martes, 14 de octubre de 2014

La verdad no existe, la mataron las palabras
(Jorge Volpi)
 
 
El extraño caso de Artur Mas.
 
Artur Mas, criatura política criada y amamantada a las ubres nutricias del ex muy honorable, Jordi Pujol, a la sazón encausado junto a una buena parte de su hacendosa familia por indicios de diversos delitos, es un verdadero experto en el arte de tergiversar las verdades con palabras, expresiones, frases enteras que han hecho del eufemismo la única forma de expresión válida que conoce.
 
Que conste que defiendo el derecho de este funámbulo de la política pequeña a pensar como piensa y, hasta cierto punto, a decir lo que dice. El pensamiento no delinque, y la palabra casi nunca. Sólo  le es exigible que, como el resto de los ciudadanos, se mueva dentro de la Ley.
 
Y aquí es donde viene a cuento el equilibrismo verbal del Presidente de la Generalidad. Todos, TODOS, TODOS, sabemos muy bien lo que quiere: escindir Cataluña del resto de España. Estas cosas hace algunos siglos se conseguían con las armas en la mano. Ése es, incluso ahora, el camino que está recorriendo una parte de la sociedad ucraniana, y que en un pasado no muy lejano han seguido algunos pueblos a los que supongo que el Sr. Mas no trata de emular, como Sudán del Sur, y otros como Chechenia, que lo han intentado sin conseguirlo. Está fuera de toda duda que las razones de ucranianos, chechenos y sudaneses no tienen ningún punto en común con el caso catalán.
 
Queda otra vía, la única posible hoy día en una sociedad insertada en España y en Europa: la vía democrática, el referéndum secesionista. El problema es que en España, hoy, esta fórmula es inconstitucional. No lo es en el Reino Unido, pero sí en España. Y quiero recordar antes de seguir, que la Constitución vigente fue votada por abrumadora mayoría en España y, dentro de ella, en las cuatro provincias catalanas. Por tanto, llevar a cabo un referéndum secesionista sólo es posible modificando la Constitución, y hacerlo, además,de la manera que en ella se establece.
 
¿Qué hace, mientras tanto, el Señor Mas? Yendo de mal en peor, después de haber heredado la batuta de su Partido cuando era hegemónico, está él mismo en trance de desaparecer  por el sumidero de la Historia y de terminar llevando su Partido al Museo de Curiosidades Históricas de Los Países Catalanes. Sólo le queda el uso fraudulento de la palabra. Piruetas retóricas, eufemismos que mal cubren la realidad, porque siempre es más fácil cambiar las palabras que la realidad.
 
Clamando por el "derecho a decidir",  convoca un referéndum disfrazado de "Consulta", que después dejará de serlo, para transmutarse en una "Consulta alternativa", solución provisional, hasta que se celebren unas "Elecciones Plebiscitarias", si llegara a haber consenso entre los Partidos y Formaciones Soberanistas, penúltimo paso hasta que... ¡Uf! ¡Qué cansino! ¿verdad?
 
Olvidemos lo políticamente correcto y llamemos a las cosas por su nombre.
 
Derecho a decidir. A mí me suena como el derecho a tener derechos del que hablaba, allá por las postrimerías del Siglo pasado, el Subcomandante Marcos, líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Todo muy poético, pero ¿cree el Sr.Mas que hay alguna semejanza entre los indígenas del Estado de Chiapas y los payeses del Alto Ampurdán, o los botiguers de Pueblo Nuevo? Lo que pedía Marcos era que a los indios lacandones y a otra media docena de etnias chiapanecas les trataran como a los mexicanos del Distrito Federal. Lo que pide Mas es que a él le permitan decidir cuándo se aplica la Ley y cuándo no.
 
Encuesta plebiscitaria. Otra de las luminosas ideas paridas por el febricitante cacumen del heredero de los Pujol. Por una parte, una contradicción en sus propios términos. Una encuesta es una herramienta sociológica para obtener la foto fija del modo de ver la realidad por el colectivo encuestado, luego si hay algo alejado de un referéndum es una encuesta. Por otra parte el procedimiento carece de los mínimos requisitos exigibles en democracia. No es siquiera un sucedáneo, es una tomadura de pelo. O una estafa.
 
