sábado, 27 de febrero de 2021

 Las obsesiones recurrentes de un autócrata vocacional


Un profesor al mando

Don Pablo Iglesias Turrión ha sido profesor. Interino, pero profesor. De ciencia Política, para ser precisos. Empeño para el que lo habilitan su licenciatura en Derecho y su posterior doctorado en Ciencias Políticas. Bagaje no solo suficiente, sino superior al que pueden exhibir muchos de quienes han ocupado antes que él poltronas ministeriales de parecida importancia.

No obstante, una cosa es reconocer los avales académicos del Profesor Iglesias y otra pasar por alto algunas de las obsesiones de las que hace gala con reiteración y contumacia.

Hay más, pero me gustaría comentar dos de ellas, no por que las tenga más o menos arraigadas que otras, sino porque son un test para averiguar qué entiende el Vicepresidente Segundo por democracia consolidada y su contrario, el déficit democrático.


La interesada concepción de la libertad de prensa del Sr. Iglesias

Una y otra vez, Iglesias truena contra la propiedad privada de los medios de comunicación. Suele utilizar un argumento característico de cualquier autocracia, no importa de qué signo: los medios en manos privadas responden a los intereses de los propietarios, que, por definición, son contrarios a los del pueblo soberano, también llamado "La Gente".

Lo cierto es que hay medios de comunicación que defienden postulados retrógrados y otros progresistas. Unos les gustan a unos y otros a otros. La cuestión no es que le guste o no al Sr. Iglesias, sino que esa diversidad está amparada por la Constitución en cuyo Art. 20 se reconoce y protege el derecho a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción y a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión.

En realidad, el art. 20 hace algo más: trata también, a renglón seguido, de controlar el correcto funcionamiento de los medios  de comunicación de titularidad pública. Y para nuestra Carta Magna, esos medios no son del Gobierno, sino del Estado.

¿Cómo ve el eminente profesor esta cuestión? 

  • Año 2013: "Si la información es un derecho, en la medida en que un derecho se convierte en susceptible de mercantilización y en susceptible de ser una propiedad privada, se convierte en un privilegio. Por lo tanto, lo que ataca la libertad de expresión es que la mayor parte de los medios sean privados. Incluso que existan medios privados ataca la libertad de expresión, hay que decirlo abiertamente". Pregunto ¿La enseñanza, el deporte, la vivienda, la sanidad, la cultura, el transporte serán privilegios si no son estatales? Ni siquiera me escandalizo: solo pongo de manifiesto que la inmensa mayoría de nuestros derechos protegidos por las Leyes, pueden estar en manos privadas y, por tanto, según el eximio profesor interino de Ciencia Política, se convierten en privilegios. Tiene razón: una vivienda en Galapagar, versus los habitáculos de La Cañada Real.
  • Frases redondas, lapidarias, expuestas en una entrevista a cierto canal chavista: "El periodismo es un arma que vale para disparar. Punto. Ya está", e insistía "Hay quien tiene cañones, quien tiene misiles y quien tiene presentadores de TV", para concluir "Es antidemocrático que en España los grandes medios de comunicación sean de propiedad privada de multimillonarios". ¿Antidemocrático? No es eso lo que dice la Constitución, pro ya se sabe que España tiene un déficit de democracia que habría que corregir cuanto antes. Uno podría pensar que estos desafueros son fruto de su afán por ganarse el favor del régimen bolivariano, pero hay más.
  • El pasado 18 de febrero, en sede parlamentaria, contestando a no recuerdo qué Diputado decía "La prensa es el único poder sin control. Un director de periódico manda más que usted y que yo y no lo controla nadie, mientras que nosotros estamos aquí por los votos". Me pregunto si el Sr.Iglesias ha caído en la cuenta de cuántos otros poderosos están fuera del control parlamentario, de su control, que es el que él echa de menos: ¿Querrá acabar con todos?  ¿Florentino Pérez, Lionel Messi, Joaquín Sabina, el Secretario de la Conferencia Episcopal, el dueño de Mercadona? ¿Qué piensa hacer con ellos? 
  • Mientras tanto, el Vicepresidente utiliza el poder que le han dado los votos y su cargo en el Gobierno, para manipular hasta donde puede RTVE. No parece percibir la diferencia entre Estado y Gobierno, y ahí tenemos, por ejemplo, a Jesús Cintora que convierte un espacio diario de tres horas en una plataforma de propaganda republicana. Nada tengo contra la República, pero el acoso diario al Rey emérito y a la Monarquía como tal es prueba de manipulación sectaria que casa mal con la objetividad exigible a los medios públicos ¿Imaginan la TV5 francesa despotricando a diario contra la República porque el posible Vicepresidente del Gobierno fuera monárquico? Por cierto, Juan Carlos I terminará ya veremos dónde, pero hasta la fecha no está reclamado por ningún Tribunal, por tanto, no es un fugado como Puigdemont, sino un ausente. Si hace bien o mal, es otra cuestión. Yo creo que mal, pero eso no enerva su derecho a abandonar su país cuando le venga en gana.

En las dos ocasiones en que he estado en Cuba compré "Gramma", el periódico del régimen, único que circula. Es un buen ejemplo de qué puede esperarse del monopolio informativo en manos de cierto tipo de Gobierno. En la URSS, a propósito de los dos periódicos oficiales se decía que "Izvestia" no sabía lo que era la verdad (pravda) y "Pravda" desconocía lo que era la justicia (izvestia). Don Pablo era un niño, pero ¿recuerdan algunos de mis lectores "El Alcázar", "Arriba", la censura de Arias Salgado? Si el Profesor llegara a tener poder para ello, me pregunto si no vería la Ley Fraga de Prensa como peligrosamente liberal. 

