miércoles, 28 de mayo de 2014

¡Maldición!
El Fondo Monetario Internacional,
 ataca de nuevo.
 
El único, el inimitable, el nunca bien ponderado F.M.I.
 
Eran los últimos días de la II Guerra Mundial, cuando en Bretton Woods, se creó el Fondo Monetario Internacional (F.M.I.).
 
Una de las múltiples interpretaciones que puedan darse a la II Guerra, es que fue la confrontación violenta de tres modelos económicos: el capitalismo de Estado, la economía de mercado y la versión soviética del comunismo. Cada uno de estos tres modelos, se correspondía a su vez con su propia superestructura ideológica (nacional socialismo, democracia parlamentaria y dictadura del proletariado, aunque, en este caso, tal vez sería más adecuado hablar de dictadura del Partido) y su característica organización política correspondiente.
 
En la fecha en que se creó el FMI, era ya evidente que la gran conflagración terminaría en muy poco tiempo con la derrota de Hitler, es decir, del capitalismo de Estado, pero era igualmente pronosticable que, terminada la guerra, se abriría un incierto período de confrontación entre los dos sistemas supervivientes que, en aquellas fechas, aún era aliados: el capitalismo liberal y el colectivismo soviético. Era de suponer que ambos iban a aspirar a dominar la Tierra en detrimento del contrario.
 
Una de las varias herramientas de las que el capitalismo liberal se dotó, fue, precisamente, el FMI.
 
Todo esto pasó hace 70 años. Mucho tiempo en un período en que la Historia vuela sobre el tiempo a velocidad uniformemente acelerada. Cayó el nacionalsocialismo, como era de esperar. El Colectivismo soviético, a su vez, después de varias décadas de tiempos revueltos en los que la partida parecía no tener un ganador claro, se batió en retirada. Emergieron nuevos gigantes cuya influencia en el escenario mundial crece día a día, sin que esté claro si van a poner en cuestión el modelo dominante o no. Y el FMI, siguió día a día, a lo suyo: salvaguardar las esencias del capitalismo liberal, cada día más capitalismo y cada día más liberal.
 
Y en estas, la crisis por antonomasia, la que dejaría en mantillas los efectos del crack del 29, volatilizó billones de Dólares, miles de millones de Euros, cantidades ingentes de divisas de toda laya y condición. Cientos de miles de empresas dejaron de existir, decenas de millones de trabajadores perdieron sus empleos. Cayeron Gobiernos, los ricos se hicieron más ricos y creció el número de pobres. Nada nuevo bajo el sol, en definitiva.
 
El FMI se mantuvo en su puesto, fiel a su misión, y ejerciendo, sobre todo, un cada día más eficaz papel de augur de las políticas económicas, dando por supuesto que los Gobiernos sabían que desatender un consejo del Fondo era opositar a encontrarse con una imposición al mes siguiente.
 
¿A qué viene esta historia?
 
Ayer oí en uno de los telediarios las opiniones y recomendaciones al Gobierno español de un portavoz del FMI. No recuerdo su nombre y casi lo prefiero visto lo que salía por su boca. Después de alabar lo hecho hasta ahora por nuestro Gobierno, recomendó:
 
-  Incremento del IVA de aquellos productos que aún mantienen un tipo reducido
-  Reducción de salarios.
-  Incremento de la flexibilidad laboral.
-  Reducción del Impuesto de Sociedades.
-  Incremento de los Impuestos Especiales.
 
La eficacia de cada una de estas medidas es más que cuestionable desde una óptica estrictamente económica:
 
  -  El incremento del IVA detraerá recursos en manos del público y, por tanto, frenará el consumo, y, en consecuencia, la reactivación del mercado interno. En países como España, incrementará además la bolsa del fraude en este impuesto. Es dudoso, en resumen, que vaya a resolver nada.
 
  -  La reducción de salarios, será muy bien acogida por la CEOE y por las empresas en general, pero incidirá también en la capacidad de consumo de las clases medias y trabajadoras. Por el contrario, al menos en teoría, significará un aumento de los beneficios empresariales.
 
  -  El incremento de la flexibilidad laboral, salvo que se aplicara a aspectos concretísimos de las condiciones de trabajo, significaría favorecer el fenómeno de la deslocalización interna en favor de las regiones con mayor capacidad de consumo y en demérito de las zonas deprimidas. Por supuesto, el mito de la conciliación de la vida laboral con la familiar se irá al desván de los trastos inútiles.
 
 -  La reducción del impuesto de sociedades, daría una vuelta de tuerca más al desequilibrio entre las aportaciones del factor trabajo, frente al factor capital en la recaudación fiscal: clase media y trabajadora serían los paganos de los gastos públicos y de cualquier política social que se aplicara.
 
 -  Aumentar los impuestos especiales, imposición indirecta, volvería a mermar la capacidad de ahorro y consumo de la inmensa mayoría de los contribuyentes, con lo que, de nuevo, los efectos positivos sobre la economía global del país sería cuestionable. Es obvio, que incrementar la imposición indirecta grava más las economías modestas que las acomodadas, pero tal vez sea eso lo que se busca.
 
¿Hay otras vías?
 
Por supuesto que las hay: 
 
-  ¿Por qué el FMI no emprende una cruzada mundial contra el fraude fiscal? Tal vez porque los grandes defraudadores están entre lo más granado de sus mandantes.
 
-  ¿Dónde está el FMI cuando se trata de terminar con los paraísos fiscales? Donde tiene que estar, mirando para otro lado. Sólo faltaba que fuera a molestar a quienes miran por los intereses de quienes controlan el organismo.
 