Consulta alternativa. Convocada al hilo de una normativa que no especifica para no dar pistas al enemigo (el resto de España, ésa que según su secuestrador, Sr. Jonqueras, les roba, lo que no deja de ser cierto, al menos en parte, porque tooooda la familia Pujol es de nacionalidad española, les guste o no), sigue siendo un referéndum secesionista, si lo que se pregunta en la papeleta es si se quiere un Estado independiente. Otra cosa es si se pregunta una sandez, pero entonces no es una "Consulta alternativa", es, nada más, una payasada.
 
Elecciones plebiscitarias, figura política que hasta ahora no se conocía, es, una vez más un mal remedo de un referéndum independentista, si el motivo declarado no es elegir a los representantes políticos del territorio, sino dar dar un paso más para la declaración de independencia, que, por fuerza, HA DE SER UNILATERAL, en tanto no se modifique la Constitución vigente.
 
Votar es democrático. O no, Sr. Mas, o no. ¿Diría usted que las elecciones, que las había, a las Cortes franquistas fueron democráticas?  ¿Cómo calificaría las decisiones adoptadas a mano alzada -una forma de votar como otra cualquiera- en el Comité Central del Partido Comunista Norcoreano? ¿Recuerda con qué % solían ser reelegidos los Trujillo, Batista o Castro?
 
Y por lo que se refiere a esas chapuzas de las que antes hablaba ¿Dónde está el censo de votantes? ¿Le parece normal que puedan votar los paquistaníes empadronados en la Pobla de Ma Fumet, los niños de 16 años, los catalanes residentes en la Patagonia y no puedan hacerlo el resto de los españoles en algo tan importante para estos últimos como decidir si van a seguir siendo conciudadanos de sus amigos de usted? ¿Qué garantías de las exigibles en cualquier país de la Unión Europea reúnen cualquiera de esos engendros pseudo electorales que usted se ha sacado de la chistera como un mago de feria?
 
A dónde lleva la huida hacia adelante.
 
Yo no lo sé, pero lo más grave es que a mí me parece que el Sr. Mas, tampoco. Huye hacia adelante, porque no tiene lugar al que retirarse dignamente. Detrás ya no queda nada. Cada día que pasa pierde apoyos, sabe que de convocar cualquier tipo de elecciones, plebiscitarias, legislativas, mediopensionistas, las que se le puedan ocurrir mañana por la mañana, las perdería, él se iría a su casa, sus mentores terminarían ante los Tribunales y Cataluña sufriría la mayor fractura social de su Historia.
 
Y mientras tanto, los problemas acuciantes de las ciudadanos catalanes siguen sin resolver, los fondos que podrían ser necesarios para remediar necesidades urgentes o para aliviar la presión fiscal, se dedican a sufragar los costes de "LA CONSULTA", y el Sr.Mas, sus conmilitones, sus socios ocasionales, y los que unas veces son una cosa y otras otra, siguen dale que te pego, machacando las meninges de los unos, los otros y los de más allá, como si no tuvieran otra cosa que hacer.
 
Pero, que nadie se olvide: El Gobierno de la Nación tiene el deber inexcusable no sólo de cumplir y hacer cumplir la Ley, no faltaría más, sino de, en términos taurinos, "darle salida al toro", expresión que en territorios en los que la lidia se ha suprimido aunque sigan manteniéndose otros festejos taurinos, tal vez suene rara, pero que quiere decir, que el Presidente del Gobierno cobra su sueldo por resolver endiablados jeroglíficos como estos en los que nos han metido una pandilla de mentecatos, mentirosos, trapaceros, verdaderos trileros de la política pequeña, la que vale, como mucho para repartirse las concejalías de una parroquia rural.
 
No sé si en los momentos que corren basta con sentarse a la puerta de la casa esperando que pase el cadáver de tu enemigo. No olvidemos  que ese principio falla si tú te mueres primero.  
 


viernes, 10 de octubre de 2014

Ébola
 
El origen del mal
 
Pido disculpas si en algún momento escribo tal o cual dato disparatado. No soy científico ni médico. Trato, tan sólo, de reflexionar a la luz del sentido común sobre la desazón creada en España a raíz, sobre todo, del contagio de la auxiliar de enfermería. Y, una vez más, no olviden el título genérico de esta sección: no es más que una opinión.
 