En resumen, por fortuna, los medios de comunicación privados no forman parte del Estado. Son un elemento de la sociedad civil que garantizan una información tan variada, tan necesaria, tan imprescindible como odiada por el señor Iglesias. Cada uno de nosotros elige los que más le gustan para disfrutar o para indignarse con su contenido. Cualquier forma de control sobre ellos sería un retroceso intolerable en el campo de las libertades colectivas e individuales que no nos podemos permitir.


Esos jueces que dictan sentencias sin pedir permiso a Don Pablo

No hay día que no nos llegue noticia de alguna sentencia sorprendente. Unas veces la sorpresa es agradable y otras no. Vean, no obstante, que la misma sentencia que a usted le encanta pone de uñas a su cuñado. O sea, que es imposible que la  percepción de la Justicia sea igual para todos. Algunos lo damos por supuesto y otros siguen asombrándose. 

Y luego está Don Pablo y los que piensan como él: lo mejor es tirar por la calle de en medio y poner firmes a los Jueces. Al fin y al cabo así ha estado sucediendo durante miles de años. El Reyezuelo que impartía él mismo la justicia cuando los celtíberos andaban a la greña con las Legiones, luego el Emperador, más tarde el Señor Feudal y después Monarcas absolutos, dictaban las leyes, las aplicaban y, llegado el caso, pagaban unas monedas al verdugo para terminar cuanto antes con el molesto reo.

Hace poco, algo más de dos siglos nada más, vino la división de poderes y las cosas empezaron a verse de otra manera. Don Pablo no entiende de moderneces, aunque disfraza su discurso con una fraseología pseudo progresista para enmascarar su verdadera intención: poner a órdenes a los jueces.

  • Unas veces habla de la necesidad de establecer algún criterio que permita conectar las decisiones judiciales con el sentir de "La Gente". De nuevo "La Gente" como entelequia de la que él es el intérprete universal. Nadie mejor que él para detectarlas.
  • Otras veces prefiere hablar de "compromisos ideológicos". En febrero de 2016, cuando PSOE y Podemos negociaban la formación de Gobierno, Iglesias planteó que el Fiscal General del Estado, el Jefe de la Abogacía del Estado, el Fiscal Anticorrupción, el Fiscal del Tribunal de Cuentas, los Magistrados del Tribunal Constitucional y los Vocales del Consejo General del Poder Judicial tenían que ser escogidos por su compromiso ideológico con el programa de Gobierno. 
  • En ocasiones arremete contra la judicatura mintiendo, como cuando habla de las humillaciones sufridas por las "múltiples ocasiones en las que Tribunales europeos quitan la razón a nuestros jueces". Los Tribunales Europeos son, ahora, una instancia judicial más, en la que nuestros Tribunales llevan muchas más confirmaciones que revocaciones. Él lo sabe, pero miente. 
  • Ejemplo de demagogia es proponer que para despolitizar la judicatura, los vocales del Consejo General no sean elegidos por los Partidos ni por las Asociaciones de Jueces, sino por elección directa por la ciudadanía entre candidatos propuestos no se sabe cómo, pero se supone que sin intermediarios. ¿De verdad espera Podemos que alguien crea que en esa elección, muestra de “democracia directa”, no habría interferencias de los Partidos?
  • La obsesión es antigua. Recuerden que en la primera versión de su programa,  figuraba la promesa de "una auditoría pública y externa del sistema judicial sobre criterios y parámetros basados en su eficiencia, eficacia y sostenibilidad, con el fin de buscar una fotografía constructiva y evaluar una necesaria reorganización en aquellos ámbitos que precisen refuerzo". En resumen: lo que pretende es que el Ejecutivo, controle y modele el Poder Judicial.

La Justicia española tiene graves y crónicos problemas como su lentitud exasperante consecuencia de falta de medios humanos y materiales, y el exceso de normas procesales antediluvianas. Ambas cosas podrían corregirse incrementado la dotación presupuestaria durante varios ejercicios y consensuando cuáles deberían ser los cambios normativos precisos. No es que no se haya logrado, es que ni siquiera se ha intentado. No importa quién haya ocupado la Moncloa, nadie ha estado por la labor. Esos son los verdaderos problemas, no la falta de sintonía de la judicatura con "La Gente", falacia que esconde el deseo de someter la justicia española a la disciplina de un Partido que nace con vocación de Partido Único. 


En resumen

  • Al Profesor le encanta mangonear RTVE, influir en "La 6ª" y dejarse querer por algún que otro diario digital pero le saca de quicio que los periódicos y las cadenas de televisión que no controla discrepen de sus ocurrencias o que  pongan de relieve los torcidos caminos por los que pretende llevarnos del ronzal como si no fuéramos capaces de pensar por nosotros mismos.
  • Lo malo de los jueces es que unas veces empapelan a unos y otras a otros y eso no es lo que quiere "La Gente". Lo que él sabe que quiere "La Gente" es que los Tribunales estén absolutamente comprometidos con su programa de Gobierno y que sirvan como obedientes ejecutores de sus designios. 
  • Una y otra cosa, atacar la prensa libre y la independencia del poder judicial son torpedos en la línea de flotación de la democracia española. Esos sí son dos peligros ciertos, próximos y graves de pérdida de calidad democrática; más, incluso, que  exabruptos verbales poniendo en solfa al país y a sus ciudadanos.  















sábado, 20 de febrero de 2021

En el filo de la navaja


España desde Cataluña. Ganadores, perdedores y recalcitrantes

El pasado domingo vivimos una noche electoral diferente: las encuestas no erraron demasiado y no todos los líderes se declararon ganadores. Los resultados no han bastado, sin embargo, para que los portavoces dijeran cosas sensatas. No, al menos, algunos de ellos.

