sábado, 24 de septiembre de 2022

 La vivienda

El derecho a una vivienda digna

El Título I, Capítulo III, Art. 47 de la Constitución (De los principios rectores de la política social y económica), establece que "Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación".

Informaciones frecuentes en los medios de comunicación, y la más que probable experiencia compartida con conocidos, cuando no familiares, nos confirman que la realidad actual en España está muy lejos de cumplir el precepto constitucional, ya se trate de viviendas en propiedad o en alquiler.

El problema viene de lejos y antes de ponernos a buscar responsabilidades prematuras bueno sería admitir que obedece a múltiples causas.


Quién compra y quién alquila

Desde los años 40 del siglo pasado, los poderes públicos fomentaron la adquisición de vivienda como parte esencial del ideal de vida (que, además se tratara de establecer una cierta mentalidad conservadora en la población, no estoy seguro de si fue causa o consecuencia de esa política).

Recuerdo un trabajo leído en "Capital Humano" a mediados de los 80 en el que se demostraba la paradójica relación entre subdesarrollo y viviendas en propiedad. En aquella fecha, Bangladesh era el país con mayor porcentaje de viviendas propias, mientras Suiza, creo recordar, ocupaba el extremo opuesto.

Hoy y referidos los datos a Europa, Alemania es el país con menor número de viviendas en propiedad 59’3 %, mientras que España, en la mitad de la tabla, cuenta con 75 % de viviendas en propiedad; Rumanía con el 96 % cierra la relación. Significativo ¿verdad? En cualquier caso, y por lo que a nosotros se refiere, crece poco a poco el porcentaje de casas en alquiler.  


A propósito de los precios

En cualquiera de ambos casos, compra o alquiler, hay factores de desequilibrio de orígenes diferentes:

  • Desde hace tres cuartos de siglo España ha sufrido un éxodo masivo desde ambas mesetas a las costas, o hacia polos muy localizados de atracción en el interior (Madrid, Zaragoza, Sevilla, etc.) lo que ha desequilibrado el binomio oferta / demanda. Primera conclusión provisional, por tanto, la dificultad de encontrar vivienda digna soporta una distribución geográfica a tono con lo que acabo de exponer.
  • Nuestro modelo turístico ha favorecido la proliferación de un tipo de alojamiento, los "alquileres turísticos", que, al margen de otros aspectos cuestionables ha encarecido súbitamente los alquileres en ciertos puntos de España.
  • La contracción de la oferta en el mercado de alquileres dispara los precios y, por otra parte, una normativa desequilibrada en favor aparente del arrendatario, hace poco atractiva la fórmula para el propietario tradicional, propietario de uno o dos o tres viviendas, que puede verse inerme ante prácticas de difícil o exasperantemente lenta solución judicial.

En cuanto a la capacidad de compra o de alquiler

  • Limitándonos a los tres últimos lustros, las tres recientes crisis sucesivas, la financiera, la debida a la pandemia y la consecuente con la actual crisis energética, ha aumentado la brecha social hasta niveles alarmantes: la tendencia al alza de los precios ha coincidido con una pérdida significativa de poder adquisitivo en las clases medias y bajas.
  • Aunque los precios de venta han caído en valores absolutos si tomamos como referencia 2007, el mercado está dando muestras de recuperación en los dos últimos años.
  • Otro factor que en los últimos meses vuelve a incidir negativamente en este segmento (vivienda en propiedad) es el alza del precio del dinero y, por tanto, el incremento del coste de las hipotecas.
  • En cuanto a los alquileres, el precio medio ha subido desde los 7’3 € por m2 en 2013 hasta los 11’4 el pasado año. El impacto de la recuperación del turismo en el actual ejercicio, a la espera de datos ciertos, tiene que haberse notado.

Un fenómeno común 

Ya insinuado, tanto en el mercado de compra como en el de alquileres: la desequilibrada distribución geográfica de la gravedad del problema.

