Promesas de campaña
Se acerca la cita
15 días: esos son los que faltan para que votemos. Poco tiempo para poder examinar lo que nos proponen nuestros políticos. Podemos leer titulares de prensa, escuchar a los presentadores de los telediarios, y, cuando a los interesado les venga bien, verlos hacer como que van a tirarse a la yugular de su oponente en un debate a dos, a cuatro o a siete. No se engañen: sólo buscan su voto y el mío. Hay mucho más teatrillo pactado que duelo a muerte al estilo medieval.
Por lo que a mí respecta, suelo acudir a las fuentes y leer, cuando los encuentro, los programas que redactan los Estados Mayores de los Partidos y presentan sus líderes como si fueran cosa suya.
Esta costumbre, leer programas, no crean que lo resuelve todo porque, en resumidas cuentas ¿Qué es un programa electoral y para qué sirve?
- Es una guía obligatoria, un guión a seguir por todos cuantos participen activamente en la campaña. Cualquier mitinero que se precie tiene que atenerse al catecismo oficial so pena de no salir en la siguiente foto.
- Es, por otra parte, una colección de recetas a la busca y captura de los votos que pululan por los lindes de sus caladeros habituales. Me explico: no se trata tanto de convencer al forofo sino de atraer al indeciso, a ese votante que puede votarle a usted o seguir haciéndolo a quien acostumbraba: ésa es la pieza a cobrar.
- En este caso, ya lo verán, buena parte del programa apunta al difuso territorio que se ubica entre la izquierda del PP, y la derecha del PSOE. Coincido con los redactores en que quien saque tajada de ese caladero, se sentará en La Moncloa. Lo que pase a la derecha de la derecha o a la izquierda de la izquierda no importa demasiado porque ni una ni otra orilla pasarán de ser comparsas. Incómodas y exigentes, pero comparsas necesarias.
- Y, desde luego, el famoso programa no será el índice obligatorio de la acción gubernamental, por varias razones, una de las más importantes de las cuales es que en España no existe ningún mecanismo constitucional que permita exigir responsabilidades al gobernante que incumple sus promesas (ni en España, ni, en la práctica, en ningún lugar, excepto, claro está, la sanción de perder las siguientes elecciones, algo que, no nos engañemos, no siempre ocurre).
Así las cosas, y dadas las fechas, me ocuparé hoy del programa del PP, presunto ganador de los comicios del 23 J, incluso en la encuesta del CIS, le resulte o no suficiente para gobernar el haber obtenido más votos y más diputados que nadie.
El día 15 haré lo propio con las propuestas socialistas y ese mismo post verá algún comentario marginal sobre lo que proponen Sumar y Vox. El 22 me tomaré un descanso o hablaré del cultivo de la chufa por los kirguises, ya veré.
"Es el momento"
Bajo ese título, lema o slogan el equipo electoral del Partido Popular ha elaborado un documento bastante trabajado que articula hasta 365 medidas a desarrollar durante los cuatro años de mandato que se supone que le otorgaremos a Alberto Núñez Feijóo. ("Una para cada día del año", comentaba la noche del martes, Vicenta Vallés en el noticiero de las 9 de la noche en Antena 3, no sin un levísimo toque irónico en su voz y en su gesto).
Una lectura rápida da una primera pista a tener en cuenta: como antes dije, el votante objetivo, el dubitativo a atraer es el centrista indeciso. De hecho, algunas de las medidas podrían haberse encontrado en su equivalente documento socialista. Cuestión bien distinta es que ese hecho dé algún margen a la esperanza de que con esos mimbres pudieran confeccionarse cestos de más fuste, como acuerdos de estado en materias clave.
Veamos algunas, sólo algunas de las medidas. Sólo unas cuantas, ni siquiera las más "trascendentales", las que hablan de la Constitución, la reindustrialización, el uso de los Decrtos-Leyes, o la protección de la mujer. No, sencillamente, las que me han llamado la atención. La selección es mía, por lo tanto es subjetiva. Hoy por hoy ni soy, ni pretendo ser objetivo: sigo siendo un sujeto.
Florilegio Feijóo
Novedades fiscales.
- En líneas generales, lo que cabría esperar, la biblia conservadora. Menor presión fiscal: reducción del IRPF, habrá que ver cuánto y para quién, rebaja del IVA y supresión del impuesto a las grandes fortunas.
- El guiño al centro izquierda consiste en advertir que piensa mantener el impuesto a las energéticas y a la banca.