Por lo que se refiere a los que pregonan su victoria, habrá que recordarle a Illa, al socialismo catalán y al madrileño, que ser el Partido más votado no garantiza el acceso al Gobierno. Hace bien Illa en aparentar que pretende la investidura; el precedente de Inés Arrimadas que estuvo en semejante trance y se quedó papando moscas no va a repetirse. Fracasará pero no dejará de intentarlo. Hace bien.

En cuanto a ERC, su pequeña pero decisiva ventaja sobre las huestes del fugado, coloca a la formación en lugar de privilegio para intentar gobernar, aunque le endosa la responsabilidad de elegir compañero ¿Va ser más izquierda que catalana o al revés? Dicho de otra forma ¿será cierto que a ERC le importa un pimiento lo que pase en el resto de España?

Hay un tercer ganador. El mayor vencedor de todos los vencedores del día 14, ha sido Vox. Partiendo de cero, casi ha cuadruplicado los escaños del PP, tiene más diputados que PP y C’s juntos y ni siquiera va a sufrir el menor desgaste porque no hay ninguna posibilidad de que tenga que enfrentarse al reto de convertir sus proclamas en políticas reales. Casado siente ahora el aliento de Abascal en la nuca.

Perdió Puigdemont, aunque su palanganera Laura Borrás  sostenga que ha habido un empate técnico. No, señora, no lo hay: usted y su jefe han dejado de ser el mascarón de proa de la irracionalidad nacionalista. Pueden seguir molestando durante mucho tiempo, pueden continuar olvidando las tradiciones burguesas catalanas, al fin y al cabo usted y su jefe viven de eso, pero el banderín ahora lo llevan otros, así que no hay empate: han quedado segundos en su carrera particular y terceros en la general. No lo digo yo, lo han dicho sus votantes, y no lo siento.

Perdió Casado. Por tercero interpuesto, pero perdió y lo hizo por partida múltiple: obtuvo los peores resultados de su historia catalana, ha ocupado el último lugar entre los Partidos con representación parlamentaria y ha quedado a una distancia  sideral respecto a quien le disputa el liderazgo de la derecha. Que la pérdida haya llevado a quienes han hablado en nombre del Partido a lamentaciones patéticas empieza a ser una costumbre.

Los resultados de Ciudadanos van más allá de la simple aritmética: pasar de ser el más votado con 36 escaños al penúltimo lugar de la tabla con 6, hace innecesaria la búsqueda de adjetivos para calificar la derrota. El riesgo de desaparición es algo más que un pronóstico agorero. Por el bien de Ciudadanos, de la derecha española y hasta por el futuro de los dirigentes y militantes del Partido que quieran seguir en política, podría haber llegado el momento de pactar las condiciones de la fusión con quien debería ser el beneficiario natural de su desaparición. Cualquier cosa, Srª Arrimadas, menos seguir el ejemplo esperpéntico de Dª Rosa Díez.

Quedan los recalcitrantes, los que pase lo que pase, repetirán sus mantras hasta el aburrimiento. Los antisistema declarados y los populistas disfrazados de izquierda alternativa, seguirán estorbando a unos y a otros. Los comunes siguen donde estaban, mientras los revolucionarios de salón, los "cuperos", dudan ahora entre seguir en las barricadas de quita y pon o entrar en las instituciones para dinamitarlas desde dentro, mientras se benefician de ellas

Con estas cartas a la vista, olviden la calculadora, que el final de la partida se ve venir: gobernará el independentismo y harán muy bien Illa y sus mentores monclovitas si ejercen de oposición desde el primer día. Solo una duda y no pequeña: ¿qué pasará cuando el Gobierno necesite de ERC en el Congreso? Porque hablan de referéndum y de amnistía. Recuerden que la única diferencia apreciable con los secuaces de Puigdemont, es si se admite o no la vía unilateral a la independencia.

Y visto desde Madrid y por lo que se refiere a quienes no somos más que espectadores impotentes, no olvidemos que sigue siendo Vicepresidente el firme defensor del derecho de autodeterminación de cualquier Comunidad Autónoma que lo pida. 

¿Quo usque tandem Pablo? Que diría cualquier Cicerón que pudiéramos tener a mano.


El difícil ideal de una derecha necesaria

España está en la encrucijada. Cataluña no es más que un síntoma. El panorama actual, el futuro inmediato es inquietante. Al hervidero catalán, añadan un Gobierno en estado de creciente efervescencia y un desconcierto generalizado en la principal Partido de la oposición, en el momento en el que es preciso salir de la pandemia y gestionar los recursos que llegarán de Europa. 

España precisa cuanto antes de una derecha organizada, solvente, responsable y honrada. Si su programa está algo más o algo menos inclinado a alguno de sus límites ideológicos, es poco relevante. Lo que importa es todo lo demás: organización, estabilidad interna, ideario definido, estrategia reconocible, señas de identidad inequívocas. 

¿Qué tenemos nosotros? Tres derechas, no una, digan lo que digan los voceros a la izquierda de la izquierda; líderes cuyo único capital es su capacidad oratoria, más utilizada para insultar al contrario que en atraer al votante; corrupción sistémica en el mayor de los tres Partidos del conglomerado; cambios de rumbo constantes, e incapacidad crónica para la autocrítica, herramienta indispensable para salir de las crisis, que se pretende sustituir por la búsqueda de culpables externos, como si la obligación del antagonista fuera sacarle las castañas del fuego.

Vean los últimos ejemplos: Teodoro García Egea, el que pedía la dimisión de Sánchez la misma noche en la que ganó las elecciones, ahora culpa de la debacle catalana al PSOE, lo que equivale a felicitarle por haber ganado. Dos días después, Casado abunda en la idea y amplía la lista de culpables de su derrota a Bárcenas (también conocido por "esa persona") a la fiscalía y a los medios de comunicación. Pero Bárcenas era el tesorero del PP, no de la CEDA, ni del Partido Socialista; y en cuanto a la Fiscalía, los Tribunales no solo trabajan en casos que perjudican al PP, sino también a Iglesias, como antes lo hicieron con el PSOE, y la mayoría de los medios de comunicación están en manos propicias.

