sábado, 27 de enero de 2018

El enésimo embrollo

Uno más.

¿Puede ser investido Presidente el fugitivo Puigdemont? ¿Cuál es el momento idóneo para detener un trámite que repugna a la lógica? ¿Cuándo se impugna, antes de que ocurra, o debe esperarse a que acontezca y anularlo después? ¿Qué valor tiene un dictamen preceptivo pero no vinculante del Consejo de Estado?

Hay preguntas más “prácticas”, por ejemplo ¿Cuándo vamos a dejar de enredar la madeja y tratar de resolver no sólo los problemas de fondo del que llamo el embrollo catalán, sino, la interminable lista de cuestiones que afectan al diario transcurrir de la vida ciudadana en toda España, incluidos, dese luego lo que atañen específicamente a quienes viven en Cataluña?

Las esferas de actuación de los Órganos del Estado

¿Qué es y para que vale el Consejo de Estado?

Viejo órgano consultivo del Estado, el más importante de cuantos operan en nuestro país con la función de asesorar al Poder ejecutivo, el Consejo de Estado, más de cinco siglos de historia, cuenta entre sus miembros permanentes, natos o designados a figuras emblemáticas de la esfera pública de la Nación, entre otros:
  • Ex Presidentes del Gobierno.
  • Directores y Presidentes de Reales Academias.
  • Presidente del Consejo Económico y Social.
  • Fiscal General del Reino.
  • Presidente del Consejo General de la Abogacía.
  • Abogado del Estado Director del Servicio Jurídico del Estado.
  • Algún Magistrado del Tribunal Constitucional.
  • Defensor del Pueblo, etc, etc.

El organismo está auxiliado por el Cuerpo de Letrados del Consejo de Estado, sin lugar a dudas el más prestigioso Cuerpo Superior de la Administración Civil del Estado.

Sus funciones, como digo, son consultivas y asesoras. Sus dictámenes unas veces son facultativos y otras preceptivos, y entre estos, los hay vinculantes o no vinculantes (la mayoría por otra parte)

El meollo de la cuestión

Bien, pues este órgano sobre cuya competencia profesional pocas dudas puede haber, ha emitido un dictamen preceptivo y no vinculante del que se desprende que la intención del Gobierno de recurrir ante el Tribunal Constitucional la investidura de Puigdemont, no está suficientemente fundamentada.

Conviene saber que, si bien el Consejo de Estado admite las razones de fondo del Ejecutivo, no hace lo mismo con la oportunidad de la petición por considerarla prematura. Es decir, que, a su juicio, el Gobierno se precipita y pretende impugnar hechos que aún no se han producido, lo cual desde la lógica del Derecho es un tanto chirriante.

A partir de este dictamen, el Gobierno ha decidido, pese a su contenido, seguir adelante con su intención de presentar sus alegatos ante el Tribunal Constitucional. A este respecto:

  • No hay ninguna duda de que el Gobierno está en su derecho de actuar como lo ha hecho. Recordemos: el Consejo ha emitido un dictamen preceptivo pero no vinculante.
  • Sobre el gobierno ha caído un auténtico diluvio de críticas, algunas de las cuales vale la pena examinar.
  • No obstante, antes de entrar en su examen, no olvidemos que el Gobierno es, ante todo un órgano político, la cabeza del Poder ejecutivo, y que, por tanto, ni entre sus competencias no está ni estará nunca, la tarea de juzgar, ni tiene por qué pensar y actuar como el Consejo de Estado o los Tribunales. 

