martes, 9 de junio de 2015

Una ONG mal comprendida: El Fondo Monetario Internacional.

Pongamos las cosas en su sitio.

El Fondo Monetario Internacional, el FMI, institución benéfica donde las haya, creada justo cuando la II Guerra Mundial estaba a punto de terminar, formado por nada menos que 188 países, suele ser criticada por gentes que ni siquiera saben cómo se llama en inglés, cuáles son sus fines y de dónde obtiene la ingente masa de recursos que gestiona para el bien de la Humanidad en su conjunto y para los desgraciados países que son incapaces de levantar la cabeza si una mano amiga no les saca del hoyo.

Para desasnar progres trasnochados conviene saber que, según sus Estatutos, el FMI persigue "fomentar la cooperación internacional, el comercio mundial, la estabilidad cambiaria y la confianza mutua, llegando, si es necesario a poner transitoriamente fondos a disposición de los países que los necesiten", Fondos transitorios que, por supuesto hay que devolver.

Como es de suponer, esos fondos transitorios suelen ponerse a disposición (se prestan, para dejarnos de circunloquios) de países de tercera división; países de esos que no saben donde tienen la mano derecha, van de mal en peor, y no sólo tienen problemas de liquidez, sino que ni siquiera saben cómo salir del agujero.

Así es que el FMI, fíjense qué grandeza de espíritu, no sólo les adelante el dinero, sino que les aconseja qué tienen que hacer. Para ser exactos, les dan el dinero sólo si los Gobiernos pedigüeños se comprometen a hacer lo que el FMI diga.

De dónde sale el dinero, y quién lo gestiona.

Los Fondos del Fondo lo aportan la totalidad de los países miembros en razón a unas fórmulas complejas que me consta que los que gestionan la cosa entienden. 

Cuando hablamos de dinero, no se crea que nos referimos a cifras más o menos modestas: en 2010, las reservas del FMI ascendían a 755.700 millones de $.

Como decía, unos ponen más que otros. USA, por ejemplo, el mayor aportador, colabora con el 17'5% del total de lo que se recauda entre casi 200 países. El resto, en buena medida, corre por cuenta de las primeras economías del mundo. ¿Alguien puede extrañarse que estos países, ejemplo de eficacia, de solidaridad y de magnanimidad, sean quienes oriente, dirijan y gestionen el FMI? 

De hecho, entre "Usanos" y Europeos se reparten Presidencias y Gerencias desde su fundación. Por extraño que parezca, hay quienes ven en este proceder una intención sesgada para tratar de imponer su visión del mundo.

Algunos ejemplos.

En cuanto a los que manejan el FMI.
Algunos de sus últimos mandamases han dado que hablar demasiado en los últimos tiempos. Creo que, como toda obra humana, el Fondo a veces comete errores. ¿Y quién no? Por ejemplo, dos de los últimos cuatro han puesto en evidencia que el sistema de selección del Director Gerente es manifiestamente mejorable:

Rodrigo Rato, único representante del intelecto hispano al frente de la Gerencia del Fondo, un mal día, sin venir a cuento, dimitió sin que hasta la fecha sepamos las razones, volvió a España, se hizo cargo de Caja Madrid, o Bankia, que tanto da, y como pago a sus desvelos para poner en práctica ingeniosas métodos de retribuir a Consejeros y Directivos, ¡Fue procesado! y hasta estuvo a la sombra algo más que un abrir y cerrar de ojos. Masas de preferentistas, accionistas y hasta cuentacorrentistas, le siguen los pasos allá donde va, y le asedian insultándole groseramente, a él, que fue Director Gerente del FMI.

Le sucedió un francés que se decía socialista, un tal Dominique Strauss-Kahn. Doy por supuesto que era un mago de las finanzas y un político sólido. Tanto que sonaba como el más que probable candidato de la izquierda francesa a ocupar la Presidencia de la República. El problema de Monsieur Dominique es que en cuanto veía unas faldas, cogía carrerilla y se tiraba en plancha. Las malas lenguas dicen que pretendía aterrizar siempre en blando, pero tengo para mí que sólo quería dar a conocer a las huidizas féminas las bondades del FMI. Si algo hay que reconocerle a M. Strauss-Kahn, es que no era racista: la carrerilla la daba tanto si la fugitiva era blanca, como "de color", so sea, mayormente negra.

Luego vino no sé quién, y ahora está una señora, también francesa Mme Cristine Lagarde que, en los últimos tiempos, le ha dado por decirnos a los de aquí, qué tendríamos que hacer para ser un país de veras serio, responsable y recomendable.

Y, claro, los de siempre han puesto el grito en el cielo. Viene de antiguo. Se ha dicho que el FMI en tiempos pretéritos ha apoyado Dictaduras militares siempre que fueran anticomunistas; se comenta que es uno de los responsables de la brecha creciente entre países ricos y pobres, que está obsesionado con reducir las prestaciones sanitarias y alimentarias y que el medio ambiente le trae al pairo. ¿Es que no se ve la mano siniestra que mueve estos hilos?

El caso español.
Porque vamos a ver, si lo que ha dicho el Fondo es que España debe reducir las indemnizaciones por despido, subir los IVAS reducidos, igualar a fijos y eventuales (haciéndolos a todos eventuales, es de suponer) y que la sanidad se pague entre todos, también por los enfermos ¿Por qué hay que rasgarse las vestiduras?

Quedamos en que, a poco que se rasque, veremos que el FMI es un banco gigantesco disfrazado de lo que se quiera, pero un Banco en que que unos ponen el dinero y otros piden préstamos. ¿No? Pues ahora, imaginen la siguiente escena: 

Un menesteroso que necesita dinero y ni siquiera sabe cómo podría devolverlo, se acerca al Banco de la esquina (procurando evitar alguno que gestione el Sr. Rato, desde luego) a pedir un crédito. El Director, le examina, y cuando llega a la conclusión de que si no le dice lo que tiene que hacer, el préstamo no le va a sacar de pobre, le recomienda:

- 1º.- Despida usted al servicio, y ni se le ocurra hablarle de indemnización, porque no querrá usted dedicar nuestro dinero a arreglarle la vida a dos perdularios ¿verdad?
- 2º.- ¿Ha pensado usted en suspender el tratamiento anticáncer del abuelito? Está saliéndole a usted carísimo, el abuelo ya ha vivido lo suyo, y lo que se gaste en medicinas es dinero tirado. ¿Por qué no se lo paga él de su pensión? Al fin y al cabo...
-3º.- Debería usted sacar a los niños del colegio y ponerlos a trabajar. Ya sé que ahora no les pagan casi nada, pero ya va siendo hora de que sepan lo que cuesta ganar el dinero. Por otra parte, tal como está el sistema educativo ¿Qué espera que aprendan, los ríos de su Comunidad Autónoma?

Ande, mire, piense en lo que le he dicho, y cuando haga los deberes, hablamos del crédito.

Este Director ¿no podría ser considerado empleado ejemplar? Ha defendido los intereses del Banco y le ha dado una lección a un ignorante, le ha enseñado algo lo que, bien mirado, es una Obra de Misericordia.




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