sábado, 27 de marzo de 2021

 Guía para elecciones en tiempos de pandemia


Nunca des un consejo

¡Y menos si te lo piden! Algo que, por fortuna, no ocurre en este caso. Nadie me ha pedido que vaya por ahí impartiendo doctrina respecto a cómo debería comportarse en el próximo proceso electoral madrileño. 

Ocurre con los consejos como con la poco aconsejable práctica de hacer favores, que acaban concitando los rencores de quien los recibe. Pese a todo, o quizás porque, ya digo, nadie me los ha pedido, quiero dejar escritas las recomendaciones que han de guiarme en este proceso que ya ha comenzado: la carrera por ocupar la Presidencia de la Comunidad madrileña. 

Solo eso, por cierto: Madrid es importante, pero no es España. Así que lo que aquí deberíamos jugarnos sería nada más que la gobernación de una Comunidad Autónoma. 

Lo que ocurre es que, nos guste o no, es bastante más: es la primera de las batallas por la configuración del tablero político del país.

Qué podemos hacer 

Tal vez no sea el mejor momento para afrontar este trance. No es preciso listar las cuestiones importantes pendientes de solución y lo conveniente que sería para el bien de la ciudadanía, trabajar codo con codo los de aquí y los de más allá, pero es una reflexión sin valor alguno, porque las elecciones ya están convocadas.

Sin embargo, permítanme que les diga un par de cosas:

  • La convocatoria anticipada de elecciones es una alternativa regulada minuciosamente tanto si se trata de elecciones generales como autonómicas. En el caso de Madrid, como en el resto, es una facultad exclusiva de quien ocupe la Presidencia de la Comunidad.
  • Con la pintoresca excepción de Leopoldo Calvo Sotelo que adelantó elecciones sabiendo que iba a perderlas, lo habitual, aquí y en cualquier país que lo tenga admitido, es que las elecciones se adelanten cuando quien lo hace espera salir ganando con la maniobra. ¿Oportunismo político? Sin duda alguna, pero legal y legítimo. Tanto como plantear una moción de censura para remover un Gobierno. Luego, unas veces se acierta y otras no.  

Así que volviendo atrás, lo único que nos cabe a los votantes es decidir si votamos por unos o por otros, si votamos en blanco, o si nos abstenemos. Desde mi punto de vista, como las tres posibilidades están previstas por la Ley, tan legítimo es hacer una cosa como la contraria. En nuestro país, el voto es un derecho, no una obligación.

Cuestión distinta es a quién beneficia la abstención. Nadie puede saberlo a ciencia cierta, así que prefiero decirlo al contrario: 

  • Votar es un aval, un refuerzo del sistema democrático, una garantía de que va a gobernarnos quien tiene suficiente respaldo popular.
  • Solo si voto tendré razones para escandalizarme de lo que hace o deja de hacer el que llegó al poder con mi ayuda.  

No haga caso de lo que no pueda verificar por usted mismo

No estamos en campaña, pero ya ha empezado. Vamos a ser bombardeados de la mañana a la noche por quienes quizás luego se olviden de nosotros, pero ahora nos necesitan porque, por un momento, dependen de nuestra papeleta. Así que no está de más saber a qué atenernos.

Haga usted lo que le parezca, pero, por si le ayuda, estas serán mis precauciones:

  • Procuraré no dejarme influir por los lemas de campaña. Son meros reclamos publicitarios. No más de cuatro palabras que pretenderán secuestrar mi voto. Ni un solo problema de los que ahora me agobian podrá ser resuelto por la elección más o menos afortunada de una frase.
  • Lo mismo digo de la propaganda electoral: fuego graneado que parte de la idea de que conseguir mi voto es tan sencillo, o tan difícil, como lograr que en época de rebajas visite ese Gran Almacén y no su rival.
  • Claro que leeré las encuestas. Y podré verificar que no habrá dos iguales, que las que vienen en ese diario siempre dan ganadora a la izquierda, y las de ese otro, a la derecha. Y que es más que posible que no acierte ninguna.
  • Trataré de proteger mi salud anímica del ataque insidioso de las nuevas armas. Por ejemplo, de la propaganda que llegará a mi teléfono de la mano de algún remitido. Son trabajos pagados, encomendados a empresas especializadas en la intoxicación, la manipulación y la puesta en circulación de mentiras, medias verdades o invenciones maliciosas. Prefiero borrarlos a tomarme la molestia de ir verificándolos uno a uno. En todos los casos, interrumpiré la cadena.
  • Me sentaré ante la pantalla y veré algún debate electoral. Será más útil que lo dicho hasta ahora, siempre que sea capaz de filtrar forma y contenido, de distinguir oratoria y programa, de no dejarme influir por la capacidad de arrastre de una personalidad atractiva, porque no debo olvidar que estoy tratando de elegir un gestor, un gobernante, no un presentador o un sacamuelas.
  • Tendré que sacar tiempo de donde proceda, pero si reduzco el abanico de mis preferencias a un par de opciones, tres a lo sumo, examinaré los programas de los Partidos entre los que dudo. Sé que al final cumplirán solo una parte de lo que se proponen, pero incluso así, las diferencias serán significativas.