-  ¿Qué hay de proyectos como el Impuesto sobre Las Grandes Fortunas, la regulación de las Agencias de Riesgo, el control efectivo sobre el mundo de las finanzas, ésas que pueden hundir en una mañana la credibilidad, la confianza y arruinar un país en una mañana? Locuras de descerebrados que aún no han comprendido que en el momento presente el mundo lo que necesita es más competitividad al coste que sea. 
 
Mientras tanto, crece el dolor, aumenta la miseria, se agrandan las diferencias económicas y sociales en todos los países desarrollados o en vías de desarrollo. En el mismo Telediario, por ejemplo, se daba cuenta de que en España hay ya un 25 % de la población por debajo del nivel de la pobreza. 
 
La clase media adelgaza, no sólo metafóricamente, sino en más de un caso, en sentido litera. La clase trabajadora retrocede cuarenta años. Dentro de poco oiremos de nuevo que "España va bien".
 
No importa: estamos saliendo de la crisis, gracias a las iniciativas del Gobierno y al sacrificio de todos los españoles. Es posible que estemos saliendo de la crisis -siempre termina por salirse- pero ni se debe a las iniciativas del Gobierno, sino a su acatamiento obediente de políticas diseñadas por otros (con ligeros altibajos en función de las convocatorias electorales), ni la salida se debe al sacrificio de todos, sino de los de siempre: las clases populares y la sufrida clase media.
 
Qué podemos esperar.
 
Nada bueno. Es evidente que el FMI y el resto de organismos que rigen el mundo (no hablo de los Gobiernos, desde luego, que éstos bastante tienen con obedecer) están convencidos de que a los paganos de la crisis aún les queda sangre que vampirizar. Saben, además, que no van a revolverse, porque de eso ya se encargarán los Gobiernos.
 
El problema es que pueden equivocarse y llevar a la Humanidad a un callejón sin salida que termine por llevarse todo por delante. ¿Todo? O no. Los que programan estos planes están convencidos que siempre caerán de pie. Yo creo que la Historia les da la razón: en la mayoría de las catástrofes sociales casi siempre mueren los mismos.
 
Y si piensan así, les aseguro que podríamos asistir a la puesta en práctica de medidas aún más salvajes, por ejemplo:
 
-  Flexibilidad total del mercado laboral: horarios, jornadas, lugar de trabajo y salarios se acomodarán, en cada momento, a las "necesidades" de la empresa. Ya no se hablará de pérdidas o ganancias, sino de cuánto más podría ganar una empresa si se adapta tal o cual medida. Las condiciones de trabajo aquí y ahora, las dicta la Dirección.
 
-  Despido libre, gratuito y sin necesidad de alegar causa. El empleo sería, nada más, una consecuencia de lo que en cada momento demandaran las necesidades de la empresa, según lo que la Dirección entienda por tales. Una variante más, podría consistir en reconocer el derecho a una indemnización a favor de la empresa en los casos de despido disciplinario.
 
-  Ilegalización de los Sindicatos, como intermediarios indeseables que coartan la libertad de contratación entre empresario y trabajador. O sea, vuelta a los postulados iniciales del liberalismo que terminó con los Gremios y mantuvo un Siglo fuera de la Ley a los Sindicatos. ¡Qué tiempos! ¿Verdad señores del FMI? 
 
- Privatización de las pensiones como paso previo a su desaparición. Todo el mundo sabe que sólo la gente imprevisora llega a la vejez sin ahorrillos suficientes para afrontar los últimos años de su vida.
 
-  Reconsideración de la sanidad pública. Se empezaría por negársela a los no nacionales (a los indeseables, por supuesto, es decir, a los menos pudientes), se continuaría con la imposición de pagos por servicios argumentando que se abusa de lo que no cuesta nada, etc., etc. Yo ya he oído comentarios del tipo de "¿La Seguridad Social? Yo tengo Seguro Privado así que ¿por qué tengo que seguir cotizando? Que sea voluntaria ¿no?"
 
Caigo en la cuenta de que debo parar: temo estar dando ideas a quienes se ocupan de estas cosas desde Gobierno y Parlamento.
 
Mis conclusiones:
 
-  Podemos indignarnos, pero, por favor, no nos engañemos. El FMI y los Gobiernos que le obedecen no buscan ni el Bien Común, ni la salvación de las economías nacionales, ni, desde luego, la desaparición del desempleo (entre otras razones porque el pleno empleo hace subir los salarios), sino gestionar correctamente los intereses que representan: el gran capital transnacional. Se puede estar a favor o en contra, pero conviene saber a favor o en contra de qué se está.
 
-  Si estas medidas se adoptan por nuestro Gobierno, vendrán otras peores, porque la ambición, la avaricia y la insolidaridad, son marcas de clase.
 
-  Se avecinan varios procesos electorales municipales, autonómicos y legislativos: ahí si tenemos cada uno de nosotros nuestra pequeña responsabilidad y nuestra mínima parcela de poder. El problema, tal como yo lo veo, es que tampoco es nada fácil acertar. En todo caso, ya lo dice la Biblia: "Por sus obras los conoceréis"
 
-  Tenemos poco margen de maniobra y escasos instrumentos de acción. No despreciemos el valor de las redes sociales, que pueden desde convocar una manifestación, hasta decidir resultados electorales, pasando por el castigo a los infractores de las leyes más elementales del mercado. Eso, hasta que los gobernantes les dé por utilizar mecanismos de control de estas redes a la china, o a la turca.
 
-  Siento haberle dado la mañana o la tarde al lector de estos comentarios, pero sentiría más no hacer algo que está en mi mano: dar mi opinión sobre lo que veo, tal como yo lo percibo.
 
 
 
  


lunes, 26 de mayo de 2014

Elecciones europeas. El día de después.
 
