martes, 13 de mayo de 2014

La Gran Coalición a la española
y
los recortes que vienen.



No sabía por dónde empezar.


Llevo varios días dándole vueltas a un par de cuestiones que parecen tener relación entre sí, sin saber muy bien dónde están los puntos de conexión y qué sugieren los indicios.


Creo que, por orden de antigüedad, son las siguientes:


- Ante las dudas sobre si el Gobierno está en condiciones de conseguir o no los objetivos de déficit impuestos por la Unión Europea, Bruselas "sugiere" (ya se sabe que cuando Bruselas sugiere y no se le hace caso, termina por imponer) nuevas medidas correctoras de los desequilibrios, es decir, endurecimiento de la reforma laboral -parece que el empresariado no quiere dejar la ocasión de seguir sacando ventaja-, redefinir la política de pensiones -los burócratas europeos no entienden por qué los jubilados españoles tienen la extraña manía de comer tres veces al día, los que pueden-, incremento del IVA -que ya se sabe lo beneficioso que es para las rentas altas subir los impuestos indirectos- y alguna que otra lindeza por el estilo.


- Primero fueron rumores, después editoriales en la prensa más conspicua, ahora ya pasto de tertulianos: lo que España necesita en estos tiempos turbulentos es una Gran Coalición de Gobierno según el modelo alemán.

Decía que no sabía por dónde empezar, así es que, como mandan los cánones, hagámoslo por el principio.


La próxima vuelta de tuerca.


Así que en Bruselas se duda de si el Gobierno será o no capaz de cumplir con el objetivo de déficit comprometido para el año 2015. Que los Sres. Rajoy, de Guindos y Montoro piensen lo mismo o no, parece ser algo irrelevante; como también lo es si piensan lo que dicen o dicen lo que piensan.
 

Las dudas, por el momento generan sólo comentarios de euroburócratas, críticas más o menos veladas, apenas sugerencias sobre por dónde encaminar las próximas decisiones "valientes, dolorosas, pero imprescindibles para sacar a España del pozo donde la metió Zapatero". Se duda de la eficacia de la tarifa plana para las cotizaciones a la Seguridad Social, no parece que el abaratamiento del coste del despido haya sido suficiente, cuando, como todo el mundo sabe, lo mejor para crear empleo es despedir muy barato a los que van quedando con trabajo, se comenta que la reforma de las pensiones va "en la dirección correcta", pero es lenta y un tanto timorata, no se acaba de entender por qué  el Estado tiene que hacerse cargo de los achaques de salud del 100 % de los residentes en España, con lo ágil y eficaz que sería dejar todas esas actividades en manos de la iniciativa privada y cobrar por ellas, etc., etc.

Repito que a la vista de los precedentes, si esos meros comentarios, que luego son sugerencias y más tarde, recomendaciones, no se materializan en medidas concretas, terminaremos, una vez más delante de imposiciones inapelables.

Hay muchos contribuyentes que no terminan de explicarse cómo no se les ha ocurrido a los sabios de la Unión Europea, que tan fino hilan cuando hablan de excesivos costes laborales, recomendar algunos ahorros no sólo posibles, sino que serían aplaudidos por la ciudadanía con verdadero fervor, por ejemplo:

- Supresión del bicameralismo. ¿Cuántos ciudadanos llorarían por la desaparición del Senado, más allá de los mismos Senadores y tal vez sus familiares más próximos?


-  Reducción drástica del número de Diputados autonómicos y del de Concejales en absolutamente todos los Parlamentos y Ayuntamientos. Supongo que cabría el mismo comentario.

-  Erradicación de privilegios escandalosos establecidos a favor de nuestros parlamentarios por ellos mismos (sueldos, dietas, períodos de carencia para percibir pensiones, condiciones para acceder a complementos económicos por vivir fuera de Madrid, subvención del precio del gintonic en la cafetería del Parlamento, etc.,  etc.)


- Eliminación del ¿90 % de los coches oficiales? (digo, por dejar alguno por si fueran necesarios, que eso está por ver) Ya veríamos qué destino darle a los Conductores del Parque Móvil, aunque una idea sería adjudicarles el vehículo suprimido a coste módico y reconvertirlos en taxistas.


-  Supresión de organismos cuya razón de ser e incomprensibles para la mayoría de los ciudadanos: Diputaciones Provinciales, dos tercios de las Embajadas (recuérdese que la Unión Europea tiene su propio Cuerpo Diplomático), El Defensor del Pueblo -salvo que su papel fuera más allá de reconvenir a los incumplidores-, y a tantos Defensorcitos de los Pueblitos como han ido creando las Comunidades Autónomas, más otra larga serie de Entes cuyos nombres, a veces, evocan el surrealismo más radical.

