La verdad no existe, la mataron las palabras
(Jorge Volpi)
El extraño caso de Artur Mas.
Artur Mas, criatura política criada y amamantada a las ubres nutricias del ex muy honorable, Jordi Pujol, a la sazón encausado junto a una buena parte de su hacendosa familia por indicios de diversos delitos, es un verdadero experto en el arte de tergiversar las verdades con palabras, expresiones, frases enteras que han hecho del eufemismo la única forma de expresión válida que conoce.
Que conste que defiendo el derecho de este funámbulo de la política pequeña a pensar como piensa y, hasta cierto punto, a decir lo que dice. El pensamiento no delinque, y la palabra casi nunca. Sólo le es exigible que, como el resto de los ciudadanos, se mueva dentro de la Ley.
Y aquí es donde viene a cuento el equilibrismo verbal del Presidente de la Generalidad. Todos, TODOS, TODOS, sabemos muy bien lo que quiere: escindir Cataluña del resto de España. Estas cosas hace algunos siglos se conseguían con las armas en la mano. Ése es, incluso ahora, el camino que está recorriendo una parte de la sociedad ucraniana, y que en un pasado no muy lejano han seguido algunos pueblos a los que supongo que el Sr. Mas no trata de emular, como Sudán del Sur, y otros como Chechenia, que lo han intentado sin conseguirlo. Está fuera de toda duda que las razones de ucranianos, chechenos y sudaneses no tienen ningún punto en común con el caso catalán.
Queda otra vía, la única posible hoy día en una sociedad insertada en España y en Europa: la vía democrática, el referéndum secesionista. El problema es que en España, hoy, esta fórmula es inconstitucional. No lo es en el Reino Unido, pero sí en España. Y quiero recordar antes de seguir, que la Constitución vigente fue votada por abrumadora mayoría en España y, dentro de ella, en las cuatro provincias catalanas. Por tanto, llevar a cabo un referéndum secesionista sólo es posible modificando la Constitución, y hacerlo, además,de la manera que en ella se establece.
¿Qué hace, mientras tanto, el Señor Mas? Yendo de mal en peor, después de haber heredado la batuta de su Partido cuando era hegemónico, está él mismo en trance de desaparecer por el sumidero de la Historia y de terminar llevando su Partido al Museo de Curiosidades Históricas de Los Países Catalanes. Sólo le queda el uso fraudulento de la palabra. Piruetas retóricas, eufemismos que mal cubren la realidad, porque siempre es más fácil cambiar las palabras que la realidad.
Clamando por el "derecho a decidir", convoca un referéndum disfrazado de "Consulta", que después dejará de serlo, para transmutarse en una "Consulta alternativa", solución provisional, hasta que se celebren unas "Elecciones Plebiscitarias", si llegara a haber consenso entre los Partidos y Formaciones Soberanistas, penúltimo paso hasta que... ¡Uf! ¡Qué cansino! ¿verdad?
Olvidemos lo políticamente correcto y llamemos a las cosas por su nombre.
Derecho a decidir. A mí me suena como el derecho a tener derechos del que hablaba, allá por las postrimerías del Siglo pasado, el Subcomandante Marcos, líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Todo muy poético, pero ¿cree el Sr.Mas que hay alguna semejanza entre los indígenas del Estado de Chiapas y los payeses del Alto Ampurdán, o los botiguers de Pueblo Nuevo? Lo que pedía Marcos era que a los indios lacandones y a otra media docena de etnias chiapanecas les trataran como a los mexicanos del Distrito Federal. Lo que pide Mas es que a él le permitan decidir cuándo se aplica la Ley y cuándo no.
Encuesta plebiscitaria. Otra de las luminosas ideas paridas por el febricitante cacumen del heredero de los Pujol. Por una parte, una contradicción en sus propios términos. Una encuesta es una herramienta sociológica para obtener la foto fija del modo de ver la realidad por el colectivo encuestado, luego si hay algo alejado de un referéndum es una encuesta. Por otra parte el procedimiento carece de los mínimos requisitos exigibles en democracia. No es siquiera un sucedáneo, es una tomadura de pelo. O una estafa.