Algunas cuestiones de segundo orden.
 
- ¿Qué ha pasado con las encuestas? Las diferencias entre las previsiones y los resultados son de tal calibre que uno duda de si el diseño era el correcto, o si sólo se trataba de dejar contento al que hubiera pagado el muestreo. No se engañen: toda encuesta tiene su precio y su "pagano".
 
-  ¿Ha bajado o no la participación? Desde el punto de vista estadístico el descenso ha sido irrelevante, pero si se descuenta el efecto catalán, sí ha habido menos votantes. No mucho, ni más que en otros países, pero algo han bajado. No obstante:
 
  a) ¿Alguien ha sido capaz de motivar a unos votantes que apenas han oído hablar de Europa durante la campaña?
 
  b) Pese a lo que suponga algún ingenuo bienpensante, a nuestros eximios representantes de la casta política, la abstención les trae sin cuidado: ellos se reparten escaños, concejalías y lo que se tercie sobre el total de votos emitidos. Abstenciones y votos nulos les traen sin cuidado.
 
- ¿Qué podía esperarse después de las esperpénticas campañas que hemos soportado? Me refiero a los grandes Partidos, desde luego, pero desde que estrenamos democracia, jamás hemos asistido a una campaña tan cansina, reiterativa, pasada de moda, oliendo a rancio, tan previsible, en suma, que invitaba a cambiar de canal en cuanto aparecían en pantalla cualquiera de los dos candidatos. Podía adivinarse sin temor a errar qué iba a decir cada uno y a quién iba dirigido el discurso.
 
- ¿Dónde está la ultraderecha española? ¿De verdad creemos que somos tan diferentes a nuestros socios europeos, o es que está dentro del PP, algo así como el Tea Party y el Partido Republicano norteamericano? 
 
El meollo de la cuestión.
 
Hablaremos de los Partidos, pero antes,
 
-  La ciudadanía ha dictado su veredicto. Los votantes no se equivocan, y lo que han dicho alto y claro es que ninguno de los Dos Grandes les entusiasman. No importa lo que digan sus líderes ayer por la noche (poco, por cierto), hoy y en días siguientes, hay una realidad inamovible: para una participación similar a la de hace cuatro años, entre PP y PSOE han perdido más de cinco millones  y medio de votos. Millones que  no se han volatilizado, sino que han ido a otros caladeros.
 
-  No creo que pueda hablarse de fin del bipartidismo, porque ni la cita de ayer es equiparable a procesos municipales, autonómicos o legislativos, ni PP y PSOE han dejado de ocupar los dos primeros puestos del ranking. Pero es evidente que los resultados son algo más que una llamada de atención. Lo que dudo es que la capacidad de autocrítica de nuestros ensoberbecidos políticos sea capaz de extraer las consecuencias que se desprenden del conteo de los votos. Hay nuevas formas de hacer política, y hay nuevos objetivos que conseguir, y eso no sé si sabrán captarlo nuestros anquilosados Estados Mayores de PP y PSOE.
 
-  La cita de ayer era para elegir representantes europeos. ¿Qué ha pasado fuera de nuestras fronteras? En Francia arrasa la extrema derecha (pese a que M. Le Pen dijera que una buena epidemia de ébola ayudaría a resolver el problema de la inmigración); populistas, euroescépticos y radicales de izquierda y de derecha ganan espacios, grandes espacios a costa de los viejos clásicos de la política. Grillo en Italia se consolida aunque nadie sea capaz de explicar para qué. La extrema derecha se alza con el Santo y la peana enb el Reino Unido y Dinamarca. La izquierda de la izquierda Griega, gana las elecciones. En Alemania las cosas no son tan dramáticas, pero la Srª Merkel pierde peso. En resumen, y según yo lo veo:
 
  a) La crisis pasa factura a una clase política que ni supo evitarla ni está siendo capaz de gestionarla, mientras sus componentes no parecen dispuestos a compartir sacrificios con sus representados.
 
  b) Desde hace más de un Siglo es un axioma que en tiempos de crisis se genera el caldo de cultivo ideal para el florecimiento de los extremismos de cualquier signo. El problema es hasta dónde perdurará el fenómeno y qué consecuencias reales puede llegar a tener el que países como Francia, Grecia, Holanda o Dinamarca puedan llegar a estar regidos por Partidos que hace sólo dos décadas eran extraparlamentarios.
 
-  Está fuera de toda duda de que PP y PSOE "no han dado con la tecla". ¿Por qué?
 
  a) Ambos han diseñado campañas no clásicas, sino antiguas, casposas, tediosas, en unos tiempos en que la sociedad se mueve al ritmo más vertiginoso que ha conocido la Humanidad. Nos han aburrido con discursos pensados para entusiasmar a su audiencia (a su audiencia, no a los hipotéticos votantes indecisos). Han preferido el aplauso enfervorizado de sus afiliados y los besuqueos de fin de mitin, que el discurso crítico y las propuestas concretas de medidas de acción; han optado por el insulto al contrario antes que la exposición de sus programas (Por cierto ¿Qué programas?); la caravana electoral, los carteles en las farolas y la televisión han ido por delante del manejo inteligente de las redes sociales. No les ha importado deformar la realidad o mentir descaradamente, porque los suyos, los de cada uno, que eran quienes les aplaudían, no se lo iban a echar en cara. 
 
  b) PSOE y PP se han pasado la precampaña y la campaña mirando al pasado, echándose el uno al otro y el otro al uno cuanta porquería tenían disponible: ¿ERE'S? !Pues toma Gürtel! ¿Recortes injustos? ¡Pues toma Zapatero! ¿Qué esperaban, que les sacáramos a hombros? 
 