- Prohibición de contratar asesores de cargos políticos. ¿Para qué queremos los Cuerpos de la Administración Pública? ¿Es que nuestros políticos no se han enterado de que los Cuerpos de la Función Pública, están al servicio del Estado? Sus miembros están mejor formados en la mayoría de las ocasiones que esos fantasmales "asesores", apesebrados disfrutadores de momios partidistas desde que concluyeron sus primeras letras, y sin mayores méritos demostrables que el de ser aplicados turiferarios de subprebostes de segunda división. Para más INRI, suelen ser estos asesores los más activos denostadores de los funcionarios de carrera, como si obstinarse en cumplir o hacer cumplir la Ley por encima de los caprichos de sus jefecillos fuera algo así como una tara congénita.


La lista podría ocupar varias páginas, pero seguiríamos sin comprender el por qué del pudor de los sabios de Europa ante estas fuentes de ahorro. De pronto recuerdo, que los eurodiputados, dietas aparte, ganan cada uno de ellos más que el Presidente del Gobierno, y caigo en la cuenta de que quienes tendrían que aconsejar sobre estas medidas son también parte de la gran familia parásita que se conoce por La Clase Política.


Un inciso para evitar interpretaciones erróneas: creo que la Política como actividad pública organizada es absolutamente imprescindible. Tengo para mí, que sólo los que esconden en su ánimo veleidades dictatoriales vituperan la Política. Creo en los Partidos Políticos, porque sin ellos es imposible articular la participación ciudadana en la gestión de la Cosa Pública. Creo en los Sindicatos, porque sin ellos volveríamos a las aberraciones sociales de los primeros tiempos de la Revolución Industrial (¿no será eso, por cierto, lo que se busca?). Creo que cuando los mejores olvidan la Política, terminamos en manos de los incompetentes. Pero no deja de ser sintomático que desde hace un tiempo a esta parte, la misma expresión Clase Política, ha devenido en un contenido peyorativo. O sea, que el personal empieza a distinguir entre Política y políticos, eso es todo.


Sigo: Todas las medidas que he enunciado y cuarenta y cuatro más que se le pueden ocurrir a cualquiera dependen de la voluntad de quienes se verían perjudicados por ellas. Por eso, sólo por eso, es tan difícil conseguirlas. Y no les importa que sondeo tras sondeo aparezcan como el segundo problema de España, ni les importa que millones de conciudadanos que les dimos nuestro voto estén pasando dificultades, mientras ellos se enzarzan en discusiones bizantinas con el "y tú más" como gran, sino único, argumento. Vendrán nuevos procesos electorales, seguirá bajando la participación y sólo se les ocurrirá decir cínicamente, que "no hemos sido capaces de ilusionar a nuestros votantes". Y mientras tanto engorda día a día el caldo de cultivo para la aparición de fenómenos populistas de consecuencias imprevisibles.


En resumen:


-  Mucho me temo que habrá nuevas medidas. que, supuestamente, valdrán para reducir el déficit, aunque quizás sólo sirvan para agrandar las diferencias sociales.

-  Más me temo que el coste de esas medidas vayamos a pagarlo los de siempre.


El futuro Gobierno de la Nación: Coalición Popularsocialista.


¿Eso es lo que se quiere? y ¿Por qué eso y no algo parecido? y, sobre todo ¿Por qué se habla de ello ahora?


Falta aún un año para las Elecciones Generales. En estos momentos los dos grandes Partidos deberían estar afinando sus armas para intentar ganarlas, y las restantes formaciones para aumentar cuanto pudieran el número de sus votantes.


En buena lógica, sólo a partir del momento en que se conocieran  los resultados electorales tendría sentido plantearse qué tipo de alianzas, pactos o coaliciones hay que armar para gobernar el País.

Parece, y eso lo entiendo, que Populares y Socialistas den por perdida la ilusión de mayorías absolutas, en un momento en que encuesta tras encuesta se certifica el declive del bipartidismo.

Pero, y eso es lo chocante, los defensores de La Gran Coalición, desprecian otras soluciones más sencillas: Bloque de Derechas o Bloque de Izquierdas, sin ir más lejos. Alianzas naturales, en definitiva. Entiendo que los unos, los otros y los de más allá, periodistas, tertulianos y personalidades del mundo de la Economía, no se planteen por el momento contar con los Partidos Nacionalistas como socios de gobierno, pero esa es otra historia. Lo que quiero decir  es que hay alternativas al invento de la Gran Coalición. Luego, tal vez, no se trate tanto de garantizar la gobernabilidad de España, como de conseguir otros objetivos.

