De aquí y de allá

 

 

El encierro de "LA MAESTRA".

 

Desde hace décadas, los Gobiernos mexicanos han venido dedicando recursos ingentes a la educación. Los resultados, no obstante, han sido frustrantes.

 

Buena parte de la culpa de esta maldición hay que cargarla en la cuenta de Elba Esther Gordillo, "La Maestra", líder del Sindicatos de Maestros, el más grande de América, con más de un millón de afiliados.

 

Nepotismo, despilfarro, opacidad, malversación, saqueo de los fondos del Sindicato, pero, por encima de todo, capacidad para amedrentar a cuantos Gobiernos han ido coincidiendo con "La Maestra".

 

Peña Nieto la ha encarcelado. La conmoción en el país recuerda lo acontecido cuando Salinas de Gortari hizo lo mismo con "La Quina", el líder del Sindicato de Pémex. El cataclismo fue tal, que hasta Héctor Aguilar Camín escribió una novela, "Morir en el golfo" relatando el caso.

 

Ahora, la primera sorpresa es que nadie esperaba una acción tan contundente del joven Presidente. Parece que Peña Nieto es algo más que una creación de Televisa. El futuro de la educación en México ha comenzado. Enhorabuena.

 

 

El embrollo de las escuchas ilegales en Cataluña.

 

De lo leído y oído hasta ahora, parece deducirse que en Cataluña los partidos espían a sus contrarios. Se dice que esto lo sabía todo el mundo y que la Agencia encargada de estos menesteres, no sólo era conocida sino que, en sus ratos libres, espiaba también a futbolistas del Barça. El asunto ha llegado a los Juzgados.

 

Por menos de lo que se ha descubierto hasta ahora, cayó Nixon. Extraños estos gringos ¿verdad? Ya verán como aquí la cosa se resuelve de otra manera y, desde luego, dentro de varios años.

 

¿Recuerdan el escándalo de la Lockheed? La compañía pagó comisiones ilegales por medio mundo a gente influyente que podía ayudar a colocar sus aviones de combate. No recuerdo lo que pasó en todos los países, pero sí que en Japón el asunto acabó con el Ministro de Defensa, en Bélgica, se implicó al marido de la Reina ¿Y en España? Acabaron deteniendo a un Comandante.

 

¿Quién y cuándo pagará los platos rotos de las escuchas ilegales?