He leído en algún sitio que el virus del ébola se identificó en 1976. Hace, pues, ya casi 40 años. Tiempo suficiente para que los extraordinarios equipos de investigación de la media docena de multinacionales farmacéuticas hubieran dado ya con vacunas, tratamientos y medicinas capaces de acabar con el mal.
 
No ha sido así. El ébola empezó siendo endémico de algunos países centroafricanos. No parece que entrara en los planes de las farmacéuticas invertir cantidades ingentes de dinero para hallar el remedio a una enfermedad que se cebaba nada más en "esos pobres subsaharianos, que carecen de todo". Subsaharianos, es decir, negros, ni siquiera "afroamericanos" o sea, más pobres que las ratas. ¿Quién podría pagar el coste de las medicinas que garantizaran el retorno de la inversión?
 
Pero, como si de la langosta, o de la marabunta se tratara, un mal día la endemia se tornó epidemia y camino va de alcanzar la categoría de pandemia. Y aquí, y en USA la tenemos ya. Recuerdo el conocido poema falsamente atribuido a Bertolt Brecht ("Primero fueron por los judíos, pero yo no era judío, así que no me preocupé... ... Ahora vienen por mí, pero ahora ya es tarde")
 
Es posible que para la mayoría aún no sea tarde, porque, estoy seguro de que, ahora que el terror llama a nuestras puertas, será cuando se descubran los remedios. Una pena. Detrás habrán quedado unos cuantos miles de muertos. Una pena, aunque la inmensa mayoría sigan siendo negros. Hay quienes pensamos que son nuestros semejantes.
 
Y su llegada a España
 
En momentos sucesivos, dos Misioneros de la Orden de San Juan de Dios que se habían infectado en África, han sido repatriados a España para terminar muriendo en su tierra muy poco tiempo después.
 
Como ciudadano, como persona sin responsabilidades políticas, entiendo el deseo de ambos de ser devueltos a su país, e intentar sobrevivir a su mal, contraído en lugares a los que les llevó su compromiso. No entra en mi forma de ser enjuiciar esta operación en términos de coste; sería, por lo que a mí se refiere, miserable.
 
 No obstante, me gustaría anotar varias reflexiones al respecto.
 
1º.- ¿Qué seguridad había de que en España iban a encontrarse con equipos sanitarios competentes tanto en cuanto a los profesionales que habrían de atenderles, como respecto de los equipos a utilizar? Tengo algo más que una sospecha de que España no es un país en el que los especialistas en tratamiento del ébola abunden.
 
Ni los hay ni habría que esperar que los hubiera. Jamás hasta hace unas semanas se había detectado ni un solo caso de afectados por el virus en nuestro territorio. Y digan lo que digan las Autoridades Sanitarias, estoy convencido de que en el resto de Europa pasa lo mismo.
 
2º.- El debate no debe de ser, por lo tanto, si era correcto o no repatriar a los enfermos sino de si estábamos en condiciones de garantizar dos extremos: resultados mejores que en el caso de no repatriarlos, y seguridad de que los conocimientos teóricos y prácticos de todo el personal implicado podía reducir los riesgos de contagio hasta cerca del 0 absoluto.
 
Al hilo de esta cuestión, no deja de parecerme insólito que las Autoridades actuales que tanto tiempo llevan insistiendo sobre las bondades de la sanidad privada, hayan tratado todos los casos en la pública. Ni siquiera se ha pensado, al parecer en alguna de las instalaciones gestionadas por la Orden a la que pertenecían los dos misioneros
 