Los candidatos

Me pregunto quiénes son, y creo que valdrá la pena llegar a tener una idea de las siguientes cuestiones

  • ¿De dónde han salido? O sea ¿qué hacían antes de presentarse a estas elecciones? O, mejor aún ¿qué hacían antes de meterse en política?
  • No recuerdo a ninguno que sea candidato como primer paso en el resbaladizo terreno de la política, así que ¿por qué no tratar de averiguar qué ha hecho hasta ahora en sus Partidos? ¿Cuáles han sido sus logros? ¿Con quién se han juntado? (Recuerden aquello de "dime con andas y te diré quién eres").
  • Lo que sepamos de estas dos preguntas contestan a la tercera: ¿Qué se juega esa candidato, aquél de allí o éste de acá si no sale elegido? Porque a lo mejor o a lo peor es una cuestión vital para él pero no tanto para usted.
  • Luego, volveré a mis conclusiones, las que elaboré tras examinar los programas, porque los candidatos son importantes, mucho, pero bastante más las ideas básicas de su Partido y el programa que tratan de aplicar.

No se lo tome demasiado en serio

No nos estamos jugando la vida, ni la supervivencia de Madrid, ni la de España, ni el futuro de la civilización cristiana occidental; ni siquiera "la campaña de verano". 

Eso es lo que unos y otros tratarán de meterle en la cabeza, que su voto va a decidir el destino de la humanidad. Mentira. Nada de eso: es una simple elección a presidir una de las diecisiete Comunidades Autónomas. De hecho, las particularidades de la normativa madrileña, dan al resultado de este proceso una vida muy corta: lo que falta para terminar el actual mandato. Dos años mal contados.

Así que no se agobie. Más bien recuerde:

  • No busque respuestas absolutas porque no las hay: ninguno de los programas de los Partidos que se presentan coincide exactamente con sus ideas, porque no lo ha hecho usted, así que tendrá que elegir por aproximación, entre el que más cerca esté de sus ideas y el que menos lejos se encuentre de su forma de ver la vida.
  • Ningún político podrá hacer todo lo que promete, aun que lo intentara. Parte de las promesas solo tratan de atraer su voto, porque creen que es lo que usted quiere oír; otras son, sencillamente, imposibles de cumplir, y quizás ni ellos lo sepan.
  • No se deje engañar por los cambios de rumbo: los Partidos cambian menos de lo que tratan de aparentar, porque, aunque lo pretendan, responden a un electorado buena parte del cual es fijo, fiel e inasequible a los cambios profundos: ese Partido siempre defenderá lo público frente a lo privado, y ese otro hará lo contrario, porque ambos están para eso. Como dicen por Canarias "el que nace barrigón, ni que lo fajen chiquito".

Permítanme que vuelva sobre la cuestión de los lemas de campaña porque tiene bastante más enjundia que la que le he dedicado hasta ahora.

Pensemos, por ejemplo en "Comunismo o libertad": claro, diáfano, sencillo de interpretar, asequible para la inmensa mayoría de los votantes. Perfecto como título de un ensayo de 500 páginas donde quepan todos los matices: qué es la libertad, qué ha sido y es el comunismo, cómo interrelacionan ambos conceptos, etc., etc. 

Como lema de campaña, no busca, ni puede conseguir nada de eso. 

  • Lo que el lema pretende es convencerle de que usted solo tiene dos opciones de voto: La autora de la ocurrencia o el comunismo. Pero no es así.
  • Usted y yo sabemos que no todo lo que hay a la izquierda del PP es comunismo ¿verdad? Luego las elecciones del 4 de abril no se reducen a votar Ayuso o Iglesias. ¿O Ciudadanos, PSOE y Más Madrid son todo comunismo?
  • Déle la vuelta al lema: "Fascismo o libertad". Igual de claro, de sencillo, de compresible… E igual de falso, porque el fascismo no empieza a la derecha de Unidas Podemos ¿O Más Madrid, PSOE, Ciudadanos son Fascismo? ¿O lo es el PP? ¿Y Si Vox tampoco lo fuera? Además de Iglesias y Ayuso hay más opciones.
  • Por tanto, vote lo que le venga en gana. Pero las ganas de usted, no de quien vive deparar frases.

Tampoco es para tanto, pero…

  • Lo que dos de los candidatos del ejemplo pretenden es convencernos de que solo hay dos opciones. Esa polarización les beneficia a ellos, por eso tratan de acaparar la atención, pero perjudica a todos los demás y daña la convivencia entre los madrileños. No podemos caer en trampas tan burdas.
  • Última recomendación: si se equivoca, tira su voto o ayuda a que gane quien menos hubiera deseado, no se angustie, porque antes de dos años tendrá tiempo de rectificar. No hay mal que cien años dure.

sábado, 20 de marzo de 2021

 Tambores lejanos


No teníamos nada pendiente

¿Alguien podría haber pensado que España se aburría, que nadábamos en la abundancia y vegetábamos entre bostezos y por eso valía la pena hacer algo para distraernos?

¿Había ya consenso sobre cómo distribuir los dineros que habrían de venir de Europa?

¿Teníamos vencida la pandemia, vacunada a la población, recuperadas las industrias, reincorporados al trabajo nuestros trabajadores?

¿Se aburrían en sus escaños Diputados y Senadores? ¿Había cordialidad entre Gobierno y oposición? ¿Se habían reducido las listas de espera de la SS y los Tribunales estaban mano sobre mano?

