jueves, 16 de marzo de 2017

Un plácido fin de semana

Los votantes holandeses dan un respiro a Europa.

Mientras Holanda votaba, la Unión Europea contuvo el aliento. No importaba que las encuestas de los últimos días reiteraran que el populismo racista, xenófobo e islamófobo de Geer Wilders estuviera perdiendo fuelle. Eran ya tantas las ocasiones en las que los expertos en sondeos políticos erraban una y otra vez, que muchos, yo entre ellos, optimista histórico, no me fiaba en absoluto.

Recordaba los demenciales acontecimientos de los últimos días, la confrontación entre Erdogan y Holanda, Alemania y Europa en general, y daba por supuesto que alguna influencia habría de tener en los resultados electorales, más allá del curiosos efecto sobre el propio recuento de votos (Como se sabe, el temor a interferencias cibernéticaas con sede en Turquía, el Gobierno holandés había decidido el recuento manual de votos).

Creo que el efecto se ha producido y ha sido en la dirección contraria a la que habría esperado Erdogan. ¿Cómo alguien como el Presidente turco puede ocurrírsele llamar fascistas a los holandeses, él, precisamente él? 

La participación ha aumentado sensiblemente y ese factor ha perjudicado a Wilders. Tal como yo lo veo, la abstención se nutre de los desencantados, los "pasotas" y los que presumen de apolíticos, sostienen que todos los políticos son iguales y prefieren quedarse en su casa a tomarse la molestia de ir a votar. 

Eso vale para circunstancias normales, pero cuando se olfatea el riesgo, cuando se palpa el peligro, muchos de los abstencionistas, votan y lo hacen en sentido contrario a la dirección del riesgo, que, en Holanda, ayer, era Wilders y su Partido ¡De la Libertad! 

Es un hecho que los ciudadanos politizados votan siempre. Y es incuestionable que los Partidos extremistas tienen tras ellos individuos politizados hasta el fanatismo, cuyo voto no dejará de caer en la urna. (Por supuesto, la contraria no es igualmente cierta: quiero decir que no todo votante politizado vota Partidos radicales, pero sí lo contrario).

Por una vez, las encuestas han acertado, el retroceso de la demagogia fascistizante de Geer Wilders se ha quedado lejos de avasallar, y sea más o menos difícil para el actual Primer Ministro configurar alianzas, el gran peligro queda atrás.

Las consecuencias 

El resultado de las elecciones holandesas demuestra que los presagios negros que encadenaban inexorablemente el brexit, con el triunfo de Donald Trump, el acceso al poder de la ultraderecha holandesa, el asalto al Elíseo de Marine Le Pen, el ascenso destructivo de la ultraderecha alemana, la hecatombe italiana, y el fin del fin, es decir, el desmantelamiento de la Unión Europea, el hundimiento consecuente del concepto de Estado del Bienestar y la subordinación sine die de Europa a USA y Rusia, parece que tendrá que esperar.

La hidra no es invencible. Debemos de dejar de tenerle miedo al miedo. Podemos y debemos defender nuestras convicciones, porque, como dijo alguien, creo que fue Martin Luther King, nadie se te va a subir a la espalda si no te agachas.

Mr. Trump vuelve a tropezar en la misma piedra

Erre que erre, el Presidente "usano" hizo redactar una nueva versión vagamente descafeinada de su Orden Ejecutiva anti inmigración musulmana, y héteme tú aquí que otro juez, esta vez del estado de Haway, se la ha vuelto a tumbar.

Desde luego, Mr. Trump ha puesto el grito en el cielo y ha venido a decir que cómo es posible que un Juez, un simple Juez (esta vez no lo ha llamado "supuesto Juez") le enmiende la plana. Como tantos otros autócratas antes que él, Berlusconi fue un paradigma del modelo, intenta satanizar a los jueces: faltan dos telediarios para que los acuse de comunistas.

Mientras ese momento llega; mientras los periódicos, las emisoras de radio y televisión norteamericanas sigan siendo disidentes, no importa que nos guste o no a nosotros lo que digan, el autoritarismo del Presidente, los tics matones de sus hombres de confianza, seguirán lejos de ganar la partida.

Por cierto, el por qué un Juez puede hacer lo que hace en USA tiene su explicación en algo tan sencillo como el principio de la división de poderes. Nos guste o no, los Jueces norteamericanos sea demócratas o republicanos, por suerte para sus conciudadanos, son independientes.

O sea que...

Personajes que probablemente se las prometían muy felices cuando se conocieran los resultados de las elecciones holandesas, no tendrán un buen fin de semana.

No lo siento: más bien me alegro porque ¿Qué tengo yo que ver con Mr. Trump, Mme. Le Pen, V. Putin o Erdogan?




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