  • Los grandes polos de atracción, grandes ciudades, la costa, zonas turísticas, soportan una presión de la demanda mucho más acusada que las áreas que han ido perdiendo población. En algunos casos, Islas baleares, los precios de mercado de los alquileres los hacen inasequibles para profesionales imprescindibles para al correcto funcionamiento social. Hablo, por ejemplo, de médicos, profesores o funcionarios.
  • Pese a todo, y por extraño que parezca, la situación global, los valores medios españoles en cuanto a qué % de renta disponible se dedica a gasto de vivienda, no es disparatada en relación con nuestros socios de la UE: la media para 2019 en la UE fue del 20% de la renta aunque esta cifra difiere entre los Estados miembros, con los porcentajes más altos en Grecia (38,9%), Dinamarca (27,1%), Alemania (25,9%) y Bulgaria (24,8%). España se queda en un 17,1%, es decir, por debajo de la media.
  • Otro más de los problemas en España es que los grandes referentes salariales, salario mínimo, tablas retributivas de convenios colectivos de sector, retribuciones en la función pública, no hacen distingos geográficos, así que, con frecuencia, el mismo salario que puede resultar suficiente en tal o cual capital de provincia del interior, no basta para cubrir costes de supervivencia en Madrid o San Sebastián.
  • Sin embargo, si nuestro %  de renta dedicada a vivienda es inferior a algunos de los grandes países y nuestros médicos, nuestros arquitectos, nuestros ingenieros emigran a ellos es que, pese a todo, la desproporción absoluta entre ingresos y costes es inasumible: las familias españolas están sufriendo la mayor pérdida de poder adquisitivo de los últimos 45 años y el país ha sido el que más se ha resentido por las consecuencias de la pandemia de entre los que aspiramos a que sean nuestros iguales.
  • Una simple mirada a estas cifras de salarios medios dan la medida del camino a recorrer: Suiza. 82.000 € al año; Noruega 62.400; Alemania, 52.200; UK, 52.200; España, 26.832.

Quizás por esa relación salario coste de la vivienda, y no tanto por al cambio de mentalidad de nuestras jóvenes hornadas de profesionales, la edad de emancipación en España dista mucho de estar alineada con la de otros países europeos: Suecia. 19’1; Finlandia, 21; España 29,  Croacia 31’2.


Qué se puede hacer y a quién le corresponde hacerlo

Volviendo al principio, recordemos que el Art. 47 de la Constitución forma parte "De los principios rectores de la política social y económica". No se trata, por tanto, de un derecho exigible sin más ante los Tribunales, como puede serlo cualquier vulneración del derecho al honor o a la propiedad o a la vida.

Es algo bastante más complejo, que atañe a la sociedad en su conjunto y, más específicamente, a los poderes públicos, los sujetos activos de la "política social y económica", que serán los que tengan que crear las condiciones precisas para que el derecho genérico se plasme en soluciones concretas que lleguen al ciudadano.

Me temo que decir que "es un problema de Estado", que lo es, resuelve poco o  nada la cuestión. ¿Qué parte del Estado, el Gobierno de la Nación, las CC. AA., Los Ayuntamientos? Los tres niveles, atendiendo a lo que establece la propia Constitución y su reparto de competencias.

En cuanto a las estatales, lograr acuerdos de Estado, fijar las bases, legislar sobre materias tales como arrendamientos, regímenes fiscales, normas procesales y ayudas económicas públicas, parece evidente que deberían quedar en su esfera.


Medidas de dudosa eficacia y alternativas posibles

  • Limitaciones al precio de los alquileres. Además de su discutible constitucionalidad, los intentos ensayados en ciertas ciudades tan importantes como Berlín, por ejemplo, demuestran su escasa eficacia: contraen la oferta y generan fenómenos de sobreprecios clandestinos.
  • Medidas coercitivas sobre los alojamientos turísticos. Puede achacárseles vicios muy parecidos (no está clara le legalidad de la medida ni resulta sencillo garantizar su cumplimiento).

Creo que, en cuanto a la promoción de viviendas en propiedad, daría mejores resultados, disponer de suelo público, tratar fiscalmente de forma selectiva la adquisición de según qué vivienda y dónde se adquiera y quién sea el comprador, articular un programa de créditos públicos a intereses razonables y, al mismo tiempo, regular con más precisión con mayores niveles de exigencia y control los alojamientos turísticos. 

No me cabe duda alguna de que el sector hotelero tradicional estaría encantado de suministrar ayudas en este terreno.

En cuanto al mercado de la vivienda en alquiler, me parece que sería conveniente ensancharlo en, al menos, dos direcciones.

  • Una legislación más atractiva para el arrendador que la actual. No se trata de reducir las garantías del arrendatario, sino de hacer interesante el negocio para el propietario: protéjasele frente a impagos injustificados, asegúrese la rápida solución de los procesos y, desde luego, revísese de arriba abajo lo legislado en materia de ocupación ilegal de viviendas.
  • Hágase de las instancias públicas, Ayuntamientos sobre todo, un proveedor de viviendas en alquiler. Un amplio parque de viviendas municipales, ni siquiera sólo para rentas bajas, con alquileres fijados desde el interés público sería la mejor forma de influir a la baja en el precio global de los alquileres. Si, además, se consigue una fuente de ingresos adicional para las administraciones locales no veo mayores inconvenientes.