Que fue cuando empezaron los verdaderos problemas
 
- Caravana de recepción del primer enfermo más propia de un espectáculo mediático que de una operación médica.
- Gabinete de Crisis con cuatro o cinco Ministros presentes, a ninguno de los cuales, excepto a la Srª Mato ha vuelto a vérseles la cara.
- Cadena de fallos a la hora de interpretar y aplicar unos protocolos que ni siquiera sabemos si están correctamente diseñados o no (digo esto porque ya he oído que se están cambiando)
- Material de protección que puede ser el prescrito allende nuestras fronteras o no, pero cuya eficacia está en entredicho.
- Facultativos a los que se les endosa un traje que le viene pequeño y que, en vez de rechazarlo y exigir uno correcto, se lo ponen, asumen el riesgo y, eso sí, al salir lo cuentan para tranquilizar a la ciudadanía.
- Autoridades de distintos niveles declarando estupideces como si se dirigieran a un colectivo de subnormales (tengo mis dudas de que no sea eso lo que  piensan)
- Políticos de la oposición que huelen sangre, y se tiran a la yugular del contrario, perdiendo de vista algo tan básico como el interés general, que rara vez coincide con el interés de su Secretario General.
- Periodistas que en vez de afrontar el problema sobre la base de que la información, en casos como éste, debe buscarse, antes que nada para evitar histerias colectivas, se dedican a corretear por zonas prohibidas de instalaciones sanitarias mal protegidas, para alardear de lo mal que está todo.
 
Podría seguir, pero me temo que terminaría por pisar terrenos que quiero evitar. Como dijo alguno de los desafortunados autores de declaraciones estúpidas "bastante tiene con lo que tiene" 
 
¿Y ahora?
 
Pese a todo, creo que estamos a tiempo de controlar el problema y salir cuanto antes de este charco, siempre que:
 
- Las Autoridades Sanitarias, por una vez, dejen de pensar en términos electorales o en los más penosos de salvar su poltrona a costa de la del de al lado, y escuchen a los pocos que saben algo de las raíces científicas del problema.
- Los opositores al Gobierno aplacen las peticiones de dimisiones a troche y moche hasta que el problema esté resuelto y mientras tanto ayuden en lo que puedan. Tiempo tendrán, más adelante, de exigir las cabezas que a bien tengan.
- La ciudadanía mantenga la calma, cosa fácil de conseguir, si perciben que el asunto está en buenas manos (lo que, dicho sea de paso, hoy está lejos de pensarse)
 
En resumen
 
Que para salir del atolladero, necesitamos tres cosas sencillas de enunciar:
 
- Competencia.
- Trabajo.
- Seriedad.
 
¿Cuál de ellas falla? o mejor ¿Tenemos alguna a nuestra disposición?
 
 
 


lunes, 6 de octubre de 2014

Las tarjetas "opacas" de Bankia. Como una bola de nieve.
 
Los hechos.
 
Son de dominio público, así es que no es necesario insistir demasiado en los detalles. En síntesis, desde 1988, hasta 86 Consejeros y altos ejecutivos de Cajamadrid, primero, y Bankia después, han disfrutado de tarjetas de crédito corporativas, cuyo uso ha alcanzado una cifra superior a los 15.000.000 de Euros.
 
-  Las instrucciones para su uso eran siempre verbales.
-  Los gastos no había que justificarlos.
- No consta si los beneficios obtenidos por este uso de esas tarjetas han sido declarados como ingresos, sean salarios en especie, o en efectivo.
- Hasta donde se sabe, los hechos afectan a Consejeros y Directivos de los tres primeros partidos de implantación estatal (PP, PSOE e IU) y a los dos Sindicatos mayoritarios (CCOO y UGT).
- Durante este período, Bankia alcanzó la fama (mala, pero fama) por actuaciones tan deplorables como la emisión de "las preferentes" que se llevaron por delante los dineros de miles de pequeños ahorradores. Al final entró en barrena y hubo de ser rescatada con dinero público, es decir con dinero de, entre otros muchos, ustedes que están leyendo esto.
 
Lo que dicen y hacen los unos, los otros y los de más allá.
 
Don Luis de Guindos.
No es una transcripción literal, pero el sentido de sus palabras es algo así como que no le extrañaría que este caso fuera nada más uno entre muchos en instituciones semejantes a Bankia.
 
Él sabrá, que fuentes de información no han de faltarle, pero ¿cómo interpretar sus palabras?.
 