  c) Porque han despreciado la inteligencia colectiva del pueblo y no se han molestado en explicar por qué no han sido capaces de prevenir, detectar y superar la crisis. Y, que no se engañen: para la inmensa mayoría de los más de cinco millones y medio de votantes que les han abandonado, ellos, los Dos Grandes, son los responsables de los tres desastres. Creían que, como mucho crecería la abstención pero no suponían, ni en sueños, que formaciones como UPyD, Ciudadanos o, menos aún, Podemos ("¿De quiénes habláis? No son nadie. Al final nos votarán a los de siempre" pensaban) fueran a ser los recolectores de sus desafectos.
 
  d)  Si al menos unos hubieran puesto en práctica o los otros hubieran exigido medidas de austeridad que afectaran a la clase política, muchos habríamos pensado que, en efecto, la situación exigía el concurso de todos. No habría importado el montante del ahorro, pero los habríamos visto como lo que muchos creen que no son: sus dignos representantes. Pero no. En eso, sólo en eso, en mantener sus prebendas, es en lo único en que parecen haber estado siempre de acuerdo.
 
  e) Aprendan de una vez por todas que nos producen ganas de vomitar sus enfrentamientos tabernarios, la utilización "ad nauseam" del único argumento que manejan con soltura: "¡Y tú más!", y pónganse a trabajar. No digo que siempre juntos, porque no son iguales, pero sí de vez en cuando: cuando lo exija la importancia de la materia sobre la que discuten; cuando se trate de políticas de Estado. Dejen, los unos de avasallar con el argumento de su mayoría parlamentaria, y los otros de amenazar con que cuando lleguen al poder derogarán esa o aquella medida. ¡Piensen en nosotros, que somos quienes pagamos sus sueldos!
 
f) Por último, los Jefes de Campaña de PP y PSOE no se han enterado de que la influencia de los medios ha cambiado por completo. La publicidad estática carece de importancia, la prensa se ha revelado como casi irrelevante e, incluso la televisión ha perdido influencia. Podemos, sin acceso a los espacios electorales televisivos por mor de una normativa que prima los intereses de los Partidos dominantes versus los de los votantes, ha obtenido cinco escaños. Ni unos ni otros han prestado a las redes sociales la atención que merecen. 
 
Hablemos, pues, de los Dos Grandes.
 
El Partido Popular, (hoy lo he oído de la Srª Cospedal) se siente ganador de las Elecciones. No importa cuánto haya perdido, parece que le resulta suficiente seguir por delante del Partido Socialista. Allá ella. Por ese camino, si en el próximo proceso queda como cuarta formación, también habrá ganado, si los socialistas quedan los quintos. Más patético resulta el cabeza de lista cuando afirma que los votos perdidos se deben a la abstención de sus votantes. ¡Sr. Cañete, por Dios, haga cuatro números! ¿No ve que el total de votantes ha sido el mismo? los votos perdidos, le guste o no, deberá usted buscarlos en UPyD, Ciudadanos y tal vez en Vox o como se llame la formación del expopular Vidal Cuadras. ¿O también han dejado de votar los suyos en Cataluña donde la participación ha sido diez puntos superior a la convocatoria anterior? Usted, permítame, sabe que eso que dice no es cierto, pero olvida que no sólo le están escuchando los suyos.
 
Así es que, señores dirigentes del PP ¿Por qué no se encierran el tiempo que haga falta y analizan qué les ha pasado y qué tienen que hacer de otra forma si no quieren que el fin del bipartidismo y, por tanto, su ruina, sea algo más que la amenaza actual? Y, por favor, dejen ya de una vez por todas de sacar a pasear al Señor Zapatero.
 
Lo del PSOE, no obstante, es peor: ni tras las durísimas medidas de ajuste, la pérdida de derechos de la clase trabajadora, la reforma de las pensiones, la fiebre privatizadora, la Ley de Justicia Universal, el Proyecto de Ley del Aborto y la endeblez manifiesta del candidato popular han sido capaces, no ya de arrasar, sino, ni siquiera de mantener a sus votantes.
 
Al menos, tanto la candidata como el Secretario General del Partido han declarado abiertamente que han cosechado unos pésimos resultados. No está mal. Para arreglar algo hay que empezar por admitir que está estropeado, aunque la tarea por realizar sea tremenda.
 
No se trata de jubilar a la vieja guardia, aunque una buena parte de ella tal vez no tenga otra salida que el retiro, sino de saber cuáles son hoy, no hace siglo y medio, los postulados de la izquierda socialista que hayan de fundamentar un modo de hacer política alejado años luz de la que vienen practicando desde que allá por los años 80 descubrieron que el poder sirve para muchas más cosas que para mejorar la Sociedad.
 
El Partido Socialista necesita ideas nuevas, organización diferente, formas de acción distintas, y actores a los que no se les pueda colgar el sambenito de "los mismos perros con distintos collares". Y todo esto han de hacerlo rápido, rápido, porque el mundo, España, no va a detenerse esperando a que resuelvan sus crucigramas.
 
Y quedan Los demás.
 
La izquierda clásica, La Izquierda Plural, a la que le ha bastado ser más próxima al votante que sus adversarios, mantener un discurso coherente y esperar tranquila, la llegada de los desafectos del socialismo "oficial". Pero cuidado con las complacencias: si no andan listos en un futuro más o menos próximo podrían enfrentarse a problemas similares a los del PSOE.
 
UPyD y Ciudadanos. Permítanme que hable de ellos a la par, porque soy de los que no terminan de entender por qué se han presentado por separado. Ellos saben que de haberlo hecho en candidatura única, por el mero juego matemático de las normas electorales habrían sacado, al menos, un represente más. Eso sin tener en cuenta el efecto beneficioso de presentar un ejemplo de madurez. Allá los que puedan considerarse responsables de la falta de unión. Ambas formaciones deben saber, que si cambian de estrategia, en el futuro pueden llegar a ser los condicionantes de la gobernabilidad de España.
 