¿Cuántos de nuestros Partidos Políticos estarían dispuestos a sentarse con sus adversarios para tratar de llegar a un acuerdo en esta materia? No haría falta que se casaran unos con otros: sólo que alguna vez, ésta por ejemplo, pensaran en lo que necesitan muchos de sus votantes.













sábado, 17 de septiembre de 2022

 Panorama desde el puente


Un escenario complejo

En la esquina occidental del viejo mundo, asomados al océano Atlántico, anclados en las playas del Mediterráneo, zarandeados en un mundo depauperado por la inflación, azotados por el desempleo, soportando otra crisis energética más, padeciendo las consecuencias de la pésima relación mundial con la naturaleza, afectados por una guerra en la que poco o nada podemos hacer para ponerle fin, apenas conscientes de cuál es nuestro papel en este mundo convulso, salimos de un verano tórrido y barruntamos un otoño indescifrable en este rincón de la caduca Europa preguntándonos qué nos espera en el tiempo por venir.

Hay motivos para el desánimo y razones para la esperanza. Todo depende del ánimo de cada uno. A mi natural optimista se oponen los datos tozudos que día tras día me hablan del dominio de la sinrazón. Al pesimismo, para compensar, se enfrenta mi creencia de que este viejo pueblo ha salido de trances peores, y que tal vez sólo mi edad, la que comparto con muchos de mis amigos, es lo que me esté haciendo escéptico respecto a lo que me tiene preparado el tiempo por venir.

Pese a todo ¿y si tratamos de analizar lo que nos espera?


Un Gobierno con problemas dentro y fuera de su seno

Así ha sido desde que tomó posesión. Lo hizo con la legitimidad de las urnas como aval aunque desde desde la noche del recuento electoral se cuestionara su derecho a vivir. No obstante, una cosa es asumir su origen y otra desconocer sus particularidades. Pudo haber sido de otra manera, pero nación como nació, híbrido, sostenido por dudosos valedores y enfrentado a casi la mitad de los votantes. 

Ha capeado temporales como ha podido con alianzas indeseables y sufriendo la negación del pan y la sal desde antes de jurar sus cargos hasta ayer por la tarde. Es posible que muchas veces no haya estado a la altura; no, no posible: es seguro. Pero más seguro es  que nunca la oposición ha arrimado el hombro. Ha ignorado los hechos tantas veces que hasta cuando desde instancias europea se comparten ideas antes esbozadas desde La Moncloa, se niega la evidencia. Siempre ha estado por delante el ansia por derribar al Gobierno, que solventar problemas de la ciudadanía, si ello iba a ayudar a Pedro Sánchez a seguir al frente.

Ahora y siempre, aquí y en todas partes, cuando los datos son malos, la culpa siempre es del Gobierno. No importa que hablemos de muertos por la pandemia, del precio del gas o del incremento de la inflación, qué más da que compartamos problemas con medio mundo, la culpa es del Gobierno de coalición socialcomunista y de sus aliados antiespañoles. No creamos que es una característica española: es así en todas partes. Por eso la salida de las crisis suele encomendarse a otro Partido.

Como si el mismísimo Gobierno no tuviera bastante con sus propias contradicciones: Unidas Podemos, nombre que es pura entelequia, rota en mil pedazos; una candidata in pectore negada por sus propios colegas de fracción, propuestas que se hacen públicas por cualquiera de ambas partes sin conocimiento previo de la otra, y un calendario electoral que no augura más que un sobrecalentamiento de estas peleas intestinas.

Sólo el mutuo convencimiento de que la ruptura prematura sería suicida para ambos socios sostiene el mundo de apariencias en las que las dos formaciones mantienen el tipo como pueden. Socialistas, socios de coalición y apoyos parlamentarios saben que no es buen momento para rupturas violentas que desencadenaran adelantos electorales.

¿Qué quiere el socio minoritario? Difícil de saber, porque ni siquiera tiene una única voz: Yolanda trata de ir por libre; intenta poner en pie una nueva fórmula política de la que apenas sabemos nada, otro fraccionamiento más en todo caso. Mientras llega el momento, airea propuestas al margen de sus competencias (razonables o no, depende de quién lo enjuicie), pero ni sus colegas que la consideraban su futura candidata, ni el portavoz parlamentario de su formación, la apoyan. Ella propone limitar los precios de la canasta básica de la compra y Echenique contesta pidiendo lo mismo pero para las hipotecas. Ni distribuidores, ni bancos, ni el Gobierno como tal apoyan ninguna de las dos propuestas.

Y en la calle… pese al silencio de las dos últimas semanas, no olvidemos que UGT y CC.OO. hablaban a mediados de agosto de movilizaciones si no hay pronto un acuerdo de rentas. (Curioso: desde que Yolanda Díaz dijo que estaba de su parte, no han vuelto a decir nada. ¿ustedes qué opinan?) 


El Partido Popular

Llegado septiembre, el mundo conservador, si sólo se atiende a su entorno particular, discurre por una senda más o menos tranquila y predecible. Tampoco el PP tiene demasiadas urgencias electorales: estancada Vox, incluso sufriendo una incipiente tendencia al retroceso y con Ciudadanos en la UVI política a la espera de un Congreso de refundación o de liquidación, más cerca del tanatorio que de la sala de rehabilitación. Por otra parte, Alberto Núñez Feijóo necesita asentarse, que al fin y al cabo Madrid es más complicado que Santiago de Compostela y él es un recién llegado.

