Hoy no toca Trump
Las escasas ventajas de ser libre y anónimo
No tener carné de ningún Partido, no ganar dinero con lo que se escribe, no tener cientos de miles de seguidores, son carencias que acarrean muchos inconvenientes, cierto, pero acarrean algunas ventajas.
Por ejemplo, decir no sólo lo que piensas, estés o no de acuerdo con las modas, con las "tendencias", sino lo que cada día te apetezca, sea importante o banal.
Por eso hoy he decidido no hablar de Donald Trump (¿para qué, por otra parte, si de tan poco ha de servir?), ni de la corrupción, ni del populismo, ni del laberinto catalán, ni, mucho menos, del Estado Islámico y de la funesta manía de confundir creencias islamistas con terrorismo.
No. Hoy voy a escribir de cuatro o cinco cosas, o tal vez sólo de dos o tres, ya veré, que me resultan al mismo tiempo llamativas e irritantes.
La reiteración de frases hechas me produce un hastío infinito
Las frases hechas tienen sus ventajas. Suelen ser aciertos iniciales, facilitan la exposición sencilla de, a veces, ideas complejas, y te las reconoce cualquiera. Otras veces son sólo "flatus vocis" que se agotan en sí mismas por muchas veces que se repitan.
Suelen ser, y ése es el problema, la muleta que termina por convertirse en muletilla para quienes no saben, no quieren o no pueden elaborar sus propios modos de expresarse.
Son, en definitiva, la prueba del 9 de que quien las pronuncia no domina ni su lengua ni, muchas veces, su cerebro.
Las oímos por todas partes, aunque su hábitat natural solemos encontrarlo poblado por especialistas en programas de los llamados "del corazón" (siempre me he preguntado por qué del corazón y no del páncreas o de las glándulas suprarrenales, pero ésa es otra historia), los dedicados a narrar eventos deportivos cual si fueran épicas gestas guerreras de tiempos pasados, y, en ocasiones, en los aledaños de la Política (aunque en este caso, creo que debería decir política, con minúscula)
He aquí algunos:
"Se dieron el sí quiero", frase que a todas luces indica que Mary Pury y Pablo Mary, se casaron, y punto.
"La feliz pareja" Pasó unos días "en una paradisíaca isla", o sea que se fueron a algún rincón lleno de mosquitos, con más grados que el horno de su vivienda, pero eso, sí, con palmeras y arena más o menos blanca.
"Ha habido un antes y un después", tautología que vale lo mismo para un roto que para un descosido. Tanto para explicar el resultado de las Municipales en Bollullos Par del Condado como la entrada en el terreno de juego de un pelafustán dotado de maravillosas cualidades futboleras.
Tal o cual cosa habrá que conseguirlo "sí o sI". Ingeniosa afirmación que pone de manifiesto la imposibilidad de especular con soluciones alternativas, que vendría a equivaler a la mucho más sugerente equivalencia mexicana: "Habrá que hacerlo a como dé lugar".
Chumilla, o María Justa, o quien sea "ha venido para quedarse" (aunque puede aplicarse a la gripe, al nuevo modelo de artilugio electrónico o al último grito en prenda de vestir) Está bien, está claro, incluso, de haberse aplicado en según qué circunstancias habría impedido la aparición de términos como "Gachupín" -el español que llegaba a México con intención de enriquecerse y volver cuanto antes a La Almunia de Doña Godina-, o "Godo", que se aplicaba o sigue aplicándose en las Islas Canarias al peninsular que arribaba con igual intención que la del Gachupín que desembarcaba en Veracruz.
Docenas, qué digo docenas, centenares de parejas conocidas, equipos de variados deportes, relaciones entre corporaciones, "están pasando un momento dulce". Perplejo, reflexiono, no sin un punto de preocupación, cuántos y cuán graves riesgos están corriendo los niveles de azúcar en sangre de compatriotas que quizás no adviertan los peligros que les cercan, salvo que todo se deba, nada más, a la falta de seso de quien nos informa.
"No, es No" Y como dijo otro "un plato es un plato", aunque el autor de la segunda y no menos sorprendente afirmación no viera nunca coreado su invento por masas o masitas más o menos enfervorizadas. Eso que salió ganando.
En ocasiones, no se trata de frases hechas sino de evidentes incorrecciones en el uso básico de las reglas de nuestra lengua. Por ejemplo
El sábado, el Programa "La patata salerosa" celebró su treinta y dos aniversario, al tiempo que su presentador cumplía su cincuenta y cuatro cumpleaños. O sea, ¿para qué usar los ordinales con lo sencillitos que son los numerales? Que sea incorrecto y que saber qué quiere decir exactamente cuadragésimo quinto no esté al alcance de todos los que nos hablan desde las pantallas, no parece ser razón suficiente para dejar de maltratar nuestro idioma.
"La culpa de tan feliz vida en común la tiene..." ¿Cómo que la culpa? ¿Cómo se puede tener la culpa de algo bueno? ¿No sería mejor hablar de causas en vez de acudir a las culpas?
"Ayer, después de una accidentada persecución, fue detenido el célebre atracador..." En este caso se confunde fama y celebridad. Un bandido o un violador pueden ser famosos, porque la fama puede ser buena o mala, pero nunca célebres porque lo que han hecho no merece ser celebrado ¿Estamos?
Podría seguir, pero empiezo a aburrirme. Se me dirá que todos nos equivocamos. ¡Ojalá fueran equivocaciones! Lo que peor llevo no es oír estas y otras muchas barbaridades por la calle, en la barra de un bar, o en el autobús, sino en boca de quienes perciben su salario precisamente por hablar, es decir, por utilizar el lenguaje como herramienta de trabajo.
Al final, incumplo mi propósito
Conque, aunque sea poco, termino hablando de algo parecido a la política.
¿Por qué se disfrazan los dirigentes de la derecha?
Acabamos de ver imágenes de tres Congresos -los nombres que usen para hablar del evento es lo de menos- de Partidos Políticos, dos de los cuales, El Partido Popular y Ciudadanos, saben y sabemos que son Partidos de derechas. Y muy bien que hacen, que no seré yo quien lo ponga en solfa.
Lo que me extraña es que unos se autodefinen como Centro Reformista y otros como Centro Liberal, o algo parecido. Por el contrario, tanto la mayoría de sus militantes como de sus votantes, al menos aquellos con los que yo he hablado se reconocen como "de derechas". Y, repito, está muy bien, si así piensan y sienten. Pero ¿Qué les pasa a sus líderes? Supongo que temen que se identifique derecha con franquismo lo que ni tiene por qué ser así, ni, creo yo, le importe ya a demasiada gente.
Y para terminar...
Hablando de Ciudadanos, me preocupa que en este país nuestro sea necesario, conveniente y hasta rentable, llevar como bandera política el no ser corruptos.
Quiero que se me entienda bien: no estoy criticando a Ciudadanos, al contrario; me estoy criticando a mí y a los millones de contribuyentes para los que esa proclama resulte estimulante. La honradez pública habría de ser un concepto pre político, innecesario de mover como bandera. ¿Se imaginan a un político noruego o finlandés presumiendo de demócrata? Pues claro, diría cualquier oyente, sólo faltaba.
El viejísimo eslogan "España es diferente" me temo que sigue estando vigente.
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