sábado, 30 de octubre de 2021

 La vivienda y su Ley

Solo un anteproyecto

Más tarde de lo previsto, después de varios anuncios fallidos, por fin el Gobierno (Gobierno de coalición, ya saben) dice que ha dado a luz el Anteproyecto de Ley de la Vivienda. ¿Sería tal vez oportuno aplicarle la calificación de "parto de los montes"? Es posible; el tiempo lo dirá. 

Una somera lectura de las informaciones disponibles sobre el contenido del anteproyecto provoca sorpresas, alegrías o disgustos; depende del talante político del lector. En cualquier caso, el acuerdo me parece lo que quizás es: el resultado de un laborioso proceso de negociación entre dos formas distintas de resolver un problema grave y apremiante.

Se abre ahora un camino largo, probablemente lento y de resultados impredecibles. La Ley va a tramitarse por el procedimiento normal, salvo que triunfe la tesis de UP, lo que hace esperar que el texto definitivo ni será el que ahora conocemos, ni lo veremos publicado antes de quién sabe cuándo. 

No lo tomen como vaticinio sino cómo acertijo ¿qué llegará antes, la Ley de la Vivienda o los resultados de las próximas elecciones generales? Y si es lo segundo ¿en qué quedará el texto actual? Por último ¿seguro que sería necesario el triunfo de los Partidos conservadores para una reconsideración del proyecto o bastaría con que no fuera necesario reeditar el actual Gobierno de coalición? 


Reflexiones que no vienen mal antes de empezar

La vivienda es más que un bien material: es uno de los pilares sobre los que se asienta la vida de los humanos desde que abandonó el nomadismo, si es que no es anterior. Sería, pues, deseable que el modo en el que vaya a enfocarse esta materia fuera el fruto de un acuerdo lo más amplio posible. Por lamentable que sea, no veo indicios de que vaya a ser así.

No obstante, hay una realidad poco o nada discutible: en términos estadísticos y de valoración social, en España se le ha dado prioridad a la vivienda en propiedad frente a la ocupada en régimen de alquiler.  

A este respecto,

  • Hace años leí un documentado trabajo que llegaba a una sorprendente conclusión: la relación entre subdesarrollo y vivienda en propiedad era evidente. En el año 1988, creo recordar, el país con un mayor porcentaje propietarios de viviendas Bangladesh; en el extremo opuesto, Suiza. España estaba entre los países en que la proporción de casa propia era mayor.
  • Tenemos un parque escaso de viviendas de alquiler y su precio es elevado en relación con las rentas disponibles. No tiene sentido compararnos con Luxemburgo o con Londres para consolarnos. Es un espejo tramposo.
  • El desequilibrio se agrava cuando el aspirante a arrendatario es menor de 30 años.

Dejo para otra ocasión profundizar sobre las ventajas e inconvenientes de propiedad versus alquiler, pero, a propósito de cómo resolver este último problema, cómo lograr que el alquiler de vivienda se accesible para los jóvenes, no hay duda de que se puede incidir sobre cualquiera de los dos términos del problema: bajar los precios de los alquileres, o mejorar los ingresos del futuro arrendatario. Alquileres más baratos o salarios más altos (o las dos cosas ¿verdad?) La Ley que comento, por supuesto, sólo trata de moverse en el primer parámetro.


El complejo entramado de los derechos constitucionalmente protegidos

Barrunto tiempos en los que oradores desmelenados tratarán de utilizar la Constitución como arma de combate. Ya han empezado, de hecho, antes de que el anteproyecto viera la luz. 

Dadas sus carreras de origen, muchos de los vociferantes detractores del anteproyecto, deberían recordar que ni hay derechos absolutos, ni, como era de esperar, nuestra Constitución los ampara.

  • Ni siquiera el derecho a la vida (véase el Art. 15) goza de una protección "absolutamente absoluta" ¿Cómo esperar que la Carta Magna lo haga con los demás?
  • Es evidente que la Constitución reconoce y ampara el derecho a la propiedad  privada. Pero tal vez convenga leer completo el Art. 33 y no quedarse en el punto 1: tampoco la propiedad es un derecho absoluto.
  • No es menos cierto que el derecho de todos a una vivienda digna y adecuada encuentra respaldo expreso en el art. 47 del mismo cuerpo legal.
  • Por último, todos los Artículos de la Constitución, nos atañen y nos obligan, nos permiten o nos prohiben algo. Todos: no sólo los que vienen bien al argumentario del momento. 

