La contumaz negativa a acatar la Constitución
Pensaba escribir sobre otra materia
Así era. Ayer viernes a media mañana tenía hilado el post que hoy debería haber terminado de redactar. Versaba sobre… ¡Qué más da! Tal vez lo lean dentro de una semana.
Hay ocasiones, ni ésta es la primera ni será la última, en las que la gravedad de un acontecimiento o el calado de una noticia de última hora, me llevan a dar prioridad a algo no previsto.
Como habrán deducido del título, hoy se trata del enésimo boicot del Partido Popular a la renovación del Consejo General del Poder Judicial, órgano trascendental en la arquitectura constitucional española, elegido en su composición actual cuando el PP contaba con mayoría parlamentaria y mantenido por el mismo Partido contra viento y marea, antes por fas, luego por nefas y ayer… ¿Por qué?
Déjenme que exprese mi opinión. Luego, que cada uno piense lo que quiera. Hay días en los que los hechos demandan opiniones inequívocas. La mía, en este caso, es nítida: el acuerdo de renovación que parecía hecho se ha roto, otra vez, por la actitud interesada del PP.
Alberto Núñez Feijóo por la senda de Pablo Casado
Hace 48 horas los miembros del Consejo estaban haciendo las maletas. Se daba por hecho que en cuestión de horas, se haría público el acuerdo que pondría fin a una situación inadmisible: casi cuatro años desconociendo el mandato constitucional de renovación de los vocales.
Parecía que la dimisión in extremis de Carlos Lesmes como señal de protesta por la incapacidad de lograr la renovación del órgano que presidía había valido para algo. Podría haberlo hecho años antes, pensábamos algunos, pero "bien está lo que bien acaba". Pues no.
Según el Presidente del Partido Popular, la firma del acuerdo era incompatible con el proyecto del Gobierno de reducir las penas previstas en el Código Penal para el delito de sedición.
Una vez más, uno de los Partidos que negociaban se escudaba en algo que no guardaba relación alguna con la materia negociada para romper las conversaciones.
Para que no haya dudas, estoy en total desacuerdo con el proyecto del Gobierno. Rebajar las penas a sediciosos es una cesión a quienes llevan en su programa la independencia de una parte de España. Creo, por otra parte, que la explotación de esa hipotética modificación, podría haber sido utilizada en campaña electoral por el Partido Popular.
Dicho esto permítanme acudir al riquísimo acervo popular para referirme a la relación entre el proyecto gubernamental y el retorno del Consejo General del Poder Judicial a la normalidad constitucional: eso es, sencillamente, confundir la velocidad con el tocino, o si me permiten la expresión, el culo con las témporas. Lo sabemos todos, lo sabe el Presidente del PP y sabe que lo sabemos.
Cierto que como dijo algún tertuliano hace algunas fechas, "en el metro no se habla del CGPJ". Es decir, que mantener la obstrucción podría no tener coste electoral ¿Y qué? ¿Quiero eso decir que si el asunto no afecta a la popularidad de un partido puede desconocerse lo que manden las Leyes?
Lo que dice la Constitución
Así de claro, así de fácil de interpretar:
- Artículo 122. 3. El Consejo General del Poder Judicial estará integrado por el Presidente del Tribunal Supremo, que lo presidirá, y por veinte miembros nombrados por el Rey por un período de cinco años. De éstos, doce entre Jueces y Magistrados de todas las categorías judiciales, en los términos que establezca la ley orgánica; cuatro a propuesta del Congreso de los Diputados y cuatro a propuesta del Senado, elegidos en ambos casos por mayoría de tres quintos de sus miembros, entre abogados y otros juristas, todos ellos de reconocida competencia y con más de quince años de ejercicio en su profesión.
A partir de este texto, uno puede sostener que los miembros del Consejo deben ser elegidos siempre y sólo por los Jueces; es razonable, o, al menos, no es ninguna barbaridad. Otro, en cambio, es muy libre de pensar que el órgano de gobierno no es lo mismo que la función judicial y que de la misma manera que para ser Ministro de Defensa no hace falta ser General, ni Médico para dirigir un hospital, no hay por qué poner, necesariamente, a los jueces a controlar a los jueces y elegidos, además por los jueces.
Así que puede mantenerse el actual sistema de elección o cambiarse, pero de lo que no hay ninguna duda es de que los miembros del Consejo son nombrados por un período de cinco años. No hacerlo es incumplir la Constitución; ésa que con tanta frecuencia sacan a pasear los responsables, en este caso, de su flagrante incumplimiento.