Mientras tanto, Vox gana terreno en cada ocasión que se presenta. Ambas formaciones son derecha, pero no son la misma derecha. Trump no es la Merkel, Ni Stalin fue Willy Brandt. Como no son lo mismo la CDU que Alternativa por Alemania. ¿Por qué no estudia el Sr. Casado cómo ha gestionado la Srª Merkel las contradicciones internas en el seno de la derecha alemana?

No creo que la solución de los males del PP se arreglen cambiando de domicilio. Alguien ha dicho que cuando un equipo va mal en la liga, se cambia el entrenador o a los jugadores, pero a que nadie se le ocurre vender el estadio. Tampoco creo que sea la solución implantar la ley del silencio y tratar a Bárcenas y a los problemas de corrupción como si no hubieran existido, porque fuera del PP no puede aplicarse esa Ley, y porque los votantes están fuera, no en Génova 13.

Creo que la primera tarea de Don Pablo debería ser poner en línea sus palabras y sus hechos: no puede jugar a diferenciarse de Vox, compitiendo en su mismo terreno y alentando a obstruccionistas profesionales como la Srª Ayuso y su mentor o tratando de hacer como que el pasado no existe: Fraga, Aznar y Rajoy son la historia del PP, para lo bueno, que lo hubo, y para lo malo que hay que asumir, digerir y superar. No con el silencio, desde luego. 

Pablo Casado debe mirar su DNI y tranquilizarse. Menos prisas, porque con su edad, no pasa nada si tarda ocho años en llegar a la Moncloa, que es donde terminará si persevera y deja de errar una y otra vez. Si trata de competir con Vox en el terreno de este, perderá, porque lo normal es preferir el original a la copia, y porque el tempo de Vox es otro. Abascal parte de tan atrás que tiene mucho más tiempo por delante. 

Mientras tanto podría reflexionar sobre qué está haciendo mal cuando una formación a su izquierda, como Ciudadanos, entra en fase de liquidación por derribo y sus votantes se los llevan Vox y el PSOE y no quien debería haber sido el beneficiario de la debacle.

Las opciones de Casado, simplificando al máximo el problema, lo que siempre es caricaturizarlo, se reducen a una simple cuestión de elección de contrincante: o busca el centro, se queda con los restos de Ciudadanos y compite con la derecha del PSOE, que la hay y está desconcertada por las turbulencias del Gobierno actual, o se escora a su derecha y entra en conflicto con Vox, su socio en tres Comunidades Autónomas, con el problema ya apuntado de tener que enfrentarse con el original, siendo tú el sucedáneo.


La izquierda que gobierna

Los dados podrían haber rodado de otra forma, pero no lo hicieron. El PSOE, con el aval de los votos ciudadanos, llegó al poder aliado con quienes había jurado descartar como socios, apoyado por lo peor de cada casa. 

Tan cierto como legal, y tan imputable al deseo de Sánchez de ser Presidente, como a quienes pudieron impedir la coalición, pero negaron el pan y la sal a quien les había superado en las urnas. Disfrazar los hechos con frases ingeniosas, Gobierno de okupas, Gobierno Frankestein, enardecerá a su público, pero no cambia las cosas.

Oigo estos días que tras las elecciones catalanas, Sánchez navega en la cresta de la ola y sale reforzado. Tengo mis dudas.

El PSOE actual es una máquina bastante eficaz de recoger sufragios, pero eso es algo que puede cambiar de un día para otro. Sánchez halagó a sus bases  y cuestionó la estructura del Partido; eso, a largo plazo, debilita a su formación. Maniobra con bastante habilidad, no para en barras a la hora de sentarse a mesas de alto riesgo… pero ha terminado en manos de su taimado enemigo que aspira a sentarse en su sillón y que es quien media entre Don Pedro y sus peligrosos apoyos.

El primer problema del Presidente del Gobierno no es ahora mismo el PP, sino su socio, el Vicepresidente Segundo, y todo lo que lleva detrás. Ha bendecido una coalición que es tóxica porque al menos uno de los socios hace trampas a diario.

La deslealtad de Unidas Podemos no es mayor de la que le presuponía el mismo Pedro Sánchez. Iglesias es el que es, su formación es la que conocemos de sobra, y ni de uno ni de otro hay por qué esperar lealtad o ánimo colaborador.

Iglesias ha conseguido buena parte del botín que pretendía: los servicios de inteligencia, Ministerios con enorme capacidad de impacto mediático, manipulación abusiva en la televisión pública, y presencia constante en debates artificiales que se orquestan a su mayor gloria. ¿Cómo lo hace? Como siempre: estando en los dos lados de la barricada según convenga; sentándose en el Consejo de Ministros pero votando en su contra en el Parlamento, aliándose con el independentismo, denigrando al país de cuyo Gobierno es Vicepresidente, alentando la insurrección callejera. Como siempre, como el viejo cuento del carácter letal del escorpión. 

¿Es un problema Iglesias? No, el problema es la pasividad de Pedro Sánchez. Su socio no quiere ni puede correr el riesgo de que lo pongan en la calle, y él debería saberlo ¿O cree que en unas hipotéticas elecciones anticipadas Iglesias iba a mejorar su actual fortuna? Jamás correrá ese riesgo, así es que si le aprieta las clavijas, agachará las orejas ¿Ha explorado los márgenes de maniobra de la derecha si pone sobre la mesa la defenestración de Unidas Podemos? Es posible que no valiera para nada, pero ¿Lo ha intentado?