Por la izquierda o por la derecha, por necesidad o por conveniencia, tiendo a pensar que hay un acuerdo ni siquiera hablado de que la legislatura llegará a su término.

Sólo detecto un par de borrascas en el mapa del tiempo conservador: la tendencia de Dª Isabel Díaz Ayuso a marcar el paso a todo el Partido, puede resultar comprometida a plazo medio. Un último detalle: muere Isabel II y, quizás por que son tocayas, aunque tal vez por eso de dar primero (que es dar dos veces), la Presidenta madrileña gana a todos por la mano y decreta ¡tres días de luto madrileño! ¿Será un guiño a los trasegadores británicos de cerveza? Juanma Moreno, el Virrey Andaluz, cauto y con vitola de moderado, lo deja en un luto de sólo un día (no olvidemos que Gibraltar, que sigue sin ser español, es fronterizo con territorio andaluz). La cuestión es otra ¿qué ha pintado Génova en todo esto?

No hay Partido sin contradicciones aunque casi todas tengan su explicación. Los populares votan contra el incremento de la fiscalidad a las eléctricas en la Carrera de San Jerónimo y se alinean con Ursula von der Leyen cuando aumenta los impuestos a las empresas energéticas en Bruselas. ¿Cómo es posible? Pues porque no es lo mismo aumentar la fiscalidad que incrementar los impuestos. ¿Me explico? Entendido: tampoco es lo mismo reducir el consumo energético que "apagar Madrid". 

Traducción simultánea: no confundir votar con los tuyos de toda la vida en Bruselas, con darle un balón de oxígeno al Gobierno de tu país.


Las otras derechas

Discúlpenme si no hablo demasiado de grupúsculos conservadores (Foro Asturias, Unión del Pueblo Navarro y los que se les parezca). No es desprecio, es falta de información por mi parte, y, acaso, la sospecha de que ninguno de ellos va a alcanzar el poder en las próximas citas electorales.

Vox, como dije, lo veo en su primer laberinto. Puede ser que haya tocado techo, que la marcha de Pablo Casado le haya restado a Abascal partidarios que siempre lo fueron del Partido Popular, o que el paso del tiempo les haya enfrentado al cansancio que provoca la oposición pura, dura y constante.

Hace muchos años un jefe que tuve, un hombre más sabio que ambicioso, me decía "desengáñate, Clemente, lo que desgasta no es el Poder, es la oposición". Éste también podría ser el caso. Por cierto ¿qué Fue de Ortega Smith? ¿Y de Rocío Monasterio? Incluso ¿no perciben menos protagonismo de Buixadé ahora que hace unos meses? ¿Sabemos todos los detalles que rodean la "espantá" de Macarena Olona? ¿Se ha ido, como dice Abascal, o está pero a saber hasta cuándo, como ella sugiere? ¿Se fue, la "fueron" o prepara una nueva maleta? ¿Estamos en puertas de una nueva aventura política? 


Los periféricos, también llamados antiespañoles

  • El mundo vasco, dentro de lo que puede esperarse de él, se mueve con una cierta abulia. El PNV, quizás el más curtido de los Partidos del arco parlamentario, gestiona como mejor puede sus peleas por el electorado vasco con la izquierda abertzale y lo hace sin dar tres cuartos al pregonero. Apoya al Gobierno cuando toca, saca tajada cuando puede y procura dar poco que hablar. Bildu, mientras tanto, rebaja el tono, ofrece menos espectáculo que sus primos catalanes y ni siquiera saca a paseo a diario su condición de Partido legalmente habilitado para actuar en libertad.
  • Por el contrario, el secesionismo catalán se ha convertido en un gallinero grotesco. No seré yo quien lo sienta, desde luego, pero me hace sonreír oír y ver a los epígonos de la familia Pujol acusando de traición a los de Izquierda Republicana, mientras la Asamblea Nacional Catalana empieza a plantearse levantar otra plataforma electoral que prescinda de toda la patulea de los viejos líderes, incapaces, por lo que se ve, de conseguirles la República Catalana. Creo que sería estupendo que consiguieran una nueva formación para repartirse el cada vez más escaso caudal de votantes. Por cierto: desmiento que los líderes de la ANC sean agentes encubiertos de la Monarquía borbónica.

Por estos flancos, por tanto, tampoco son de esperar peticiones destempladas de adelantos electorales.

En todo caso, entre el guirigay en la izquierda de la izquierda, el amago de maremoto en la derecha de la derecha, los navajazos al nordeste del Ebro y el batiburrillo de formaciones localistas tipo "Alpedrete existe", algo huele a retorno del bipartidismo.


Vuelta la burra al trigo

Aunque hablara de ello el sábado pasado, creo conveniente, otra vez, hablar del Consejo General del Poder Judicial.

