martes, 31 de marzo de 2015

Las encuestas, la clase política y el votante perplejo.
 
 
En tiempos de crisis, no hacer mudanzas.
 
Eso decía, Santa Teresa, pero ni en el año de su V Centenario se le hace el menor caso. Llevo un tiempo, el que va desde la recta final de las Elecciones en Andalucía, hasta ahora, observando entre divertido, asombrado y un tanto confuso, las sorprendentes mutaciones, los silencios calculados, el uso de las medias verdades, el amagar pero no dar, el estar más pendiente de la tienda del vecino que del propio negocio, en que se halla sumida la práctica totalidad de la clase política española.
 
Secretarios Generales, Estados Mayores de los Partidos, Jefes de Campaña, Portavoces y demás subprebostes apesebrados, no ganan para sobresaltos con los resultados cambiantes de las encuestas de opinión. Debería ser el mejor momento para ofrecer a la ciudadanía un muestrario claro y diáfano de cuáles son las señas de identidad de cada grupo y, si se confía en ellas, tratar de llevar al votante hasta tu montoncito de papeletas.
 
 
No es así.
 
El Partido Popular, parece convencido, o eso dice, de que su único problema es la falta da calidad en sus portavoces: no saben "transmitir", y así temen que no irán a ninguna parte. (Dicho sea de paso, no estaría de más que revisaran el método de selección de sus voceros, pero ésa es otra historia)
 
Es evidente que un buen comunicador ayuda, y uno malo perjudica. Pero, guste o no, más importante que el locutor es el mensaje. ¿Ha hecho el PP algún somero ejercicio de autocrítica, o siguen pensando que su único problema es que no han sabido convencer a la ciudadanía de que todo lo han hecho bien?
 
Mientras tanto, las malditas encuestas indican que crece la sangría de votos en dirección a Ciudadanos: ¡¡"Es el Centro y lo estamos perdiendo"!!, deben clamar por Génova, pero en vez de hacer política de centro, se piensa en cambiar de portavoces porque los actuales no son creíbles.
 
Y cada día les queda menos tiempo para dar con la tecla. De medidas internas anticorrupción, que les darían más resultado que negar las evidencias, nada de nada. Hay que dar la orden de que vuelva a pregonarse alto y claro que "somos un Partido de Centro Derecha". Eso es más que suficiente, porque el votante no se entera de nada.
 
El Partido Socialista, pese a los resultados más o menos aceptables en Andalucía, es consciente de que una buena parte de sus fieles de antaño, están mirando a Podemos como su próxima opción electoral, o se han ido ya con ellos en las pasadas. De hecho, parte de la pérdida de votos totales sufrida en el Sur, sólo puede tener esa explicación.
 
Debería ser el momento de pensar qué están haciendo mal, cuánto tiempo más van a poder soportar su cuota de escándalos, ¿verdad? Pues no: las grandes cuestiones, que se niegan, por supuesto, es quién va a mandar, si éste o aquélla, o si la fuga de militantes obedece o no a maniobras orquestales en la oscuridad, o a la frivolidad de cuatro (bueno, cada día más de cuatro) mequetrefes.
 
Las encuestas dicen lo mismo a todos: las próximas elecciones las volverá a ganar quien domine el centro, pero si para el PSOE el problema principal es Podemos, ¿qué tal si buscaran en el baúl de los recuerdos recetas, ideas, principios, políticas, que un día le dieron señales de identidad  al Partido y hoy parecen olvidadas? A lo mejor recuperaban seguidores. No, en absoluto, no vaya a ser que vuelvan a llamarnos rojos, o cosas peores: hay que hacer como si fuéramos un Partido de Centro Izquierda, o sea, de derecha maquillada. Y terminarán por no saber quiénes son, de dónde vienen y a dónde van.
 
Porque si para acercarse al centro se amanceban con Ciudadanos, a lo mejor las pérdidas por su izquierda van a más y no trae cuenta, y si se dejan sobar por Podemos (como ya ha anunciado este Partido que podría estar dispuesto a hacer), se quedan sin centro y sin izquierda. En ese momento, que mande Él o que sea Ella, me temo que va a interesar sólo a sus familiares.
 
Podemos, por su parte, debe de andar un tanto extraviado: apenas empezado el baile, pierde pretendientes día tras día. Es asombroso: los resultados de las encuestas están siendo interpretadas en las alturas de esa formación como una necesidad absoluta de tranquilizar al votante: no somos el coco, ya no vamos a hacer aquello que dijimos que haríamos (o que decían otros que Podemos decía, que eso no siempre está claro), sólo somos "diferentes".
 
