Fuera del tiesto (4ª entrega)
¿Será la Banca una ONG?
Hace bastantes siglos, alguien inventó un negocio cuyas bases eran sencillas: pedía dinero prestado que remuneraba a bajo interés; ese mismo dinero, él, a su vez, lo prestaba a interés mayor y vivía con la diferencia entre lo que pagaba y lo que cobraba. No siempre el diferencial entre unos y otros intereses debió de ser honorable, cuando la Santa Madre Iglesía consideró pecado la usura, pero, mal que bien, la idea funcionaba y hasta podría decirse que fue una pieza clave en el desarrollo de la Economía del mundo mundial.
Pasó el tiempo y los bancos llegaron a prestar dinero a los Soberanos de los países donde estaban domiciliados. Es decir: empezaron a estar en condiciones de decirle al deudor qué es lo que tenía que hacer. Alguna vez el negocio les salió regular, porque el Gobernante, molesto porque le reclamaran la deuda y no tenía con qué saldarla, apiolaba al acreedor, lo expulsaba de su territorio, o, si estaba de buenas, se limitaba a requisarle sus dineros. Riesgos del oficio.
Otros cuantos siglos más y la Banca (ya no se hablaba de los bancos, sino de la Banca, que es como más abstracto, más imponente) dominaba por completo la Economía, y, por tanto, la Política. Es el momento de introducir algunos cambios. Primero deja de pagar intereses por los préstamos que le hacen sus clientes: La Banca es un Servicio Público y los Servicios se pagan. Además, ya no se trata de fabricar nada, actividad sucia, ruidosa y llena de obreros protestones, sino de manejar productos financieros, cada vez más enrevesados, incomprensibles para 99 de cada 100 contribuyentes, que trataban de crear la certeza de que se había descubierto el movimiento contínuo.
Y de pronto, todo se viene abajo como un castillo de naipes. El movimiento continuo no existe, los productos financieros, examinados en frío son, nada más, el timo de la pirámide, inventado en tiempos de Asurbanipal y cambiado de nombre cada generación. la riqueza se evapora, los Bancos (cuando las cosas van mal, se deja de hablar de La Banca y vuelve a hablarse de Bancos buenos y malos) están al borde del precipicio. ¿Qué se puede hacer?
La última vez que pasó algo parecido, en la crisis del 29, los banqueros que quebraban escribían una carta pidiendo perdón y después, avergonzados, se levantaban la tapa de los sesos de un disparo, o se tiraban por la vcentana desde el último piso de su sede. Muy mal: en el primer caso, ponían perdidas de sangre las cortinas, y en el segundo, podían abollar la carrocería del coche de un cliente del Banco.
¿Por tanto? Con pequeñas variantes, que lo de ahora afecta a la mayoría de los países:
1º.- La culpa de todo la tiene el Gobierno anterior, no importa de qué color sean el saliente y el entrante. Entiéndase bien: no los Bancos que mandaban sobre el Gobierno anterior, sino el Gobierno anterior, no importa cuál fuera.
2º.- Descartado lo de suicidarse, que además de lo ya dicho produce un efecto desmoralizador en la ciudadanía, se encarga a los Gobiernos la tarea de explicarle a sus votantes, que la única solución es hacer lo que sea para evitar la ruina de la banca, porque eso es lo peor. Lo que sea, con una excepción: reducir los privilegios de la casta gobernante. Por cierto, salvo La Banca, cualquier otro tipo de empresa, sí puede quebrar.
3º.- Así que se equivocan los banqueros (lo de equivocarse no es más que una forma de hablar), pagan los ciudadanos y los Gobiernos se autofelicitan del éxito de su gestión, basada en los siguientes principios:
- Sobran funcionarios (no políticos, funcionarios) debe de haber menos y pagarles menos. (No se explica que se toma por funcionarios a personajillos afines al Partido que toque, colados por la puerta de atrás del Estado)
- Los trabajadores trabajan poco y ganan demasiado: Más horas de trabajo, menos currantes y menos sueldo (la regla, como es natural, no se aplica a los Ejecutivos, los pobres, con el trabajazo y las responsabilidades que tienen).
- Los Sindicatos son un peligro público. ¿Quién los necesita? ¡Cuánto mejor que obreros y empresarios se entiendan directamente, de buena fe, sin intermediarios maliciosos, como en los buenos tiempos de la Primera Revolución Industrial.
