierda y a su derecha, respectivamente, y mirarse a la cara sin reticencias.
  • Ciudadanos y PNV tendrían que afrontar su reconciliación como actores de un drama, no de una tragedia, que afecta a intereses muy por encima de sus propias organizaciones.
Aún sería necesario tener en cuenta otros elementos, cómo relacionarse todos con los medios de comunicación durante el proceso, qué calendario deberían tener presente, y algunos otros de menor cuantía.

Penúltima puntada: si repasan las cifras, verán que aún hay margen para que algún “sí” se sume a la abstención o, incluso al “no”, sin que se altere el resultado global.

Ahora, por un momento, imaginen que las cosas pasaran como en mi sueño: ¿Verdad que sería divertido ver votar en el mismo sentido a Vox y a EH Bildu, Unidos Podemos, y al Independentismo catalán en masa?