sábado, 9 de febrero de 2013

Bienvenido, Mr. Sheldon


    Mi enhorabuena, Presidente; mis parabienes Alcalde. La Comunidad de Madrid y el Municipio de Alcorcón gracias a ustedes y a quienes les precedieron en sus cargos están a punto de entrar en el libro de los records por varios motivos.
  
  Nadie nunca hasta ahora había dado tanto a cambio de tan poco y, encima, no sólo se muestra contento, sino agradecido. Hay que ver una vez más la actitud obsequiosa del Presidente ante el delegado del amo (ni siquiera vino él, ¿para que si ya tiene cuanto quería?) que apenas le dedica una mirada displicente desde la cuarta que le saca de estatura.

Con el poder que les dan nuestros votos, nuestros representantes le regalan a Mr. Sheldon 750 Ha, de terrenos públicos, es decir, nuestros, o sea, para hacernos una idea, algo más de la superficie de 1.000 ¡¡MIL!!! campos de fútbol, para que con el dinero que aportarán, dice, en una pequeña parte el Sr. Sheldon, y el resto, si llega, otros inversores, bancos españoles incluidos, se construyan casinos, hoteles y no sé cuántas cosas más.

¡Lástima de Berlanga redivivo para rodar una segunda edición de su obra maestra! Autoridades cutres, casposas, papanatas, (por prudencia evito los calificativos de grueso calibre, que haberlos haylos) no caben en sí de gozo, después de su increíble logro.

No es para menos:

-  Cuando todo acabe, el término municipal de Alcorcón podrá presumir de alojar a no menos de 3.157 tahures por Km2. La Comunidad de Madrid alcanzará la mayor proporción prostitutas/contribuyentes de Europa. Se disparará el número de drogadictos hasta proporciones nunca vistas. El consumno de alcohol alcanzará cotas siberianas, etc. etc.

-  No se ha confirmado  todavía que ni la Mafia ni la Camorra, siempre cerca del juego, hayan solicitado licencia de obras para construir sus Sedes Sociales para la Unión Europea en la Comunidad de Madrid, pero se asegura que en las novísimas instalaciones, tan finas y elegantes como las de Nevada, se podrá disfrutar de una legislación antitabaco distinta que la del resto del territorio, que la legislación fiscal será más benevolente que para los demás contribuyentes, y que hasta la normativa laboral podría cambiar. Extraordinario.

 Y para terminar, algunas preguntas:

-  ¿Por qué los bancos  españoles interesados en este disparate no financian empresas productivas españolas en vez de vicios extranjeros?

-  ¿Por qué podría fumar en los nuevos antros y si voy al bar de la esquina tendría que salir a la calle?

-  ¿Qué razón hay para dar facilidades fiscales, crediticias y lo que pidan, oiga Usted, a los Reyes americanos de la Ruleta y no a los cientos de emprendedores españoles que van de Banco en Banco mendigando un crédito y de ventanilla en ventanilla, implorando una autorización para abrir su negocio?

-  ¿Cuánto hay que prometer (ni siquiera invertir) para que a uno le confeccionen la legislación a la medida de sus necesidades?

-  ¿Hasta cuándo seguiremos soportando estos desmanes? Recordad: el poder se lo dieron nuestros votos. NUESTROS VOTOS PUEDEN QUITÁRSELO





2 comentarios:

  1. Enhorabuena por el post de Eurovegas, que suscribo en su totalidad. Especialmente me llama la atención la falta de pudor de los políticos que, sin rubor alguno, manifiestan que habrá una legislación ad hoc para Mr. Sheldon. Con lo que dio que hablar la ley antitabaco en nuestra Comunidad, y ahora, sin más explicación, nos dicen que se cambia y punto, faltaría más.
    ¿Y qué cara se les quedará a los empresarios españoles (reivindico el término ya en desuso frente al de emprendedores) cuando se lleve a cabo la nueva legislación fiscal para los americanos?
    No hay debate frente al poder del dinero.

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  2. Y lo peor, Paloma, es que nos toman por estúpidos. Dirán que habrá oportunidades para todos (para todos ellos, se entiende) que se creará empleo (pero no se dirá de qué calidad, ni durante cuánto tiempo). Callarán que los grandes contratos irán a manos de quienes, pasado un tiempo, se sabrá qué conexiones tenían con el Poder.

    Tienes razón en lo que se refiere a la legislación a la medida. La soberanía se supone que reside en el pueblo, pero sus representantes, los que nosotros hemos elegido, están dispuestos a venderla al mejor postor. No me escandaliza lo que haga Mr. Sheldon, no espero nada de él, pero cabría esperar más orgullo de nuestros representantes, porque a esos les hemos elegido para defender nuestros intereses.

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