Los unos, los otros y los de más allá. Contradicciones cruzadas 

  • El mundo secesionista se frota las manos, hace como se rasga las vestiduras y pone de manifiesto, la supuesta contradicción en la que incurre el represor Gobierno de España al acudir al Tribunal Constitucional después de que el máximo Órgano Consultivo del Estado lo desaconseje. Como diría una amiga mía, “de putas habló La Tacones”. ¿O ya no recuerdan las veces que ellos han hecho negro cuando los servicios jurídicos del Parlamento Catalán habían dicho blanco? Aunque, desde luego, el mismo argumento habría que recordárselo a quienes desde el Gobierno se han llenado la boca descalificando a la Srª Forcadell y demás conmilitones. Dejémosles, de momento, que tiempo habrá para volver sobre ellos.
  • Ciudadanos. Un caso extraño. No por el posicionamiento del Sr. Rivera, ejemplar, sino por el extraño del Presidente del Gobierno. Habla con Sanchez, pero no con Rivera para ponerle al tanto de su intención de acudir al Constitucional. Pese a todo, Ciudadanos recrimina al Gobierno su silencio previo, pero anuncia su apoyo sin fisuras a la acción de Rajoy. Correcto ¡e inteligente!
  • PSOE. Margarita Robles, más de lo mismo: crítica por la inoportunidad del momento elegido, pero apoyo incondicional. El bloque constitucionalista, sin grietas. Algo que es esperanzador.
  • Podemos. A lo suyo, como era de esperar. Según ellos el recurso es un burdo intento de tapar la corrupción de la Gürtel valenciana. O sea, tergiversación, manipulación, mentira. No son genios, pero tampoco estúpidos: saben que la justicia tiene su ritmo, que los casos se ven en los Tribunales cuando toca y que eso no puede ser una disculpa para dejar que en Cataluña se hagan las cosas como quieran los secesionistas. No importa. Todo vale para arañar la piel del Gobierno. De nuevo quieren quedar bien con Cataluña y con la izquierda, pero perderán votos allí y en el resto de España.

En resumen:


  • Seguimos igual. Como suele decirse, ni se muere padre, ni cenamos. Ni vuelve Puigdemont, ni sabemos quién a va a votar qué, ni cuándo, ni qué haremos después con los de allí y los de acá.
  • Nadie parece capaz de salir del bucle de la política cutre, provinciana, pequeña, miserable. Los independentistas siguen buscando notoriedad, sólo eso, porque es lo único que les queda. Saben que este último embrollo podrían evitarlo proponiendo otro candidato, que saldría elegido con sus votos y podría gobernar desde el primer día.
  • No lo hacen porque quieren la confrontación, mantener viva la vieja tendencia a sentirse víctimas. Al final, perdidos en su propio laberinto, Cataluña no les importa nada. Sólo ellos, sus quimeras, son importantes. Grotesco.
  • El Gobierno, sigue, erre que erre, yendo a los Tribunales. Ni una sola nueva idea, ni una iniciativa, nada de nada para resolver el problema de fondo. Todo muy cansino, previsible, aburrido.
  • Por si fuera poco, visto lo visto, (hablo del intento de ningunear a Ciudadanos) podría haber quien pensara que les preocupa más el resultado de las siguientes elecciones, sean municipales, autonómicas o generales, que el interés general. ¿Cómo se entiende, sino, que se maltrate al Partido que más afinidad ideológica tiene con él? Electoralismo puro y duro. 
  • Mi vaticinio: el pueblo es mucho más sagaz de lo que piensan la mayoría de sus gobernantes. A este paso, que nadie se extrañe si, llegado el momento, las viejas vacas sagradas en las que usted está pensando son devueltas a sus corrales. 

lunes, 22 de enero de 2018

Todos somos culpables

El Gran Histrión

    La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha supuesto una aparente bendición para cuantos en mayor o menor medida comentamos la actualidad, ya sea en libros, revistas, periódicos o, como es mi caso, en los más modestos soportes de las “redes sociales”. Cada día caemos en la tentación de glosar, criticar, algunos incluso alabar, la última ocurrencia del Presidente.

