Fuera del tiesto (10ª entrega).
La enésima trampa.
La enésima trampa.
El Comité de Disciplina Deportiva.
El Comité Superior de Disciplina Deportiva, ignora las declaraciones de cierto atleta español confesando que se ha dopado y entiende que ello no constituye prueba suficiente para imputarle cargo alguno. Hay que aclarar que el deportista hizo sus declaraciones ante la policía autonómica catalana.
¿Saben? A mí me parece normal. ¿Por qué el Comité Superior de Disciplina Deportiva iba a ser la nota discordante en esta España nuestra de tramposos?
Aquí miente y hace trampas todo el mundo. Y cuando digo esto me refiero tanto a Instituciones como a ciudadanos.
Miente el Presidente de Gobierno cuando dice que él no sabe nada de tal o cual cosa (¿Les suena un tal Bárcenas?). Miente el líder de la Oposición cuando insiste en que sus propuestas son claras y meridianas. Mienten los responsables gubernamentales de nuestra economía cada vez que repiten que "ya se ve la luz al final del túnel", como mentía el anterior Presidente de Gobierno al hablar de los famosos "brotes verdes" y el Sr, Aznar cuando nos contaba la historia de las armas de destrucción masiva. Miente el Presidente de la Generalidad cuando asegura que puede separarse de España y seguir en la Unión Europea. Miente su socio cuando grita a diario que España les roba. Mienten los que hablan en nombre el P.P. cuando insisten en que la reforma de las pensiones no va a mermar su poder adquisitivo. Mienten los Sindicatos cuando afirman que no saben nada de comisiones procedentes de ERE's extraños. Mienten las Asociaciones de Empresarios cuando culpan de la crisis a los salarios. Mienten todos y cada uno de los políticos, cualquiera que sea su bando (¿o debería decir banda?) que suben al estrado y prometen su mejor disposición para consensuar medidas que nos saquen del agujero en que estamos.
Nosotros todos sabemos que mienten, ellos saben que nosotros lo sabemos pero les trae sin cuidado.
Y también mentían nuestros banqueros y sus testaferros, los políticos, cuando nos aseguraban que los Bancos españoles estaban entre los más seguros del mundo y, mentían y robaban a mansalva cuando tasaban viviendas sobre las que concedían hipotecas por encima del valor de la vivienda, y cuando nos vendían preferentes.
Y mentimos nosotros y hacemos trampas cada vez que abonamos un trabajillo casero sin IVA, cuando miramos para otro lado y pagamos en metálico y sin factura los honorarios del abogado, o los del Médico o los del electricista.
Y mienten también quienes no dan de alta a sus trabajadores o los dan por menos horas de las que trabajan, o los que, etc., etc., etc.
Y mienten también quienes no dan de alta a sus trabajadores o los dan por menos horas de las que trabajan, o los que, etc., etc., etc.
Y a todos los que mienten como bellacos, no les pasa nada, porque no está previsto actuar contra quien engaña al prójimo en el ejercicio de sus funciones. Nadie cree a nadie, pero eso es lo de menos. Aquí lo raro, lo escandaloso, lo peligroso es decir la verdad. "La verdad os hará libres", dice San Juan. Pero ¿a quién le interesa algo que se dijo hace casi dos mil años? Tengo para mí, que si alguien le diera por decir sólo verdades, terminaría en un manicomio.
Y aunque no se trate de mentir. ¿Qué hacemos cada uno de nosotros con los que nos toman por tontos? ¡¡¡Les seguimos votando, pensando que los otros son peores!!!
Por eso, repito: ¿por qué habría que esperar que el citado Comité de Disciplina Deportiva se comportara como si no fuera español? Hasta podría considerarse como una salida de tono de pésimo gusto. Al fin y al cabo, el atleta también era español, y eso parece que debe ser suficiente para que haga trampa y no haya que aplicarle la Ley. Luego nos extrañará que los Juegos Olímpicos se los den a Japón y hasta pretenderemos culpar del desaire al inefable acento inglés de la Alcaldesa de Madrid. Ella al menos lo intentó, no como su jefe, nuestro Señor Presidente.
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