miércoles, 13 de marzo de 2013

Fuera del tiesto (3ª entrega)
 
 
    Cierto sujeto cuyo nombre no voy a dar tanto porque está en la mente de media España como porque no seré yo quien dé más publicidad a semejante embaucador, cree tener contra las cuerdas al Partido que gobierna, al Gobierno del Partido y a la Oposición que tampoco parece tener claro dónde está la línea de divisoria entre esperpento y el delito.
 
  El sujeto en cuestión, inteligente, culto, alto, guapo, incluso, dicen,  afable, encantador y amigo de sus amigos, a la par que embaucador, chantajista, defraudador, petulante, y, en según que circunstancias, ordinario y zafio, es posible que esté muy por encima de la media intelectiva de sus conciudadanos. Es más: estoy convencido de ello. Antes o después, acabará en el sitio que le corresponde. De eso no tengan la menor duda. Mientras tanto, él sigue convencido de que tiene la sartén por el mango y que a jayán no le gana nadie ("¿Cómo que 22 millones? Según mis cuentas, sólo ahí guardo 38")

    ¿Recuerdan el introito de la nobleza aragonesa cuando se exigía el juramento a sus Reyes "Y nos, que cada unos somos como vos, y todos juntos más que vos..."?. Eso, amigos, es lo que olvidan personajillos rutilantes de notoriedad efímera, que en esta patria nuestra (y en otras, que en todas partes cuecen habas) medran a costa nuestra. Saben cuán listos son, cuánto poder acumulan, y creen que ellos solos pueden más que la ciudadanía en su conjunto, mediocre ella comparada con sus altas cualidades. Pero ¡ay! hoy se les nombra Doctor Honoris Causa y al día siguiente la misma plebe municipal y espesa que les ensalzó les da la espalda y claman contra ellos hasta que dan con sus huesos en la cárcel.
 
 
    Pero hay otras cuestiones, más importantes que la peripecia delictiva del engominado personajillo del que hablamos, a las que los grandes Partidos deberían prestar alguna atención.

  -  Estas cosas pasan porque las élites dirigentes han perdido su capacidad de liderazgo y están más atentos a repartirse las migajas del poder que a las líneas de fuerza que mueven el mundo. Todo puede triturarse y esquilmarse, menos el coto de privilegios en el que medran los unos y los otros. El "y tú más", cantinela insoportable, deja de oírse si alguien osa hablar del número de cargos públicos, de sus sueldos, de sus privilegios exorbitantes que ellos mismos se fijan, de la convicción de unos y otros (esto es lo más grave) de que sus votantes son absoluta, completa y sempiternamente imbéciles y que les seguirán votando hagan lo que hagan por que "los otros son iguales o peores y encima no son de los nuestros". Cuando asoma la amenaza que pone en riesgo sus sinecuras, todos hacen piña, aplazan sus diferencias y, por si acaso, se enzarzan en asuntos estrafalarios que enmarañan el panorama y distraen al personal.

  -  La Justicia es lenta, ineficaz y caprichosa, claro que sí, pero ¿desde hace cuántas legislaturas nadie inyecta recursos imprescindibles para que la Judicatura pueda cumplir con su fundamental función de control de la legalidad? ¿Y quién se ha tomado la molestia de legislar de acuerdo con el sentir de la ciudadanía, incluso cuando se trata de regular a la propia Justicia? ¿El sentir de la ciudadanía? Bastante tenemos con que nos dejen votar cada cuatro años. Un día cada 1.465, contando los bisiestos, y creen que creemos que eso es suficiente.

  -  Hablan, hablan y hablan pero ¿Quién hace algo?  ¿Alguien ha hecho la cuenta del ahorro que supondría  reducir a la mitad el número de Senadores (o de suprimir el Senado), de parlamentarios, de concejalías y consejerías autonómicas, y de coches oficiales,  y de asesores sin más mérito que haber ingresado en el Partido que sea cuando fracasaron en otros intentos de ganarse la vida trabajando, y televisiones públicas, autonómicas o municipales, y de acabar con sinecuras inadmisibles como pensiones de la Seguridad Social distintas a las del resto de la ciudadanía, y tantas otras que conocemos no por los grandes rotativos, por cierto, sino por las redes sociales? ¿Cuántos millones de Euros habríamos necesitado de Europa si todo esto y más se hubiera resuelto hace diez, veinte años? ¿Por qué hay que salvar al Banco que se gestionó mal y no al pequeño industrial que se ahoga porque se le cortó el flujo de los créditos? ¿Cuándo ingresarán en la cárcel los primeros cien corruptos?, ¿O el primero de ellos, aunque sólo sea para darle gusto al personal? ¿Cómo tienen la desvergüenza, los unos y los otros de echarse la culpa, si cualquiera de los dos podría haber resuelto casi todo durante sus mandatos sucesivos? ¿Cuándo pondrán por delante, en definitiva, los intereses de España que los suyos propios? Una vez más: me encorajina que me tomen por estúpido.

  -  Cortinas de humo. Por enésima vez: no somos subnormales. Parafraseando a León Felipe, nos duermen con cuentos. Pero no somos niños. Dejen de jugar a saber quién lo hace peor. No nos engañan. Sabemos que ustedes saben que "hoy por ti y mañana por mí. Hoy sacamos nosotros lo de Peláez y vosotros pasado mañana lo de Chumilla" y mientras tanto, la ciudadanía pagando sus despilfarros. Póngase a trabajar , extirpen sus tumores cancerígenos que conocen mejor que nadie, pidan perdón, y cumplan con su deber. y tengan claro, que ni siquiera tenemos que agradecérselo porque no hay ningún Ministro que haya tenido que ser conducido a su despacho por la Guardia Civil. Si no les gusta el panorama, váyanse al campo, que la agricultura y la ganadería están necesitando mano de obra sin cualificar, o sea, la suya. Ahí, ¿ven ustedes? no es necesario saber inglés.

  -  Hay un riesgo enorme y, en este caso, me gustaría pensar que no para España sino para las bandas de incompetentes que dicen ser nuestros representantes: nos toman por imbéciles a nosotros que les hemos dado el poder con nuestros votos. Y lo cierto, lo indudable, es que podemos retirárselo. Está en nuestras manos; sólo falta organizarse un poco. No sería la primera vez en la Historia que ocurriera algo parecido. Está en los escritos que, por supuesto, ni unos ni otros leen, entre otras cosas, porque algunos textos no están en castellano y, por extraño que parezca, nuestros próceres políticos no entienden mucho de lenguas. Como si fueran nacidos en el XVII, cuando quienes tenían que aprender idiomas eran los demás, porque éramos, o nos creíamos, los dueños del mundo.

  - Los voceros de la clase política ríen cuando conocen los resultados de las últimas elecciones italianas. ¿De verdad hay que escandalizarse, precisamente en España? "Un centro izquierdista desfasado, un demagogo populista erotómano compulsivo, y un payaso". ¿Por qué no imaginan el resultado de las próximas elecciones generales en España? ¿Qué creen que puede ocurrir si leen críticamente los resultados de las últimas encuestas del CIS?

    Mis disculpas a los lectores. Me salió larga la diatriba. Hay días que uno no está del mejor de los humores.

 
 


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