El día de la Patria Vetona (Farinata koska).
Antecedentes históricos.
La correcta comprensión de cuanto voy a escribir aconseja ofrecer de entrada alguna somera explicación sobre el por qué de las reivindicaciones identitarias e incluso independentistas ("escrotorinas" en vetonio) que serían incomprensibles sin ellas.
Los vetones somos un pueblo antiguo, orgulloso e irredento que llevamos algo más de XXV Siglos clamando por nuestro "derecho a decidir".
De origen celta, fuimos capaces de mantener nuestra singularidad, idiosincrasia y cultura, soportando las tentaciones de mezclarnos con los Iberos, lo que nos evitó caer en esa aberración antropológica que dio origen a los celtíberos. (Como muy bien señalaron Adolf Hitler y antes Sabino Arana, cualquier mezcla rebaja la calidad del producto resultante, y la coyunda de un ser de raza superior con otro de raza inferior, sólo puede producir especímenes mitad hombre, mitad mono, del que tan abundantes ejemplos ofrece la fauna política actual).
Nos mantuvimos al margen de la dominación romana y de sus cantos de cisne cuando pretendían embaucarnos con tabarras tales como la lengua común, el sometimiento al Derecho, la Organización del Imperio sobre bases racionales, la dilución, en suma, en una unidad política superior. Nos hicieron ciudadanos romanos a cascaporro, pero siempre seguimos considerándonos vetones, un pueblo guerrero y ganadero que con el discurrir de los Siglos, perdió belicosidad y ganó cordura.
De los Visigodos y los musulmanes, mejor ni hablar. Pasaron por nuestra tierra como alma que lleva el diablo, y nosotros, los Vetones, seguimos erre que erre, reclamando lo que es nuestro: el derecho a decidir, y a constituir una Nación Independiente, dentro de la Europa de los Pueblos, por supuesto. ¿Por qué pueden ser europeos los rumanos, pretenden serlo los turcos, y no podríamos serlo los vetones?
Ocupamos un hermoso territorio, al que lo único que le falta (por el momento), es una salida al mar. Situado entre El Duero y el Tajo, se extiende por Ávila, Salamanca, parte de Cáceres y Zamora y una porción de Portugal. Los puntos habitados que pueden delimitarlo y ayudar a identificarlo, son Saldaña al Norte, Las Cogotas y Talavera de la Reina al Este, Villasviejas al Sur y Fuentes de Oñoro y Vilar Formoso al Oeste.
Ocupamos un hermoso territorio, al que lo único que le falta (por el momento), es una salida al mar. Situado entre El Duero y el Tajo, se extiende por Ávila, Salamanca, parte de Cáceres y Zamora y una porción de Portugal. Los puntos habitados que pueden delimitarlo y ayudar a identificarlo, son Saldaña al Norte, Las Cogotas y Talavera de la Reina al Este, Villasviejas al Sur y Fuentes de Oñoro y Vilar Formoso al Oeste.
Algunas dificultades
Los vetones sabemos que el camino a recorrer ni va a ser fácil, ni cómodo, ni mucho menos rápido, debido sobre todo a la cerrazón de los Gobiernos Autonómicos Castellanoleoneses y Extremeños y a los Gobiernos Estatales de los Gobiernos español y portugués, que sólo conocen el "NO" como respuesta.
No obstante, como tenemos lo que consideramos que es más que suficiente para reclamar nuestros derechos históricos, a saber:
- Una lengua propia, el vetonio, aunque se haya perdido en la noche de los tiempos, si bien, con la próxima creación de la Academia Vetona de la Lengua en breve la restauraremos a partir de los vestigios que pueden rastrearse en escritores de la talla de Suetonio o Plinio el Viejo. A partir de sus conclusiones, un buen programa de Inmersión lingüística, resolvería el problema en menos de una generación.
- Una gastronomía singular, de los que el plato estrella son los huevos fritos con farinato.
- Una cultura diferente a la de nuestros vecinos, con muestras tales como El Verraco, nuestro tótem, alejado tanto de los Toros de Guisando como de la Dama de Elche y el Caballo de Espartero, o el juego del Marro, también conocido como Juego de la Calva, del que descienden todas las variantes del juego de bolos y una danza singular, la jota charra, acabada expresión de virilidad, sencillez y serenidad.
- Un PIB que es superior al de algunos Estados miembros de la Unión Europea (Malta, por ejemplo) y un territorio más extenso que el Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Malta, Estonia, Letonia o Lituania, por ejemplo.
Estamos, pues, decididos a dar los pasos necesarios para que, al fin del proceso, la Nación Vetona vuelva por sus fueros y ocupe el lugar que nunca debió de perder.
Por todo ello...
- Reclamaremos a las instancias autonómicas y estatales de España y Portugal la deuda histórica contraída con Vetonia desde los tiempos de Roma (que jamás invirtió en nuestro pueblo los caudales que dedicó, por ejemplo, a la construcción del Acueducto de Segovia, el Teatro de Mérida o el Arco de Bará) hasta los actuales, sin una mala línea de Alta Velocidad que llevarnos al macuto.
- Nos dotaremos de una red de oficinas en el exterior para dar a conocer nuestras razones en Bruselas, Nueva York, Pekín y Tombuctú, a fin de lograr los apoyos políticos y diplomáticos necesarios.
- Estableceremos la capitalidad de nuestro pueblo en Ciudad Rodrigo, por ser el centro neurálgico de la vetonidad, sin confusioinismos capitalinos con otros centros urbanos que, como Salamanca, Ávila o Talavera de la Reina, pueden tener otros intereses menos confesables.
- Celebraremos a partir del próximo año El Día de la Patria Vetona, ("Farinata koska"), haciéndolo coincidir con el Miércoles de Ceniza, por aquello de representar un día de penitencia y reflexión, a partir del fin del Carnaval del Toro, que tanto nos diferencia del resto del Planeta. El Día de la Patria Vetona, se celebrará en cualquiera de las ciudades que puedan tener un significado especial para los Vetones, incluso si están fuera de lo que los cortos de miras entienden como Territorio Vetón.
- Tostko, alubirenda toti (Hasta la vista, hermosos)