Consulta alternativa. Convocada al hilo de una normativa que no especifica para no dar pistas al enemigo (el resto de España, ésa que según su secuestrador, Sr. Jonqueras, les roba, lo que no deja de ser cierto, al menos en parte, porque tooooda la familia Pujol es de nacionalidad española, les guste o no), sigue siendo un referéndum secesionista, si lo que se pregunta en la papeleta es si se quiere un Estado independiente. Otra cosa es si se pregunta una sandez, pero entonces no es una "Consulta alternativa", es, nada más, una payasada.
Elecciones plebiscitarias, figura política que hasta ahora no se conocía, es, una vez más un mal remedo de un referéndum independentista, si el motivo declarado no es elegir a los representantes políticos del territorio, sino dar dar un paso más para la declaración de independencia, que, por fuerza, HA DE SER UNILATERAL, en tanto no se modifique la Constitución vigente.
Votar es democrático. O no, Sr. Mas, o no. ¿Diría usted que las elecciones, que las había, a las Cortes franquistas fueron democráticas? ¿Cómo calificaría las decisiones adoptadas a mano alzada -una forma de votar como otra cualquiera- en el Comité Central del Partido Comunista Norcoreano? ¿Recuerda con qué % solían ser reelegidos los Trujillo, Batista o Castro?
Y por lo que se refiere a esas chapuzas de las que antes hablaba ¿Dónde está el censo de votantes? ¿Le parece normal que puedan votar los paquistaníes empadronados en la Pobla de Ma Fumet, los niños de 16 años, los catalanes residentes en la Patagonia y no puedan hacerlo el resto de los españoles en algo tan importante para estos últimos como decidir si van a seguir siendo conciudadanos de sus amigos de usted? ¿Qué garantías de las exigibles en cualquier país de la Unión Europea reúnen cualquiera de esos engendros pseudo electorales que usted se ha sacado de la chistera como un mago de feria?
A dónde lleva la huida hacia adelante.
Yo no lo sé, pero lo más grave es que a mí me parece que el Sr. Mas, tampoco. Huye hacia adelante, porque no tiene lugar al que retirarse dignamente. Detrás ya no queda nada. Cada día que pasa pierde apoyos, sabe que de convocar cualquier tipo de elecciones, plebiscitarias, legislativas, mediopensionistas, las que se le puedan ocurrir mañana por la mañana, las perdería, él se iría a su casa, sus mentores terminarían ante los Tribunales y Cataluña sufriría la mayor fractura social de su Historia.
Y mientras tanto, los problemas acuciantes de las ciudadanos catalanes siguen sin resolver, los fondos que podrían ser necesarios para remediar necesidades urgentes o para aliviar la presión fiscal, se dedican a sufragar los costes de "LA CONSULTA", y el Sr.Mas, sus conmilitones, sus socios ocasionales, y los que unas veces son una cosa y otras otra, siguen dale que te pego, machacando las meninges de los unos, los otros y los de más allá, como si no tuvieran otra cosa que hacer.
Pero, que nadie se olvide: El Gobierno de la Nación tiene el deber inexcusable no sólo de cumplir y hacer cumplir la Ley, no faltaría más, sino de, en términos taurinos, "darle salida al toro", expresión que en territorios en los que la lidia se ha suprimido aunque sigan manteniéndose otros festejos taurinos, tal vez suene rara, pero que quiere decir, que el Presidente del Gobierno cobra su sueldo por resolver endiablados jeroglíficos como estos en los que nos han metido una pandilla de mentecatos, mentirosos, trapaceros, verdaderos trileros de la política pequeña, la que vale, como mucho para repartirse las concejalías de una parroquia rural.
No sé si en los momentos que corren basta con sentarse a la puerta de la casa esperando que pase el cadáver de tu enemigo. No olvidemos que ese principio falla si tú te mueres primero.