Como ya se sabe, por mal que estén las cosas, siempre pueden empeorar. Ya no es sólo que PP no consienta que se renueve el Consejo. No hablo de si el PSOE debe ceder en algo de lo que se le pide para que el acuerdo sea posible. Ni siquiera es el caso lo que diga o pueda hacer Bruselas si el Poder Judicial español sigue cuesta abajo.

De lo que se trata ahora es de que los propios miembros del Consejo están incumpliendo sus normas, están saltándose la Ley a la torera: ocho vocales, conservadores todos ellos, están boicoteando la renovación del Tribunal Constitucional.

Llámenlo como quieran, pero es claro y meridiano que no están dispuestos a perder la confortable mayoría que su tendencia ostenta ahora en el Tribunal de Garantías. Están incumpliendo la Constitución, así de sencillo. Quieren seguir en el machito sin importarles la legalidad vigente: no tienen vergüenza.

Y al hilo de todo ello, una última pregunta: teniendo en cuenta que quienes así están comportándose son jueces ¿creen que dejar en manos de los jueces la elección de los miembros del Consejo es garantía de legalidad futura, o debería tomarse en cuenta alguna fórmula alternativa cuando un Partido, uno sólo bloquea el acuerdo que asegure el relevo?


Dos sospechas

  • No habrá acuerdos relevantes entre PP y PSOE en ningún asunto importante antes de que concluya el ciclo electoral.
  • Los ánimos tenderán a encresparse en los próximos meses.



sábado, 10 de septiembre de 2022

Lo importante y lo llamativo

Una semana con muchos titulares

Hay semanas, ésta por ejemplo, en la que se atropellan las noticias, de tal forma que uno, observador curioso de lo que acontece alrededor, tiene algunas dificultades para elegir. En menos de siete días fallece Isabel II de Inglaterra, tal vez la monarca más longeva de la historia, y hemos asistido a un par de acontecimientos en España que dan para escribir algunas líneas. Ciñéndonos a lo que ocurre de fronteras adentro ¿a qué atender, a lo esencial o a lo ruidoso? 

¿Y por qué hay que elegir? Mejor será dar su cuota de pantalla a cada tema, siquiera sea porque acaso mi opinión no coincida con la de los lectores. ¿Qué ha sido más importante, el debate en el Senado entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, o las encendidas diatribas de Carlos Lesmes ante el Jefe del Estado?

Tengo para mí que lo que trasciende a los titulares de la prensa y a los comentarios de los palmeros de los líderes, es lo ocurrido en la inauguración del Año Judicial, así que hablemos primero de lo que pasó en el Senado y demos después su espacio a Don Carlos Lesmes.


Sánchez-Feijóo, primer asalto

El senado no es el Parlamento. Si lo sabemos mis lectores y yo, tiendo a creer que los Estados Mayores de los Partidos españoles también están al tanto. Así que no acabo de entender las quejas por lo desequilibrado de los tiempos de intervención cuando quienes intervienen en el  debate son el Presidente del Gobierno y los portavoces de los demás grupos políticos. Es evidente el desequilibrio a favor del primero, pero eso es cosa archisabida.

El problema es que mientras don Alberto no tenga escaño en el Parlamento, si quiere vérselas con el Presidente tendrá que hacerlo en el Senado, cuando Pedro Sánchez lo tenga a bien, y de acuerdo con las reglas vigentes. Fue el aspirante quien pidió la comparecencia, así que ya sabía a qué se exponía.

Decepcionante por ambas partes

Feijóo pareció confundir Madrid con Galicia, y aunque es de agradecer que bajara el diapasón varios grados, insultara menos que su predecesor e hiciera gala de mayor ingenio, no me dio la impresión de presidenciable (lo que no es óbice para que llegue a serlo, ni mucho menos). Prácticamente dejó de lado el gravísimo contexto europeo y mundial y volvió a lo de siempre: reproches por los cambios de guión de su oponente, Bildu, políticas improvisadas, quejas porque no se toman en serio sus propuestas, etc., etc.

No sé si hablaba en serio o si fue una muestra de humor gallego: ofrecer apoyo parlamentario supeditado a la ruptura con UP (y resto de apoyos parlamentarios, se supone) circunscrito, además, a lo que queda de legislatura suena a truco de feriante. Ni el más novato de los concejales de A Pobla Do Caramiñal hubiera caído en semejante ardid: primero me quedo en minoría parlamentaria y luego gobierno en la medida en la que mi principal oponente me lo permita. No sé en Galicia, pero en el resto del mundo esas cosas se hacen al revés.

En cuanto a Pedro Sánchez, plúmbeo, reiterativo, más envarado que de costumbre, sin la chispa que ha lucido en otros debates, abusó de su privilegio en cuanto a la disposición de tiempo, se opuso a la oposición y aburrió a la audiencia. Anunció medidas que se conocían desde hacía algún tiempo, y al final, como escribió Cervantes, "incontinente, caló el chapeo, requirió la espada, miró al soslayo, fuese y no hubo nada".