    Demos por bueno que, al menos en Europa, la mayoría de los comentarios son adversos al pintoresco ocupante de la Casa Blanca. Unos utilizarán la ironía, o el sarcasmo o la burla más o menos ingeniosa. Otros escribirán desde la reflexión, le teoría política, los presupuestos del cambiante mundo de la comunicación. Incluso habrá quien, aprovechando la notoriedad del personaje, consiga sus buenos dineros pregonando las gracias y desgracias del exvendedor inmobiliario.

    No le hemos juzgado y ya le hemos condenado. Así somos. Y, sin embargo, tengo la impresión de que faltan por hacer muchas reflexiones y por plantear un buen número de  preguntas.

Algunas tienen que ver directamente con Donald Trump, por ejemplo:

- ¿Estamos seguros de que el Presidente es un perturbado? Soy de los que piensan que es mucho más fácil fingirse loco estando cuerdo, que cuerdo estando loco. Al final, si pierde, será un loco. En caso contrario, quién sabe. 

- ¿Y si fuera -dejemos la ética de lado por un momento- un experto manipulador capaz de arrastrarnos tras él o contra él, mientras, como un trilero, hurta a la vista del público sus auténticas hazañas, las que resultarían más difíciles de aceptar por sus ciudadanos?

 Miremos a nuestro alrededor y seamos capaces de admitir que ahora mismo, entre nosotros, mientras nos obsesionamos con cierto problema enquistado en el Nordeste de España, estamos olvidando asuntos vitales para todos que ni siquiera sabemos cómo van.  

-Dicen que el personaje no ha leído un libro en su vida, que se alimenta de la televisión y que le basta con sus frases en Twitter para desarrollar su programa ¿Qué nos hace pensar que para ser un político en estado puro hace falta ser culto? ¿Quién de nosotros no es capaz de recordar media docena de nombres de políticos que han pasado a la Historia Universal con escasísimo bagaje cultural? Si piensan un poco verán que los hay de cualquier signo y que algunos, incluso, han sido meritorios personajes públicos. 

   Y también hay preguntas que se refieren a otras instancias. He aquí algunas.

El muy respetable Partido Republicano.

En el sistema político norteamericano, admirable en muchos aspectos, puede darse el caso de que el Gobierno y sus dependencias tenga que suspender actividades temporal o definitivamente a falta de un acuerdo parlamentario sobre el presupuesto. Bien, eso es lo que hoy mismo está pasando: el Partido Republicano no cuenta con votos suficientes para aprobar el Presupuesto propuesto por el Gobierno y hasta que el acuerdo se logre, docenas de organismos cierran y mandan a sus empleados a sus casas. Sin cobrar, desde luego. Extraño, pero eficaz.

¿Y qué hace el Partido Republicano? Intenta chantajear al Demócrata. Si éste segundo quiere evitar que los soñadores, los “dreammers”, es decir, los hijos de los migrantes ilegales que Obama pretendió proteger, tendrán que votar una punta de millones de dólares ¡para levantar otra porción del muro que les aísle de México!

O sea: la idea del muro fue de Trump, todos pensamos que estaba loco, pero el Partido Republicano, el primer Partido del país, o el segundo, qué más da, hace suya la idea y la convierte en arma parlamentaria. Los estrategas del Partido no creen que ello les vaya a suponer un quebranto electoral, sino, quizás, al contrario. 

Hay algunos otros ejemplos de esa mímesis, de ese seguidismo del aparato republicano a las extravagancias del Presidente. No es necesario reproducirlos, pero, en cualquier caso, es evidente que sea por contagio, por identificación, o por desvergüenza, el más conservador de los partidos norteamericanos, comulga con las ruedas de molino del Presidente. 

O sea: las extravagancias de Mr. Trump lo son sólo para quienes tenemos la funesta manía de pensar de una determinada manera. No necesariamente para sus votantes. Dicho de otra manera, a ver si nos enteramos: a los votantes de Trump no les engañó nadie. Votaron a quien querían, sabiendo quién era el personaje. 

