sábado, 18 de noviembre de 2023

 Legislatura nueva

A partir de ahora

Pedro Sánchez juró ayer su cargo ante el Rey. 

Comienza una nueva legislatura, colofón constitucional inexcusable dado el resultado de la votación que se llevó a cabo el jueves.


El día de antes…

  • Como era de esperar el Tribunal Supremo desestimaba la petición de Vox de suspender la sesión de investidura hasta que el alto tribunal fallara sobre el fondo del asunto planteado en la querella contra Sánchez. Me pregunto si los amplios conocimientos jurídicos que le doy por supuestos al Sr. Buxadé no fueron suficientes para disuadir de su empeño al Sr. Abascal, o si se trataba de proveerse de munición para cuando también hubiera que tachar al TS de la cada vez más corta lista de instituciones constitucionales dignas de respeto.
  • La oposición, los Partidos que desde hoy son ya "oposición" sin que nadie les discuta el título y unas cuantas bandas de pescadores de aguas revueltas, convenientemente jaleadas y animadas por algunas de las figuras de Vox y del PP, dieron en cercar la sede del PSOE cada atardecida. A veces merodeaban por los alrededores del Congreso, y en ocasiones hicieron gala de su exquisita educación y, visto el tenor de sus pareados, de su monumental incongruencia política. Una antología de sus lemas sonrojaría a la mayoría de los asistentes que se limitaban a ejercer su derecho a no comulgar con las tesis de Sánchez, pero así suelen ser estas cosas: queda el recuerdo de los escandalosos (y las caras de los que nadie esperaba ver en tales compañías).
  • Dicen los líderes de los manifestantes (don Alberto lo ha dicho y repetido) que las concentraciones continuarán hasta que Sánchez convoque elecciones anticipadas. ¿Seguro? ¿Han caído en la cuenta de que sólo él puede hacerlo y que tratará de evitarlo por cualquier medio a su alcance? ¿Saben que están hablando de, posiblemente, más de mil cuatrocientos días? Muy largo me lo fía usted, don Alberto, pero, en fin, está usted en su derecho.


El esperado mano a mano y los sobresalientes


  • El candidato y el que lo fue hace unas semanas, se emplearon a fondo en el debate. Empezó don Pedro, como es de rigor. Casi un tercio de su largo parlamento estuvo dedicado a criticar a la oposición, como era de temer. Ni fu, ni fa, hasta que le llegó el turno de réplica. Ahí, lo siento por sus incondicionales, se excedió en el sarcasmo y en las risas, aunque ganara en eficacia dialéctica. Habría esperado de él, el vencedor, un punto más de elegancia. Saber ganar también cuenta.
  • Don Alberto, encendido, brilló. Se fue calentando, elevó el diapasón y alcanzó altura suficiente para encandilar a los suyos y reivindicar, como la noche del debate electoral, su capacidad oratoria. Fallaron las asistencias, le llevaron al error y pusieron en bandeja el contraataque de Sánchez, con un texto de Antonio Machado como ring. 
  • ¿El Sr Abascal? Suspenso en cortesía parlamentaria. Su status le garantiza el derecho a decir casi, casi lo que quiera sin que pase nada (si acaso que, al final, sus disparates no figuren en el diario de sesiones, por decisión de la Presidenta del Congreso). Él sabe muy bien que decir que estamos ante un golpe de Estado, salir del recinto sin que le esté esperando una pareja de la policía política y asistir con su cohorte de pretorianos a la enésima concentración de protesta precisamente ante la sede del Partido que según él acaba de inaugurar una dictadura, es una contradicción flagrante pero ¿qué más da? Al día siguiente y durante una semana por lo menos sus fieles lo recordarán alborozados.
  • En cuanto a doña Yolanda, estuvo en su línea: clara, militante y combativa aunque debería moderar su ardor y, tratar de cambiar las reprimendas por el uso de la ironía. Se cansaría menos y conseguiría más. No obstante, si ha logrado neutralizar de por vida (vida política, se entiende) a la pareja Montelarra, por lo que a mí respecta, puede disfrutar de un cierto margen de tolerancia.
  • Y los demás… Pues lo que cabía esperar: Junts, en bilingüe, atravesados en cualquiera de las dos lenguas de las que tan mal uso hacen. Sus veladas amenazas al candidato que acabaron votando (¿Qué otra cosa podían hacer?) me suenan a rabieta, o acaso a canto del cisne o a maniobra preelectoral. Bien, ahí tienen registrado ya el proyecto de Ley de Amnistía. El proyecto, no el texto ¿Cuánto más esperan conseguir, ahora que Sánchez ya está donde quería? ¿Cuál es su margen real de maniobra si, a partir de ahora, las cosas no salen como ellos quisieran? ¿Volverse a Waterloo o seguir molestando desde el Ampurdán o desde El Liceo?)
  • Y PNV y ERC y Bildu y los gallegos y la canaria y el navarro… La mayoría, salvo UPN tienen en común su aversión a la posible pareja alternativa de baile gubernamental PP/Vox. Mientras coalición canaria es, por el momento, el único caso de un Partido que vota sucesivamente a favor de la investidura de dos antagonistas encarnizados.

