El galope del caballo rojo
La tragedia interminable
El primero de los cuatro jinetes del Apocalipsis, el que monta el caballo rojo, el símbolo de la guerra, patea las tierras bíblicas una vez más.
Uno de los enigmas de la Historia es el por qué hay ciertas zonas del Planeta en las que desde que se tiene notica de la presencia del hombre, se han sucedido los conflictos, las guerras, las confrontaciones entre pueblos que no se han dado por contentos con cualquier forma de resolver sus diferencias que no hayan pasado por exterminar al enemigo.
Una de ellas es lo que llamamos Oriente Medio. Sumerios, asirios, acadios, egipcios, judíos, hicsos… Por citar los más conocidos cuando las cuatro quintas partes del mundo no había entrado aún en la Historia. Y luego persas, y griegos y romanos y árabes y cristianos y otomanos… Hasta que franceses y más que nada británicos, también se hicieron presentes y resultaron ser, les guste o no, responsables en buena medida del polvorín inestable en el que se ha convertido esa parte del mundo, la rivera oriental e nuestro Mar Mediterráneo.
Hace menos de un siglo, desde mediados los 40, israelíes y palestinos tomaron el relevo como actores del drama y siguen desde entonces siendo los macabros protagonistas de la belicosa tradición de sus tierras. ¿O son nada más los peones de una partida siniestra que otros juegan, aunque a israelíes y palestinos les corresponda pagar puntualmente su tributo de sangre?
Ahórrenme el relato de los horrores con los que varias veces al día nos obsequian nuestras pantallas. Politólogos, tertulianos y políticos embarullan el relato, tratando, casi siempre, de llevar al ánimo del oyente la veracidad de la versión que mejor concuerda con su visión parcial del último estallido bélico.
Me temo que si algo es falso es tratar de dar una versión simplista de lo que está ocurriendo: el drama es cualquier cosa menos una historia de buenos y malos. Por otra parte, es bien sabido, desde Tucícides, que lo primero que muere en la guerra es la verdad.
Traten de contestarse a ustedes mismos a cuestiones como las siguientes:
- ¿Cree usted que la confrontación judeo-palestina tiene un trasfondo fundamentalmente religioso?
- ¿Quién ha bombardeado el hospital de Gaza? ¿Seguro? ¿Recuerda que Putin atribuyó el de Mariupol a un montaje ucraniano? ¿Sabe usted que la propaganda franquista también hizo lo mismo tras el bombardeo de Guernica?
- ¿Sería razonable reconocer la legitimidad de un Estado palestino? ¿O sería mejor borrar del mapa el Estado judío? ¿Caben los dos Estados en la tierra sobre la que convivieron desde hace cerca de tres mil años?
- ¿Cómo afrontar un proceso de paz entre dos contendientes que no se contentan con ganar la guerra sino que buscan el exterminio total del enemigo?
- ¿Podría continuar la guerra sin la ayuda americana, británica o iraní, siria, o lo que en cada momento toque?
- ¿Son fiables las palabras de paz que escuchamos de las potencias, miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, que, son, por otra parte los cinco mayores exportadores de armas del planeta?
Podría seguir durante varios folios, pero creo que es suficiente para admitir, que este enésimo conflicto judío-palestino, como los anteriores, tiene sobrada capacidad para influir en nuestras vidas, porque las consecuencias geoestratégicas de un episodio entre esos actores, trasciende con mucho a la tragedia que están viviendo unos y otros.
Por cierto:
- Desde el punto de vista, si es que pudiera saberse, de los casi 500 muertos en el hospital de Gaza es igual quién haya sido el que lanzara el misil.
- Por sorprendente que parezca, Rusia sigue disparando en territorio ucraniano. Esto es algo que la inmediatez consumista de noticias no debería hacernos olvidar.
La guerra según desde donde se enjuicie
La Unión Europea
- Cinismo, inoperancia, opiniones divididas. Sube el diapasón cuando hay que condenar al proscrito y hace gala de moderación cuando no hay más remedio que rogar templanza al poderoso. Como siempre.
- La elegante Ursula von der Leyen saltó a la piscina con gabardina y todo en cuanto hubo noticia del bárbaro ataque de Hamas. Excediendo sus funciones, anunció a los cuatro vientos la suspensión inmediata de la ayuda humanitaria al pueblo palestino. Al pueblo palestino, no a Hamás, confundiendo como si de una analfabeta política se tratara, a un grupo armado, con el pueblo del que procede.
- Alemania, Francia y, en parte, Italia se sumaron a la condena de Hamás y se solidarizaron con Israel. Tampoco se entretuvieron en distinguir entre pueblo judío y Gobierno Netanyahu, cuando las primeras y pavorosas represalias empezaron a aplicarse (desplazamiento forzoso de más de un millón de palestinos, bombardeos dirigidos a objetivos civiles, corte de suministros vitales -agua, electricidad, combustibles, medicinas- voces cada vez más proclives a la venganza pura y dura).
- Pero en la UE, con veintisiete socios con voz y voto, caben todas las opiniones. Por poner un ejemplo, no hay más que comparar la imprudencia de la srª von der Leyen con las intervenciones de nuestro compatriota Borrell. Al final, la srª Presidenta tuvo que dar marcha atrás.