¿Nada? Eso creemos algunos. No así los incondicionales, porque los de uno y los de otro creen, cómo no, que ganó su jefe, pero…

  • A los dos, una vez más, les faltó sentido de Estado, visión a largo plazo, altura política, en definitiva.
  • Ambos están ya en modo electoral y mientras uno se relame mirando las encuestas el otro trata de desmontar lo que ha hecho o dejado de hacer su contrincante desde que llegó a Madrid.
  • En cuanto a la prensa… Nada que se salga del guión: cada diario escribe para su parroquia: "El Confidencial" nos informa de que "Sánchez deja a Feijóo el rol presidencial con un discurso crispado propio de la oposición". "El Mundo" asegura que "Feijóo entusiasma a sus votantes y convence a una cuarta parte de los del PSOE". "La Vanguardia" destaca que "Sánchez trata de arrollar a Feijóo y denuncia su insolvencia y mala fe”. "El Independiente" señala que "el líder del PP pide a Sanchez que rompa con sus socios" . "El Debate" comenta "la encerrona de Sánchez a Feijóo en el Senado: 132 minutos frente a 27 y ataques personales", mientras "El País" subraya que "el primer cara a cara entre Pedro Sanchez y Alberto Núñez Feijóo inaugura el ciclo electoral en España".

Tal como yo lo veo, digan lo que digan voceros y pregoneros, el debate pasó sin pena ni gloria.


Una vez más, el problema judicial en candelero

Casi al mismo tiempo que el Senado acogía tan decepcionante debate entre los primeros espadas de la política española, don Carlos Lesmes, Presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, tomaba la palabra en la muy solemne inauguración del Año Judicial.

En presencia del Rey Felipe VI, el más alto representante de la judicatura, hiló una contundente crítica al Poder ejecutivo por la incalificable demora en dar cumplimiento al mandato constitucional de renovación del Consejo General del Poder Judicial, y por la forma heterodoxa de tratar de remediar la actual situación que ha elegido el Gobierno.

Dos curiosidades:

  • Cuando criticaba la escandalosa tardanza en renovar el Consejo (¡Cuatro años!) no citó a responsable alguno. Por el contrario, cargó en la cuenta del Gobierno el recorte de competencias del Consejo del Poder Judicial en funciones que, según él, producía "un efecto devastador". Lo segundo es obvio, lo primero no tanto.
  • Si, como él mismo dijo, podría plantearse su propia dimisión como medida de presión para acercarse al final de esta historia siniestra, cabe preguntarse si no podría haberlo hecho hace, por ejemplo, tres años y medio.

Grave, gravísimo el estado en el que se encuentra el poder judicial. PP y PSOE acusándose sin ningún pudor de ser los responsables de la falta de acuerdo. Uno podría pensar que la distancia que hay entre la posición del PP y la del PSOE es la misma que la que media entre el PSOE y el PP. No vale en este caso la equidistancia: como dijo Lesmes, el acuerdo hay que lograrlo en el plazo que establece la Constitución y aplicando las normas que ahora están vigentes: condicionar la colaboración a que se cambien las reglas en mitad del proceso, es chantaje puro y duro.

Grave, gravísmo el estado en que se encuentra todo el aparato judicial español, necesitado de medios adecuados desde hace medio siglo. Ni socialistas, ni populares, ni centristas cuando los hubo han movido un dedo para remediarlo. Presupuestos ridículos, medios materiales y personales escasos… y una legislación procesal que es cualquier cosa menos el armazón normativo adecuado para lograr una justicia rápida y eficaz.

Mientras tanto, crece el descrédito de la judicatura, el pueblo asiste perplejo a procesos interminables, demoras inaceptables, titubeos descorazonadores. Y los grandes Partidos, como si la cosa fuera un asuntillo sin importancia, echándose en cara sus propias miserias. Tal parece que en lo único que están de acuerdo nuestros políticos es en dejar al Poder Judicial en su actual estado cataléptico.

Así que como nunca he oído al PP echar en cara al PSOE su desidia, ni al Partido Socialista cuestionar al PP por su desinterés, tengo que llegar a la conclusión de que tal vez en lo único que están de acuerdo ambos es en mantener hibernados a los Jueces, mientras se pelean como gatos por su control.


sábado, 3 de septiembre de 2022

 El largo y cálido verano

Cuando llegue septiembre

Adiós agosto, otrora mes sin más sustancia que las quemaduras del sol, la arena que rayó las gafas de sol, las paellas infectas y los calorines propios del desierto de kalahari. Tan soso era el mes que los periodistas inventaron las "serpientes de verano" para rellenar espacios carentes de interés.