No puedo terminar este epígrafe sin una mención atónita a la simpar Dª Isabel que sin ser candidata ni votante logró cazar cámara y capitalizar una buen cuota de pantalla. ¿Cómo lo hizo? Insultando a Pedro Sánchez, a quién sino. Horas después, conseguida la atención de los medios cerró la faena en la Asamblea de Madrid con un monólogo de su invención, descarado, divertido y provocador… (¿No queréis caldo? ¡Pues ahí van tres tazas!) Fíjense ¡Dª Isabel ha conseguido llamar la atención con un insulto clásico, HIJO DE PUTA, en un escenario en el que el destinatario de la invectiva había sido llamado traidor, felón, dictador, ilegal, mentiroso, tramposo, golpista y otra docena de cosas que no recuerdo. Alguien poco sagaz podría pensar que al lado del calibre de los otros insultos, el de la Emperatriz de Lavapiés era… No, no se esfuercen: los otros eran insultos políticos, mientras que el suyo era propio de corrala, o de taberna. Pues claro, pero el que ha llamado la atención ha sido el suyo. 


Nueva legislatura

A falta de conocer el nuevo Gobierno, cuántos y quiénes, apenas apagados los ecos de las últimas intervenciones, el comentario que ya se ha vuelto tópico es que "a Sánchez le espera un mandato lindante con lo imposible". Cierto, pero permítanme unos apuntes.

  • En su favor hay que apuntar que me parece más sencilla de gestionar la nueva coalición que la anterior. Tener fuera del Consejo a Iglesias o a sus fieles monaguillas es un factor de confort. Y creo, por otra parte, que la capacidad de intriga y de distorsión de las citadas y de su mentor, también terminó con el juramento del cargo de ayer en La Zarzuela.
  • Mirando hacia atrás, es un hecho que los principales obstáculos con que ha tenido que lidiar Sánchez estos cuatro años pasados no han tenido nada que ver ni con sus ideas ni con su peculiar forma de gobernar: han sido acontecimientos externos, la pandemia (ni en Vox le consideran creador del virus), la crisis energética, la  guerra de Ucrania y ahora, el inconcecible laberinto palestino-israelí. Espero que sean pocos los que le deseen escollos parecidos en el tiempo por venir, con tal de hacer inviable el tercer Gobierno Sánchez, porque lo pagaríamos los españoles en su conjunto.
  • Dicen algunos tertulianos que barruntan un cuatrienio con escasa producción legislativa debido al complejo tablero parlamentario. Es posible, pero por una parte, no conviene confundir el Poder Legislativo con el Ejecutivo: la acción de gobernar, de administrar es mucho más rica y no se agota en redactar proyectos de Ley. Por otra, con dar cumplido desarrollo reglamentario a la baraúnda de Leyes del período anterior, no creo que vayan a tener tiempo de aburrirse: Ley de la Vivienda, Ley de Bienestar Animal, Ley del "sólo sí es sí", por ejemplo.
  • "Tendrá que lidiar con la ofensiva popular en Bruselas a propósito de la Ley de amnistía". Sí, es posible, y tal como yo lo veo, podría darse la paradoja de que los populares acabaran echando una mano al prófugo de Waterloo que tanto ha clamado por la internacionalización del conflicto, ahora que estaba a punto volver a casa por Navidad. ¿Saben? Este vicio de pedir auxilio a los de fuera que tiene el pensamiento conservador español, me trae a la memoria la llegada a España de Los Cien Mil Hijos de San Luis para acabar con el constitucionalismo.
  • "Va a tener enfrente al poder autonómico y al municipal". Recuerdo un dicho antiguo "mucho miedo le tiene el obispo a los sacristanes". ¿Qué creen más difícil, lidiar con independentistas o con castellanos viejos? ¿Quién puede hacer más por quién, la Presidenta de Extremadura por el Ministerio de Hacienda o al revés? 
  • "Será un rehén de los independentistas" O no. La capacidad de influencia de un sujeto como Puigdemont ha sido formidable hasta que terminó el recuento de votos. Sin duda alguna ¿Recuerdan a Sánchez contestando a la portavoz de Junts, sumiso, sin mirarla a la cara? Ahora estamos en otro capítulo. En otro mundo, si me permiten la exageración. Jurado el cargo ¿Qué puede hacer Junts si los tiempos del Gobierno no casan con sus calendarios? ¿Cambiar de aliados? ¿Qué recambio se les ocurre? ¿Conocen alguno que no sea votar a favor de una moción de censura provocada por PP/Vox? ¿O hay otra? 


Para terminar

  • Le deseo al Presiente la mejor e las suertes, como se la habría deseado a don Alberto si hubiera resultado elegido en su día.
  • Al Presidente del Gobierno de España, sea el que fuere. Y me gustaría que fuéramos legión los que pensáramos así, porque hay un tiempo par el debate y otro para la calma, un tiempo para la ideología y otro para los intereses de los ciudadanos, sean cuales fueran sus preferencias políticas. 
  • Porque si el talante demócrata se prueba aceptando el resultado electoral, lo contrario es igualmente cierto: excluir al perdedor tampoco sería de recibo.



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