¿No? Entonces ¿a quién se le ha ocurrido destapar ahora la Caja de Pandora? El esperpento murciano no hay por dónde cogerlo; la reacción de la Presidenta madrileña no es posible calificarla de acción preventiva; la imprudencia de Ciudadanos en el momento más crítico de su existencia podría terminar siendo la crónica de un suicidio; la falta de perspicacia de la dirección socialista avalando  el envite murciano es cualquier cosa menos prudente; y, para guinda del pastel, el viaje a ninguna parte del Profesor Iglesias parece el penúltimo desatino de un obseso de la notoriedad que se aburría en su despacho.


Doña Isabel entra en combate

La Doña es muy dueña de asegurarnos que lo suyo ha sido legítima defensa porque sus dotes adivinatorias la habían avisado de lo que iba a ocurrir si ella no lo remediaba. Creo que sus razones son otras. Mucho más serias, por cierto, pero, otras.

La sorpresa fue evidente; el efecto de su convocatoria dejó descolados a sus oponentes, pero ese efecto es pasajero: falta demasiado tiempo como para que la cara de bobo que se le pudo quedar a más de uno mueva votos a favor o en contra.

Las cuentas de Dª Isabel son optimistas, y pueden salirle bien, pero solo si todos los condicionales se resuelven a su favor:

  • Si la abstención no la penaliza… Mi impresión es que la entrada en liza del Profesor Iglesias será un revulsivo: votarán muchos de sus seguidores que antes se abstuvieron, y otros que no pueden verlo ni en pintura y tampoco lo hicieron antes. Creo que la participación será alta y el incremento de votos se repartirá entre más de un candidato.
  • Si Ciudadanos se va por el desagüe… Cosa que es más que probable que ocurra, porque las posibilidades de supervivencia del Partido que pudo reinar con Rivera son escasas. Sí, pero los votos que pierda Inés Arrimadas, unos no valdrán para nadie porque serán abstenciones, otros se irán con el PP, pero tampoco faltarán los que nieguen el apoyo a quien con tan poco tacto los está tratando. Alguno acabará en Vox, otros en el PSOE y no faltará quien siga a siendo fiel a sus siglas, así que dudo que la cosecha de esa huerta sea como para atribuirse, sin más, los 26 escaños que ahora tiene Ciudadanos
  • Si la izquierda se hunde… Cierto, si eso pasa, gana la derecha, pero ¿va a ocurrir? ¿Y si el efecto Iglesias sostiene a Unidas Podemos, e, incluso como efecto rebote, incrementa los apoyos a PSOE y a Más Madrid? Soy de los que creen que el aversión a Pablo Iglesias es interclasista; no es patrimonio de la derecha, así que bien pudiera ser que el resultado de la extemporánea "espantá" del Profesor, acarreara la consolidación de las alternativas de izquierda menos radicales. Si así fuera, poco se beneficiaría de ello Dª Isabel. 

Si partimos del presente, la derecha (PP+C’s+Vox) suma 68 escaños. Uno más de los necesarios para la mayoría absoluta. Damos por supuesto que Ciudadanos va camino del despeñadero. Para que las cuentas cuadren al gusto de la Srª Ayuso, gobernar en solitario, es preciso que Vox no le gane terreno, que todos los votos, todos, los de Ciudadanos se vuelquen a su favor, y que la izquierda sufra otro descalabro del que el PP también recaude votos. 

La cuestión no es cuántos votos de Ciudadanos podrá rebañar, sino cuántos podrá arrebatarle a la izquierda, porque puestos a pensar en términos de bloques, las cosas no han cambiado tanto, salvo la incógnita de predecir qué pasará con el caladero de Inés Arrimadas.

Si al caso viniera, si los resultados globales izquierda/derecha se repitieran tendría que gobernar con el apoyo Vox. Es un hecho que para la formación de Abascal, la Srª Ayuso es tan presentable que hasta creo que le tienen guardado sitio en la mesa, por si acaso. No haría demasiado feliz a Casado, pero si ocurre no tendrá más remedio que hacer como que la bendice.


Pedro Sánchez medita

Igual está tratando de averiguar quién se equivocó en Murcia, cuestión nada fácil que los fracasos no suelen tener padre, o ha mirado el calendario y sabe que las cosas están pasando tan deprisa que a lo mejor esperar un fin de semana permite ver cómo otro jugador se queda fuera de la partida.

No creo que le haya gustado enterarse tan tarde de la fuga de su Vicepresidente pero pasado el sofoco habrá respirado: a enemigo que huye, puente de plata. Remodelación del Gobierno, más pantalla para Nadia Calviño, y Pablo Iglesias fuera de La Moncloa, en la Asamblea de Madrid hasta que también se aburra y decida irse a adoctrinar pingüinos a la Antártida.

Sánchez podría cambiar de candidato en Madrid pero ¿para qué? Es posible que con la campaña que se avecina, insultos, pedradas dialécticas, bulos, oradores encolerizados, infamias a cuatro bandas, el elector agradezca la apacible serenidad de Ángel Gabilondo. 