Porque después de ver lo ocurrido en Cataluña el tiempo se acaba: la actual mayoría parlamentaria dependerá de lo que conteste Sánchez a las anunciadas exigencias de ERC, ya saben, referéndum y amnistía. Así que o reconduce su relación con Unidas Podemos o dependerá del abrazo del oso de su socio. 


En resumen

  • Hay veces que no solo por decencia, sino por pura conveniencia, hay que asumir riesgos: dejar de mirar las encuestas, ponerse delante de los votantes, no detrás, y señalar el camino que indican tus principios. Si se gana, mantienes el poder; si se pierde, puedes recuperarlo, desde la fidelidad a tus postulados.
  • La virtualidad de la democracia depende del consenso previo en el seno del cuerpo social sobre los valores compartidos por sus miembros. Si se da ese condicionante, las normas básicas de la democracia, elecciones libres, alternancia en el poder, división de poderes… no solo tendrán sentido sino que la sociedad estará de acuerdo con sus consecuencias. Por ejemplo, asumirá con absoluta normalidad que el candidato que tú hayas votado no llegue al poder. 
  • Imaginen ahora una España en que las dos únicas opciones electorales fueran Vox y Unidas Podemos. No porque las demás estuvieran proscritas, sino porque el electorado, cada vez más polarizado, las hubiera dejado morir. Ganara quien ganara, los votantes de la otra opción no reconocerían la legitimidad del Gobierno. Estarían convencidos de que solo por medios arteros el ganador habría obtenido la victoria. Eso es lo que ha pasado en las últimas elecciones norteamericanas y vean que no hablo de Estados fallidos, sino de la primera potencia del planeta, o sea que puede pasarnos a nosotros, como le pasó al país más culto de la tierra, Alemania, cuando Hitler llegó al poder por las urnas.
  • Último apunte: no estoy defendiendo que PP y PSOE se embarquen en la "Gran Coalición". No me repugna, pero creo que España no está madura todavía para algo así. Hablo de un paso previo: permitir que gobierne la nación el que resulte ganador, con las condiciones previas que pudieran establecerse en cuanto a garantías de funcionamiento. Si ambos Partidos fueran decentes entenderían lo que deben hacer: jugar limpio, cumplir la Ley y sacrificar el corto plazo en aras de la solidez del sistema y del bien de España. 
  • Voy a descansar un rato; es posible que debido al confinamiento que soporto en mi Zona Básica de Salud haya bebido demasiado.












sábado, 13 de febrero de 2021

 Europa y las vacunas

Encerrados con un solo juguete

Tomo prestado el título de la ópera prima de Juan Marsé, no tanto por  el contenido del relato que escribió hace algo más de sesenta años, sino porque así es como nos sentimos muchos de nosotros desde hace algún tiempo; al menos los que vegetamos en la capital de las Españas.

Confinados en los estrechos límites de lo que la terminología oficial llama "ZBS·" (Zona Básica de Salud, para la gente normal que abomina de las siglas) asistimos perplejos al extraño, contradictorio e irritante fenómeno de que Madrid esté parcelado en múltiples campos de reclusión de los que no se puede salir durante semanas para ir a visitar a tu familia, y sea el lugar al que vienen a emborracharse rebaños de parisinos sedientos de alcohol barato. ¡Todo sea por el bien de la hostelería, si ello vale, además, para enfrentarse al Gobierno de la Nación!

En tan atrabiliarias circunstancias, poco más puede hacerse que encomendarse al albur de las vacunas, hacer cálculos de cuándo te corresponderá levantarte la manga de la camisa, y cruzar los dedos para que ninguna potencia emergente se lleve para sus contribuyentes las dosis que suponías que estaban destinadas a inmunizaros a tu mujer, a ti y a los tuyos.

Todo eso, desde luego, si antes no viene un Alcalde, un Consejero de tu Comunidad Autónoma, un Capellán, un General, un Obispo o la suegra del Director del Dispensario y te birla tu dosis. Al menos me consuelo verificando que la desvergüenza de unos cuantos, los que más obligados estaban a dar ejemplo y levantar la moral de la ciudadanía, está tan repartida entre credos políticos, religiosos y sociales que nadie puede utilizarla como ariete electoral. (Por cierto, ¿se han dado cuenta? ¡Nadie levanta la bandera de la honradez en este terreno, ningún Partido se pone al frente de los decentes! Será que desde el punto de vista electoral, el asunto no da para más).


Prometeo, las farmacéuticas y la Unión Europea

Hace tres años publiqué "Dioses entre los hombres", una colección de dieciséis relatos, cada uno de los cuales convertía un mito riego en un relato actual. El duodécimo, "Prometeo", se articulaba alrededor de la desgraciada peripecia de un investigador que se enfrenta a una poderosa multinacional farmacéutica que intenta (y consigue, desde luego) incrementar sus beneficios a costa de provocar una pandemia y distribuir, más tarde, la vacuna que tenía preparada desde antes que la enfermedad asolara el Planeta. ¿Premonición, casualidad? Lo segundo, sin duda.

Para convertir aquel relato en la crónica de lo que iba a suceder, habría faltado incluir las desgracias y desventuras, los errores y frustraciones de los gobernantes de la pretenciosa Europa (otro mito griego, por cierto) en su desigual combate con las poderosas empresas farmacéuticas.

El fracaso es más lacerante por cuanto que llega después de grandilocuentes declaraciones de nuestros representantes, cuando en el principio de los contagios se nos aseguraba que la Unión Europea había tomado todas las medidas necesarias para vacunar a los quinientos millones de ciudadanos que habitábamos dentro de sus fronteras.

No está siendo así. Un mal día nos enteramos de que las empresas que suponíamos obligadas a suministrar sus milagrosas pócimas no iban a cumplir lo que esperábamos de ellas. 