Mi impresión personal, es que muchos de los políticos republicanos siempre pensaron como ahora están demostrando, pero hasta que llegó Donald Trump no se atrevían a confesarlo en público. Pura cuestión de vergüenza ajena que salta por los aires cuando el mismísimo Presidente es quien levanta la veda: los latinos son basura, los países pobres un cubo de mierda, la sanidad para el que pueda pagársela, que a mí nadie me regala nada, y el que opine lo contrario, el que critique a Trump o es un mentiroso, o un comunista. En todo caso, un mal americano. 

De ahí a la persecución real de los medios de comunicación adversos, por ejemplo, no hay demasiado trecho.

Muchos millones de norteamericanos

¿O es que somos tan ingenuos que confundimos nuestros deseos con la realidad? Manhattan no es Nueva York y Nueva York no es Los Estados Unidos de Norteamérica? Como no lo son Hollywood, el Sindicato de Actores, la prensa más o menos progresista y media docena escasa de los Jueces que han plantado cara a Trump. Se me entiende ¿verdad? Son una parte muy visible, muy llamativa, muy del gusto de Europa, pero nada representativa de la realidad sociológica del país.

La izquierda norteamericana (¿existe la izquierda norteamericana o la expresión es un verdadero oxímoron?) o, si se prefiere, el pensamiento liberal, buena parte de la intelectualidad, el mundo del arte y algunos, ni siquiera todos, los líderes de los millones de inmigrantes abominan de Trump ¿Y el resto?

¿Y el middle west, los granjeros de Oklahoma, los habitantes de los suburbios de ciudades que fueron poderosas como Detroit, como Baltimore, y hoy están arruinadas? ¿Y los orgullosos texanos? ¿Y los supremacistas? ¿Y los fundamentalistas de docenas de sectas pseudo religiosas? ¿Y las empobrecidas clases medias a quienes machacó la crisis? ¿Y los herederos del Ku Klus Klan?

Suena bien lo de “América lo primero” ¿Verdad? (Por cierto, Trump es otro más de los que confunde América con Los Estados Unidos de Norteamérica) Puede ser verdad o no. No es lo mismo el corto que el largo plazo. Suena bien lo de repatriar industrias, bajar los impuestos, reabrir minas, etc. etc.

¿A quién le importa si a medio plazo el que compre lo que se hacía en México y ahora en  Tennessee es más caro que antes? ¿Quién cae en la cuenta de que la era Trump está volviendo a beneficiar a los clanes, las corporaciones, los sistemas que desataron la crisis que se llevó por delante decenas de millones de empleos en su propio país? ¿No es más cómodo culpar a los negros, a los inmigrantes, al Islam, al mundo hispano en su conjunto? ¿Quién se preocupa por el deterioro del medio ambiente en Alaska, si nada menos que tu Presidente se ríe del cambio climático?.

¿Verdad que lo de repatriar beneficios suena divinamente?

¿Y nosotros?

Sigamos con lo de repatriar beneficios. Oigo o leo que Apple repatriará no sé cuántos miles de millones de dólares de su capital y pagará al fisco tampoco recuerdo cuántos dineros en impuestos porque después de la reforma fiscal que tanto ha beneficiado a las grandes fortunas del país (¿alguien pensaba que habría de ser de otra manera? ¿A santo de qué? Ni que Trump fuera socialdemócrata, o sea, socialista, es decir, comunista, que por allá tanto da) le trae más cuenta que hacerlo en Irlanda, donde venía haciéndolo en unas condiciones ya de por sí escandalosas.

Pero seguiremos comprando sus productos  (esto mismo lo estoy escribiendo en un portátil de la marca de la manzana) y no presionaremos a nuestros Gobiernos para que el gran gigante tribute en nuestros países lo que debería hacer por sus  ventas  aquí.