En todo caso, debería dar por descontados los eventuales acuerdos post electorales con Más Madrid y, posiblemente, con los restos de Ciudadanos si se aviniera a dejar fuera de la componenda a Iglesias, a Isa Serra y a quien vaya detrás de ellos. 

Así las cosas, si admitimos que Más Madrid va a sufrir poco y que lo que pierda no va a ir al bloque de la derecha, la verdadera incógnita es la misma que se plantea a Isabel Díaz Ayuso: cuántos de los votos de Ciudadanos podrán volverse a favor de PSOE, ya sean como voto directo, o por apoyo post electoral.

Por cierto, una llamada de atención sobre algo que con tanta escandalera ha pasado inadvertido: Bildu amenaza con tomar medidas si el Gobierno se derechiza. Por lo visto, dada la fuga del Profesor, Otegi aspira a constituirse en guardián de las esencias izquierdistas de una España en la que no cree.  No es como Rufián al que lo único que le preocupa es por qué el PSOE se empeña en que a los fugados catalanes los juzguen Tribunales Españoles.


El gato escaldado que huye del agua fría

¿Así que Don Pablo había soñado con aliarse con Íñigo Errejón? Va a resultar que los panegíricos que le dedican Echenique, Monedero o Mayoral son exagerados. ¿Y cómo pensaba repartirse los papeles? ¿Hay alguna duda de que Errejón sabe sumar, restar, multiplicar y dividir? Porque hoy, cuando aún no se ha dado la salida, Errejón cuenta con 20 Diputados e Iglesias con 7 ¿Ven a Don Pablo tercero en la lista de cualquier formación? ¿Suponen que el líder de Más Madrid cedería la cabecera de la lista a quien tiene la tercera parte de los apoyos que él?. 

El portazo ha sido tan monumental, que Errejón ni siquiera se ha dignado  abrir la boca. Por tercero interpuesto, se le ha hecho saber al estratega de Galapagar que primero se cuentan los votos y luego, ya veremos.

Así que si a don Pablo no le salen bien las cosas, igual no alcanza los escaños necesarios para tener grupo propio, igual se queda con su acta de Diputado e igual no puede volver a sentarse a la mesa con su antiguo colega de los tiempos felices de Vista Alegre I.


El día que Don Pablo Iglesias retó al destino

Vaya por delante mi reconocimiento al procedimiento utilizado por Iglesias: cambia de tercio y baja a la arena, pero empieza por anunciar que sale del Gobierno, lo que me da pie para dos comentarios:

  • Se trata de un político suficientemente sagaz como para saber que el puesto que ocupa en el Gobierno es una cosa y el Poder, otra. En Política tienes la fuerza que te dan las circunstancias que te pusieron donde estás. 
  • Lo hecho y lo dicho hasta ahora no es suficiente para despejar todas las dudas que suscitan la decisión. ¿Se está sacrificando por la causa, huye de una situación cada día más complicada o se trata de un rasgo de su carácter inestable? Lo cierto es  es que sólo es curiosidad, y sea cual sea la causa no afecta al fondo de la cuestión.  

La entrada en combate del líder de UP traerá consecuencias inevitables:

  • Tensionará la campaña, porque él mismo es munición electoral utilizable en ambos campos.
  • Reducirá la abstención. Se trata de un personaje que moviliza a los suyos y a sus enemigos. Unos irán a votar porque creen que se lo merece, y otros para que se vaya al infierno.
  • Más allá de estos dos hechos, tengo la impresión de que su numerito no alterará sustancialmente los resultados, al menos en términos de bloques.

No es más que un comentario tangencial sobre algo sin importancia ¿Por qué habla Casado, copiando a Aznar, que copiaba a Fraga, de "unir al centro derecha"? ¿Por qué esa reticencia de llamar derecha a la derecha? Si está planteando una OPA hostil a Ciudadanos, no hay centro que valga: es derecha y punto.

Es prematuro aventurar qué combinación gobernará Madrid (¿Díaz Ayuso, si tuviera que elegir preferirá mirar a su derecha o a su izquierda? ¿Y qué haría en esa tesitura Ciudadanos? ¿Preferirá Gabilondo buscar ayudas a su izquierda o estaría dispuesto a gobernar con Ciudadanos si le exige romper con Más Madrid y UP?) Quizás en una semana tengamos más datos.

Y para terminar

Permítanme la glosa a un comentario de la aspirante a musa de la derecha: "Si te llaman fascista es que estás en la lado correcto de la Historia". La Señora tiene derecho a expresarse libremente, a opinar cuál es el lado correcto y el incorrecto de la Historia y a compartir afanes e ilusiones con una plagiara convicta y confesa. Por mi parte, me limito a tomar nota de que Dª Isabel Díaz Ayuso sueña con compartir mesa y mantel con Benito Mussolini, Leon Degrelle, Adolfo Hitler, Ante Pavelic y otros genocidas de menor cuantía. En Vox han aplaudido su ocurrencia.

Como era de esperar, los que presentaron la moción de censura en Murcia y los que convencieron a los firmantes para cambiar de bando, han obrado por el bien de Murcia. Dª Isabel Díaz Ayuso ha actuado movida solo por el amor a Madrid y a los madrileños. Don Pablo, cuando anuncia su dimisión y su desembarco en el cacao electoral que se avecina, piensa nada más en la salvación de "la gente". Hay, pues unanimidad: todos dicen lo mismo y nadie les creemos.



















sábado, 13 de marzo de 2021

 Una Cuaresma movida

Las alas de la mariposa


Dicen que la interconexión cósmica llega a tal punto que el frágil aleteo de una mariposa en Cantón, puede ocasionar a largo plazo el derrumbamiento de la bolsa de valores en Wall Street. Es el "Efecto mariposa" . 

