Las obsesiones recurrentes de un autócrata vocacional
Un profesor al mando
Don Pablo Iglesias Turrión ha sido profesor. Interino, pero profesor. De ciencia Política, para ser precisos. Empeño para el que lo habilitan su licenciatura en Derecho y su posterior doctorado en Ciencias Políticas. Bagaje no solo suficiente, sino superior al que pueden exhibir muchos de quienes han ocupado antes que él poltronas ministeriales de parecida importancia.
No obstante, una cosa es reconocer los avales académicos del Profesor Iglesias y otra pasar por alto algunas de las obsesiones de las que hace gala con reiteración y contumacia.
Hay más, pero me gustaría comentar dos de ellas, no por que las tenga más o menos arraigadas que otras, sino porque son un test para averiguar qué entiende el Vicepresidente Segundo por democracia consolidada y su contrario, el déficit democrático.
La interesada concepción de la libertad de prensa del Sr. Iglesias
Una y otra vez, Iglesias truena contra la propiedad privada de los medios de comunicación. Suele utilizar un argumento característico de cualquier autocracia, no importa de qué signo: los medios en manos privadas responden a los intereses de los propietarios, que, por definición, son contrarios a los del pueblo soberano, también llamado "La Gente".
Lo cierto es que hay medios de comunicación que defienden postulados retrógrados y otros progresistas. Unos les gustan a unos y otros a otros. La cuestión no es que le guste o no al Sr. Iglesias, sino que esa diversidad está amparada por la Constitución en cuyo Art. 20 se reconoce y protege el derecho a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción y a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión.
En realidad, el art. 20 hace algo más: trata también, a renglón seguido, de controlar el correcto funcionamiento de los medios de comunicación de titularidad pública. Y para nuestra Carta Magna, esos medios no son del Gobierno, sino del Estado.
¿Cómo ve el eminente profesor esta cuestión?
- Año 2013: "Si la información es un derecho, en la medida en que un derecho se convierte en susceptible de mercantilización y en susceptible de ser una propiedad privada, se convierte en un privilegio. Por lo tanto, lo que ataca la libertad de expresión es que la mayor parte de los medios sean privados. Incluso que existan medios privados ataca la libertad de expresión, hay que decirlo abiertamente". Pregunto ¿La enseñanza, el deporte, la vivienda, la sanidad, la cultura, el transporte serán privilegios si no son estatales? Ni siquiera me escandalizo: solo pongo de manifiesto que la inmensa mayoría de nuestros derechos protegidos por las Leyes, pueden estar en manos privadas y, por tanto, según el eximio profesor interino de Ciencia Política, se convierten en privilegios. Tiene razón: una vivienda en Galapagar, versus los habitáculos de La Cañada Real.
- Frases redondas, lapidarias, expuestas en una entrevista a cierto canal chavista: "El periodismo es un arma que vale para disparar. Punto. Ya está", e insistía "Hay quien tiene cañones, quien tiene misiles y quien tiene presentadores de TV", para concluir "Es antidemocrático que en España los grandes medios de comunicación sean de propiedad privada de multimillonarios". ¿Antidemocrático? No es eso lo que dice la Constitución, pro ya se sabe que España tiene un déficit de democracia que habría que corregir cuanto antes. Uno podría pensar que estos desafueros son fruto de su afán por ganarse el favor del régimen bolivariano, pero hay más.
- El pasado 18 de febrero, en sede parlamentaria, contestando a no recuerdo qué Diputado decía "La prensa es el único poder sin control. Un director de periódico manda más que usted y que yo y no lo controla nadie, mientras que nosotros estamos aquí por los votos". Me pregunto si el Sr.Iglesias ha caído en la cuenta de cuántos otros poderosos están fuera del control parlamentario, de su control, que es el que él echa de menos: ¿Querrá acabar con todos? ¿Florentino Pérez, Lionel Messi, Joaquín Sabina, el Secretario de la Conferencia Episcopal, el dueño de Mercadona? ¿Qué piensa hacer con ellos?
- Mientras tanto, el Vicepresidente utiliza el poder que le han dado los votos y su cargo en el Gobierno, para manipular hasta donde puede RTVE. No parece percibir la diferencia entre Estado y Gobierno, y ahí tenemos, por ejemplo, a Jesús Cintora que convierte un espacio diario de tres horas en una plataforma de propaganda republicana. Nada tengo contra la República, pero el acoso diario al Rey emérito y a la Monarquía como tal es prueba de manipulación sectaria que casa mal con la objetividad exigible a los medios públicos ¿Imaginan la TV5 francesa despotricando a diario contra la República porque el posible Vicepresidente del Gobierno fuera monárquico? Por cierto, Juan Carlos I terminará ya veremos dónde, pero hasta la fecha no está reclamado por ningún Tribunal, por tanto, no es un fugado como Puigdemont, sino un ausente. Si hace bien o mal, es otra cuestión. Yo creo que mal, pero eso no enerva su derecho a abandonar su país cuando le venga en gana.
En las dos ocasiones en que he estado en Cuba compré "Gramma", el periódico del régimen, único que circula. Es un buen ejemplo de qué puede esperarse del monopolio informativo en manos de cierto tipo de Gobierno. En la URSS, a propósito de los dos periódicos oficiales se decía que "Izvestia" no sabía lo que era la verdad (pravda) y "Pravda" desconocía lo que era la justicia (izvestia). Don Pablo era un niño, pero ¿recuerdan algunos de mis lectores "El Alcázar", "Arriba", la censura de Arias Salgado? Si el Profesor llegara a tener poder para ello, me pregunto si no vería la Ley Fraga de Prensa como peligrosamente liberal.