Y allí empezó el llanto, el crujir de dientes y el coro de lamentaciones, desmentidos, dimes, diretes, comunicados y contracomunicados de todas las partes en conflicto.

Unas veces era la elegante Ursula von der Leyen la que o bien acusaba de trapaceras a las farmacéuticas, o bien aseguraba que todo estaba en vías de solución. Otras veces, oscuros portavoces de esta o aquella multinacional, o se excusaban con problemas en su cadena de producción, o aseguraban que estaban limitándose a cumplir lo pactado, que no era lo que decían los burócratas comunitarios, sino lo que estaba firmado en los contratos suscritos.


Algunas evidencias

  • El proceso de vacunación en todos los países de la Unión Europea sigue un ritmo más lento que el previsto. Esto es una doble evidencia: llegan menos vacunas y más tarde lo lo esperado, y el mal, como segunda pandemia, nos afecta a todos, aunque, como con el virus, a unos más que otros. Los que se libraban en la primera ola, caían en garras del virus en la tercera: nadie puede vanagloriarse de haber hecho las cosas bien.
  • Fuera de la Unión Europea hay ejemplos de que el proceso de vacunación se está desarrollando de otra forma. Más eficaz, rápida y correctamente que entre nosotros: Estados Unidos, Gran Bretaña, Israel y, dicen, algunos de los países que disponen de petrodólares, están siguiendo los calendarios previstos y no parecen sufrir demoras en la recepción de las dosis que necesitan.
  • Otro país, esta vez miembro de la UE, Hungría, que ha decidido "ir por libre" y acudir a un suministrador alternativo, Rusia, también está saliendo del apuro sin graves aprietos.

Por si alguien quiere saber mi opinión

Las cosas no pasan por casualidad, sino por causalidad. Todo lo que ocurre es consecuencia de una causa; o de más de una, pero no hay efecto sin causa. Por lo que se refiere al caos que nos está amargando el final de este nefasto invierno, éstas son algunas de las cosas que tendríamos que tener presentes.

La burocracia de la Unión Europea ha sido incapaz de gestionar correctamente el problema. 

  • Aunque quizás la hipertrofia burocrática no sea, a su vez, sino el efecto de algo más profundo: la Unión Europea no está construida. No es escandaloso. Convertir una treintena de naciones en un sujeto político de orden superior, no se construye ni en una ni en dos generaciones. El tiempo transcurrido desde la firma del Tratado de Roma, en términos históricos es, apenas, un parpadeo. 
  • Entre tanto, la lentitud del proceso de fondo se ha tratado de compensar con una sobreadundancia de la burocracia comunitaria, como si esa fuera la manera de convencernos de que la velocidad de crucero es la correcta. Se ha desarrollado una clase funcionarial muy bien pagada que se alimenta a sí misma, creando a veces los problemas para encontrar su justificación en el modo de resolverlos.
  • Este monstruo administrativo es cualquier cosa menos ágil. Hasta el presente no ha sido capaz de presentarse con una sola voz ante el resto del mundo ni una sola vez. Las demás potencias lo saben y nos tienen tomada la medida. No sólo USA, Rusia o China; cualquier país del siguiente nivel sabe que desafiar a la UE tiene muy poco o ningún coste. Así que Turquía, Irán, Arabia Saudita nos plantan cara y nosotros nos perdemos en nuestros propios procedimientos. En resumen: somos ineficaces y todos lo saben. Resumen del resumen: ¿estamos seguros de que quienes negociaron los contratos de las vacunas lo hicieron bien?

Negociábamos con grandes empresas que defienden sus intereses.

  • ¿Se atreven a definir qué se entiende por "empresa farmacéutica"? No acudan a grandes construcciones teóricas. Olviden los términos trascendentes, Bien Común, Salud, Humanidad, Dolor… Son, antes que nada, empresas mercantiles, y, en el caso de las que nos están causando problemas, entidades con capital privado, su objetivo prioritario, no se escandalicen porque no vale de nada, no se trata de salvar vidas sino de ganar dinero vendiendo medicamentos. Más claro aún: si no cumplen este objetivo, desaparecerán, porque las leyes del mercado son implacables.
  • ¿Hay alternativas? Desde luego que sí: hay países que cuentan con empresas farmacéuticas de titularidad pública. Estas se rigen por otras reglas, pueden aplicar precios políticos, pueden colocar la salud por delante del beneficio, pero… en la Union Europea, no se da este modelo. ¿Podría adoptarse en el futuro? Sería algo que habría que redefinir, porque, por el momento, Bruselas es alérgica a las empresas públicas, allá donde pueda haberlas privadas.
  • ¿Qué habría pasado si hace dos décadas, los dineros que ahora hemos gastado, ya veremos si bien o mal, en comprar medicinas lo hubiéramos invertido en investigar? ¿Habríamos tenido los mismos problemas si hubiera habido dos, tres, una empresa farmacéutica europea, financiada por presupuestos públicos propietaria de la patente de la vacuna europea? Alguien debería pensarlo porque vendrán otras pandemias, ya lo verán.

¿Cómo lo hicieron los que están teniendo viales suficientes?