Dicho de otra forma, causas nimias pueden provocar hecatombes.


Así que la fallida moción de censura presentada por Ciudadanos y PSOE en la Región de Murcia, ya ha desencadenado no sólo un inicio de voladura controlada de Ciudadanos y el bochorno de los firmantes, sino la convocatoria de elecciones anticipadas en Madrid, salvo que los Tribunales resuelvan darle prioridad a las mociones de censura presentadas por PSOE y Más Madrid.

 

Como estrambotes del soneto murciano, también se ha inscrito una moción de censura contra el Gobierno de Castilla León, y hemos asistido a la soflama del Sr. Abascal en Murcia de sacando a la calle a la ciudadanía.


Hay quien dice que ha habido una segunda edición del famoso "Tamayazo" que elevó al Olimpo de los tramposos a Dª Esperanza Aguirre. Otros aventuran que García Egea, cual Fouché levantino, urdió una ingeniosa trampa en la que han entrado como pardillos socialistas y "arrimadistas". ¿Qué más da? A mí esta tragicomedia huertana me trae a las mientes los versos de Tomás de Iriarte:

"Tantas idas y venidas,

tantas vueltas y revueltas,

quiero amiga que me diga

¿son de alguna utilidad?


¿Y si nos tranquilizamos?


Digo, como paso previo para entender qué está pasando.

  • Que un Partido que forma parte de una coalición gobernante se alíe con otro que está en la oposición y presente una moción de censura para descabalgar a su socio, podrá ser sorprendente o inusual, desleal o justificado, insensato o razonable… Dependerá de unos antecedentes de los que la mayoría conocemos muy poco. En todo caso, es absolutamente legal.
  • Que los firmantes de ayer se desdigan hoy, puede ser muestra de muchas cosas; unas serán creíbles y otras no; unas serán lícitas y otras no. De lo que no me cabe duda es de que se trata de comportamientos que hay que explicar lo suficiente como para que no haya que retirar el saludo a los beneficiarios de la operación.
  • Que una Presidenta de Comunidad Autónoma, destituya a los Consejeros de su Gobierno que le parezca, podrá estar más o menos justificado, pero entra en el catálogo de sus prerrogativas. Si es paranoia, cálculo o error, ya se verá, pero es legal. Lo que le parezca a los cesados, es anecdótico.
  • Que otra vez tengan que ser los Tribunales los que les digan a los políticos lo que pueden o no pueden hacer, ya es una costumbre, porque parecen incapaces de valerse por sí mismos; porque son políticos, sí, pero la mayoría de las veces no valen para resolver los problemas políticos. Por cierto: los argumentos que avalaron en plena pandemia la celebración de las elecciones catalanas, siguen siendo válidos cuando benefician al contrario.

Hay otra cuestión que está en la mente de la mayoría de los ciudadanos, pero tratarla a fondo nos alejaría de lo que hoy nos ocupa: ¿En qué está pensando nuestra inefable clase política, en las acuciantes necesidades diarias de los españoles o en sus ridículas luchas para ocupar una poltronita cutre?


El incierto futuro


La pandemia sigue entre nosotros. No sabemos si saldremos de la tercera ola o si nos llegará la cuarta pasada la Semana Santa, si tendremos vacunas suficientes, si seguiremos convirtiendo Madrid en la tasca de Europa, ni cuántas empresas lograrán sobrevivir hasta que llegue el maná de la Unión Europea.

Muchos dudan cuándo acabarán con el Gobierno las contradicciones internas entre sus miembros.

Cataluña sigue siendo un problema al que nadie parece saber cómo poner fin.

Es necesario un clima de sosiego, colaboración y lealtades mutuas imprescindible para sacarle el máximo partido a los fondos europeos que tanto necesitamos.


Síntomas que podrían darse por ciertos.

  • Ciudadanos, o una parte de Ciudadanos, parece que quiere volver a sus orígenes, marcar distancia con sus socios de la foto de Colón y  encontrar su lugar en "El Centro". ¿Llega a tiempo o está asistiendo al primer acto de sus propios funerales? Si bien es cierto que en épocas de estabilidad las elecciones se ganan en el centro, no lo es menos que ni ahora estamos en esas épocas, ni el centro es algo más que una referencia tópica que muchos sólo utilizan para disfrazarse. Rivera tuvo su oportunidad y la desaprovechó ¿podrá reeditarla Inés Arrimadas? Si, finalmente, hay elecciones en Madrid, podríamos tener algún indicio del acierto o el error de la maniobra.
  • El Partido Socialista parecía que ganaba en Murcia aunque ahora se ha quedado compuesto y sin novia; se quedará como está en Castilla León y podría ganar o mantenerse en Madrid. No parece que pueda perder demasiado, aunque el problema, si llega a haber elecciones, es que va a ser muy difícil llegar a la Presidencia, con Ciudadanos en horas bajas, Vox en alza y UP y Más Madrid a la greña. En ese sentido la ópera bufa murciana no le ha beneficiado nada.
  • Creo, no obstante, que si hay elecciones los bloques se mantendrán, salvo que C’s creciera lo suficiente como para que su cambio de alianzas le dé la vuelta a todo. Esta hipótesis es poco menos que imposible, pero hasta que no se cuenten los votos… En otro caso, los Partidos actuarán dentro de la lógica frentista, las elecciones no habrán valido para nada, e Inés Arrimadas se habrá suicidado.
  • No será decisivo, pero tengo interés en ver cómo se zanja en Madrid la disputa entre antiguos socios, Iglesias y Errejón. El resultado no será el mismo para el PSOE, una vez que hemos visto hasta qué punto resulta incómodo cohabitar con Podemos.
  • En el otro lado del espectro, podría crecer Vox y lo haría a costa del PP, lo que es posible que a Dª Isabel no le quite el sueño, pero quizás sí a su jefe.


El PP en la encrucijada


Éste es el verdadero quid de la cuestión: qué puede hacer Pablo Casado, más allá de la actual coyuntura, no buscada por él, por mucho que trate de aparentar que apoya a Isabel Díaz Ayuso. No se trata de ganar o perder Madrid, sino de cómo afrontar el futuro. 


En el momento en el que estaba iniciando su propio viaje al centro, ahora que parecía dispuesto a marcar las distancias con Vox, cuando se había dado el primero de los pasos para lograr algún acuerdo institucional, mientras trataba de reponerse de los sofocos de Bárcenas, la venta de la Sede, y los desplantes de Aznar, la genuina representante del ala dura del Partido, la hija, espiritual se entiende, de D. José María y Dª Esperanza, lo mete de hoz y coz en el charco de un adelanto electoral legal pero innecesario.


¿Hasta qué punto la convocatoria de elecciones en Madrid es una idea de Casado o una maniobra que le aleja del centro y le fuerza a bailar al son de la FAES? Los verdaderos peligros para un Partido Político son, siempre, las conjuras internas. Si yo estuviera en su lugar, preferiría la moción a las elecciones: no tendría que significarse demasiado, es un trámite menos callejero y no necesitaría bajar a la arena a rematar la faena. El problema es que no puede elegir: se lo van a dar hecho y me temo que habrá elecciones.


¿Y luego?

  • Si Vox vuelve a restarle votos, saldrá perdiendo.
  • Si la izquierda más Ciudadanos puede gobernar, también pierde; en especial, si el PSOE pudiera hacerlo sin una alianza explícita con Unidas Podemos.
  • Si el recuento de votos deja las cosas más o menos como están, los dos grandes, PP y PSOE verán aumentada su dependencia de sus socios más indeseables.
  • Y en ese caso ¿tendrá tiempo Casado de lamerse las heridas sin perder su puesto en el PP? Él habla de lo que tardaron Aznar y Rajoy en llegar a La Moncloa pero ¿le concederán a él el mismo margen? El tiempo transcurre cada vez más acelerado, como él mismo sabe muy bien. 

A grandes males… 


Con la Covid matando, la economía en coma, Cataluña en su laberinto, los fondos europeos a punto de llegar sin saber qué haremos con ellos, la forma del Estado en riesgo, y con dos populismos, uno en cada extremo agitando los ánimos, ha llegado el momento de dar el do de pecho.

No están las cosas bien en el PP. Ni en el PSOE. No peligra el liderazgo interno de Pedro Sánchez, pero su Gobierno está en el aire, con un socio que aquí y en Estrasburgo vota contra él, y con ERC amenazando con echarlo de La Moncloa ¡porque el PSOE quiere que Puigdemont se someta a la justicia de su país!

  • No importa quién dé el primer paso, ha llegado el momento de que PP y PSOE entren en razón y asuman su obligación de gobernar. Ambos, que también se gobierna desde la oposición, la ocupe quien la ocupe.
  • Pedro Sánchez tiene que romper cuanto antes la actual coalición de gobierno, con todas sus consecuencias. Más aún: tiene que dinamitar la mayoría parlamentaria que lo mantiene en la Moncloa. 
  • Ni siquiera es imprescindible convocar nuevas elecciones, porque si lo hiciera, lo más probable es que después de una campaña atroz de todos contra todos, se repitieran los bloques actuales y él perdería fuelle y volvería a ser, aún más, un rehén de lo peor de cada casa.
  • Necesita, pues, una mayoría nueva que le permita su proclamación por el actual Parlamento. Debe convencerse de que es posible, y convencer a los demás. Básicamente al PP, usando los apoyos externos que necesite, que los tendría: los agentes sociales, la Unión Europea, la calle.
  • Es preciso pactar acuerdos programáticos y procedimentales sobre las grandes cuestiones de Estado: política territorial, gestión de los fondos, reforma fiscal, mercado de trabajo, relaciones sector público / sector privado, Monarquía…y qué cuota de poder se reserva a la oposición.
  • No es preciso tratar de acabar con los extremos. Vox y UP son la conciencia crítica, los "Pepitos Grillos" que hablan de las esencias perdidas; molestan, pero, controlados, hasta pueden cumplir su función. Por ejemplo, pueden usarse como coartada. Pero El PP tiene que entender que UP es más dañino que el PSOE aunque tenga menos escaños, y el PSOE tiene que asumir que aunque Vox esté martirizando al PP,  es un riesgo para la estabilidad de nuestra democracia. 

En resumen: 


Es posible un país en el que los grandes Partidos se pongan de acuerdo sobre materias que deberían darse por consolidadas para las próximas generaciones. Ambos tienen que entender que la ciudadanía solo se siente comprometida por las elecciones cuando comparte un vínculo básico con la mayoría de los demás votantes. Como decía Noah Harari, las elecciones son un método para zanjar desacuerdos entre personas que ya están de acuerdo sobre las cuestiones básicas.

sábado, 6 de marzo de 2021

 Dos asuntos candentes

Cuatro años más tarde, Villarejo está en la calle

La inevitable liberación del zar de las cloacas

"Las cloacas no generan mierda, la limpian". Frase rotunda, llamativa, mediática, que acaba de pronunciar el Comisario Villarejo, José Manuel Villarejo, apenas pisaba la calle, libre tras casi cuatro años de prisión provisional. Así ve el recién liberado su función, aunque no deja de ser chocante que la frasecita deje traslucir un cierto nivel de admisión de que él forma parte del sistema de alcantarillado tan vituperado

¡Villarejo en la calle! El Juez de la Audiencia Nacional, García Castellón lo ha liberado a punto de cumplirse los cuatro años que habrían agotado el plazo máximo en el que un ciudadano puede permanecer en prisión sin ser juzgado.

Pese a la frase que encabeza esta primera parte, hoy no quiero hablar del personaje que tan preocupados nos tiene no solo a los que figuran o pueden figurar en sus dosieres, sino a quienes nos interesamos por la salid de nuestro sistema.

Tampoco voy a poner en solfa a quienes han intentado utilizar su alargada sombra para poner en dificultades a los Gobiernos que, sucesivamente, encarnan lo que algunos han dado en llamar "El Régimen del 78", es decir, la era más próspera, más pacífica, más estable de la Historia de España, no importa lo que digan los extremos del arco parlamentario.

Hoy quiero reflexionar sobre el despropósito de que cuatro año después de su entrada en prisión no haya habido más remedio que dejarlo en libertad. Con todas las medidas precautorias que se quiera, pero en libertad. Tras todo ese tiempo, el sistema judicial español no ha sido capaz de dictar sentencia en las mil y una causas abiertas contra él.

¿Cómo es posible?

Hasta alguien como él tiene derecho a beneficiarse de la tan traída y llevada "presunción de inocencia". Principio, por cierto, que suele quedarse en los labios de quien lo proclama, sin llegar a su cerebro. Sociológicamente, me temo que en nuestro país, lo que de verdad pasa por la mente de muchos de nuestros conciudadanos es la presunción de culpabilidad, pero esa es otra historia. Lo que quiero poner de manifiesto es otra cosa: ¿Y si fuera inocente? ¿Quién va a compensar al Comisario por los días y las noches pasados  en prisión?

Véanlo desde otro punto de vista: ¿y si estuviéramos hablando de alguien por encima de toda sospecha encausado por circunstancias que nada tuvieran que ver con las peripecias del Comisario? ¿Cómo veríamos entonces esos cuatro años? ¿Y si pensáramos en lo que tarda, por ejemplo, el propietario de una vivienda en alquiler en recuperar su propiedad desde que intenta que se materialice un desahucio por impago culposo de su inquilino? ¿Y si no hablamos de un inquilino sino del tiempo que se tarda en expulsar a un okupa?

Y volviendo al Comisario ¿Por qué hay que dejar pasar cuatro años en cerrar su caso y encarcelarlo si resultan ciertas las actuaciones de que le acusa la fiscalía? ¿Por qué, si es culpable, puede hoy pasearse por la calle y comportarse como alguien sin cuentas pendientes con la sociedad?

Todas estas preguntas son un tanto retóricas. Creo que importan bastante más las contestaciones.

Nuestro sistema judicial padece un déficit clamoroso de medios. Medios a la altura de un país  desarrollado y que presume, con razón, de ser una democracia. Un inciso: no es cierto que seamos "democracia plena", porque eso no existe; todas, incluso la primera de la lista puede ser mejorada, y en cuanto a si es o no "democracia consolidada"… Ya me gustaría estar seguro de que sus enemigos no tienen fuerza suficiente como para hacerla tambalear.

  • Faltan funcionarios en todos los estamentos y niveles del sistema: Jueces, Fiscales, Secretarios Judiciales, Administrativos, etc. etc. Faltan medios materiales, desde sedes judiciales con el decoro y empaque que su función exige, hasta la dotación tecnológica imprescindible el día de hoy. Los mismos medios de los que disfrutan entidades que acuden ante la Justicia para exigir amparo o para rendir cuentas por sus desafueros.
  • Faltan legisladores capaces de corregir las deficiencias de la arcaica normativa procesal vigente que acaba por desembocar en sentencias de más de mil folios, dictadas un lustro después de que todo empezara. Recuerdo uno de los aforismos que escuché, por primera vez, cuando estaba en el primer curso de Derecho. "La justicia a destiempo es injusticia".
  • Faltan, en definitiva, políticos capaces de llegar a un gran Pacto de Estado por la Justicia, apoyado en dos líneas maestras: incremento sustancial y sostenido de la partida presupuestaria correspondiente al Ministerio de Justicia durante no menos de cinco ejercicios, y creación de un equipo de expertos que preparare una normativa procesal en busca de la rapidez y la eficacia que el interés público exige. 