- Este País (el que toque, no hablo de ninguno en particular) no puede permitirse el lujo de una sanidad universal y gratuita, ni de una Enseñanza Pública, ni de un sistema de pensiones propio de un Estadoi rico, ni unas protecciones sociales que, al final, sólo sirven para abonar la vagancia y la falta de estímulo.
- El Estado (representado precisamente por los que así hablan, que podrían por tanto hacer algo para remediarlo) es un mal gestor que sólo sirve para perder dinero, así que lo mejor es darle el negocio a los particulares. Todos perderemos menos y algunos (que además son amigos) ganarán más.
- La corrupción existe, y es malísima, pero siempre es cosa del otro.
- Sobran funcionarios (no políticos, funcionarios) debe de haber menos y pagarles menos. (No se explica que se toma por funcionarios a personajillos afines al Partido que toque, colados por la puerta de atrás del Estado)
- Los trabajadores trabajan poco y ganan demasiado: Más horas de trabajo, menos currantes y menos sueldo (la regla, como es natural, no se aplica a los Ejecutivos, los pobres, con el trabajazo y las responsabilidades que tienen).
- Los Sindicatos son un peligro público. ¿Quién los necesita? ¡Cuánto mejor que obreros y empresarios se entiendan directamente, de buena fe, sin intermediarios maliciosos, como en los buenos tiempos de la Primera Revolución Industrial.
- Este País (el que toque, no hablo de ninguno en particular) no puede permitirse el lujo de una sanidad universal y gratuita, ni de una Enseñanza Pública, ni de un sistema de pensiones propio de un Estadoi rico, ni unas protecciones sociales que, al final, sólo sirven para abonar la vagancia y la falta de estímulo.
- El Estado (representado precisamente por los que así hablan, que podrían por tanto hacer algo para remediarlo) es un mal gestor que sólo sirve para perder dinero, así que lo mejor es darle el negocio a los particulares. Todos perderemos menos y algunos (que además son amigos) ganarán más.
- La corrupción existe, y es malísima, pero siempre es cosa del otro.
4º.- De vez en cuando y como excepción, se encarcela a alguien. Alguien como Madoff que no se le ocurrió mejor cosa que estafar a los ricos, es decir, a Bancos y Gobernantes.
5º.- Última vuelta de rosca: el caso chipriota. La Banca de Chipre, amparada en unas normas dictadas por su Gobierno, corría desbocada al desastre, sostenida por listos que veían normales rentabilidadesa del 10 % cuando nadie era capaz de sobrepasar el 4.
Estalla la crisis y ¿de dónde sacar el dinero? De los depósitos de los clientes que se los han prestado a los Bancos para que estos, a su vez, los manejen a su antojo. Vean que no hablo de los accionistas, es decir, de los dueños del Banco, sino de los depositarios, o sea, de los clientes.
Por cierto: los depósitos son el ahorro generado después de pagar los impuestos. O sea: usted gana cien, se le llevan 40 en impuestos, mete lo que le sobre despues de comer, vivir, etc, en el banco y a ese sobrante, ahora que lo tienen a mano, le vuelven a quitar el 20 o, dicen, hasta el 50 %. ¿Qué nombre se le ocurre para esta operación?
Estalla la crisis y ¿de dónde sacar el dinero? De los depósitos de los clientes que se los han prestado a los Bancos para que estos, a su vez, los manejen a su antojo. Vean que no hablo de los accionistas, es decir, de los dueños del Banco, sino de los depositarios, o sea, de los clientes.
Por cierto: los depósitos son el ahorro generado después de pagar los impuestos. O sea: usted gana cien, se le llevan 40 en impuestos, mete lo que le sobre despues de comer, vivir, etc, en el banco y a ese sobrante, ahora que lo tienen a mano, le vuelven a quitar el 20 o, dicen, hasta el 50 %. ¿Qué nombre se le ocurre para esta operación?
MORALEJAS:
1ª.- Cuando pase la crisis, que pasará aunque lleve su tiempo ¿qué tal si dejamos nuestros dineros debajo de una baldosa? Todo será que las medidas antisiguientecrisis consistan en confiscar las baldosas.
2ª.- En la próxima, que os pillen siendo banqueros o políticos: son las dos familias que siempre salen con bien. (En realidad los políticos son los parientes pobres de la misma familia)
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