sábado, 8 de mayo de 2021

 El día que votó Madrid


4 de mayo del 2021

Elecciones en una de las diecisiete Comunidades Autónomas. En apariencia, nada más. 

Muchos, casi todos, sospechábamos, no obstante, que estaba en juego mucho más: la supervivencia o no de un Partido que un día naciera en Cataluña como abanderado de la unidad de España, el peso real de quien dejaba la vicepresidencia del Gobierno para rearmar a su Partido que daba síntomas alarmantes de desfallecimiento, cuáles eran los límites entre la derecha y la ultraderecha, y, por encima de todo, qué modelo prefería el pueblo madrileño, el representado por el PSOE de Pedro Sánchez, o el propuesto por Isabel Díaz Ayuso.

La participación ciudadana ha sido tal que cualquiera que hubiera sido el resultado no habría quedado margen alguno para la duda sobre el respaldo que el pueblo ha dado a los ganadores.

El triunfo incontestable, indiscutible aunque quepa más de una interpretación sobre sus causas, viene avalado por una tan alta participación que aleja cualquier atisbo de duda sobre su legitimidad. Valga el símil, cuando un equipo gana un partido de fútbol por 6 a 0, no tiene sentido cuestionar al árbitro o al comportamiento del público.

Y, siguiendo con el ejemplo, cuando se dan este tipo de resultados,  suele deberse a la suma del buen juego del ganador y a la desastrosa actuación del contrario.

Para terminar esta especie de preámbulo, estas elecciones han desmentido la creencia generalizada de que la alta participación beneficia a la izquierda.

Verdades como puños

Isabel Díaz Ayuso arrasó a propios y a extraños

  • Por supuesto que el gran beneficiado del 4 de mayo ha sido el PP, pero nadie como la Presidenta puede presumir de haber sido el factor determinante. Jugó, arriesgó y ganó.  
  • A partir de ahí, el debate sobre si Casado gana o pierde cuota de pantalla, sobre si el resultado lleva al PP una cuarta más o menos a su derecha, sobre hasta dónde se ha incrementado el margen de maniobra del Partido respecto a Vox, son cuestiones tan secundarias que rozan la irrelevancia.
  • Isabel Díaz Ayuso ha recibido sus propios votos, casi todos los que ha perdido Ciudadanos, alguno de Vox y un buen puñado de los que hace dos años votaron socialista ¿Qué más puede pedirse?
  • La Presidenta apostó por un controvertido modo de gestionar la pandemia. La discusión sobre su validez puede continuar hasta el siglo que viene: los madrileños han dado su aprobación al modelo. El resto, a efectos políticos, es accesorio.
  • Y como efectos secundarios, otros dos daños colaterales de alta significación, Pablo Iglesias  ha dicho que abandona la política activa y se perciben los primeros síntomas de movimientos sísmicos en el socialismo.

El Partido Socialista ha soportado su mayor fracaso desde 1977

  • Que los porqués los averigüe quien tenga que hacerlo, pero los responsables de la campaña electoral madrileña sólo habiéndoselo tomado con más tiempo y más dedicación podrían haberlo hecho peor. 
  • Su errática trayectoria puede servir como catálogo de los errores que hay que evitar cuando se entra en campaña.
  • Optaron por un candidato que no quería serlo, cambiaron la estrategia en plena carrera, boicotearon los mensajes del cabeza de cartel desde el propio Gobierno, unas veces lo eclipsaron y otras lo dejaron solo ¿Tenía todo esto un hilo conductor o es que han sido incapaces de hacerlo mejor?
  • Es evidente que las elecciones del 4 de mayo eran autonómicas, pero la relevancia de Madrid (como la de Cataluña o la de Andalucía, por ejemplo), más la contundencia del resultado le dan al proceso una proyección mayor. No importa lo que diga el Sr. Ábalos, uno de los responsables de la debacle por cierto, él y todos sabemos que los efectos se van a sentir fuera de la Comunidad. Ya se están percibiendo.

Más Madrid levanta el vuelo

  • Mónica García, la gran desconocida el día que comenzó la campaña, ha sido la otra triunfadora. También en este caso carece de importancia, al menos por el momento, deslindar dónde termina Más Madrid y dónde empieza la apuesta estatal de Íñigo Errejón: adelantar en votos al PSOE, el sueño imposible del Profesor Iglesias, ha sido una hazaña. ¡Con razón trató el ex vicepresidente de seducir a su antiguo colega! (Y con más razón se negó Errejón)
  • Ya veremos hasta dónde llega la capacidad de la formación para explotar el éxito, pero lo hecho, hecho está. Oyendo a resentidos profesionales como el Sr. Monedero, está claro que los resultados les han olido a cuerno quemado. No seré yo quien lamente el disgusto de los corifeos de Iglesias.
  • Examinada la ejecutoria de Mónica García durante la campaña, me atrevo a decir que su cosecha de votos ha sido un premio a la sencillez, la moderación, la capacidad de conectar con la gente normal. Ha sido la respuesta de la calle ante propuestas que no impiden dormir.   