Por tanto, si la Constitución protege la propiedad privada pero no en términos absolutos, y si el mismo texto habla del derecho a una vivienda digna, pero no impone al propietario particular la carga de hacerlo efectivo ¿Cómo hacer que ambos derechos convivan y no se excluyan mutuamente?


El mercado, las ideologías y las soluciones alternativas

Que el modelo socioeconómico consagrado en nuestra Carta Magna descansa en los principios básicos de la economía de mercado, ofrece pocas dudas. Otra cosa es que ambos extremos del arco parlamentario traten de convencernos de que en el texto sólo hay mercado o que en la Constitución sólo hay derechos sociales. 

  • Dicen quienes se ganan la vida explicando cómo funciona esa entelequia abstracta, "El Mercado", que la Ley de la Oferta y la Demanda, no está en el decálogo, pero que eso se debe a un defecto de traducción del texto que Dios le entregó a Moisés. Así que si se contrae la demanda, cosa que ocurriría si se coarta la libertad del propietario de viviendas, suben los precios de los alquileres.
  • También admiten los mismos especialistas que en un escenario concreto, la capacidad de influencia sobre los precios de quien controla una parte significativa de la demanda es un hecho determinante: subirán o bajarán no a su capricho, pero casi.
  • Siendo así las cosas, ¿alguien ha visto algún precepto constitucional que prohiba o limite la capacidad del Estado (Estado en su sentido más amplio posible) para edificar, ser propietario y después arrendador de viviendas?

Es posible que una política expansiva en este sentido, viviendas públicas para todos los segmentos sociales, con alquileres relacionados con las características de las viviendas, influyera de forma decisiva en el mercado de las viviendas de alquiler. Dotaría, además, a las Administraciones concernidas, Ayuntamientos en especial, de unas fuentes de financiación recurrentes, pero esa es otra historia 

Habría que blindar el modelo de manera que fuera imposible la enajenación posterior de ese parque, pero creo que a largo plazo haría mucho más por la solución del problema que entrar en la doble vía de las limitaciones de derechos que siempre habría que justificar, y la de subvenciones, desgravaciones, penalizaciones, bonificaciones, bonos y pamplinas sometidas todas a una inextricable casuística, que acaban siendo caldo de cultivo de corruptelas infinitas.


Una contradicción interna: la Ley que podría no aplicarse

Algunas de las medidas más polémicas, las que tienen que ver con el intervencionismo puro y duro en materia de precios de alquiler, dicen que adolecen de precisión terminológica y, por otra parte, su puesta en práctica efectiva dependería de la voluntad de Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.

Tiempo les ha faltado a los portavoces de Partidos poco dados a colaborar con el Gobierno para anunciar que las CC. AA. bajo su control no aplicarán esas partes de la Ley. Llamativo que el anuncio sea anterior a conocer el texto al que se oponen, pero no es la primera vez que ocurre.

Cabe otra peregrina interpretación de esta aparente anomalía: ¿y si alguien no quisiera que "su" Ley se aplicara tal como está ahora? Todo indica que el texto actual no es el que le hubiera gustado a ninguno de los dos socios de Gobierno: se queda corto para UP y puede parecer excesivo para PSOE. ¿Podría ser éste el mecanismo de dejar en agua de borrajas la parte más intervencionista de la Ley? Personalmente lo dudo, porque si se me ha ocurrido a mí, ¿cómo iba a pasar inadvertido para la sagacidad de varias Ministras y Ministros, aunque sean de UP?


Mi resumen

Suerte para quienes tengan que debatir el texto definitivo; tendrán que afilar sus argumentos, su capacidad de negociación para dar con el texto final, porque se enfrentan a una materia trascendental para el futuro de más de una generación.

Desde mi condición de ciudadano con derecho al voto, a mi propia opinión y al uso de la palabra, también la escrita, me atrevo a exigirles altura de miras, olvido de banderías y sumisión a su obligación de mirar por el bien común, más allá de los prosaicos cálculos electorales de su Partido, sea el que sea.

sábado, 23 de octubre de 2021

 Un año más, Ley de Presupuestos

La naturaleza política de los Presupuestos

Todo es política, y si hablamos de dinero, más. No es de ahora: siglos atrás el debate político por excelencia, no importa dónde ni cuándo, se centraba en el control de los fondos que el Poder exigía a sus súbditos. Los intentos de limitar el poder del soberano, la misma idea de libertad, el oro para la guerra, afilaban los argumentos usados en Parlamentos, Juntas Generales o como quiera que se llamaran los órganos de representación. Las cuentas del Reino, de la República, del Estado lo eran todo.