El Gran Aliado ultramarino
En cuanto a Estados Unidos, la identificación de Mr. Biden, cada día más próximo a la momificación, con el señor Netanyahu, no deja de ser alarmante: si Israel, dice que el bombardeo del hospital de Gaza fue obra de Hamás, no hay más que hablar. Había anunciado que iba a Israel para reunirse con el Monarca jordano, el Presidente egipcio y el Presidente de la Autoridad Palestina para conseguir esto y aquello y lo de más allá. No hubo tal: ha tenido que contentarse con recibir la promesa, aún no cumplida, de que Egipto e Israel permitirán la entrada de un goteo de camiones con ayuda humanitaria para la población civil palestina. La promesa, no la llegada.
Eso sí, a su vuelta se ha descolgado solicitando a sus congresistas ayudas milmillonarias para seguir colocando sus armas tanto en Ucrania como en Gaza. ¡Qué cosas, más armas para la paz! Igual consigue el apoyo de los fabricantes de armas.
¿Qué han conseguido los contendientes hasta ahora?
- Hamás boicotea el idilio entre Netanyahu y la monarquía Saudí. Curiosa la posición de Arabia: trata de normalizar sus relaciones con el enemigo del mundo árabe, y es uno más de los países musulmanes, probablemente el más rico, que se niega a recibir a un solo palestino (como Jordania o Egipto, dicho sea de paso) ¡Triste destino el de los desheredados!
- El papel mediador de los Estados Unidos (recordemos Camp David) se devalúa, tras su inequívoca toma de partido, algo que deja las manos de Netanyahu bastante más libres. No parece nada impresionado por la visita de "el guardián del mundo libre".
- Para dos enemigos cuyo objetivo final es la desaparición física del otro, bien pudiera ser no sólo suficiente, sino el resultado de la coincidencia de ambos en la suicida estrategia de que "cuanto peor, mejor".
- Estos logros, no lo olvidemos, se sustentan en unas pirámides de cadáveres que no dejan de crecer. Niños, enfermos, familias que reciben los bombardeos cuando huyen hasta donde el otro los ha empujado, o, en el otro bando civiles tan indefensos como los que mueren bajo el fuego de su ejército.
El esperpéntico caso español
Ningún país como el nuestro a la hora de escenificar nuestro desquiciado modo de comportarse en política
- El Presidente del Gobierno, al menos en esta ocasión, ha estado bastante ponderado: Presidente semestral de la UE salió inmediatamente al paso de la desaforada toma de partido de la Presidenta del Consejo: condenó la matanza y la toma de rehenes de Hamás, y a renglón seguido fijó los límites de lo que sería admisible en la inminente represalia de Israel.
- En Génova se frotaron las manos. ¿Guerra en Gaza? Materia propicia para erosionar al Gobierno: lo que Sánchez debería haber hecho es unirse a la posición de Alemania, Francia y USA. Alguna voz, como la de Dª Isabel I del Manzanares subió el diapasón y acusó a sus opositoras de antisemitismo.
- Dª Rocío Monasterio rizó el rizo y ha llegado a proponer que se prohiba a los fieles musulmanes adquirir (no sé si también, llegado el caso, conservar) la nacionalidad española.
- En simétrica correspondencia, Dª Belarra, acusa a Sánchez de timorato, exije que España rompa relaciones diplomáticas con Israel y lleve a no recuerdo cuántos sioinistas ante el Tribunal Penal Internacional. Supongo que la doña está al tanto de que ni Israel, ni USA (ni Rusia, ni China) reconocen la jurisdicción del Tribunal de la Haya.
- Ganador del premio semestral al disparate por obra y gracia de su fácil y descontrolado verbo, ha resultado ser el otrora brillante escritor Juan Manuel de Prada, notorio representante del ala derecha de lo que hay más allá de la linde que delimita la más ultramontana versión del conservadurismo: sus declaraciones en el ABC, diario nada sospechoso de izquierdismo, suponen la más cerrada (¿o cerril?) defensa de la causa palestina. ¿Quién se quedó más perplejo, don Santiago Abascal o el dúo Montelarra?
En resumen
- La cifra de muertos, de muertos de ambos bandos, sigue creciendo sin que haya el menor atisbo de parar la sangría. Unos y otros parecen conformes con el papel de carniceros que otros les han endosado
- Europa, vía deterioro de nuestro prestigio y nuestra economía, seguirá siendo cada vez menos relevante. China, y Rusia como su edecán circunstancial, esperan turno.
- USA, Biden dixit, cree que está protagonizando un cambio que marcará un punto de inflexión para varias décadas. ¿Ojo de augur o flaquezas de viejo? Donaldo Trump, rarísimo, no ha dicho nada. Ni uno ni otro verán lo que ha de pasar dentro de ese plazo.
- España continuará interpretando cualquier acontecimiento, local, regional o global, en clave provinciana, acercándose pasito a pasito al cainismo, incapaz de ver dónde hay margen de confrontación y donde necesidad de unificar fuerzas.
Borrel( Que oportunidad desperdiciada de Presidente ), conocedor , clarividente y sensato, esta hondamente preocupado con la globalizado del conflicto...
ResponderEliminar