Podemos tal como tantos otros lo han comentado antes que yo, ha sido el verdadero ganador de las elecciones. Han pasado de no ser nada a obtener cinco representantes. Bien por ellos. Son gente nueva, salidos de la parte más sana de las protestas ciudadanas de hace un par de años. Han hecho una campaña modernísima, sin apenas coste, (he oído en algún foro que la campaña ha costado poco más de 100.000 Euros) a base de derrochar, imaginación, trabajo y convicciones. Habrá que dejarles pasar por el tamiz de las próximas convocatorias para ver si han venido para quedarse o no, pero han traído a la vida política una bocanada de aire fresco y sin contaminar. Ya han empezado a recibir proposiciones más o menos interesados de acercarse a otras fuerzas tal vez afines. ¿Cantos de sirena? Tiempo tendrán para valorar las propuestas.
 
Y para terminar, El caso catalán. Bravo por Artur Mas. Ha logrado en un tiempo record lo que parecía imposible: sacar a Esquerra de las catacumbas y ponerla por encima de él mismo. ¡Lástima! Él, barrunto, soñaba con ser el primer Presidente de la República Catalana. Como quizás el Sr. Pujol, (el de verdad, no el de la trama de las ITV) y el Sr. Maragall lo hicieran en sus días de gloria. Bien, ahora el todavía Presidente de la Generalitat es un poco más dudoso que siga encontrando cotizantes para su causa, y lindante con lo imposible que su sueño no se convierta en una pesadilla.
 
 
 
¿Conclusiones?
Esta vez, en contra de mi costumbre, no voy a hacerlas. Les dejo a ustedes ese trabajo, no sin poner de manifiesto que ya sé que ha habido otras candidaturas que han obtenido escaños, y algunas que ni eso. No voy a hablar de ellas, porque este blog es mío y escribo de lo que me parece y dejo la tarea cuando lo creo oportuno. Ustedes me disculparán.
 
 
 
  


martes, 13 de mayo de 2014

La Gran Coalición a la española
y
los recortes que vienen.



No sabía por dónde empezar.


Llevo varios días dándole vueltas a un par de cuestiones que parecen tener relación entre sí, sin saber muy bien dónde están los puntos de conexión y qué sugieren los indicios.


Creo que, por orden de antigüedad, son las siguientes:


- Ante las dudas sobre si el Gobierno está en condiciones de conseguir o no los objetivos de déficit impuestos por la Unión Europea, Bruselas "sugiere" (ya se sabe que cuando Bruselas sugiere y no se le hace caso, termina por imponer) nuevas medidas correctoras de los desequilibrios, es decir, endurecimiento de la reforma laboral -parece que el empresariado no quiere dejar la ocasión de seguir sacando ventaja-, redefinir la política de pensiones -los burócratas europeos no entienden por qué los jubilados españoles tienen la extraña manía de comer tres veces al día, los que pueden-, incremento del IVA -que ya se sabe lo beneficioso que es para las rentas altas subir los impuestos indirectos- y alguna que otra lindeza por el estilo.


- Primero fueron rumores, después editoriales en la prensa más conspicua, ahora ya pasto de tertulianos: lo que España necesita en estos tiempos turbulentos es una Gran Coalición de Gobierno según el modelo alemán.

Decía que no sabía por dónde empezar, así es que, como mandan los cánones, hagámoslo por el principio.


La próxima vuelta de tuerca.


Así que en Bruselas se duda de si el Gobierno será o no capaz de cumplir con el objetivo de déficit comprometido para el año 2015. Que los Sres. Rajoy, de Guindos y Montoro piensen lo mismo o no, parece ser algo irrelevante; como también lo es si piensan lo que dicen o dicen lo que piensan.
 

Las dudas, por el momento generan sólo comentarios de euroburócratas, críticas más o menos veladas, apenas sugerencias sobre por dónde encaminar las próximas decisiones "valientes, dolorosas, pero imprescindibles para sacar a España del pozo donde la metió Zapatero". Se duda de la eficacia de la tarifa plana para las cotizaciones a la Seguridad Social, no parece que el abaratamiento del coste del despido haya sido suficiente, cuando, como todo el mundo sabe, lo mejor para crear empleo es despedir muy barato a los que van quedando con trabajo, se comenta que la reforma de las pensiones va "en la dirección correcta", pero es lenta y un tanto timorata, no se acaba de entender por qué  el Estado tiene que hacerse cargo de los achaques de salud del 100 % de los residentes en España, con lo ágil y eficaz que sería dejar todas esas actividades en manos de la iniciativa privada y cobrar por ellas, etc., etc.

Repito que a la vista de los precedentes, si esos meros comentarios, que luego son sugerencias y más tarde, recomendaciones, no se materializan en medidas concretas, terminaremos, una vez más delante de imposiciones inapelables.

Hay muchos contribuyentes que no terminan de explicarse cómo no se les ha ocurrido a los sabios de la Unión Europea, que tan fino hilan cuando hablan de excesivos costes laborales, recomendar algunos ahorros no sólo posibles, sino que serían aplaudidos por la ciudadanía con verdadero fervor, por ejemplo:

- Supresión del bicameralismo. ¿Cuántos ciudadanos llorarían por la desaparición del Senado, más allá de los mismos Senadores y tal vez sus familiares más próximos?


-  Reducción drástica del número de Diputados autonómicos y del de Concejales en absolutamente todos los Parlamentos y Ayuntamientos. Supongo que cabría el mismo comentario.