- Hay muchos más casos, y hay que ir acabando uno por uno con este tipo de escándalos, caiga quien caiga. Es posible que quisiera decir eso, pero lo cierto es que no lo dijo.
- No exageremos. La concesión de tarjetas de crédito "opacas" (el adjetivo no es mío), es una práctica habitual, conocida, admitida y tolerada por todos. ¿A qué viene ahora rasgarse las vestiduras? Tampoco dijo esto, pero si ésa era su intención, basta con leer el comentario que dedico al siguiente "declarante".
 
Don Vicente Martínez-Pujalte López (Diputado por el PP)
Este Señor sí dijo, más o menos, (lo oí y vi en TVE) que "era una práctica habitual, conocida, admitida y consentida por todos".
 
De eso, nada, Sr. Pujalte. Usted sabe mucho más que yo (quiero decir que conoce más detalles de este asunto que yo) pero ese "todos" que usted emplea se refiere, nada más, a una camarilla de golfos. Los que diseñaron la operación, los que la consintieron, los la que la conocieron y no hicieron nada al respecto y, desde luego, los que se beneficiaron de ella. Unos cuantos cientos como mucho. ¿Estaba usted entre ellos?
 
El resto hasta más de 45.000.000 de españoles, no sólo no sabíamos nada, sino que poco después tuvimos que arrimar el hombro para evitar que Bankia despareciera. Con una particularidad: a ninguno de nosotros se nos pidió opinión al respecto, ni se nos dio la opción de preferir que Bankia, sus Consejeros y sus Directivos se fueran al infierno.
 
Doña Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, Condesa Consorte de Bornos y Grande de España.
Mantiene en su puesto a uno de los beneficiarios de las inocentes tarjetitas, que previamente ha sido forzado a dimitir en otro de sus puestos públicos, con el peregrino argumento de que los responsables no son los que utilizaron las tarjetas, sino los que se las dieron. Vamos por partes:
 
- ¿Cómo se puede distinguir entre quienes las dieron y los que las utilizaron? ¿Las tarjetas llovieron del cielo, nacieron como setas tras la tormenta en la Sala del Consejo, las repartían los Conserjes a pinto, pinto gorgorito? ¿o fueron ideadas por los Directivos, y aprobadas por los Consejeros que acabaron siendo sus beneficiarios? ¿No ve, Señora Condesa que fueron los mismos?
- Y, aunque fuera de otra manera ¿Cree usted que si alguien le descerraja cuatro tiros al vecino puede culpar a quien le regaló la pistola o, tal vez, sólo tal vez, el que dispara tiene también algo que ver en el crimen?
 
O sea, que usted tiene cerebro de sobra para hacerse estas mismas reflexiones, pero, como buena política, tiende a pensar que sus votantes son subnormales (Por cierto:  a lo peor, después de declaraciones como éstas, si les siguen votando podría usted tener razones para pensar que los ciudadanos tenemos menos seso que un mosquito).
 
Don Arturo Fernández, Presidente de la Patronal de Madrid.
"No era consciente del uso irregular de esa tarjeta", que, al parecer, se aprobó en el Rtº de Caja Madrid como una parte de pago en especie desde 1988.
 
¡Por Dios, Don Arturo! ¿Cómo que no era consciente? Puede que, a sensu contrario, usted sea un inconsciente, usted sabrá, pero no venga diciendo que un empresario con cientos de personas a su cargo, líder de una organización en la que igual, no me consta, existen también tarjetas corporativas, no sabe cómo funcionan estos instrumentos de pago.
 
¿Salario en especie? Pues que yo sepa, el salario en especie ha de declararse como ingreso, y, si así fuera, la Dirección Financiera de Caja Madrid o de Bankia, se la habría hecho figurar en la información de ingresos para que usted pudiera tributar por ella, así que a otro perro con ese hueso.
 
También Don Arturo se suma a la teoría de la Srª Condesa Consorte y carga las culpas en los Directivos que le dieron la tarjeta sin advertirle los riesgos que corría. ¿Han cambiado la Legislación societaria, o el responsable último de la gestión de una Sociedad Anónima sigue siendo el Consejo de Administración?
 
En los últimos tiempos, la Patronal no parece estar demasiado afortunada con la elección de sus dirigentes. Primero el ejemplar comportamiento de Díaz Ferrán y ahora esto.
 