No sé cómo lo verán los demás. Por lo que a mí respecta, el par de ocasiones, o quizás tres, en los que Alemania ha usado la fórmula de la Gran Coalición, me ha parecido un ejemplo de solidez política y de madurez ideológica. Ahora, cuando se trata de aplicarlo en España, lo veo de otra manera, quizás porque España y Alemania son muy diferentes, tal vez porque, como decía, no veo claros los motivos o, acaso, porque empiezo a barruntarlos y eso aún me alarma más.

¿Qué se busca? Esta es la primera de las cuestiones. A mí me parece (una vez más recuerden el título de esta sección: "No es más que una opinión") que desactivar la oposición más peligrosa a medidas duras por venir que se pactarán o se acatarán, ¿qué más da? con o desde Bruselas, para aplicar las cuales vendría muy bien la coparticipación o la complicidad del Partido Socialista Obrero Español. Espero que, al menos, si se lleva a cabo el contubernio, el PSOE consiga que el recurso al nefasto mandato de Zapatero deje de ser cantinela o estribillo de cualquier intervención de los políticos del PP.

Porque ¿Quién lo está pidiendo? (o lo que es lo mismo: ¿A quién beneficia?)

- Dicen que "algunos de los más solventes personajes del empresariado español". ¿Patriotas, ellos, de repente y sin previo aviso? Permítanme que lo dude. El buen burgués suele ser un gran patriota cuando para defender sus principios basta con poner en juego las vidas de unas cuantas decenas de miles de compatriotas, pero no tiene inconveniente alguno en colocar sus caudales a buen recaudo en cualquier paraíso fiscal o en lograr la ciudadanía en otro país menos exigente que el suyo a la hora de pedir su contribución económica. Cuestión distinta es si, con un par de hábiles jugadas logra en casa lo que busca fuera. Siempre es mejor quedarse en territorio conocido. Es el momento de identificar "el bien de España y de los españoles" con sus propios intereses.

  - Es evidente que algunos medios de comunicación de los más influyentes se están sumando al movimiento Pro Gran Coalición". "El País", desde luego, algún escrito del Director de "El Mundo",  un sesudo editorial de "ABC", y algún suelto más, así lo atestiguan. ¿"El País", "El Mundo" y "ABC" tirando del mismo carro? ¿Emergencia nacional o campaña de alto porte orquestada minuciosamente? No lo sé, no tengo prueba alguna, pero para mí que la actual situación no es de emergencia patria, luego... ¿A qué nos referimos cuando hablamos de Prensa Libre o Prensa Independiente?

¿Quién calla, quién está a favor y quién se opone? Dejando de lado por el momento lo que digan o dejen de decir el resto de los Partidos que no están afectados, no deja de ser curioso el silencio, al menos hasta ahora, de los primeros espadas del PP, la rotunda afirmación de Felipe González de que sería una irresponsabilidad de su propio Partido no apoyar esta idea, y, por contraste, la terminante frase de Rubalcaba, "mientras yo sea Secretario General, mi Partido no formará parte de un Gobierno de Coalición". Pero, atención: el proceso electoral interno en el socialismo está al caer, y Elena Valenciano fue la que tuvo la ocurrencia de poner "en la misma onda" a Jesucristo, el Che Guevara y Felipe González. ¿Hablaba por ella o por cuenta de alguna tendencia organizada? ¿Qué será de Rubalcaba después de las elecciones internas? y sobre todo ¿Qué sería del PSOE, cuando la Gran Coalición ya no fuera necesaria para los que la promovieron?

En resumen:

En cuanto al asunto de los recortes, como dicen por mi pueblo "en cuanto le vi, me dije: a por la burra viene". Se alzarán con el Santo y la peana y volveremos a pagar los de costumbre.

En cuanto a la Gran Coalición: una parte de lo que hace 40 años llamábamos "los poderes fácticos", una vez más  se saldrán con las suya, y conseguirán disfrazarlo de prueba ejemplar de madurez de la clase política.

Si el socialismo cae en el juego tardará una generación en recuperarse. Pronostico algún editorial que defenderá argumentos del tipo de "Si bipartidismo es mejor que multipartidismo, ¿por qué no Partido Único?"

  



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