¿Podríamos hacer más? Por supuesto: no podremos votar en las elecciones norteamericanas, que no sé yo si no debería ser una opción atractiva, pero sí podríamos elegir a gobernantes menos complacientes con quienes tanto nos desprecian y con tan poco miramiento se comportan con sus “aliados” 

¿Qué Gobierno occidental ha exigido explicaciones o ha condenado la decisión de cambiar la sede de la embajada USA a Jerusalén, sea cual sea la trascendencia que ello pueda tener en el recrudecimiento del terrorismo islámico en nuestro espacio?

¿Somos algo más que amigos de países que pretenden ser humillados como México o preferimos que el Gran Histrión no se fije en nosotros? Porque a lo mejor era el momento de demostrar qué son para nosotros los países hispanos, en vez de llenarnos la boca con frases sonoras pero huecas.

En resumen

  • El fenómeno Trump está compuesto de muchas piezas: el personaje, desde luego, los efectos devastadores de las nuevas formas de comunicación de masas a la hora de desmantelar discursos políticos con algo más que proclamas dentro, y demasiadas complicidades.
  • No simplifiquemos. Es algo más costoso, más exigente, pero pensemos antes de tragar sin masticar lo que nos vayan poniendo delante.
  • Y, sobre todas las cosas: miremos a nuestro alrededor y procuremos identificar, mientras aún es tiempo, a quienes entre nosotros, sean del signo que sean, utilizan las mismas herramientas que el ocupante del Despacho Oval: la mentira, la simplificación, la manipulación, la desvergüenza.
  • Porque, recordemos: cuando empezó la campaña todos dábamos por descontado que el tal Trump iba directo al fracaso. Incluso nos reíamos con sus ocurrencias.

viernes, 5 de enero de 2018

La manada

¿Qué es una manada y qué son sus componentes?

Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, "conjunto de ciertos animales de una misma especie que andan reunidos".

Demasiado vaga, demasiado amplia la definición, para mi gusto. ¿Cómo puede ser válida, al mismo tiempo, para un pequeño grupo de gacelas que pastan asustadas en plena sabana que para cuatro o cinco homínidos que se dedican a cazar hembras de su misma supuesta especie para aparearse con ellas en contra de su voluntad?

Aunque, ¿qué son, en verdad? ¿Hombres? ¿Animales? ¿Alienígenas? Olvidemos de la apariencia ¿A qué especie pertenecen?  

Animales no deben de ser, desde luego. No se conoce ninguna especie animal, ya se trate de vertebrados o invertebrados, ya sean hervíboros o carniceros, terrestres, acuáticos o voladores, que cada cierto tiempo salgan de sus guaridas, se apandillen y reconfortados por la presencia de sus congéneres se dediquen a asaltar a hembras de especies que guarden cierto parecido con la suya para forzarlas a copular con ellos. 

No. No pertenecen a ninguna especie conocida del reino animal.  De entre las llamadas irracionales, no hay el menor ejemplo que permita identificarlos con ellas .  

¿Serán humanos?

¿Podrían ser hombres? Difícil de imaginar. ¿Hombres que no sólo hacen de la violación su diversión favorita sino que necesitan la cuadrilla para atreverse a hacerlo? ¿Eso es propio de hombres? Dejemos de lado lo de caballeros, porque no está el asunto para bromas de mal gusto, pero ¿Es de hombres jactarse después de semejantes hazañas, avasallar con la fuerza bruta del numero y el músculo, vejar, mancillar a seres indefensos y disfrutar después consiguiendo documentos gráficos que inmortalicen el horror? ¿Hombres que difunden sus fechorías, lo que equivale a proclamar que se sienten orgullosos de ello y que, por tanto, está ausente de sus conciencias el menor sentimiento de culpa?

¿Eso son hombres? ¿O es que cuando se dan ciertas condiciones de aborregamiento, crece la sensación de poder e impunidad, el "yo" se difunde en el ente colectivo, "La manada" y por arte de magia se borran los límites entre lo permitido y lo prohibido?

