sábado, 9 de agosto de 2014

El ébola, el Misionero y Don Mariano Rajoy
 
 
La vida humana no tiene precio.
 
O lo que es lo mismo: no hay cantidad alguna de dinero, por grande que sea, que no deba emplearse en salvar una vida humana. O dicho de otra manera, bien empleado está el dinero que salva una vida. Como reza el dicho, "benditos son mis bienes, que remedian mis males".
 
Por consiguiente, tengo que alegrarme de que por poco más de un millón de míseros Euros se haya salvado, al menos por el momento, la vida del misionero infectado de ébola que ha retornado felizmente a España.
 
Pero...
 
Hay en este momento en la zona africana azotada por la epidemia de algo más de centenar y medio de cooperantes. Todos ellos, de una manera o de otra, y sean cuales sean las medidas profilácticas que estén empleando, están en situación de alto riesgo. ¿Tiene ya provisionadas la Ministra de Sanidad las cantidades necesarias para eventuales repatriaciones?
 
Estamos viviendo las secuelas de los recortes en muchas áreas de la actividad pública, Sanidad entre ellas. Menos personal, Centros cerrados, privatizaciones, incrementos de las listas de espera, aumento del coste para los ciudadanos, etc., etc. ¿Cómo va a entenderse el coste de esta operación de rescate, en el marco de las políticas de austeridad?
 
Como ya dije, cualquier cantidad de dinero es pequeña, si sirve para salvar una vida, siempre que se disponga de ella. A diario mueren en el mundo cientos de miles de seres humanos por falta de recursos. ¿Es que ya hemos salido de la crisis y volvemos a ser nuevos ricos?
 
Una cosa es cuánto cuesta algo y otra muy distinta quién lo paga. La Directora General de la Salud dijo que el coste del traslado lo pagaría la Orden de San Juan de Dios, a la que pertenece el misionero infectado. De inmediato, Don Mariano Rajoy salió al paso y manifestó públicamente que era de sentido común que el coste lo asumiera el Estado y que se acabó la polémica. (No he leído el B.O.E., y, por tanto no sé qué ha sido de la Srª Directora General de la Salud, cuyo sentido común está tan alejado del de el Jefe de su Jefa)
 
Don Mariano Rajoy y la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
 
Tiendo a pensar que nuestros gobernantes son menos estúpidos de lo que cree el personal. O sea, que si Don Mariano dijo lo que dijo e hizo lo que hizo, es más que posible que tuviera sus razones, aunque, como de costumbre, no nos las diera a conocer.
 
No es más que una conjetura personal, pero ¿y si el extraordinario trato dispensado al contagiado (avión convertido en hospital volante, caravana esperándole de varias ambulancias y otros vehículos, precedida y seguida por fuerzas de orden público motorizado, retransmisión por TV, etc.) tuviera algo que ver con su pertenencia a la Orden de San Juan de Dios? 
 
Para los que no estén al tanto, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, es una Orden mendicante fundada en España, en Granada, para ser más precisos, en el S. XVI, que hoy se extiende por varios continentes, de la que dependen, entre miembros, asalariados y colaboradores más de 100.000 personas y que sólo en España gestiona más de 40 Centros . Algunos de ellos, los dedicados a asistencia de trastornos mentales, insustituibles en la fecha presente.
 
¿No sería que el Señor Presidente temiera, con razón o sin ella, que el enojo de los rectores de la Hospitalaria institución pusiera en peligro la asistencia psiquiátrica de cientos de enfermos que el Ministerio de Sanidad hubiera sido incapaz de atender, de haberse torcido las cosas?
 
Pues a riesgo de que me llamen cínico, le diré algo, Señor Rajoy: en su vasto equipo cuenta usted con elementos más que duchos en el enrevesado arte de esconder partidas presupuestarias, dedicarlas a otros fines, y terminar echando la culpa de todo a "la herencia recibida". O sea, que, por una vez, me alegro de que, al menos, nos hayamos enterado de cuáles son sus preocupaciones, y en qué está usted dispuesto a gastar nuestro dinero.
 
 
 

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