Sí, pero, diferentes en qué, y sobre todo, cuidado no vaya a ser que a base de echar agua al vino, se queden sin los que les gustaba el vino, y no ganen a los que les gusta el agua, porque, pese a todo, el mejunje les huele a vino. ¿A qué viene ahora que algunas cabezas de lista digan que ellos no se sientes representantes en Podemos? Si eso es así, ¿no sería mejor que fueran en otras listas? A veces tengo la impresión de que en estos vaivenes hay un cierto tufillo a viejos vicios, por ejemplo, dar por supuesto que el votante es estúpido.
 
Ciudadanos es, por el momento, el único contendiente que tiene suficiente con mantener sus señas de identidad, rechazar pactos y seguir diciendo bellas frases. Dentro de unas semanas van a tener que hacer algo más, por ejemplo, ahora que ya sabemos que es lo que no van a hacer, explicar qué piensan hacer al día siguiente de ganar un Municipio, o una Comunidad Autónoma.
 
Lo que sí parece inamovible, es que se han instalado en el ansiado centro con suma facilidad, y que parece que no tienen necesidad de moverse ni a un lado ni al otro, vistos los deseos de sus opositores a llegar donde ellos ya están. En términos casamenteros, son "el mejor Partido": todos lo quieren de yerno.
 
Está, no obstante, el pequeño embrollo de sus relaciones interruptas con UPyD, aunque debo de suponer que sea por casamiento, por rapto o por sumisión, antes o después se impondrá la realidad (esa que quien yo me sé decía que cuando la sacas por la puerta se te mete por la ventana)
 
Y hablando de UPyD, oigo que Rosa Díez "ha ganado tiempo" con sus últimos conciliábulos de fin de semana. Lo que está por ver es para qué ha de valerle. ¿Seguro que dilatar la solución les hará llegar en mejor posición a la Elecciones Generales con los restos de un Partido prendido con alfileres? Ella (sí, ella) sabrá.
 
Izquierda Unida ha llegado al punto de no tener más remedio que detenerse, y pensar. Tienen herramientas, no por antiguas menos válidas. Desde "el análisis concreto de la realidad concreta" hasta definir qué quiere decir hoy, y cómo se hace lo de "no se trata de comprender la realidad sino de cambiarla".

No es más que una opinión personalísima, pero para mí que todo empezó con uno de los pocos errores, pero grave, de Julio Anguita: la pinza con Aznar para triturar al PSOE.
 
Y como éramos pocos...
 
El Señor Mas y el Señor Jonqueras, tan oportunos siempre, tan atentos a resolver de inmediato los problemas de la ciudadanía, dan otra vuelta a la salón de baile cogidos por la cintura y, ya en medio de la pista, anuncian que las próximas Elecciones Autonómicas, en realidad no son Elecciones sino que es un referéndum de tapadillo; o sea, que sí son elecciones, pero que van a valer para otra cosa. ¿Y eso? Porque es lo que han pactado y punto.
 
Luego el Sr. Homs, dando por sentado que sólo él sabe de democracia, aclara el equívoco: "Cuando se vota, hay que aceptar los resultados aunque no nos gusten". O sea, que si en Bollullos Par del Condado se vota por abrumadora mayoría que el Sr. Homs ha de ser sometido a una operación de extirpación de genitales, no importa que en Bollullos no tengan capacidad legal para votar sobre tan delicada cuestión, sino hay que aceptar el resultado, aunque al citado no le acabe de gustar (supongo). el Sr. Francesc Homs puede estar tranquilo: jamás se votará tal cosa en un pueblo inteligente.
 
¿Qué pensar, pues, una vez que la propuesta tiene menos apoyos que las precedentes? ¿Hablan en serio? ¿aben que van a perder las elecciones, sean de las de toda la vida o de las plebiscitarias, y han buscado una habilidosa puerta trasera para salir del lío? ¿Están desorientados, o es que de tanto hablar de independentismo han olvidado el resto de las cuestiones que, al menos en el caso del Sr. Mas, son de su competencia resolver?
 
Alguna reflexión al margen.
 
¿Volveremos a ver algún día Partidos Políticos que configuren sus programas en función de su ideología y sus alianzas en función de sus programas?
 
¿Entenderán los Políticos que las encuestas, las sacrosantas encuestas, sólo son fotos fijas de un determinado momento que, para más escarnio, suele corresponder a uno o dos meses antes del día en que se conocen?
 
¿Qué categoría podemos darle a quienes primero se preocupan de saber qué nos preocupa y luego corren todos a ofrecernos lo mismo, mientras descalifican al contrario? ¿Esos son nuestros líderes?
 
¿Y si resultara que la conclusión a la que llegara el ciudadano es que todos, los de la casta y los de más allá, son una caterva de mentirosos, aunque se disfracen de mil formas distintas, tratando nada más de parecer más atractivos? 
 
 


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