Algo de eso podría pasar. He oído asombrado que en algún punto del proceso se ha argumentado que los presuntos autores de barbaridades como las que comento, "son buenos hijos de familia". No quiero entrar a valorar de qué familia puede ser buen hijo un violador en grupo. ¿Qué quiere decir eso de que es buen hijo de familia, que todavía no ha violado a su madre, ni a su hermana, o a su hija? Y en el supuesto de que el miembro de la manada de que se trate sea respetuoso con sus familiares, se comporte en casa educadamente y hasta ayude a recoger la mesa los domingos ¿qué tiene que ver con los hechos que se le imputan ¿No estaremos en presencia de un fenómeno a lo Dr. Jekyll y Mr. Hyde? 

Concluyamos: los componentes de las manadas que en los últimos tiempos merodean por nuestras fiestas patronales, acosan, cercan, acogotan, maltratan, violan a las mujeres, y luego, entre grandes sonidos similares a las risas dan a conocer su hazañas entre el selecto grupo de sus admiradores, no son ni animales, ni hombres. Ni unos ni otros son capaces de semejantes atrocidades. 


¿Qué son entonces?

No lo sé, lo aseguro, pero me imagino una especie predadora desconocida, venida del más allá, salida del infierno, desembarcada de algún lejano planeta de la que ha sido expulsada, cuyo mayor peligro es que disfruta de un notable parecido con la especie humana.

Si yo fuera científico, contara con medios adecuados y tuviera tiempo para ello, me dedicaría a verificar, si son ciertas algunas de mis suposiciones acerca de las peligrosas características de estos letales especímenes. 

Por ejemplo:

- No tienen cerebro. Su cráneo está repleto de semen en descomposición.
- Carecen de corazón, lo que les asegura que hagan lo que hagan no se alterará su ritmo cardíaco.
- Tienen un órgano que viene a ser un remedo del cerebro humano, y les cuelga entre ambas piernas. Cuanto hacen, dicen o piensan está ordenado por ese órgano.
- Padecen una cobardía enfermiza. Les aterra moverse en soledad porque sin el apoyo del resto de la manada, hasta una jovencita quinceañera les asusta.
- Suelen adoptar disfraces eficaces en su vida diaria lo que les facilita la tarea de confundirse con el paisaneje. En algunos casos han llegado a hacerse pasar por Agentes de la Ley.
-  En apariencia han recibido una educación normal. O, al menos, no peor que las de los humanos que viven en su territorio. Los más recientes estudios tienden a asegurar que, por tanto, el concepto de reeducación no tiene sentido en su caso.
- Nadie sabemos, por el momento, cómo se reproducen. Quizás su ADN migre a humanos próximos como si fuera un virus, se apodere del cuerpo y mente de la víctima y lo convierta poco a poco en otro miembro más de la manada. Podría especularse con el efecto mórbido de la visión de las hazañas de la manada grabadas en vídeo.

¿Qué hacer con ellos?

- Evitar que sigan haciendo daño a los seres humanos, y, más en concreto, a las mujeres, que son sus presas favoritas, por no decir únicas.

- No soy partidario de la pena de muerte para los humanos, ni del sacrificio sistemático de animales salvajes, ni de acabar con la vida de estos raros especímenes, sea cual sea su origen y naturaleza.

- Sin embargo, hay que aislarlos de la especie humana, es decir, hay que meterlos sin demora entre rejas y mantenerlos allí hasta que haya seguridad absoluta de su falta de peligrosidad, sea porque su edad hace impensable la repetición de sus hazañas, sea porque hayamos tomado otras medidas complementarias.

-¿Han oído hablar de la castración química? Tengo entendido que es mano de santo en casos parecidos: violadores múltiples que han sido sometidos a ella, han visto cómo sus pulsiones criminales desaparecían como por arte de magia.