-  Erradicación de privilegios escandalosos establecidos a favor de nuestros parlamentarios por ellos mismos (sueldos, dietas, períodos de carencia para percibir pensiones, condiciones para acceder a complementos económicos por vivir fuera de Madrid, subvención del precio del gintonic en la cafetería del Parlamento, etc.,  etc.)


- Eliminación del ¿90 % de los coches oficiales? (digo, por dejar alguno por si fueran necesarios, que eso está por ver) Ya veríamos qué destino darle a los Conductores del Parque Móvil, aunque una idea sería adjudicarles el vehículo suprimido a coste módico y reconvertirlos en taxistas.


-  Supresión de organismos cuya razón de ser e incomprensibles para la mayoría de los ciudadanos: Diputaciones Provinciales, dos tercios de las Embajadas (recuérdese que la Unión Europea tiene su propio Cuerpo Diplomático), El Defensor del Pueblo -salvo que su papel fuera más allá de reconvenir a los incumplidores-, y a tantos Defensorcitos de los Pueblitos como han ido creando las Comunidades Autónomas, más otra larga serie de Entes cuyos nombres, a veces, evocan el surrealismo más radical.

- Prohibición de contratar asesores de cargos políticos. ¿Para qué queremos los Cuerpos de la Administración Pública? ¿Es que nuestros políticos no se han enterado de que los Cuerpos de la Función Pública, están al servicio del Estado? Sus miembros están mejor formados en la mayoría de las ocasiones que esos fantasmales "asesores", apesebrados disfrutadores de momios partidistas desde que concluyeron sus primeras letras, y sin mayores méritos demostrables que el de ser aplicados turiferarios de subprebostes de segunda división. Para más INRI, suelen ser estos asesores los más activos denostadores de los funcionarios de carrera, como si obstinarse en cumplir o hacer cumplir la Ley por encima de los caprichos de sus jefecillos fuera algo así como una tara congénita.


La lista podría ocupar varias páginas, pero seguiríamos sin comprender el por qué del pudor de los sabios de Europa ante estas fuentes de ahorro. De pronto recuerdo, que los eurodiputados, dietas aparte, ganan cada uno de ellos más que el Presidente del Gobierno, y caigo en la cuenta de que quienes tendrían que aconsejar sobre estas medidas son también parte de la gran familia parásita que se conoce por La Clase Política.


Un inciso para evitar interpretaciones erróneas: creo que la Política como actividad pública organizada es absolutamente imprescindible. Tengo para mí, que sólo los que esconden en su ánimo veleidades dictatoriales vituperan la Política. Creo en los Partidos Políticos, porque sin ellos es imposible articular la participación ciudadana en la gestión de la Cosa Pública. Creo en los Sindicatos, porque sin ellos volveríamos a las aberraciones sociales de los primeros tiempos de la Revolución Industrial (¿no será eso, por cierto, lo que se busca?). Creo que cuando los mejores olvidan la Política, terminamos en manos de los incompetentes. Pero no deja de ser sintomático que desde hace un tiempo a esta parte, la misma expresión Clase Política, ha devenido en un contenido peyorativo. O sea, que el personal empieza a distinguir entre Política y políticos, eso es todo.


Sigo: Todas las medidas que he enunciado y cuarenta y cuatro más que se le pueden ocurrir a cualquiera dependen de la voluntad de quienes se verían perjudicados por ellas. Por eso, sólo por eso, es tan difícil conseguirlas. Y no les importa que sondeo tras sondeo aparezcan como el segundo problema de España, ni les importa que millones de conciudadanos que les dimos nuestro voto estén pasando dificultades, mientras ellos se enzarzan en discusiones bizantinas con el "y tú más" como gran, sino único, argumento. Vendrán nuevos procesos electorales, seguirá bajando la participación y sólo se les ocurrirá decir cínicamente, que "no hemos sido capaces de ilusionar a nuestros votantes". Y mientras tanto engorda día a día el caldo de cultivo para la aparición de fenómenos populistas de consecuencias imprevisibles.


En resumen:


-  Mucho me temo que habrá nuevas medidas. que, supuestamente, valdrán para reducir el déficit, aunque quizás sólo sirvan para agrandar las diferencias sociales.

-  Más me temo que el coste de esas medidas vayamos a pagarlo los de siempre.


El futuro Gobierno de la Nación: Coalición Popularsocialista.


¿Eso es lo que se quiere? y ¿Por qué eso y no algo parecido? y, sobre todo ¿Por qué se habla de ello ahora?


Falta aún un año para las Elecciones Generales. En estos momentos los dos grandes Partidos deberían estar afinando sus armas para intentar ganarlas, y las restantes formaciones para aumentar cuanto pudieran el número de sus votantes.


En buena lógica, sólo a partir del momento en que se conocieran  los resultados electorales tendría sentido plantearse qué tipo de alianzas, pactos o coaliciones hay que armar para gobernar el País.

Parece, y eso lo entiendo, que Populares y Socialistas den por perdida la ilusión de mayorías absolutas, en un momento en que encuesta tras encuesta se certifica el declive del bipartidismo.

Pero, y eso es lo chocante, los defensores de La Gran Coalición, desprecian otras soluciones más sencillas: Bloque de Derechas o Bloque de Izquierdas, sin ir más lejos. Alianzas naturales, en definitiva. Entiendo que los unos, los otros y los de más allá, periodistas, tertulianos y personalidades del mundo de la Economía, no se planteen por el momento contar con los Partidos Nacionalistas como socios de gobierno, pero esa es otra historia. Lo que quiero decir  es que hay alternativas al invento de la Gran Coalición. Luego, tal vez, no se trate tanto de garantizar la gobernabilidad de España, como de conseguir otros objetivos.

