lunes, 18 de noviembre de 2013

La Srª Alcaldesa, el día de después.

No se pueden consentir conductas chantajistas.

   Me alegro que lo diga, Señora, pero ¿sería tan amable de especificar a quién se refiere? ¿Eran los huelguistas los que chantajeaban a las empresas o las subcontratas quienes pretendían acogotar a sus empleados?

Ha sido una provocación.

   ¡Y tanto! Ya sé que es difícil ponerse en la piel de los demás, sobre todo si se tiene en cuenta que según declara usted al ABC "Todos los empleados de la limpieza, tanto los municipales como los de las empresas, perciben salarios dignos". ¿Dignos de qué, Señora? Es más que probable que nunca tendrá que pasar por la amenaza de ver su salario (que igual es mayor que el de los huelguistas) reducido en un 40%, eso si no forma parte del colectivo que podría haberse quedado sin el 100%. Pero, pese a todo, de nuevo la misma pregunta: ¿Quién provocó a quién?

Hace falta una nueva regulación de la huelga.

   Puede que sí, o puede que no. Es cierto que la Constitución habla de regular la huelga, pero ¿por qué no se lo sugirió a su Señor marido durante los años en los que tuvo ocasión de hacerlo? Lo diga o no la Constitución, ningún Gobierno ha querido, ha sabido o ha podido ponerle el cascabel al gato ¿Y qué pretende usted con esa reforma, limitar el derecho a la huelga a los casos en los que a usted no le venga mal? 

    Porque si se refiere a los actos de vandalismo le recuerdo que tiene usted a sus órdenes considerables fuerzas de Orden Público que tendrían que haberlos evitado, fueran o no responsables de los desórdenes los huelguistas. Y si está pensando en el incumplimiento de los servicios mínimos, ¿utilizaron las empresas los mecanismos legales de que disponen para exigirlos?

Todo resuelto, gracias a la Reforma Laboral.

   Déjeme que le diga que o no sabe lo que dice, o lo sabe y miente. Los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo, la congelación salarial, las bajas incentivadas y las excedencias voluntarias, podían pactarse desde el año 1944, concretamente desde el Decreto de Crisis de 26 de Enero, así que ya ve que no es de ahora. Rajoy ni había nacido. En cuanto a la no cobertura de vacantes, ni siquiera hacía falta acordarlo: es una prerrogativa de las Direcciones de las Empresas, salvo que esté expresamente pactado lo contrario, y para deshacer ese acuerdo, tampoco hacía falta reforma laboral alguna.

En resumen:

   Como era de esperar, usted no actúa como representante de todos los madrileños, sino más bien como gestora superior de los intereses de las empresas, y aprovecha la ocasión para ensalzar una reforma que, admitiendo a los puros efectos dialécticos que fuera necesaria, nada tiene que ver con la solución de un conflicto que, por otra parte, han sufrido decenas de grandes ciudades del mundo entero, muchas de ellas con legislaciones menos permisivas que la que usted deplora. ¿O hay que recordarle que en tiempos del General Franco, cuando la huelga estaba tipificada con delito de sedición por el Código Penal, también hubo huelgas?




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