Escuchas ilegales y medidas anticrisis
Otra quincena convulsa
El lunes 18 de abril del 2022, "The New Yorker", semanario neoyorkino del que Dª Margarita Robles no había oído hablar y que para cierto diputado de C’s es un periódico canadiense, publicaba un trabajado artículo en el que, en síntesis, cuenta que más de sesenta teléfonos de políticos catalanes, activistas y abogados han sido espiados con "Pegasus"
La investigación del Citizen Lab, a quien se había encargado la investigación sugiere que el gobierno español ha utilizado Pegasus, el programa israelí que sólo se vende a Gobiernos.
En todo caso, hechos ya viejos, ocurridos hace más de dos años, parecidos o idénticos a los que en su día habían motivado actuaciones judiciales en juzgados catalanes.
Diez días después, el 28 de abril, tal como estaba previsto, se ha debatido, votado y aprobado, el Decreto Ley de medidas urgentes para combatir los efectos de la guerra de Ucrania sobre la economía española.
El texto ha salido adelante pese al voto en contra de la oposición habitual (PP, Vox y C’s) a la que en esta ocasión se ha unido ERC.
Mientras tanto, en plena tormenta levantada por el supuesto espionaje a líderes independentistas, un Decreto de la Presidencia del Parlamento había modificado las mayorías necesarias para formar la Comisión de Secretos Oficiales, permitiendo, también el mismo día 28, la presencia en ella de Vox y de formaciones independentistas catalanas y vascas.
Esta Comisión estaba bloqueada desde el comienzo de la legislatura, por vetos cruzados que hoy han devenido irrelevantes. Al final, en este órgano de control se sientan junto al PSOE y al PP, Vox, Unidas Podemos, ERC, Junts, Ciudadanos, PNV, EH Bildu y La CUP.
Estos son los hechos. Lo llamativo de toda esta doble historia es que acontecimientos sin aparente relación entre ellos se hayan influido mutuamente hasta el punto de nublar la perspectiva de lo que estaba en juego, en un caso y en otro.
Algunas preguntas
- ¿Es casual que la información de "The New Yorker" vea la luz en un momento tan delicado? ¿Ustedes qué creen? Los hechos de los que habla el trabajo del semanario datan, como decía, de hace más de dos años.
- ¿Tiene el Gobierno Español, es decir, el CNI el programa "Pegasus"? Ni lo sé ni tengo a quien preguntárselo, porque la actual Ley de Secretos Oficiales prohibiría contestar a quienes conocen la respuesta. No obstante, en mi opinión, si no lo tiene debería ir a comprarlo ahora mismo. No se puede dar ventajas al contrario, y, al fin y al cabo, el CNI es la organización que trata de averiguar cuanto pueda suponer un riesgo para la seguridad nacional. Sus agentes son espías, desde luego, pero son nuestros espías ¿O les deberíamos prohibir escuchar a escondidas?
- Si, como supongo, el CNI tiene "Pegasus" ¿Lo utilizó? Pues tampoco lo sé, pero espero que sí ¿O para qué habría de comprarlo si no?
- ¿Y a quién espiaron los espías? ¡Ah!, pues eso sí que no lo sabemos, y es posible que sigamos sin saberlo con o sin comisión de secretos constituida. Lo cierto es que hemos oído algún que otro nombre conocido, hemos escuchado muchas quejas, pero pruebas, lo que se dice pruebas, ninguna, más allá del estudio de "The New Yorker" que no sé hasta qué punto sería admitido como tal en un Tribunal.
- En el hipotético supuesto de que haya habido escuchas ¿Estaban autorizadas por los Magistrados del Supremo que están a cargo de estas habilitaciones? Tampoco lo sabremos. Insisto: ni una cosa, ni su contraria.
- ¿Y quién suministró el material a la revista neoyorkina? Podría haber sido (pero podría no haberlo sido) alguno de los perjudicados por el supuesto espionaje que pidió la ayuda de no recuerdo qué laboratorio de Toronto para ver si su teléfono había sido manipulado. Lo que no está tan claro es si el diagnóstico de los "torontinos" despeja la duda de quién pudo ser el responsable del pinchazo. Como tampoco sabremos, con toda probabilidad, por qué esto sale ahora a la luz y no hace un año o año y medio o nunca.
Sigamos preguntando
Hace ya la friolera de 2.600 años, Sun Tzu afirmaba que "todo el arte de la guerra está fundado en el engaño" así que recomendaba: "haz por conocer al enemigo mejor que a ti".
En todo tiempo y lugar, los Gobiernos han procurado saber de dónde pueden venirle los problemas. A veces basta con preguntar, otras con observar, pero en muchos casos es necesario conseguir la información sin permiso de quien la tiene. De ese menester se ocupan los espías, los agentes de información que son héroes cuando trabajan para ti y villanos cuando eres tú el espiado. Así ha sido siempre: KGB o CIA son hermanos gemelos, y primos hermanos del MI5, del "Deuxieme Bureau", y de nuestro más castizo CNI.
