sábado, 12 de febrero de 2022

 Elecciones en el corazón de España

¿Era necesario?

El Presidente de Castilla y León, en legítimo uso de sus facultades, rompió su alianza con Ciudadanos y convocó elecciones. Si la decisión estaba justificada o no es algo sujeto a la interpretación de quien quiera opinar al respecto. Si el resultado de la maniobra coincide con las intenciones de Fernández Mañueco, lo sabremos mañana por la noche. 

Hoy, día de reflexión para los votantes, es buen momento para comentar algunos aspectos del proceso que me han llamado la atención. Me pregunto si mi modesto blog estará sujeto al silencio reflexivo de las vísperas electorales, pero estoy convencido de que este post ni tiene relevancia suficiente para influir en el resultado, ni, por tanto, tengo que esperar al lunes para editar mis ocurrencias.

Alfonso Fernández Mañueco gobernaba la meseta norte en coalición con Ciudadanos. No había nubarrones a la vista; nada indicaba que su socio estuviera planteándose cambiar de aliado, pero convocó elecciones. Aspira a mejorar sus resultados y a gobernar en solitario. Legítimo propósito, desde luego, aunque…

Lo que dicen que hay detrás

Se comenta que no ha sido Fernández Mañueco sino el núcleo duro de Génova (Pablo Casado, Teodoro García Egea y dos o tres fieles más) quienes diseñaron la operación. Se trataba de alcanzar objetivos que poco o nada tienen que ver con la política castellano leonesa, sino con el camino de Casado a la Moncloa:

  • Repetir el resultado demoledor de Ayuso en Madrid: obtener una mayoría tan aplastante que la oposición, léase "Sánchez", es decir, el enemigo por antonomasia, quedara al borde del KO por penúltima vez.
  • Desbrozar el camino y señalar el rumbo para acaso repetir la jugada por tercera vez a la vuelta del verano en Andalucía y conseguir, también en el sur, una tercera victoria aplastante. Allí se trataría de soltar el lastre de la alianza con VOX para asentar la evidencia de que en la derecha, fuera del PP solo hay vacío.
  • Entronizar a Pablo Casado como la única voz relevante de la derecha española, de manera que, a partir del incontestable triunfo del PP en las próximas elecciones generales, la unión de las fuerzas conservadoras sólo pudiera llevarse a cabo por absorción de los restos, no por fusión, y, mucho menos, por coalición.

Todo esto no lo he visto reflejado en ningún documento del Partido Popular, pero tiene todas las trazas de haber pasado alguna vez por las cabezas pensantes de Casado y su círculo íntimo.

Lo que he visto y oído en la campaña

Mucho ruido, oradores vociferantes, actores que sobreactúan, imprecisiones, exageraciones, errores de bulto, algún que otro insulto, y, sobre todo:

  • "Sánchez" como el vocablo más repetido en los mítines. ¿De verdad creen los candidatos que el votante no sabe quién se presenta, qué necesitan en su pueblo y qué proponen unos y otros?
  • Formaciones políticas de nuevo cuño, pegadas al terreno, no ya regionalistas, sino localistas. Piden atención a sus problemas, a los suyos, no a los de las Ejecutivas de Partidos que tienen sus despachos en un lejano Madrid que les tiene olvidados, gobierne quien gobierne. Nadie se atreve a predecir su comportamiento el lunes por la mañana ¿a quién apoyarán, si fuera preciso, que lo será?
  • Una discreta campaña socialista sin errores de bulto, muy lejos de la que le diseñaron en Madrid a Gabilondo. Tal parece que esta vez han optado por dejar que el contrario les haga el trabajo por sus propios errores y confiar en el criterio de los viejos castellanos que podrían estar hartos de tanto ruido. Veremos si han acertado o no.
  • El Partido Popular se ha presentado con dos caras distintas: Casado apoya a Mañueco, Mañueco sigue a Casado e insiste una y otra vez en que quiere y necesita gobernar sólo. Al mismo tiempo, Aznar llama la atención sobre los efectos de la falta de contundencia de ciertos líderes, lo que equivale a poner a VOX de ejemplo, y Dª Isabel Díaz Ayuso, el modelo a imitar, la elegida por Mañueco para su cierre de campaña en Valladolid (significativo y preocupante para Casado, supongo), comenta que se entendería con VOX aunque no necesitara su apoyo. ¿Dos versiones distintas y un solo PP verdadero? No es la mejor estrategia para pedir el voto.
  • He visto mucho más consistente a Díaz Ayuso que a Casado. Éste vociferante, a veces descompuesto, siempre exagerado, fuera de control en alguna ocasión, errando en datos y en temas; aquélla, contenida y sabiendo seleccionar mensajes: claros, sencillos, eficaces, en línea con lo que mejor sabe hacer, que es jugar con frases simples pero retóricamente impecables. Tengo la impresión de que Casado navega sin rumbo definido, barruntando que los suyos sólo van a darle una oportunidad para ser Presidente de Gobierno. Teme tanto el fracaso que podría estar provocándolo.
  • VOX y el PSOE se frotan las manos: los primeros porque ni Aznar ni Casado han sabido establecer las diferencias teóricas entre su Partido y el de Abascal, así es que, tal como reflejan las encuestas, en caso de duda, uno tiende a irse donde más claras están las coas y menos ruido interno hay. Los segundos, porque tiempo habrá de dar la batalla contra VOX; ahora lo importante es desbancar al PP.