  • Fueron más ágiles, negociaron mejor, lo hicieron antes y pagaron más. No ha habido nada siniestro, no hubo conspiraciones, ni manos negras, ni poderes en la sombra, ni siquiera Soros estaba de por medio: llegaron antes, negociaron mejor y pagaron más. 
  • ¿Por qué fue así? Porque no dependieron de un acuerdo a veintisiete bandas, ni hubo que discutir a quién había que dejar contento cuando se eligiera al responsable de la negociación del contrato, ni hizo falta traducir el texto a veintisiete lenguas, ni…

Pese a todo

    • En tiempos de crisis crece la tensión centrífuga y no solo en Europa. Miremos a España. Felipe IV y Carlos II: el final de la Casa de Austria, tiempo de decadencia, casi acaba con España. I República Española: en año y medio, la citada fuerza centrífuga, pasó como un vendaval por el país y llevó a España a tan grotesco espectáculo de disgregación que llegó a a haber episodios de guerras no ya civiles sino cantonales. 
    • Bien, Europa, apenas repuesta de la crisis del 2007, después de soportar la herida del brexit, las acometidas de Trump, la proliferación de fuerzas disgregadoras disfrazadas de movimientos identitarios, precisamente entonces, tiene que enfrentarse a la Covid 19.
    • Tampoco nos azotemos en exceso: Europa seguirá construyéndose. Ya tenemos moneda común, libre circulación de bienes y personas, algunas prácticas comunes en materias concretas, y un camino que desde el exterior se ve con esperanza o con prevención, eso depende de quién lo vea, pero, a veces con más claridad que desde dentro de nuestras fronteras
    • Volvamos a la Historia: la construcción de los Estados Nacionales llevó dos siglos y algunos pasos atrás. La unión Europea apenas ha sobrepasado la primera infancia. La construiremos entre todos, en ya veremos cuánto tiempo, o nos convertiremos en un gigantesco parque temático en el que España será su playa y su chiringuito. Salvo que dejemos de lamentarnos y arrimemos el hombro.















sábado, 6 de febrero de 2021

 Aprendices de brujo


Los enemigos de mis enemigos

El seguimiento en directo de la sesión parlamentaria de control al Gobierno del miércoles 3 de febrero y la sorpresa mayúscula que me supuso oír lo que hoy quiero comentar, me ha llevado a alterar mis planes. Tenía pensado hablar de migraciones, migrantes, xenófobos y sufridores, ya saben, Canarias, negros, moros, patriotas, milicias ciudadanas, complacencias cómplices… Lo dejaré para otro día. Me temo que el problema no va a resolverse antes de que retome mi intención de comentar algo al respecto. 

Hoy quiero escribir sobre una frase que le escuché al Presidente del Gobierno en su turno de réplica a Santiago Casado, cuando éste, con su desmesura habitual, dejaba el Apocalipsis en una amable aleluya para solaz de mentes infantiles. 

Luego daré cumplida cuenta de lo que dijo Pedro Sánchez, tengan paciencia. Antes, permítanme un introito. Tal vez el Presidente estaba haciendo suya la paráfrasis de la sentencia popular de que "los amigos de mis amigos, son mis amigos"; ese segundo dicho que lleva a considerar amigos a los enemigos de mis enemigos.

No sé si el aforismo original es aplicable a todos los casos o no. La variante aplicada a los enemigos de mis enemigos, no lo es. Completa, total y absolutamente. Permítanme que me cite a mí mismo: en la página 54 de mi novela "El zulo Viriato", figuran estos párrafos, referidos a los días previos al 23 F:

"ETA seguía con regularidad macabra creando problemas constantes con sus asesinatos periódicos. Los cachorros de la bestia que trajo al mundo Sabino Arana, estaban dispuestos a acometer todo un programa de limpieza étnica desde postulados que, según ellos, eran marxistas y revolucionarios. Hubo un tiempo en que la oposición pedía en las calles amnistía para la banda. Visto en perspectiva, era evidente que se incurrió en un error de diagnóstico mayúsculo. No todos los enemigos de Franco tenían por qué merecer el apoyo de los demócratas. Empezaba a barruntarse que la siniestra actividad de los etarras no tenía nada que ver con el régimen político del país. En Diciembre del 79 se había aprobado el Estatuto de Guernica con unas cotas de auto gobierno superiores a las de su homólogo de la II República. La respuesta de ETA había sido contundente: noventa y un asesinatos en el año 80, la cifra más alta nunca alcanzada, el triste récord de la banda".

Me acuso, sigo acusándome, de haber sido uno más de los que cayó en aquella trampa. ETA  no era el "Movimiento de Liberación Vasco" como un mal día la calificó Aznar, sino una banda terrorista, una siniestra organización que cobijaba a desalmados profesionales del tiro en la nuca, la bomba lapa, la extorsión y la muerte. Ningún demócrata debimos darle jamás el menor respiro. Nos equivocamos, le dimos oxígeno y es posible que esa actitud retrasara su derrota y, por tanto, costara dolor y muerte.

Quiero dejar claro que no trato de comparar a ETA con ninguno de los Partidos con representación parlamentaria. Bildu incluido, en tanto un tribunal no sentencie su ilegalización; prefiero verlos en la tribuna de oradores diciendo barbaridades, que encapuchados y con la pistola al cinto. 

Con mayor razón, Unidas Podemos y Vox son formaciones que no gozarán de mis simpatías pero están donde tienen que estar porque los españoles les hemos dado los votos necesarios para ello. Soy alérgico a las prohibiciones, a seguir el camino fácil de clamar por la ilegalización de quien no piensa como tú como método milagroso para acabar con las disidencias.


Políticos y estadistas

La frase de Sánchez, la sorpresa que me ha llevado a escribir estos párrafos, fue oírle decir (no es transcripción literal), "Señor Casado, hasta el Señor Abascal ha demostrado más sentido de Estado que usted".

Y ha sido entonces, cuando, otra vez, me ha venido a la mente una de las lapidarias sentencias de Sir Winson Churchill: "Los políticos piensan en las próximas elecciones, los estadistas en las próximas generaciones".

Podría pensarse que la contestación del Presidente de Gobierno es solo una pedrada más en la agitada campaña electoral catalana. Parecería que solo es eso ¿verdad? Los resultados de esos comicios son tan impredecibles que parece que todo vale para apuntalar a tu candidato, camino en el que el atajo más común es desacreditar al contrario. 