También es cierto que hace mucho tiempo que los gobernantes aprovechan la época de vacaciones para, dado el desinterés general por la cosa pública, colarle al desprevenido ciudadano decisiones poco defendibles, o escasamente populares.

Este año, sin embargo, no puede decirse que agosto haya sido un mes vacío. He aquí algunas muestras.


El Tribunal Supremo cerró el caso de los ERE’s andaluces

Tiempo después de su comienzo, demasiado tiempo después como viene siendo regla en nuestro sistema judicial, El TS confirma la sentencia de la Audiencia de Sevilla y, por lo que se refiere sólo a los dos principales encausados, mantiene la pena de inhabilitación a Manuel Chaves por prevaricación, y la de inhabilitación y cárcel a José Antonio Griñán por prevaricación y malversación de caudales públicos.

Apenas circuló la noticia, destacados voceros del PSOE han clamado contra el fallo y reclaman el indulto del ex presidente Griñán. Lo entiendo. Lo entiendo porque forma parte de la lógica española de los Partidos, no porque comparta los puntos de vista de los suplicantes. Allá Felipe González, y Rodríguez Zapatero y cuantos se les sumen pidiendo clemencia. Yo no soy hombre de Partido, así es que puedo permitirme el lujo de pensar por mi cuenta.

Releo lo que escribí en este mismo blog el sábado 5 de junio de 2021 cuestionando las razones para indultar a los condenados en el proceso al procés. No veo razón alguna para cambiar mi punto de vista. Menos aún en este caso: ni veo por qué un hipotético indulto a José Antonio Griñán beneficiaría la cohesión social, ni atisbo la eventual confusión entre justicia y venganza, ni ninguna de las razones que entonces aducían los defensores de la medida de gracia. Y, desde luego, ni entonces ni ahora se me pasa la cabeza la idea de un juicio injusto.

Sigo pensando que cuando el sentenciado, cualquier sentenciado, lo ha sido tras un juicio imparcial, y en función de una legislación democráticamente elaborada, el indulto tiene que ser algo absolutamente excepcional, no una componenda para hacer como que se libera a un buen colega cuando lo que de verdad se pretende es lavar silencios y negligencias compartidas. No, no es éste el caso excepcional que justifica la medida.

Oigo y leo que los acusados no se han lucrado personalmente de la operación. Me alegro mucho, pero recuerdo que no fueron acusados de apropiación indebida, ni de atentado contra el patrimonio forestal, ni de injurias a la Corona. O sea que, si me permiten el símil, el alegato exculpatorio es equivalente a tratar de disculpar al atracador de un banco porque, aunque se llevó el dinero, perdonó la vida del director de la sucursal.

Sólo una sombra: la sentencia se ha producido por tres votos contra dos. Normal y corriente en cualquier tribunal colegiado. Lo que me escama, lo que hubiera preferido no saber o, mejor aún, que no se hubiera producido, es que los tres togados que condenan son conservadores y los dos que disienten, progresistas. Algo que no invalida el fallo, desde luego, pero que me deja bastante incómodo ¿O a ustedes no les atufa un cierto olorcillo a partidismo? 


La gran sudorina, la UE, el ahorro de energía y la corbata de Pedro Sánchez

Todo el territorio español, desde Las Rías Baixas a Formentera, desde Zarauz a Gran Canaria, desde Cullera a Tarifa, pasando por ambas mesetas y por la cuenca del Guadalquivir, ha batido récords de temperaturas; España se ha ido cociendo día a día, noche tras noche. Habrá o no cambio climático, pero nos hemos asado a fuego lento. Incluso he oído decir a un sesudo meteorólogo que "esto no ha hecho más que empezar" y que los próximos veranos irán a peor. Pues qué mal.

Mientras tanto, mientras los incendios encadenan cifras abrumadoras de hectáreas calcinas, la UE, por obra y desgracia de la guerra de Putin, consciente de que el invierno sin gas ruso puede ser dramático, urge a sus 27 miembros a reducir el consumo de energía: 15 % para el común de sus socios, y menos de la mitad para España. No obstante, ahorrar el 7 % que se nos pide, exige medidas concretas, y ahí está el problema: si las decide el Gobierno, sea el que sea, la oposición, fuera cual fuere, según su costumbre se opone. 