¿Y qué dicen las encuestas?

Por una vez hay una cierta homogeneidad en los resultados: 

  • Si dejamos aparte al CIS, que cada día que pasa se muestra más como una herramienta al servicio del Gobierno y no del Estado, todas hablan de un resultado incierto dada la alta tasa de indecisos, mas con una mínima, relativa y decreciente ventaja del ala derecha del abanico. Nadie va a conseguir mayoría absoluta.
  • La tendencia de los últimos días señala una pérdida de energía en las formaciones conservadoras. El PP podría obtener más votos que el PSOE pero insuficientes para gobernar en solitario. En el mejor de los casos, tendría que sustituir su alianza con Ciudadanos por el entendimiento con VOX y, para según quién, ni eso bastaría sin una tercera fuerza que se sumara a la ecuación.
  • Al final, podrían resultar determinantes los resultados que obtengan los nuevos actores, los que se dicen representantes de la región o de sus provincias. Nadie puede vaticinar hoy, víspera de las elecciones, cuál sería el sentido final de sus apoyos. Y es que "tanto va al cántaro a la fuente…" El paisanaje empieza a hartarse de los Partidos que sólo se acuerdan del vacío mesetario cuando hay urnas a la vista, así que las expectativas son inciertas.
  • Lo que sí resulta llamativo es la pintoresca tendencia de los diarios a interpretar los mismos resultados de las encuestas en sentido divergente, dependiendo, como es natural, de su propia tendencia ideológica. Cada cabecera dice lo que sus lectores esperan leer. Los fallos, inevitables, se cargarán a la impericia de los encuestadores.

El viaje y las alforjas

Todo lo cual, traducido al lenguaje popular podría llevarnos al conocido dicho de que para ese viaje no se necesitaban tales alforjas

  • Si las urnas dan a Mañueco una victoria a "lo Ayuso", Casado lograría que la marca PP saliera reforzada. La relevancia de Ayuso se diluiría un tanto y él afianzaría su sueño de llegar a La Moncloa. Por el momento pocos apuestan este resultado.
  • Si, por una vez, las encuestas dan en el clavo y el Partido Popular tuviera que pactar su Gobierno con VOX, habría resultado que no sólo él y Casado se quedan sin la añorada repetición del caso Ayuso, sino que tendrían como socio al Partido que más votos puede restarles en las elecciones generales. Resumen: ganan Aznar, Ayuso y Abascal, y pierde Casado. 
  • Si quien ha acertado es el Señor Tezanos, y los resultados del CIS son los buenos, ya no hay que hablar de viajes ni alforjas, sino del tan traído y llevado cuanto de la lechera: roto el cántaro al primer traspiés, don Pablo se encontraría pasado mañana, lunes, bastante más lejos de La Moncloa que antes de empezar todo este gratuito embrollo.
  • Va a resultar interesante ver cuásnto escaños logran Ciudadanos y los nuevos Partidos. Los ex socios de Mañueco ya han dicho que su formación está dispuesta a pactar con quien más se acerque a sus postulados (lo que equivale a decir que el PSOE puede ser una alternativa). ¿Sería compatible esta alianza con el apoyo de UP y el de los partidos de nuevo cuño a los socialistas?

En fin, amigos lectores, por una parte me alegro de que mi tierra, por una vez, adquiera un protagonismo nacional del que carecía desde la derrota de Villalar, y, por otra… pues que les deseo un buen fin de semana. Tiempo tendremos de oír a los portavoces asegurar, uno tras otro, que su jefe ha sido el gran ganador.


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