No sé cómo lo verán los demás. Por lo que a mí respecta, el par de ocasiones, o quizás tres, en los que Alemania ha usado la fórmula de la Gran Coalición, me ha parecido un ejemplo de solidez política y de madurez ideológica. Ahora, cuando se trata de aplicarlo en España, lo veo de otra manera, quizás porque España y Alemania son muy diferentes, tal vez porque, como decía, no veo claros los motivos o, acaso, porque empiezo a barruntarlos y eso aún me alarma más.

¿Qué se busca? Esta es la primera de las cuestiones. A mí me parece (una vez más recuerden el título de esta sección: "No es más que una opinión") que desactivar la oposición más peligrosa a medidas duras por venir que se pactarán o se acatarán, ¿qué más da? con o desde Bruselas, para aplicar las cuales vendría muy bien la coparticipación o la complicidad del Partido Socialista Obrero Español. Espero que, al menos, si se lleva a cabo el contubernio, el PSOE consiga que el recurso al nefasto mandato de Zapatero deje de ser cantinela o estribillo de cualquier intervención de los políticos del PP.

Porque ¿Quién lo está pidiendo? (o lo que es lo mismo: ¿A quién beneficia?)

- Dicen que "algunos de los más solventes personajes del empresariado español". ¿Patriotas, ellos, de repente y sin previo aviso? Permítanme que lo dude. El buen burgués suele ser un gran patriota cuando para defender sus principios basta con poner en juego las vidas de unas cuantas decenas de miles de compatriotas, pero no tiene inconveniente alguno en colocar sus caudales a buen recaudo en cualquier paraíso fiscal o en lograr la ciudadanía en otro país menos exigente que el suyo a la hora de pedir su contribución económica. Cuestión distinta es si, con un par de hábiles jugadas logra en casa lo que busca fuera. Siempre es mejor quedarse en territorio conocido. Es el momento de identificar "el bien de España y de los españoles" con sus propios intereses.

  - Es evidente que algunos medios de comunicación de los más influyentes se están sumando al movimiento Pro Gran Coalición". "El País", desde luego, algún escrito del Director de "El Mundo",  un sesudo editorial de "ABC", y algún suelto más, así lo atestiguan. ¿"El País", "El Mundo" y "ABC" tirando del mismo carro? ¿Emergencia nacional o campaña de alto porte orquestada minuciosamente? No lo sé, no tengo prueba alguna, pero para mí que la actual situación no es de emergencia patria, luego... ¿A qué nos referimos cuando hablamos de Prensa Libre o Prensa Independiente?

¿Quién calla, quién está a favor y quién se opone? Dejando de lado por el momento lo que digan o dejen de decir el resto de los Partidos que no están afectados, no deja de ser curioso el silencio, al menos hasta ahora, de los primeros espadas del PP, la rotunda afirmación de Felipe González de que sería una irresponsabilidad de su propio Partido no apoyar esta idea, y, por contraste, la terminante frase de Rubalcaba, "mientras yo sea Secretario General, mi Partido no formará parte de un Gobierno de Coalición". Pero, atención: el proceso electoral interno en el socialismo está al caer, y Elena Valenciano fue la que tuvo la ocurrencia de poner "en la misma onda" a Jesucristo, el Che Guevara y Felipe González. ¿Hablaba por ella o por cuenta de alguna tendencia organizada? ¿Qué será de Rubalcaba después de las elecciones internas? y sobre todo ¿Qué sería del PSOE, cuando la Gran Coalición ya no fuera necesaria para los que la promovieron?

En resumen:

En cuanto al asunto de los recortes, como dicen por mi pueblo "en cuanto le vi, me dije: a por la burra viene". Se alzarán con el Santo y la peana y volveremos a pagar los de costumbre.

En cuanto a la Gran Coalición: una parte de lo que hace 40 años llamábamos "los poderes fácticos", una vez más  se saldrán con las suya, y conseguirán disfrazarlo de prueba ejemplar de madurez de la clase política.

Si el socialismo cae en el juego tardará una generación en recuperarse. Pronostico algún editorial que defenderá argumentos del tipo de "Si bipartidismo es mejor que multipartidismo, ¿por qué no Partido Único?"

  



sábado, 3 de mayo de 2014

Los temores del Marqués de Olivara.
 
(Ciudadano Ruiz Mateos, Don José María, para los no versados en los entresijos de la aristocracia europea).
 
 
La mañana del 24 de febrero de 1983, a punto de comenzar las deliberaciones del Convenio Colectivo de la Banca Privada que yo presidía me enteré de que la víspera, el Gobierno, a propuesta del Ministro de Hacienda, había decidido la expropiación de Rumasa.
 
Dejo de lado cuestiones tales como si la medida fue o no ajustada a derecho, y si la ejecución del acuerdo se hizo bien o fue una chapuza. Lo que recuerdo de aquel día (sólo dos años exactos después del intento de golpe de Estado del Teniente Coronel Tejero, ya es casualidad) es la satisfacción con la que los representantes de la gran Banca presentes en aquella reunión, habían acogido la actuación de un Gobierno con el que, al menos sobre el papel, no deberían de encontrarse muy cómodos.
 
"¡Ya era hora! ¿Quién le manda a un bodeguero meterse a banquero?", "Menos mal que han andado listos. Un poco más y acaba por complicarnos la vida a todos", "Éste no se había enterado de que el negocio de la Banca siempre es a largo plazo y con beneficios de un dígito, aunque sea el 9", "Ya ves tú, descubrir a estas alturas la estafa de la pirámide. Lo que siempre me sorprende es que siga habiendo primos que se dejen engañar ¿Cuándo aprenderán que nadie da duros a peseta?", fueron cuatro de las frases que recuerdo de aquella mañana. Comentarios, insisto, de los representantes de los Bancos; no de los Sindicatos, a los que tal vez les faltaran elementos de juicio para saber si tenían que alegrarse o no.
 
