jueves, 15 de junio de 2017

Una moción sin emoción

Banalizando las instituciones

Fieles a sus principios -que hablen de nosotros aunque sea mal- el claustro de Profesores de Podemos, con el Decano Iglesias a la cabeza han vuelto a demostrar cuán poco les importa ni el prestigio de las instituciones, ni la utilidad de los más solemnes mecanismos democráticos del país.

Como bien se sabe, la Constitución regula el mecanismo de cambio de Gobierno sin necesidad de acudir a las urnas, a través del excepcional recurso de la moción de censura. Insisto en el carácter excepcional de la moción de censura porque lo es: en una democracia el modo normal de sustitución del Gobierno de la Nación es obtener la mayoría parlamentaria a través de un proceso electoral.

Por eso me parece a mí que el recurso a la moción de censura debe reservarse para momentos en los que por circunstancias fuera de lo normal se plantee la conveniencia o la necesidad de remover al Gobierno.

Es obvio que para que una moción de censura prospere es preciso, por mandato constitucional presentar un candidato alternativo a Presidente de Gobierno y un programa de Gobierno. Y lo que es más importante, lograr el respaldo de la mayoría absoluta del Parlamento. 

Sólo es mi opinión, aunque me consta que no soy el único que lo piensa, sino más bien lo contrario: plantear mociones de censura cuando se sabe de antemano que no se han de lograr no ya la mayoría absoluta de los votos parlamentarios, sino ni siquiera la tercera parte de los precisos sólo puede entenderse aceptando que los motivos de quien presentó la moción, son otros que los que establece la Constitución.

Eso, instrumentalizar las instituciones para finalidades distintas a las previstas, es una forma de banalizarlas. 

Así pues, si los politólogos de Podemos no pretendían hacerse con el Gobierno, ¿cuáles podrían haber sido sus objetivos?

La incesante búsqueda de la notoriedad

Una auténtica obsesión para quienes se atribuyen la representatividad de "la Gente", como ente abstracto, opuesto a "La Casta" (hasta que ellos mismos entraron a formar parte de ella) y, más recientemente a "La Trama", nebuloso concepto a medio camino entre "La Mano Negra" y "Los cien mil hijos de San Luis".

Objetivo cumplido. Los terminales de cientos de miles de televisores reprodujeron la sobreactuada imagen de la portavoz de Podemos, gritos, insultos, manoteos, y la larguísima intervención del Decano Iglesias, desgranando la primera los pecados del contrario y deambulando el segundo por los inciertos territorios de la política ficción cuando se adentró en lo que quería hacer pasar por un programa de gobierno.

Durante varios días, prensa radio, televisión, tertulianos y bloggeros nos habríamos dedicado a glosar encomiástica o críticamente las hazañas de Doña Irene y Don Pablo. Objetivo cumplido, pero secundario, porque si algo hay que reconocer a los cerebros pensantes de Podemos es el desparpajo y el acierto con el que logran salir en los medios. 

Cuando no es la imagen de una dirigente amamantando a su rorro en el su escaño parlamentario durante el acto solemne de apertura de la legislatura, es el grotesco modo de montar ruedas de prensa sentados en el suelo de un salón de las Cortes, o tantos otros parecidos. Todo vale cuando se trata de salir en pantalla.

Quizás, pienso, les falló el cálculo de sacarle rendimiento a la tal vez prevista reacción airada de la bancada popular, que no se produjo. En esta ocasión, quien fuera, había aleccionado a sus señorías para que se comportaron como mejor cuadraba a sus intereses: más cerca de la displicencia y el aburrimiento que de la indignación.

Desgastar al Gobierno

Punto este de necesaria valoración personal. Los medios afines a Podemos dan el objetivo por cumplido. Otros, la mayoría, opinan lo contrario. Por lo que a mí respecta, creo que el Presidente del Gobierno ganó el combate por amplísimo margen de puntos.

Salió Rajoy al ruedo dispuesto a lidiar lo que hubiera salido por la puerta de toriles y lo hizo bien. Acudió al primer reto, contestar a la portavoz de Podemos, para lo que no le hicieron falta demasiados argumentos porque fuera de retóricas y aspavientos, Irene Montero se repitió hasta el aburrimiento.

El mero hecho de contestar la primera intervención convertía a Iglesias en replicador de Rajoy lo que, desde luego, no estaba en el guión del Profesor.

El cruce de intervenciones entre Iglesias, más dedicada su intervención a sus seguidores que al Gobierno, y Rajoy, más pendiente de los eventuales votantes a favor o en contra de PP y Podemos que del orador que le había precedido, la he visto decantada a favor del Presidente del Gobierno.

No es, por tanto, un objetivo cumplido ni me parece a mí que ello le haya quitado el sueño a ninguno de los miembros del Claustro directivo de Podemos, porque esa no era su intención.

El verdadero objetivo: abducir al PSOE

Ése ha sido el principal objetivo de la moción de censura: conseguir la irrelevancia del Partido Socialista, convertir a Iglesias en el Patrón de la Izquierda, y dejar a Pedro Sánchez  como personaje secundario en el tablero dela política nacional, mero figurante llamado a bailar al son que le tocara el Profesor.

Recordemos. ¿Alguien ha olvidado el número callejero la víspera de las elecciones primarias a la Secretaría General del PSOE? ¿Tanto tiempo hace desde que, sede vacante en la Moncloa, Pablo Iglesias convoca a los medios (a los medios, no a Pedro Sánchez) para darles a conocer la composición del supuesto Gobierno del Cambio, con Pedro Sánchez de Reina Madre y él como verdadero factótum, Vicepresidencia y Ministerios clave bajo su control.

Y ahora mismo, anuncia su moción de censura sin consultar apoyos, para después, conocida ya la elección de Pedro Sánchez como nuevo Secretario General, declarar que renunciaría a su iniciativa si la moción la presenta el PSOE, con su apoyo y el de sus confluentes.

Desde mi puno de vista, la mano tendida en el debate del portavoz del PSOE a Podemos, tenida en cuenta la obligada ausencia de Pedro Sánchez que seguirá ausente durante toda la legislatura, puesto que no es Diputado, ha sido demasiado condescendiente. 

Se sabe que Podemos no irá contra Rajoy si tiene que aliarse con Ciudadanos. (Recordemos que pudo haber desmontado al PP con la suma de PSOE, Ciudadanos y Podemos y no lo hizo). ¿Qué mayoría alternativa es posible? PSOE, Podemos y sus confluencias, Bildu y su herencia asumida de los 1.000 muertos de ETA, los secesionistas catalanes de Rufián, Tardá y demás congéneres y alguno más perdido en las alturas del hemiciclo. 

O sea, un Gobierno socialista, rehén de sus socios, patrocinador de referendums independentistas en Cataluña y País Vasco, y, hasta si se hace caso al sector anticapitalista de Podemos, cuestionador de la Unión Europea y del Euro. Es posible que recibieran el enfervorizado apoyo de Vladimir Putin y no sé, no sé, con tal de dañar a Europa, quizás el de Trump.

En Resumen

Aburrimiento de la ciudadanía hastiada cada día más de números más propios del espectáculo circense que de la seriedad parlamentaria.

Tranquilidad absoluta, sino satisfacción del supuesto objetivo a batir, el PP.

Problemas para el futuro electoral del "nuevo" PSOE que parece renegar de su pasado cuando anuncia que ahora sí va a hacer política de izquierdas (¿Qué se supone que ha estado haciendo hasta ahora?) si no rectifica cuanto antes. Cuanta menor sea la diferencia que perciba el votante entre Podemos y el PSOE, peor para el Partido Socialista.




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