La sociología política tiene demostrado que es más rentable hablar mal del enemigo que poner por las nubes a los tuyos: definitiva y lamentablemente, el odio al contrario rinde más réditos que el amor a los tuyos.

Ha sido una curiosa sesión de control, con todos los oradores mirando a Cataluña mientras, lejos de proponer medidas alternativas a lo que criticaban, tronaban desde la tribuna como si, caso de ERC,  veinticuatro horas antes no se hubieran puesto de acuerdo en la urgente reanudación de la Mesa de Diálogo, con el mismo Gobierno al que estaban poniendo a parir panteras. 

Lo paradójico del doble error de Sánchez (pactar ayer con Rufián y ensalzar a Abascal hoy) es que los beneficiarios de los patinazos van a ser Vox, el único Partido con el que nunca podrá contar el PSOE para gobernar España, y Unidas Podemos que, en Cataluña puede jugar a pactar con los secesionistas, o con la izquierda, según sean los resultados, mientras que el PSOE, aleja más todavía la ya difícil hipótesis de una alianza de centro izquierda en el Gobierno central y reduce su margen de maniobra en Cataluña. Sánchez parece haber olvidado que la primera aspiración de su socio es desbancarlo como primera fuerza de a izquierda, paso previo para gobernar en solitario. ¿Alguien lo duda?

Eso es lo que puede ocurrir, y ocurre, cuando lo sepas o no, ayudas a llegar al poder a tu verdadero enemigo, el irreconciliable, el que, si puede, acabará contigo y con lo que representas.


Los padres españoles de "La pinza"

¡"La Pinza"! La Pinza: dícese de alianzas políticas contra natura que, se supone, benefician a ambos aliados. 

El más clamoroso ejemplo histórico de todos los tiempos fue el acuerdo Hitler/Stalin, el también llamado Pacto Ribentrop/Molotov. ¿Recuerdan cómo terminó? Media Europa tardó medio siglo en volver a ser libre, Alemania estuvo a punto de desaparecer y los Partidos Comunistas del resto del mundo quedaron tocados por la sospecha de haber sido traicionados por su valedor.

José María Aznar y Julio Anguita quisieron reeditar la idea. No me consta quién llamó a quién, pero es evidente que ambos estuvieron de acuerdo en coordinar acciones que desgastaran al PSOE de Felipe González, llevaran a Aznar a la Moncloa y convirtieran al Partido Comunista en cabeza visible de la "verdadera izquierda española". 

La negativa de las dos grandes centrales sindicales a sumarse al contubernio abortó la operación, porque es bastante evidente que el triunfo final del PP sobre el PSOE obedeció a otras coordenadas. Por otra parte, el error de cálculo, de diagnóstico de Julio Anguita dejó tan malherido al PCE que hasta hora no ha logrado reponerse del descalabro. 

Mariano Rajoy no pactó nada con nadie, pero alentó en lo que pudo el desarrollo de Podemos (todavía no estaba "unida") como fuerza supuestamente transversal que, sin importar si era más o menos comunista, o antisistema o nada más indignada, podría arañar algunos cientos de mies de votos a quien él consideraba su único enemigo relevante: el Partido Socialista. 

El resultado es indiscutible: El PP pasó de la más absoluta de las mayorías de la era democrática, a la oposición. Unidas Podemos, el verdadero enemigo de la formación conservadora, está hoy en el Gobierno y sigue pretendiendo el poder absoluto a poco que las circunstancias se lo permitan.

¿Y qué ha hecho ahora Sánchez? Hacer cuentas, llegar a la conclusión de que hoy por hoy su más directo competidor es el PP y, como si no hubiera historia que consultar, echar una mano, lavar la cara de Vox. Él puede que crea que está tratando un simple fenómeno local y pasajero, las elecciones catalanes, pero, por una parte  estos comicios no son un partido de segunda división y, por otra, elude la verdadera cuestión: ¿qué es Vox, qué es el PP, y qué representan cada uno para el sistema en el que se supone que Sánchez debe de creer, al que debe defender? 

Harían bien el PSOE y su Secretario General en tomar ejemplo del comportamiento de los Partidos de Estado europeos. Angela Merkel, cuyo conservadurismo es patente, se ha negado en redondo a cualquier género de pacto o connivencia con los neofascistas de Alternativa por Alemania, y en Francia, una y otra vez, la izquierda, en segunda vuelta apoya a republicanos, o centristas, o neogaullistas antes que permitir el acceso del Frente Nacional al Elíseo; la derecha, por su parte, hace igual: prefiere que gobierne el socialismo que la extrema derecha. PP y PSOE deberían tomar nota.


Mi punto de vista

  • Si Rajoy apadrinó a Iglesias, Sánchez, el miércoles pasado, blanqueó a Abascal. No sé por qué Vox votaría a favor de convalidar el Decreto Ley que ha de regular los fondos procedentes de la Unión Europea. No se trata de rechazar sus votos pero ¿había necesidad de agradecérselos y esgrimirlos como argumento contra el PP?
  • Como ya escribí en su momento, no creo que Vox sea fascismo ni UP ultraizquierda revolucionaria, pero ambos son ejemplos evidentes de populismos de signos opuestos, que aportan intransigencia, dogmatismo y exacerbación de las pasiones más elementales del electorado.
  • El oportunismo, el tacticismo suele ser el camino más corto para la degradación democrática. Esto es algo que deberían tener en cuenta el Señor Casado y el Sr. Sánchez cada vez que les ponen un micrófono delante.
  • Es posible que el mero concepto de "principios" esté desacreditado; en todo caso, tengo la impresión de que en la izquierda oficial se pasa a veces de lo marxista ("No se trata de comprender el mundo sino de cambiarlo"), a lo marxiano ("Estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros").