sábado, 4 de septiembre de 2021

 El curso ha empezado


Como era de esperar

Bronco, áspero, agresivo, inmune a la urgente necesidad de acuerdos globales, mentiroso, montaraz, tabernario, lejos de cualquier atisbo de racionalidad en una clase política ensimismada, ajena por completo a cuanto no sean sus más groseros intereses inmediatos.

Simplifico al máximo y me refiero los dos actores estrella, que camino llevan de acabar en muñecos estrellados, Pedro Sánchez y Pablo Casado, aunque de tanto en tanto aparezcan en mis líneas figurantes y secundarios. Trataré de demostrar que, pese a lo que pregonen a diario, a lo que griten en cuanto tengan ocasión, ninguno de los dos está cumpliendo con su deber, que es poner a España por delante de todo.

El Presidente de Gobierno centra su esfuerzo en mantenerse en su puesto, y El sedicente líder de la oposición, sólo busca llegar cuanto antes, no importa por qué camino, a la poltrona que por el momento ocupa el Secretario General del PSOE. 

Para conseguir sus fines respectivos, todo vale, la tergiversación, los pactos contra natura, la manipulación, la crispación de la ciudadanía, la búsqueda del titular, de la fotografía, antes que la consecución de metas reales de interés para el atribulado contribuyente.

Y es lo cierto que no están los tiempos para gollerías. En este y siguientes posts pretendo hablar de algunos de los problemas que hoy tenemos encima de la mesa. Vean el somero recuento de titulares recientes y díganme si no valdría la pena acordar una tregua, resolver lo esencial y posponer la pelea barriobajera para cuando las aguas bajen más tranquilas o para cuando las normas en vigor nos lleven de nuevo a votar:

  • "El fiscal sostiene que el Emérito era comisionista internacional" ("El Mundo", 3-9-21).
  • "Gobierno y PP alejan toda posibilidad de acuerdo para renovar la cúpula judicial" (La Vanguardia" 3-9-21).
  • "Casado prepara una ofensiva de desgaste del Gobierno por la energía ("El País, 2-9-21).

Aún podríamos ampliar el surtido de dolores de cabeza con la polémica a propósito de la anunciada subida del salario mínimo, partida a múltiples bandas entre varias parejas de baile: CEOE / Sindicatos / Gobierno; derecha e izquierda; PSOE / Unidas Podemos, o con la posible explotación por algún sector secesionista de ciertas declaraciones del Pontífice a la COPE a propósito de lo que según su magisterio debería hacer España si quiere pasar página y llegar a una solución razonable de ese problema que no necesita nombrar porque es claro y meridiano a quién se refiere.

Dejémoslo, por el momento en la lista que he insertado líneas arriba, y, si les parece, empecemos por un repaso a la primera de ellas, aunque no implique, por el momento, ni a Casado ni a Sánchez.


No amaina la tormenta que cerca a Juan Carlos I 

Ni tiene por qué. Sostiene la fiscalía que el Monarca Emérito era "comisionista internacional" y asegura que Juan Carlos I habría amasado su fortuna oculta gracias a su «intermediación en negocios».

Añade que advierte indicios de la posible comisión de hasta cuatro delitos: cohecho, blanqueo de capitales, evasión fiscal y tráfico de influencias; A fin de llegar a conclusiones operativas, la fiscalía ha pedido a la Justicia helvética que le remita información de todas las cuentas de la fundación que controla el primo del Emérito.

Ahora, y sobre tan preocupante telón de fondo, pensemos.

  • La información la publica "El Mundo". Un diario al que nadie osaría tachar de izquierdista. ¿No parece deducirse que el cerco al egregio ausente suma cada día nuevos efectivos?
  • En el mismo medio hace algunas semanas, uno de sus habituales columnistas, Luis María Ansón, nos ponía sobre aviso de una, según él, hoja de ruta "sanchista" orientada a la liquidación de la Monarquía como forma de Gobierno. Sólo se me ocurre una pregunta ¿Don Juan Carlos I forma parte de la camarilla de conjurados republicanos? Porque si hay alguien que desde hace algún tiempo está haciendo lo indecible  a favor de la República, bien pudiera ser él.
  • Los abogador del Monarca anterior se han apresurado a poner el grito en el cielo por entender desmesurada, imprudente, injustificada e injusta la noticia de "El Mundo". Puede serlo o no, depende de cómo lo vea cada uno, pero de lo que no cabe duda es de que si el diario ha infringido la Ley al dar cobertura a la noticia, o la misma Fiscalía se ha extralimitado al dar a conocer sus actuaciones, sobran los comunicados y se echan de menos las actuaciones legales
  • Volveremos a oír y leer la indiscutible relación de impagables servicios que Juan Carlos I ha prestado a España durante su mandato. Como tuve ocasión de escribir, esa lista será tenida en cuenta por la historia a la hora de calificar su reinado, pero, si las sospechas de la Fiscalía se materializaran, de poco habrían de servirle: la Historia puede valorar a los personajes por saldos finales, el Derecho, nunca. Un delincuente lo es porque ha incumplido las Leyes, y su trayectoria anterior, por meritoria que hubiera sido, no compensa la comisión de un delito. Si un padre de familia ejemplar, fiel cumplidor de todas y cada una de sus obligaciones, asalta un banco, si llega ante el Juez, terminará en la cárcel.

¿Qué puede esperarse de Juan Carlos I?

Ni lo sé, ni tengo medios para saberlo. Sólo puedo decir que mientras siga residiendo en un país con el que no hay tratado de extradición, no importa que por el momento no haya sido reclamado por la justicia, no hay que extrañarse de que el ciudadano medio alimente la duda de por qué no se presta desde ya a esclarecer las cada vez más preocupantes sospechas que empiezan a cubrirlo con un manto que es cualquier cosa menos protector.

Porque ése quería que fuera mi último comentario: está en juego la continuidad de la Monarquía como forma de Gobierno. Felipe VI, su hijo, podría ser el último Borbón de la Historia de España. No importa cuál sea el proceder del actual jefe del Estado, impecable desde mi punto de vista, podría llegar el día en el que se sometiera a consulta popular la reforma constitucional que pusiera en manos de la ciudadanía decidir entre Monarquía o República. ¿Alguien está aconsejando correctamente al Emérito? Hoy es sólo un español residente en país extranjero a quien ninguna autoridad pide que se haga presente ¿qué ocurriría si fuera imputado? ¿Y si ese día decide desoír la citación y continuar en su refugio?

Y, bueno, anuncié que quería hablar de Gobierno y Oposición, pero lo dejaré para próximas publicaciones.




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