Si eso es así, si lo sabemos todos, si estamos seguros de que no podemos, ni debemos, ni queremos prescindir de esta herramienta, si estamos al cabo de la calle de que por muchos controles que intentemos establecer sobre las actuaciones de quienes trabajan en la oscuridad, protegidos por normas que nosotros mismos hemos aprobado, bien sea que por método indirecto ¿A qué viene ahora rasgarse las vestiduras?
Pues depende de cada escandalizado, las razones pueden ser distintas
- ¿Tenemos que creer que a PP, Vox y C’s les han molestado tanto las escuchas a los líderes del secesionismo catalán?
- ¿El berrinche de Unidas Podemos podría tener algo que ver con que en poco tiempo estaremos de nuevo en campaña electoral o se trata de su peculiar modo de ver España? Porque ¿recuerdan el interés de Don Pablo Iglesias en tener bajo su capa al hoy denostado CNI? ¿Trataba de desactivarlo, de domesticarlo o de saber a qué se dedicaba?
- ¿No es verdad que este asunto de las supuestas escuchas clandestinas ha dado vidilla al tambaleante discurso nacionalista catalán cada vez más mortecino y con cuotas de adeptos a la baja?
Lo sorprendente es que, de pronto, parece haberse olvidado el fondo de la cuestión, si hubo escuchas y si estaban o no debidamente autorizadas, para centrarse en la composición del órgano que deberá ¿controlar? este tipo de actividades. En definitiva, el cambio de rumbo que desbloquea después de dos años en el limbo, la constitución de la Comisión de Secretos Oficiales.
No creo que vaya a hacerme demasiado popular en según qué sector de mis lectores, con lo que estoy a punto de decir, pero es lo que pienso: la verdadera anomalía democrática es la existencia de vetos cruzados para impedir la presencia de tal o cual Partido en una Comisión Parlamentaria.
¿Quiénes se han creído que son los que osan discriminar a aquellos que se sientan en el Parlamento, con los mismos derechos y por las mismas razones que ellos? Me da igual de quién hablemos, Vox y la Cup tienen los escaños que tienen porque los han votado ciudadanos españoles que gozan en plenitud de sus derechos civiles. Ninguno de sus votantes tenía limitado el ejercicio del sufragio y dio su voto a quien le dio la gana. Y, perdón por señalar con el dedo, pero hablemos de ERC, de Bildu o, de nuevo, de Vox, lo estamos haciendo de Partidos legales, contra los que ningún Tribunal ha encontrado motivos para ilegalizarlos. ¿No les gusta como piensan? ¡Pues no les voten! Pero mientras estén en el Parlamento son tan iguales entre ellos como los votantes de unos y de otros entre sí ¿O en qué creen que consiste la democracia? ¿O no se dan cuenta de que por este camino volveremos a dejar sin voz a la mitad de España?
Sigo sin dar crédito
Y en mitad del fragor de las escuchas, con argumentos tan sólidos como dar por falso lo que vaya a decir el oponente antes de que haya hablado, como rechazar la oferta antes de haberla leído, como negar el pan y la sal a quien plantea alternativas escritas, como seguir insultando en vez de argumentando, se llega a la votación de un texto que ni de cerca ni de lejos tiene algo que ver con si hace dos años espiaron o no a los líderes del secesionismo catalán, si se hizo o no de acuerdo con las preceptivas autorizaciones.
Y en esa votación, recuérdenlo cuando pase el tiempo, ERC, PP, Vox y C’s votaron en contra. Puedo entender a Vox, está en su papel, pero ¿éste es el nuevo PP? ¿Qué más da lo que haga C’s? Bastante tiene con seguir contando los afiliados que pierde ¿Y tanto le preocupa a ERC lo que puedan echarle en cara los acólitos del eterno fugado? Lean, lean el texto del Decreto Ley y díganse si era sensato correr el riesgo de perder lo bueno porque no alcanzaba lo mejor.
"Ahora, para que se fastidie el sargento, hago la guardia sin manta", ¿No les suena esa broma? Me recuerda los alegatos en contra del Decreto que se votó el jueves pasado: como no recoge lo que yo pido, no quiero lo que me den, aunque me beneficie. El problema es que detrás del Decreto estamos los ciudadanos.
Soy de los que creen que podía haberse ido más lejos y haberse hecho antes, pero no me parece razón suficiente para prescindir de los puntos positivos de lo que se ha aprobado.
Así que, si eso es así, tengo que suponer que, en realidad, como tantas otras veces, no se trata de saber qué dice el texto sino quién lo propone. O sea, en corto y por derecho, se trata de desgastar al Gobierno, no importa a qué precio, porque tiempo tendrá el sucesor de arreglar las cosas. Es posible, pero si es así, debería decirse sin tapujos, porque al menos sabríamos por qué hay que seguir con el cinturón cada vez más apretado.