Dos ejemplos, uno tonto y otro no tanto 

  • Don Pedro sugiere trabajar sin corbata para hacer más llevadero el límite de la refrigeración. ¡Ya! Cierto cantante cuyo nombre no viene al caso declara que él nunca usaba corbata pero que a partir de ahora la llevará hasta en el gimnasio. Me pregunto si es un sufridor profesional, si es de los que se apuntan a aquello de que "para que se fastidie el sargento hago la guardia sin manta" o si es un émulo de quienes en tiempos de Rodríguez Zapatero, renunciaron a consumir carne de conejo, porque el Presidente la  aconsejaba como fuente de proteína, sana y barata.
  • Dª Isabel Díaz Ayuso, antes de leer el texto del Decreto-Ley que regulaba el ahorro, ya proclamó que "Madrid no se apaga". Y muy bien que hace, oiga usted, que la Emperatriz de Lavapiés no da puntada sin hilo y ya sabe que mantener el cetro de la taberna de Europa pasa por no apagar jamás la luz que luego la parroquia se larga sin pagar y hasta puede que vuelvan a sus suburbios europeos presumiendo de haber hecho un "sinpa" en las mismas narices de la Mesonera Mayor del Reino.
  • El debate sobre si las medidas son las más racionales, las más oportunas o el enésimo fruto de la improvisación es algo que podría haberse ahorrado el Gobierno si Don Sánchez o, al menos don Bolaños hubieran hablado del asunto con el PP, pongo por caso. Porque no creo que el Sr. Feijóo dude de la necesidad de ser solidarios con el resto de Europa, ahora que nos toca a nosotros corresponder. No se ha hecho, así que no debe escandalizarse nadie de la posición de don Alberto, máxime cuando Dª Isabel le muerde los tobillos, le madruga el discurso y le marca territorio.
  • No me parece que "el principal Partido de la oposición" dude de que si Europa entera tiene que ahorrar energía, Madrid tenga razones para ser la excepción, aunque Vox anuncie recurso de inconstitucionalidad porque apagar los escaparates, como es público y notorio,  vulnera derechos fundamentales de la ciudadanía (¿?).

Unos apuntes más, para terminar

Geografía de un misterio

  • De Londres a Tenerife, de París a Pamplona, se ha extendido el preocupante fenómeno de los pinchazos femeninos, casi siempre con ocasión de aglomeraciones festivas y generalmente en brazos y glúteos. A fecha de hoy no sabemos, yo al menos no lo sé, ni quiénes lo hacen, ni cómo actúan, ni qué motivos les mueven. 
  • Por el momento no hay evidencias de que se trate de variantes de "sumisiones químicas". Se desconoce todo lo que hay detrás, salvo dos cosas: las víctimas son siempre , salvo en un solitario caso, mujeres, así que el nerviosismo, el temor, la suspicacia crece a medida que se extiende la plaga, la moda o como quieran llamar al fenómeno.

Renovación a fondo en el PP de Núñez Feijóo

  • Cuentan fuentes más o menos solventes que don Alberto, fiel a sus amigos de toda la vida, trata de repescar a un tal Álvarez Cascos, camisa vieja pepera, luego exmilitante de los tiempos de Rajoy, más adelante fundador de un par de Partidos asturianos de incierta deriva y, a la sazón, sin adscripción militante conocida (o sí y yo no estoy al tanto).
  • Hechos son amores y no buenas palabras. No hay como este tipo de gestos para demostrar hasta dónde trata de llegar la renovación del Partido. ¿Acometerá Feijóo la tarea de exhumar los restos de Don Manuel Fraga para traérselos a la sede de Génova? ¿Intentará convencer a Jorge Verstringe de que abjure de sus veleidades podemitas y vuelva al redil conservador?

El F.B.I. registra el domicilio de Donald Trump

  • Allá en los Estados Unidos, con "agostidad" y alevosía, agentes del F.B.I. han registrado no recuerdo cuál de las residencias del ex Presidente norteamericano. Buscaban pruebas que permitieran dilucidar si debe ser puesto en manos de los jueces o no. Obstrucción a la justicia, destrucción de pruebas, vulneración de la normativa de secretos oficiales… Algo más de 20 cajas de documentación que el Sr. Trump arrambló de la Casa Blanca cuando, pese a su obstinada resistencia, tuvo que abandonar la Presidencia de la nación. Ése era el material a investigar.
  • De inmediato, como si de un concejal de urbanismo pepero o sociata se tratara, el ex mandatario acusa al FBI de caza de brujas y de colaborar en una maniobra de desprestigio político que busca, nada más, alejarlo de las urnas, el que sólo piensa en América. Uno recuerda a personajes como Edgar Hoover y se le hace cuesta arriba imaginar a los agentes de tan prestigioso cuerpo policial trabajando al servicio de una conspiración de los gurús del Nuevo Orden Mundial (antes conjura judeo-masónica-social-comunista), aunque cosas más raras se han visto. 
  • Como una ola (eso cantaba "la más grande") la teoría conspiranoica se ha extendido por el mundo: de Carolina del Norte a La Puebla del Caramiñal, los Qanon, los creyentes en la existencia de Manos Negras Planetarias, se han alineado detrás de su martirizado líder y han cerrado filas como un sólo hombre (y una sola mujer, que no quiero ser acusado de rancio  patriarcalismo).

Aquí entre nosotros, tengo la impresión de que nos espera un otoño entretenido. Tiempo tendremos de hablar de "otoños calientes" y otras delicias post vacacionales.