Política social: dos sorpresas y una propuesta que dará que hablar si de verdad pretende aplicarla
- Salario Mínimo Interprofesional (Medida 22) Habla de actualizar el SMI en el marco del diálogo social, involucrando a sindicatos, empresarios y expertos. Dado el espectacular incremento del salario mínimo durante el mandato del actual Gobierno ¿Qué interpretación cabe deducir del texto? ¿Mantener el ritmo, aumentarlo o reservarse la decisión si empresarios y sindicatos no son capaces de ponerse de acuerdo? ¿Y en este caso?
- ¿Recuerdan el guirigay que se formó cuando el Gobierno actual introdujo, por la presión de Unidas Podemos, no se olvide, el Ingreso Mínimo Vital? Lean la medida 23. Sólo el enunciado: "Mejoraremos el acceso al ingreso mínimo vital y su efectividad". O sea, de derogar el sanchismo, cuando toque, lo que toque y a quien toque. Lo que al respecto pueda decir en su momento su comparsa necesario, un tal Abascal, en este punto, ya se verá. Claro que a lo peor, esta es una de las medidas que podrían sacrificarse en un hipotético acuerdo de gobierno con Vox ¿no?
- ¡La traída y llevada mochila austriaca ataca de nuevo! La medida 26 propone esta fórmula como alternativa a la indemnización por despido. En síntesis se trata de ir rellenando una hucha en la contabilidad de la empresa con los ahorrillos del currante que se llevaría a la siguiente empresa cuando abandonara la primera (salvo que en se momento decidiera darse un homenaje con lo que le devuelvan, o irlo consumiendo poco a poco hasta que encuentre nuevo trabajo). Habrá contestación sindical, denlo por cierto y me temo que será imposible el acuerdo con los agentes sociales.
Sanidad Pública. Nueva sorpresa. Sólo voy a citar una medida, que aplaudiría la izquierda en masa. Media docena como ésta y acaso la hipotética llamada de Feijóo a los "barones" socialistas menos sanchistas resultara innecesaria para garantizar su investidura. Lean
- Medida 120: Promoveremos un plan de choque en atención primaria para dar solución al grave problema de déficit de especialistas en este nivel asistencial que sufre España.
- A partir de este preámbulo, la medida se articula en nueve puntos impecables, suscribibles, me parece, por el más acérrimo defensor de la sanidad pública. ¿Qué ha pasado?
- Y sobre todo ¿Este apartado tiene el visto bueno de La baronesa madrileña? Porque Dª Isabel, o sea la FAES, es decir, don José María Aznar llevan años remando en la Comunidad de Madrid en dirección contraria, cerrando centros de salud, disminuyendo las plantillas y hasta tratando de sustituir las consultas presenciales por videoconferencias. Y lo preocupante para don Alberto, es que haciendo lo que ha hecho, la srª Ayuso ha obtenido mayoría absoluta, no necesita a Vox y la izquierda ni está ni se la espera. ¿Será otro de los proyectos que se queden en la papelera cuando toque pactar con VOX?
El Poder judicial. Con el objetivo de "promover una justicia a la altura de nuestros compromisos europeos", el programa articula hasta doce medidas, algunas más atinadas que otras, y sin ninguna referencia explícita a las dotaciones presupuestarias imprescindibles para que ese objetivo de estar a la altura de los líderes de la UE, sea verosímil.
Quiero recordar la situación de partida: hoy, España cuenta con 11,24 jueces por cada 100.000 habitantes, frente a los 17,60 de la media europea. En el caso de los fiscales, España dispone de 5,37 por cada 100.000 habitantes, muy lejos de los 11,10 de la media europea. Paradójicamente tenemos más del doble de abogados que la media : 303,55 picapleitos españoles frente a los 134,51 de la media europea.
No obstante, aunque algunas de las medidas que propone el PP vengan echándose de menos desde que el general Franco descansó en su tumba provisional, espero que no se extrañen de que dedique mi atención a una sola: la que encabeza la serie, la 237:
- Que literalmente dice: Reforzaremos las garantías de independencia del Poder Judicial, mediante la reforma de su Ley Orgánica, incluyendo la modificación del sistema de elección de los miembros del consejo de manera que san los jueces y magistrados los que elijan a los 12 vocales de procedencia judicial. Derogaremos la reforma que hoy impide su normal funcionamiento.