Ciudadanos entra en fase de liquidación por derribo

  • Como dicen que dijo "El Guerra", "Lo que no pu’é ser, no pu’é ser y, además, es imposible". Lo  de menos es la posible ineficacia de una campaña basada en un par de puntos nada más (somos el centro imprescindible, y dejémonos de insultos y vamos a hablar de cosas serias): el mensaje llegaba tarde, demasiado tarde para invertir la tendencia.
  • Soy de los que lamentan la desaparición de un Partido que estaba llamado a ser un factor limitador de los excesos que puedan intentarse a su derecha o a su izquierda. La cuestión es que Ciudadanos no ha podido superar el monumental error de Albert Rivera cuando pretendió ser al mismo tiempo el fiel de la balanza y el líder de la derecha, hipotecando sin remedio su propia esencia.
  • El votante tenía esta vez una oferta demasiado diversificada como para entretenerse en echar un salvavidas al Partido que tantos tumbos había dado en los últimos tiempos. Ciudadanos no murió el 4 de mayo; ya había fallecido antes; ese día nada más se le ha practicado la autopsia: muerto por sobredosis de protagonismo de su fundador.   

El Profesor Iglesias dice que se marcha

  • Dejó la Vicepresidencia del Gobierno, dijo, para poner a UP en el lugar que se merecía. Logró evitar el colapso de su formación en Madrid, aunque el efecto de su presencia en la campaña tuviera un efecto más bien modesto. 
  • Si bien, mal que le pese, quizás haya logrado lo que se proponía: que el pueblo le diera su merecido.
  • Su presencia movilizó a la izquierda pero más todavía a la derecha, así que su efecto final sobre los resultados, es más que dudoso ¿Cómo interpretar, sino, que el incremento de participación en el otrora llamado "cinturón rojo" de Madrid, haya concluido con bastantes Municipios en los que Vox ha quedado por delante de UP?
  • Y se va. No sabemos dónde, ni hasta cuándo, pero se va. Unos lloran y otros aplauden. Hace poco más de un mes, el 20 de marzo, escribía yo en este mismo blog: "Así que si a don Pablo no le salen bien las cosas, igual no alcanza los escaños necesarios para tener grupo propio, igual se queda con su acta de Diputado e igual no puede volver a sentarse a la mesa con su antiguo colega de los tiempos felices de Vista Alegre I". 
  • Lo importante ahora no es dónde irá el Profesor, sino qué va a ser de UP. ¿Quién sucederá al fundador? ¿Sobrevivirá el Partido a su creador? ¿Soportarán los Monederos, Echeniques, Mayorales, a recién llegadas desde la periferia? ¿Tan difícil era ver hace un mes que Yolanda Díaz podría no ser la mejor opción, vista su militancia en el PCE? Mal oficio el de profeta pero auguro dificultades punto menos que insalvables, ahora que a la izquierda del PSOE parece afianzarse una opción menos agreste. 

Vox no ha perdido, pero tampoco ha ganado, o sea, ha perdido

  • La Srª Monasterio y su jefe han hecho campaña dando por descontado que sus resultados iban a estar muy lejos de los de la Srª Ayuso. Por eso han repetido una y otra vez que su objetivo no era ganar las elecciones, sino vetar la entrada de la izquierda en la Puerta del Sol. Visto así, objetivo cumplido; desde otro punto de vista, su peso específico en Madrid ha bajado muchos enteros: no son necesarios para gobernar.
  • Los resultados permiten a la Srª Ayuso no tener siquiera que pedir su voto. Cuestión distinta es que parte del triunfo de la ganadora se deba a que haya hecho suyos algunos de los postulados de Vox.
  • El papel de Vox en el proceso ha sido, como era de esperar, simétrico al de UP: ambos han sido los responsables más directos, aunque no los únicos, del clima irrespirable instalado durante la campaña. Al final, el votante, el pueblo, los ha dejado a ambos donde deben estar: lejos del Poder. 


Así que ahora, cuando ha vuelto la calma…

  • Bueno será recordar que estas elecciones solo valen para dos años; el tiempo que tiene por delante la Presidenta para demostrar para qué nos ha hecho ir a votar ahora.
  • Tampoco olvidemos que Madrid es importantísimo pero que España es más grande, más diversa y más compleja que cualquiera de sus partes. Ni tampoco que lo que pasa en Madrid afecta al resto del país, guste o no.
  • El Partido Socialista entra en una encrucijada de la que veremos cómo y cuándo sale. Mientras busca chivos expiatorios, tiene que gestionar un Gobierno de coalición con UP también a las puertas de la UVI, cuyas reacciones, por tanto, están por ver. ¿Y cuál será ahora el comportamiento de sus más que dudosos socios de investidura? Andalucía, su gran feudo, se alborota, la Federación de Madrid está sede vacante y por lo que se sabe de lo tratado en su Ejecutiva, no es posible imaginar hasta dónde ha llegado su ejercicio de autocrítica. ¿O con los niveles de participación del día 4 alguien puede pensar que el problema del PSOE es que el pueblo se ha equivocado? 

Por último, permítanme el resumen del resumen: ha ganado quien mejor lo ha hecho, y han perdido los que lo han hecho mal o peor. El resultado no solo es indiscutible sino tranquilizador: los extremos del arco parlamentario han perdido fuelle, así que el PP no tiene por qué tirarse al monte, y el PSOE va a tener tiempo por delante para reflexionar qué debe hacer para volver donde quiere estar.



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