domingo, 26 de junio de 2022

 Andalucía es del Partido Popular, México, no

Comentarios atrasados

Diez días en México y los efectos del jet lag han retrasado mis habituales comentarios sabatinos. Ello no obstante, darse por enterado de los resultados electorales andaluces por la mera lectura de los titulares de la prensa española a 10.000 km de tu residencia, establece una cierta distancia y permite valorar los hechos con más frialdad que la que se deduce de la inevitable escucha de las declaraciones de vencedores y vencidos.

El voto andaluz

Desde esas perspectivas, y evitando citar cifras que son de sobra conocidas, se me ocurren cosas tales como éstas:

  • Cuando el marcador de un partido refleja un 7 - 0, sólo a un tonto o a un fanático (o a un cacaseno, que diría Vargas Llosa) se le ocurre culpar al árbitro. Por eso dudo en qué categoría encasillar a cierta política que critica la falta de sentido de los andaluces. Pregúntese más bien qué han hecho mal ella y los suyos para que sus antiguos votantes les hayan abandonado.
  • El ciudadano andaluz, guste o disguste a quien sea, es igual de responsable cuando vota A que cuando vota B. Culpar al ciudadano de no haber sabido convencerlo de que tal o cual opción es la única inteligente, es caer en el cuento de la zorra y las uvas. Autocrítica: esa es la primera tarea a emprender cuando uno no logra convencer al pueblo de que es la mejor opción.
  • Unos aplaudirán y otros se mesarán los cabellos, qué importa eso. El Partido Popular, versión moderada, ha cosechado el mejor resultado de su historia. No depende de nadie para desarrollar su programa, lo que, no cabe duda, implica una evidente responsabilidad. Ha optado por una campaña en las antípodas de la Srª Ayuso y la estrategia ha funcionado.
  • El Partido Socialista, por el contrario, ha caído a su mínimo histórico. ¿Ha fallado él o ha acertado el PP? ¿O ambas cosas? La desaparición de Ciudadanos, por sí sola no es suficiente para explicar los resultados: Juanma Moreno ha rebañado votos del mismo PSOE, lo que, en mi opinión, demuestra que la mayoría absoluta del PP se basa en ambos hechos.
  • Hay ocasiones en las que el resultado no basta con valorarlo en términos absolutos, matemáticos, sino que hay que relacionarlo con los objetivos que se pretendían. En ese sentido, Vox, que ha ganado algún escaño, se ha quedado muy lejos de sus pretensiones. Ni se han cumplido los pronósticos, ni están en condiciones de mediatizar la labor de gobierno del PP. La "andaluza" Macarena Olona, nacida en Alicante y residente en Madrid, se ha revelado una opción fallida. 
  • El guirigay izquierdistaandalucistaydelosgrandesexpresoseuropeos le ha hecho un flaco servicio al voto progresista: ni ha movilizado al votante, ni ha conseguido hacerse entender. Es la hora de la autocrítica, la hora de preguntase a qué conduce escandalizarse de que alguien trate de considerar el socialismo clásico un lugar lindante con la ultraderecha, de qué sirve presentarse fragmentados, cuál es el precio de tratar de que el votante perciba diferencias que suelen ser meros personalismos. Lamentable.

Otra historia diferente es tratar de saber en qué medida las elecciones andaluzas son el primer capítulo de una nueva historia. Los vencedores darán por hecho que cuando lleguen las municipales, repetirán éxitos, antesala de las generales, mientras los perdedores defenderán lo contrario.

El futuro no está escrito así que ser profeta sólo trae cuenta cuando se escribe sobre lo que ya ha pasado, (fenómeno frecuente en tiempos bíblicos) pero sea cual sea el significado exacto, no creo que pueda dudarse de que el pasado configura el presente que no es sino el prólogo del futuro: los resultados andaluces, influirán en los siguientes procesos electorales, aunque cada Partido tenga tiempo suficiente para corregir trayectorias o para mantenerlas.


México, hoy

Amo a México. Cuarenta visitas (no es un modo de hablar: ésta de ahora ha sido la cuadragésima) me han hecho conocer el país bastante bien. Desde los semidesiertos norteños -Chihuahua, Sonora- a las selvas chiapanecas; desde las joyas de El Bajío -Morelia, Guanjuato, Querétaro, San Miguel de Allende- a las playas caribeñas o a las del Pacífico; desde Oaxaca a Taxco o a Veracruz o a Zacatecas. Sigo disfrutando de su extraordinaria cocina, de su inmenso capital arqueológico o de las perlas del barroco colonial. Y por encima de todo ello, de sus gentes, mis amigos, a quienes veo con el mismo cariño que si fueran mi segunda familia.

Con ese telón de fondo, sólo desde esa perspectiva, permítanme alguna crítica a lo que he observado durante mi última estancia

  • México no pasa por su mejor momento. Antonio Manuel López Obrador, AMLO para amigos y enemigos, está llevando al país por unos derroteros insólitos, muy lejos de los postulados que le llevaron a "La Silla", como popularmente suele denominarse la Presidencia de la República.
  • La delincuencia ha aumentado, el narcotráfico campa a sus anchas, el coste de la vida se ha disparado, la corrupción no se ha frenado, simplemente ha cambiado de beneficiarios, pierden más los que menos tienen y no ganan más los que más tienen. Simplemente, México se está empobreciendo. Podría citar ejemplos en los que los resultados son bastante perceptibles incluso para quienes no somos ciudadanos mexicanos, pero excedería mi propósito al hablar de lo que he visto.
  • Un detalle que no puedo pasar por alto: desde 1934 hasta el 30 de noviembre de 2018, la Residencia Oficial de Los Pinos ha sido la sede y el domicilio del Presidente de la República mexicana. Hasta ese día, ni uno más. Desde entonces, el señor López Obrador, el muy humilde líder de MORENA (Movimiento de Renovación Nacional), el paladín de los más pobres entre los pobres, el que demanda a Felipe VI que pida perdón por las fechorías de los españoles (los antecesores de Antonio Manuel Lopez Obrador, supongo, no los míos que no se movieron de aquí) como si él mismo fuera descendiente directo de mexicas, totoncas, olmecas, otomíes, mixtecas, mayas, lacandones… ha convertido Los Pinos en museo, se ha trasladado con toda su corte al Palacio Nacional y lo ha cerrado al público.
  • El Palacio Nacional, joya virreinal en pleno Zócalo (la versión mexicana de nuestra Plaza Mayor), aloja, entre otras cosas, la incomparable colección de murales de Diego Rivera, amén de otras muestras descollantes del arte novohispano. No hace falta comulgar con los presupuestos ideológicos del gran pintor mexicano: su arte está por encima de sus convicciones políticas. Lo inadmisible es que desde noviembre del 18 sólo AMLO y sus palmeros pueden disfrutar de la belleza que encierra "su casa". El Palacio Nacional, ya no es visitable, ya no es "nacional", ahora es sólo del Presidente. Créanme: me considero personalmente agredido por el personaje.
  • Algo, no obstante, hay que agradecer al actual Presidente mexicano: nadie ha hecho tanto por la unidad de los mexicanos como él. Tengo allá muchos amigos; unos votaban PRI, otros PAN, otros CDR, alguno PT, y no faltaba quien acostumbraba abstenerse. Me he reencontrado con muchos de ellos: todos, absolutamente todos, sin ninguna excepción, abominan de su actual Presidente. En eso al menos están todos de acuerdo

La próxima semana procuraré ser más puntual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta aquí lo que desees