Nada de esto es imputable a los jueces, pero me pregunto si el Consejo General del Poder Judicial, ése que no terminan de renovar quienes tienen la obligación de hacerlo, ese que tampoco dimite en masa para forzar a los Partidos a nombrar uno nuevo, ha olvidado que entre sus competencias está la de proponer cuantas actuaciones estime necesarias para mejorar la administración de justicia, dirigiéndose directamente al Ministerio de Justicia para la adopción de aquellas medidas que contribuyan al mejor funcionamiento de los órganos judiciales españoles. ¿Lo hace? 

La demora en acometer esta tarea, el hecho de que cambie el signo de los Gobiernos y todo siga igual, hace que se instale en mi mente la pesadilla de que ya hay un Pacto de Estado, pero que trata de lo contrario: de que todo siga igual. Al fin y al cabo, son tantos los políticos que acaban empapelados que ¿para qué meterle prisa a los Jueces?


Vuelve el 8 de marzo

Parece que fue ayer y ya ha pasado un año. Pasarán muchos más y es posible que en la mente de muchos siga estableciéndose una relación tóxica entre la Pandemia y el Día de la Mujer. Lo malo de estas cosas es que no valdrán de nada los argumentos a favor ni en contra porque la inmensa mayoría de quienes entran en el debate, no tratan de hallar la verdad sino de desacreditar a quien piense de otra manera.

No sé qué pasará este año, ni quiero hablar de ello,  ni del feminismo, ni de sus causas, ni de sus límites, ni de su futuro, ni mucho menos de los siguientes pasos a dar.

Quiero, nada más, comentar algo que tampoco sé si terminará pasando o se quedará en proyecto fallido.

Hace unos días, por varios conductos me ha llegado algo parecido a una convocatoria, tendente a convertir el 8 de marzo en un día de homenaje a todas las víctimas de la pandemia.

Bueno, allá cada uno: a mí me gustan los toros, pero nunca se me ocurriría obligar a nadie a ver una corrida. Lo que esta reflexión me trae a la cabeza son un par de comentarios con la vaga esperanza de que quien quiera pensar sobre la cuestión, tenga alguna herramienta más.

  • En marzo de 1911, unas 149 personas, la mayoría mujeres murieron en el incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York. El suceso reveló las penosas condiciones en las que trabajaban las mujeres, muchas de ellas inmigrantes y muy pobres. En 1975 la ONU estableció el Día Internacional de la Mujer, y desde entonces, tal como yo lo veo, se convirtió en algo que trasciende los conceptos de izquierda y derecha, y, en parte, las diferencias de opinión entre hombres y mujeres. Hoy, la totalidad de países de la Unión Europea, y la inmensa mayoría de los pueblos desarrollados,  celebran El Día De La Mujer, como lo hacen con el Día de La Madre, o el Día Del Trabajo.
  • Para el 8 de marzo de este año es posible que estemos acercándonos a una cifra intolerable de muertos en España por culpa de la Covid 19. En el resto del mundo también, pero sólo nosotros, o, mejor dicho, algunos de nosotros pretenden celebrar el día de las víctimas de la pandemia, precisamente el 8 de marzo. Hay otros 364 días para hacerlo, pero se elige este día.
  • Hace ya casi un año a alguien se le ocurrió dedicar a diario un recuerdo a la labor de nuestros sanitarios. Salíamos a nuestros balcones, a nuestras ventanas y aplaudíamos. Recuerdo que en mi casa, un vecino, acompañaba el aplauso con los sones del Himno Nacional.  Era bonito; demasiado bonito, así que alguien puso en marcha otro mecanismo: a la misma hora, había que protestar contra la gestión, nada brillante desde luego, del Gobierno: había que acallar los aplausos con cacerolas. Había otras 23 horas y cincuenta y cinco minutos del día para hacerlo, pero había que meter ruido a las 8 porque se trataba, antes que nada, de callar los aplausos que no tenían color político.
  • Durante el franquismo, mientras el resto del mundo celebraba el Día Del Trabajo el 1 de Mayo, el régimen inventó la fiesta de San José Artesano. ¿Recuerdan? Demostración Sindical presidida pr el General Franco, retransmisión de corrida de postín y, al caer la tarde, partido de fútbol también televisado. El resto del mundo celebraba un día festivo en la calle; aquí se nos invitaba a quedarnos en casa viendo la televisión porque era…¡San José Artesano! A no confundir con el San José de toda la vida, que ya había pasado el 19 de marzo. Otra vez el mismo precedente: no se trataba de festejar un Santo con nueva advocación sin de borrar de la mente del españolito, el 1º de mayo que era un engendro judeo masónico liberal comunista y de los grandes expresos europeos.   

 Así que el próximo lunes, hagan lo que quieran, pero sepan por qué lo hacen. Si mi opinión puede servirles de algo, quédense en casa, porque ni el feminismo ni el antifeminismo tiene derecho a poner nuestras vidas en peligro.