- Esta vez si toca "derogar el sanchismo" ¿verdad? Cuatro año y medio después de que caducara el mandato de los actuales vocales del Consejo por el bloqueo contumaz de su Partido, el señor Feijóo no puede seguir diciendo lo que dice: su Partido ha mantenido el Consejo actual porque le es propicio y él anuncia ahora que sólo lo cambiará cuando previamente modifique el sistema de elección de 12 de sus miembros confiando, supongo, en que la tendencia conservadora de la mayoría de las Asociaciones Profesionales de Jueces y Fiscales le garantice mantener su hegemonía en órgano tan importante.
- Háganse la siguiente pregunta: si, pese a las encuestas, el PP no llegara al Poder ¿accedería a negociar de verdad la renovación del Consejo General del Poder Judicial o preferiría mantener su actual posición y convertir en vitalicios a los actuales ocupantes de sillones que caducaron hace tanto tiempo?
- No se engañe, y, sobre todo, no trate de engañarnos: lo que impide el normal funcionamiento del Consejo no es la precipitada y horrenda reforma legal actualmente en vigor, sino el empecinamiento de su Partido que la hizo inevitable.
- Recuerde: este mismo miércoles pasado, "Bruselas" nos recordó que lo correcto es renovar el Consejo de acuerdo con la normativa actual. Luego, si quiere y puede, cambie la Ley (aunque no estaría de más consensuarla con la oposición, no vaya a ser que a la vuelta de la esquina volvamos a lo mismo).
Medidas que esperaba encontrar, y ahí están.
- Volver a la vieja regulación de los delitos de sedición y malversación y tipificación como delito concreto la convocatoria de referéndums ilegales. Ni me extraña, ni me molesta. Ni a muchos como yo.
- Supongo que estas medidas le atraerán pocos votos al nordeste el Ebro, pero, total, para los que ya venía obteniendo… Tampoco creo que tenga demasiado efecto entre los votantes de la izquierda porque en muchísimos casos fue visto como un trágala incómodo.
- Si me apura, mejor es que lo proponga usted, don Alberto, que su socio in pectore, el sr. Abascal.
- Y ¿cómo no?, adiós a la memoria histórica. Allá usted si decide andar perdiendo el tiempo en estas batallitas. Usted podrá decir adiós a la Ley. Hacerlo con la memoria histórica me temo que está a años luz de sus posibilidades. Fíjese: Boabdil El Chico se fue llorando en 1492 y todavía seguimos, dale que te pego, con la Reconquista para arriba o para abajo.
Algo que se veía venir: la regulación antiocupación.
- ¡Y tanto! Fíjese si será oportuna la medida que cuando cierta fuerza política que se ubica a la derecha de la diestra ha querido agraviar a Pedro Sánchez, no se le ha ocurrido cosa más ofensiva que pedirle que se vaya a Marruecos y que deje de ser okupa de La Moncloa.
- En serio, don Alberto, por lo que a mí respecta, bienvenida sea la medida y ojalá no sea de las que se queden en el tintero. No es que tema que anden tras mi vivienda, pero creo, y he escrito, que el régimen actual y el anterior son un insulto al sentido común, un atentado contra el derecho de la propiedad, y un inadmisible trastoque de la obligación pública de dar sentido al derecho constitucional a la vivienda, haciéndolo descansar en los ciudadanos y no en el Estado.
La defensa del español
Veo a don Alberto preocupado por la defensa del español. Le honra el empeño, que no en vano la Constitución habla del derecho y del deber de todos nosotros de conocer nuestra lengua. Le deseo mejor fortuna que a la Oficina para la Defensa del Español, el fantasmal chiringuito en el que Dª Isabel alojó a Toni Cantó cuando desertó de Ciudadanos.
Post Data:
El miércoles oímos que la Justicia Europea retiraba la inmunidad parlamentaria al gran fugado y a sus conmilitones. Me congratulo. Por todo.
- Porque el farsante mayor de Cataluña empieza a encontrarse con la horma de su zapato.
- Porque las instituciones españolas reciben el respeto y el reconocimiento que se merecen.
- Porque aunque falte mucho para que el litigio termine y el tal Puigdemont recurra, como en cierta ocasión oí a un Juez, "confirmar es de obispos y revocar de albañiles".
- Porque aunque dudo mucho de que el Gobierno belga extradite alguna vez a un fugado de la justicia española, al menos unos cuantos ilusos dejarán de creer que la internacionalización del conflicto es la vía adecuada para conseguir la independencia.
En resumen, enhorabuena a quienes piensen lo mismo que este insistente bloggero.
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