Un primer resumen
Y como llueve sobre mojado, como cada vez que ha estado a punto de conseguirse un acuerdo, los negociadores del PP han salido con alguna martingala para mantener la situación de privilegio (en el CGPJ sigue habiendo, por descontado, una mayoría de vocales del PP que se habría esfumado de haberse respetado el plazo de los cinco años que establece la Constitución) tengo que pensar que el Consejo sólo se renovará cuando el resultado de unas elecciones futuras vuelva a dar mayoría parlamentaria al PP, momento en el que, tal vez, sólo que tendrían que cambiar sus vocales caducados por sus candidatos recién estrenados.
Pero ¿Y si las próximas elecciones tampoco las gana el PP? ¿Vamos a tener el mismo Consejo hasta su consunción por sucesivos decesos de sus miembros? ¿Verdad que alguien puede caer en la tentación de explorar otro camino que puede ser arriesgado, pero que podría terminar con el bloqueo sin final que ahora vivimos? Por ejemplo, elegir a los vocales que corresponden a las Cámaras por mera mayoría absoluta y no por por 3/5.
Sólo es mi opinión, pero los datos que están a nuestro alcance y una cierta capacidad de argumentar me llevan a decir, que condicionar el acatamiento de una obligación constitucional a que el Gobierno haga lo que yo le diga en asuntos que nada tienen que ver con lo que estoy obligado a hacer, pueden llamarlo como quieran: yo lo llamo chantaje. Recuerden lo que se le ha ido pidiendo al Gobierno: que no intervenga Pablo Iglesias, que rompa con éste o aquél Partido, que se adopte el modelo de elección que diga el PP, que deje el Código Penal como está. Unas cosas son razonables, otras no tanto pero ¿algo que ver con lo de renovar el Consejo cada cinco años?
Quién manda en el Partido Popular
Ésta es la pregunta que me ronda desde que el azar, algún duende travieso, o la mera lógica me ha llevado a poner en secuencia temporal estas tres declaraciones
- Cuca Gamarra. No es una advenediza; es la número 2 del PP, tiene experiencia y está tan cerca de Feijóo como para saber lo que tiene que decir ante ciertas preguntas. No es literal, pero cuando se le planteó el por qué estaban a punto de acordar el nuevo Consejo con el PSOE y, al mismo tiempo ponían el grito en el cielo por el proyecto gubernamental de aguar las penas por sedición, vino a decir que son dos temas que no tienen nada que ver y el PP defiende en cada caso lo que cree que es justo. Como tiene que ser, Dª Cuca. Lástima que dos días después las cañas se volvieran lanzas.
- Isabel Díaz Ayuso. A la pregunta de si ella había tenido algo que ver con el cambio de postura de su Presidente, contestó, muy en su línea "he dicho lo que tenía que decir, donde lo tenía que decir". Que cada uno interprete lo que le venga en gana, pero oigan antes a Don Alberto y saquen sus conclusiones.
- Alberto Núñez Feijoo. No sin lamentarse de lo mal que se sentía porque en España no se alcanzaran acuerdos de estado, vaticinó que en un futuro (no precisó cómo de lejano) Habrá acuerdos entre este PP y otro PSOE. ¡Ay don Alberto! que los dioses le sean propicios, y no le toque ver acuerdos entre este PSOE y otro PP.
Tomadas pues en consideración la interminable lista de excusas esgrimidas por los sucesivos Presidentes conservadores que durante cuatro años han mantenido al CGPJ fuera de la Ley, sólo se me ocurren dos cosas
- Primera: Como es obvio que el PSOE se resiste a que sea el PP quien fije la línea política del Gobierno, quizás porque no olvida quién ganó las últimas elecciones, o lo que busca el PP es mantener sine die su actual y confortable mayoría en el Consejo, o lo que es peor, de lo que se trata es de que está dispuesto a cualquier cosa antes de llegar a algún acuerdo con el okupa de la Moncloa no vaya a ser que Abascal y su bancada vuelvan a llamar a su Partido "el PP sanchista", como oímos hace un par de días.
- Segunda: Hoy podría haber comenzado la corta andadura de Feijóo por la senda de Casado. Si lo que se oye por ahí sobre el papel de la Presidenta madrileña en el desafuero del Consejo es cierto, si Don Alberto no llega a la Moncloa al primer intento, no lo hará jamás. Habrá perdido Galicia, le habrá hecho un flaco favor al Poder judicial y le habrá puesto a Dª Isabel la alfombra roja que la lleve a su penúltimo sueño: liderar a los conservadores españoles.