lunes, 24 de agosto de 2015

Los Países Catalanes
 
(Pensé que era una broma, lo juro)
 
En qué manos está nuestro futuro.
 
Como digo, pensé que era una broma. Caía la tarde, con la televisión encendida consultaba algo en el teléfono, y de pronto oigo a alguien que, desde la pantalla, propone extender la ciudadanía de la República Catalana (ya se ha conseguido la independencia, por descontado) a una franja del Sur de Francia, parte de Aragón, la costa levantina y las Islas Baleares. "Lo que en la Edad Media era Cataluña".
 
Asombrado por lo que oía, doy por supuesto que se trata de algún programa de humor. Pienso que un cómico está tratando de caricaturizar a algún político catalán, variante independentista fundamentalista. Alguno de esos que tergiversan la Historia a su conveniencia, práctica, por otra parte, con muchos Siglos a sus espaldas en todas las latitudes.
 
Estaba equivocado. No era ningún programa de humor; nadie ridiculizaba a nadie; más bien alguien, él solito, se ponía en ridículo en horas de máxima audiencia; durante el telediario, para ser precisos. ¡Y ese alguien, era nada menos que el Consejero de Justicia de la Generalidad de Cataluña! (Un inciso: sé que Consejero, Generalidad e, incluso Cataluña, se escriben de otra forma en catalán. Pero, como es obvio, estoy escribiendo en castellano, y utilizo el vocabulario castellano. No se me ocurriría, por ejemplo, hablar de Counselor, Justice o England, si el post se refiriera a Inglaterra ¿estamos?) 
 
Y fue en ese momento cuando pensé en qué futuro puede esperarnos si puestos de responsabilidad los ocupan irresponsables.
 
Despropósitos encadenados ¿Y si negamos la mayor?
 
¿Existieron alguna vez "Els Paisos Catalans"?
 
No, desde mi personal punto de vista. No, al menos, como sujeto político identificable, por un territorio y una organización jurídico-política. Equiparar lengua y Estado es una aberración que llevaría, por ejemplo, por un lado a dividir Suiza en cuatro (cuatro, no tres) Estados y a Bélgica en dos, y por otro a restablecer el imperio español, o el británico.
 
Si el momento de máxima expansión a estos efectos se establece durante el reinado de Jaime I de Aragón, llamado El Conquistador (dejo al libre criterio del Consejero de Justicia apelar al Monarca como mejor le cuadre) hay que recordar que Jaime I, nacido en Montpellier, conquistó para su Corona, la de Aragón, Valencia y las Islas Baleares. Cataluña ya formaba parte de la Corona de Aragón (condados de Barcelona y de Urgel) y los lazos familiares le añadieron parte del Sureste francés.
 
¿Fue Jaime I de Aragón Rey de Cataluña? Por supuesto que sí; como Felipe VI lo es de Zamora, pero ni eso convierte a Zamora en un Reino, ni lo primero a Cataluña. O sea que ser Rey de un lugarejo, no le convierte en Reino. 
 
No obstante, para agotar el argumentario contrario a las salidas de tono de gentes que se ganan la vida inflamando espíritus crédulos, admitamos a los meros efectos dialécticos la existencia remota de esa entelequia de Los Países Catalanes (filfa perteneciente a la política ficción nacida hace muy poco tiempo), y veamos dónde puede llevarnos la aplicación de la peregrina teoría del Consejero de Justicia del Gobierno del Señor Mas.
 
¿Y si en todas partes se aplicara la teoría del Consejero?
 
Me ha extrañado mucho que, puestos a reivindicar, no se hayan tenido en cuenta las conquistas territoriales de los Almogávares. Fueron efímeras, pero importantes. ¿Por qué no incluir Bizancio en el futuro esplendoroso de la República catalana?
 
Pues resultaría que la nueva nación (supongo que seguiría llamándose Cataluña) duraría menos que un suspiro, porque:
 
-  Aragón podría reclamar la totalidad del territorio de la Nueva Cataluña porque antes fue suya.
-  Eso no resuelve la cuestión, porque inmediatamente después Damasco tendría derecho a exigir la integración de la totalidad de la Península Ibérica, salvo un rinconcito en Asturias, como parte de su Califato.
- Poco tiempo les duraría la alegría a los damascenos, porque desde Toulouse se podría advertir a los del Califato de que toda la Península, salvo el cuadrante Noroeste, les pertenecía en cuanto que herederos de los Visigodos.
- Que, a su vez, tendrían que renunciar a sus pretensiones de dominio en favor de la ciudad de Roma. ¿O es que el Imperio Romano no es anterior a Los Países Catalanes?
- Cuando Túnez se enterara de la pretensión romana, se apresuraría a reclamar la soberanía del Levante español, como legítimos continuadores del Imperio Cartaginés antes de la invasión de lasas Legiones Romanas.
- Quizás Líbano, donde estuvo la Sede de Fenicia pudiera reclamar parte de la Costa Brava y Atenas, si fuera capaz de localizar la totalidad de sus colonias mediterráneas, tal vez reclamara su parte del pastel.
 
En resumen:
 
- Si cada cual se empeña en reclamar lo que un día cree que fue suyo, sin caer en la cuenta de que el paso del tiempo desvirtúa, incluso, el concepto de Nación, el mundo entraría en una fase de guerras de todos contra todos que dejarían la Guerra de los 100 años en una escaramuza de fin de semana.
 
 -  Sigo teniendo mis dudas de que el Consejero hablara en serio. Si así fuera, habría que preguntarle al que le nombró y aún no la cesado, si comulga con semejantes ruedas de molino y cómo espera ganarse el aplauso de valencianos, baleares, aragoneses y franceses del Sur.
 
Es de agradecer que estas cosas se digan antes de las Elecciones. Así cada votante puede formarse su composición de lugar y saber a quién votar y a quién no.

- Y mientras tanto ¿Quién recuerda las gravísimas acusaciones de corrupción que pesan sobre el Clan Pujol?
 


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