En resumen, por fortuna, los medios de comunicación privados no forman parte del Estado. Son un elemento de la sociedad civil que garantizan una información tan variada, tan necesaria, tan imprescindible como odiada por el señor Iglesias. Cada uno de nosotros elige los que más le gustan para disfrutar o para indignarse con su contenido. Cualquier forma de control sobre ellos sería un retroceso intolerable en el campo de las libertades colectivas e individuales que no nos podemos permitir.
Esos jueces que dictan sentencias sin pedir permiso a Don Pablo
No hay día que no nos llegue noticia de alguna sentencia sorprendente. Unas veces la sorpresa es agradable y otras no. Vean, no obstante, que la misma sentencia que a usted le encanta pone de uñas a su cuñado. O sea, que es imposible que la percepción de la Justicia sea igual para todos. Algunos lo damos por supuesto y otros siguen asombrándose.
Y luego está Don Pablo y los que piensan como él: lo mejor es tirar por la calle de en medio y poner firmes a los Jueces. Al fin y al cabo así ha estado sucediendo durante miles de años. El Reyezuelo que impartía él mismo la justicia cuando los celtíberos andaban a la greña con las Legiones, luego el Emperador, más tarde el Señor Feudal y después Monarcas absolutos, dictaban las leyes, las aplicaban y, llegado el caso, pagaban unas monedas al verdugo para terminar cuanto antes con el molesto reo.
Hace poco, algo más de dos siglos nada más, vino la división de poderes y las cosas empezaron a verse de otra manera. Don Pablo no entiende de moderneces, aunque disfraza su discurso con una fraseología pseudo progresista para enmascarar su verdadera intención: poner a órdenes a los jueces.
- Unas veces habla de la necesidad de establecer algún criterio que permita conectar las decisiones judiciales con el sentir de "La Gente". De nuevo "La Gente" como entelequia de la que él es el intérprete universal. Nadie mejor que él para detectarlas.
- Otras veces prefiere hablar de "compromisos ideológicos". En febrero de 2016, cuando PSOE y Podemos negociaban la formación de Gobierno, Iglesias planteó que el Fiscal General del Estado, el Jefe de la Abogacía del Estado, el Fiscal Anticorrupción, el Fiscal del Tribunal de Cuentas, los Magistrados del Tribunal Constitucional y los Vocales del Consejo General del Poder Judicial tenían que ser escogidos por su compromiso ideológico con el programa de Gobierno.
- En ocasiones arremete contra la judicatura mintiendo, como cuando habla de las humillaciones sufridas por las "múltiples ocasiones en las que Tribunales europeos quitan la razón a nuestros jueces". Los Tribunales Europeos son, ahora, una instancia judicial más, en la que nuestros Tribunales llevan muchas más confirmaciones que revocaciones. Él lo sabe, pero miente.
- Ejemplo de demagogia es proponer que para despolitizar la judicatura, los vocales del Consejo General no sean elegidos por los Partidos ni por las Asociaciones de Jueces, sino por elección directa por la ciudadanía entre candidatos propuestos no se sabe cómo, pero se supone que sin intermediarios. ¿De verdad espera Podemos que alguien crea que en esa elección, muestra de “democracia directa”, no habría interferencias de los Partidos?
- La obsesión es antigua. Recuerden que en la primera versión de su programa, figuraba la promesa de "una auditoría pública y externa del sistema judicial sobre criterios y parámetros basados en su eficiencia, eficacia y sostenibilidad, con el fin de buscar una fotografía constructiva y evaluar una necesaria reorganización en aquellos ámbitos que precisen refuerzo". En resumen: lo que pretende es que el Ejecutivo, controle y modele el Poder Judicial.
La Justicia española tiene graves y crónicos problemas como su lentitud exasperante consecuencia de falta de medios humanos y materiales, y el exceso de normas procesales antediluvianas. Ambas cosas podrían corregirse incrementado la dotación presupuestaria durante varios ejercicios y consensuando cuáles deberían ser los cambios normativos precisos. No es que no se haya logrado, es que ni siquiera se ha intentado. No importa quién haya ocupado la Moncloa, nadie ha estado por la labor. Esos son los verdaderos problemas, no la falta de sintonía de la judicatura con "La Gente", falacia que esconde el deseo de someter la justicia española a la disciplina de un Partido que nace con vocación de Partido Único.
En resumen
- Al Profesor le encanta mangonear RTVE, influir en "La 6ª" y dejarse querer por algún que otro diario digital pero le saca de quicio que los periódicos y las cadenas de televisión que no controla discrepen de sus ocurrencias o que pongan de relieve los torcidos caminos por los que pretende llevarnos del ronzal como si no fuéramos capaces de pensar por nosotros mismos.
- Lo malo de los jueces es que unas veces empapelan a unos y otras a otros y eso no es lo que quiere "La Gente". Lo que él sabe que quiere "La Gente" es que los Tribunales estén absolutamente comprometidos con su programa de Gobierno y que sirvan como obedientes ejecutores de sus designios.
- Una y otra cosa, atacar la prensa libre y la independencia del poder judicial son torpedos en la línea de flotación de la democracia española. Esos sí son dos peligros ciertos, próximos y graves de pérdida de calidad democrática; más, incluso, que exabruptos verbales poniendo en solfa al país y a sus ciudadanos.