Ha pasado mucho tiempo desde entonces. Suficiente como para ver entrar y salir de la cárcel dos veces al Marqués de Olivara, Título nobiliario concedido a D. José María Ruiz Mateos por la Serenísima República de San Marino, y autorizado su uso por el Consejo de Estado en 1982. Suficiente tiempo como para que el Marqués pleiteara con suerte diversa contra el Estado en todas las instancias jurisdiccionales, para que comprara el Rayo Vallecano y lo dejara, cómo no, en la ruina, o para que fundara un Partido (la Agrupación Ruiz Mateos), que le llevó como eurodiputado a Estrasburgo durante una Legislatura.
 
En febrero del 2011, este singular jerezano, se ve obligado a solicitar procedimiento concursal especial para diez de las empresas del renacido imperio Nueva Rumasa. Al parecer, la experiencia del 83 no había sido suficiente para mantener avisados a los posibles inversores sobre qué podía pasar con sus ahorros. No me extraña demasiado. Recuerdo que a los pocos días de la expropiación patrocinada por el Ministro Boyer, un taxista, fervoroso oyente de cierta emisora pía poco amiga del PSOE, me decía transido de dolor, que si por él fuera, "ahora mismo ponía los ahorros de toda mi vida en sus manos, pero mi Señora no me deja. Ruiz Mateos es un Santo, ¿sabe usted cuántos hijos tiene? Mire usted, todo esto no es más que una venganza política". Espero por su bien, que en casa del taxista, haya seguido tomando las decisiones económicas su sabia esposa y que el buen hombre, siga o no oyendo la misma emisora, no haya tenido ocasión de invertir en Nueva Rumasa.
 
Porque lo que sí se sabe es que según documentación aportada al proceso, "los ingresos procedentes de los inversores, se usaban para pagar las hipotecas suscritas por hijos del encausado". No sé si estamos hablando de los que poco después serían imputados en el proceso abierto a propósito de los malhadados EFRE's andaluces, o de otros hijos distintos. !tiene tantos el Marqués! 13, según la contabilidad oficial, aunque existe la posibilidad de aumentar la lista en una más, si las reclamaciones de cierta ciudadana mexicana terminan a su satisfacción. (A satisfacción de la mexicana, no a la del Marqués, se entiende).
 
Espero, como decía, que ya que el taxista se libró de la primera debacle, no haya terminado siendo uno de los de más de 4.100 inversores a los que el Neo-holding-de-la-abeja, debe 484 millones de €, porque lo no creo es que nuestro amigo se encuentre entre los prestamistas que confiaron su dinero negro al mago jerezano y a los que debe, dicen, más de 700 millones. Entre pícaros anda el juego en este caso.
 
El caso es que el Marqués, el mismo que dijera un día que "para mí no hay más Leyes que las del corazón" (¿por qué nadie se toma en serio estas cosas? Lo dijo en agosto del 2012 y era más que una frase: era su filosofía vital, toda una declaración de principios), o que refiriéndose a los Jueces españoles,  les dijera en el 93 "sois unos mariconcillos, estáis castradillos, no tenéis huevecillos", o que más recientemente calificara de demonio a una Juez que osó interrogarle a propósito de otro posible desmán adicional a los ya conocidos, se encuentra en horas bajas. Muy bajas.
 
Leo esta mañana en "El Mundo" que el otrora Supermán (de eso, recordad, se disfrazó, es decir, así se veía él) se encuentra aterrorizado, en el fondo de su discreta mansión de Somosaguas, -1.500 m2 construidos, no tantos si tuviera que albergar en ella a toda su prole- de donde se niega a salir !por temor a que le secuestren sus hijos y su esposa!. La información del diario habla de Parkinson avanzado y de demencia senil. Es posible. También es posible que sea una argucia más del veterano farsante para eludir la pérdida de su humilde vivienda, embargada por la BNP.
 
Porque, por otra parte, ¿para qué el secuestro? ¿Alguien de entre su familiares estaría pensando en pedir rescate por él? ¿A quién? Y si no es por dinero ¿para qué querría secuestrar alguien a semejante prenda?
 
No. Yo creo que los terrores del Marqués tal vez provengan de voces del más allá, evocadoras de las miles de tragedias que su proceder ha provocado a lo largo de las últimas tres décadas.
 
Se acerca el final, él lo sabe, y quién sabe si ahora, a sus 83 años, recuerde tanto dolor causado: ejecutivos despedidos, colaboradores procesados, decenas de miles de trabajadores sin empleo, cientos de proveedores arruinados, miles y miles de crédulas familias esquilmadas, sus ahorros volatilizados, mientras él y su extensa parentela seguían urdiendo tramas para mantener su costoso tren de vida a costa del esfuerzo ajeno.
 
Y esto, amigos, no es una ocurrencia mía. Esto lo dicen esos Jueces tan vituperados por el Patriarca de todos los Ruiz Mateos que en el mundo han sido.
 
Tengo para mí que el verdadero, tal vez el único error de Ruiz Mateos, ha sido considerarse él solo, por encima del total de sus conciudadanos, Jueces, Gobierno y Parlamento incluidos. 
 
No ha sido ni será el último de su especie. Cuánto mejor si en vez de tanta soberbia recordaran el juramento que pedía la nobleza aragonesa a sus Reyes: "Ante Nos, que cada uno somos como Vos, y todos juntos, más que Vos".