Los que ya han devuelto parte de lo usado.
Don Rodrigo Rato que iba para Presidente de las Españas hasta que a Don Aznar le dio la ventolera y eligió a Don Mariano, el mismo Don Arturo el de la CEIM, el Sr. Corsini que un día fuera Presidente de Renfe (¿Tampoco sabía este Sr. cómo funcionan las tarjetas corporativas?),  Don Javier López Madrid, Consejero Delegado del Grupo Villar Mir (otro que tampoco tiene ni idea de qué pueda ser una Tarjeta de Crédito Corporativa) y creo que algún otro salpicado, han devuelto cantidades, no sé si todo o parte de lo usado, o sólo lo que ellos creen justo y necesario.
 
Déjenme que les diga algo muy sencillo: yo no devolvería jamás ni un céntimo de lo que creo que he ganado o disfrutado en buena Ley. ¿A qué tanta prisa?
 
Pero no se hagan ilusiones: devolver lo obtenido indebidamente puede ayudarles si, al final, el caso adquiere variantes penales, pero, en este caso, lo hecho, hecho está y ustedes tendrán que responder de sus acciones, aunque se queden un escalón por debajo de los que ni siquiera han restituido un sólo Euro.
 
Los que dicen que harán.
El Secretario General del PSOE, el Coordinador de Izquierda Unida y los Secretarios Generales de UGT y CCOO con unas u otras palabras han deplorado los hechos y han anunciado actuaciones internas con quienes se han lucrado de estas tarjetas.
 
Menos es nada, al menos no han salido por los Cerros de Úbeda cargando las culpas sobre terceros y disculpando a sus conmilitones, pero si yo estuviera en su lugar, pasaría de las palabras a los hechos en brevísimos plazos. Cumplirían con su deber y ganarían credibilidad, que es algo de lo que la clase política española no anda nada sobrada.
 
¿Dónde estaban quienes podrían haberlo impedido?
El Banco de España no sabía nada. El Ministerio de Hacienda estaba en la inopia (pese a que uno de los colegas de Gabinete del Sr. Montoro, el Sr. de Guindos, parece que estaba al cabo de la calle. Las cúpulas de los Partidos y Sindicatos que iban designando uno tras otros a la caterva de Consejeros que han ido sucediéndose en los cargos, nunca oyeron nada.
 
Si todo hubiera transcurrido en los dos últimos meses podrían alegar que estaban ocupados en deshacer los entuertos en los que cada mañana les embarca el Señor Mas, pero es que esto viene de antiguo. ¿Y ahora? ¿Van a seguir la pista apuntada por el Sr. De Guindos y pondrán patas arriba a cuantas Cajas, Cajitas y Cajuelas vayan encontrándose, o seguiremos como hasta ahora?
 
¿Pero con quién creen que tratan? Éramos los demás, los que les votamos, los que pagamos sus sueldos, los que tenemos derecho a que defiendan nuestros intereses los que no estábamos al tanto de tamañas trapacerías, tal vez angustiados por las dificultades que atravesábamos para llegar a fin de mes, o pasmados al ver cómo se evaporaban nuestros ahorros.
 
Pero oigan, pandilla de trapaceros: se les acaba el tiempo. No sé cuándo ni cómo, pero acabarán pagando por todo cuanto están haciendo. Ni siquiera les deseo el mal que han hecho. Me basta con que les apliquen la Ley, ésa de la que ustedes jamás han hecho caso, salvo para lucrarse.
 
Están cavando sus tumbas, porque hay algo peor que mentir. Lo que ustedes están haciendo es reírse de todos y cada uno de nosotros, que nos levantamos cada mañana con el corazón en un puño pensando con qué nueva barbaridad vamos a desayunarnos.
 
Han vivido instalados desde hace decenios en la impunidad. Se han creído a salvo de cualquier requisitoria. Se han puesto por encima del pueblo que les aupó donde están. Y eso termina por pagarse, porque, parafraseando el juramento de la Corona de Aragón, responderán "ante Nos, que cada uno somos como Vos y todos juntos más que Vos"  
 
Que así sea.