Tanto daba que en el debate estuviera representado el pueblo llano o solo la nobleza y el alto clero, cuando se hablaba de dinero clanes y banderías marcaban territorio, definían sus márgenes y buscaban alianzas para conseguir sus fines o para impedirlos. Un repaso a la Historia muestra que la limitación del poder de los reyes, el camino hacia las libertadas ha cabalgado con frecuencia sobre los debates presupuestarios. 

Henry Kissinger, alejado ya del poder, comentaba que cuando un Presidente llega al poder desconoce que su margen de maniobra apenas sobrepasa el 10 % del presupuesto, pero que el uso de ese exiguo porcentaje es suficiente para establecer la diferencia entre demócratas y republicanos.

Lo dijera Kissinger o no, me parece a mí que hay más que esa pequeña porción del pastel presupuestario: intervenir más o menos en la vida del ciudadano, decidir de dónde sale el dinero que el Estado necesita; optar por recaudar más o por gastar menos, y, sobre todo, a qué se va a dedicar el dinero de todos, es, en esencia, lo que establece la diferencia entre Gobiernos de uno u otro color.

Y, por otra parte, decidir a quién acudo para sacar adelante mi propuesta, con quién me alío, qué debo hacer para atraerme al otro, qué me pide a cambio, qué puedo darle por su ayuda, dibuja el mapa político del país, en el sentido ideológico del término.

Procuremos, por tanto, no rasgarnos las vestiduras ante lo que está por venir, por las frases altisonantes, las salidas de tono, las exageraciones flagrantes con que unos y otros tratarán de justificar sus posiciones.

Lo que está en juego, es lo de siempre: la confrontación de construcciones doctrinales sobre el modo de organizar la vida en común. Recordemos que el que ahora truena contra ayudas periféricas igual hablaba gallego en la intimidad o hablando de los terroristas se refería a ellos como "Movimiento de Liberación Nacional". Antes y ahora, recabar apoyos exige abonar peajes que tiempo después tratan de olvidarse. 


El caso español

Aquí estamos un año más, a punto de comenzar el verdadero debate presupuestario en sede parlamentaria, pero con las primeras escaramuzas a la vista apenas se ha anunciado que hay acuerdo en el seno del Gobierno. No es un año cualquiera, en verdad, así es que preparemos algunos litros de in fusión de tila porque el tiempo de las barbaridades ha empezado.

  • El oro europeo, la recuperación económica y las formas de conseguirla, afilan las lenguas de nuestros, ya de por sí, muy cacareantes portavoces. Lo que hemos oído hasta ahora es sólo un modesto anticipo de lo que nos espera. Cuando antes de conocer la propuesta algunos dicen que " los Presupuestos nacen muertos", que "certificarán la quiebra de España" o que "Bruselas los enmendará", están poniendo de manifiesto que hablar de Presupuestos Generales del Estado es hablar de política, y en ésta es imprescindible establecer los límites del territorio de cada uno. Hay que descartar, por consiguiente, que, precisamente ahora, oposición y Gobierno vayan a ir de la mano.
  • Cuando además se da la circunstancia de tener que sacar adelante las cuentas del Reino en un Parlamento fragmentado, el camino para lograr mayorías suficientes para conseguir un resultado o su contrario, convierte el hemiciclo en un cenagal de acusaciones mutuas. Hay juegos que todos practican… y todos olvidan lo que ellos hicieron cuando lo necesitaron. Unos y otros acaban usando la munición con la que en ocasiones pasadas fueron apedreados 
  • Y todo esto, para desconcierto de la ciudadanía, se juega en varios planos, el parlamentario, los escenarios mediáticos y, en especial, los cenáculos ocultos donde unos y otros tratan de llegar a acuerdos, apoyos por concesiones, de los que el contribuyente sólo tiene vagas sospechas, cuando no es víctima de falsedades interesadas aireadas por los que tratan de boicotear los acuerdos.


Arnaldo Otegi, mil cadáveres después

Y en esas estábamos cuando Arnaldo Otegi habló  dos veces. El santón andante del tenebroso submundo en el que se fraguó y ejecutó el asesinato de casi un millar de compatriotas, compatriotas míos y, le guste o no, también suyos; ese portavoz del enjambre de alucinados a los que de una manera o de otra aún podríamos imputarle la responsabilidad de 377 muertes que siguen sin esclarecerse, lo hizo primero en español, para todos, y después en vascuence, sólo para los suyos.

  • Dijo en castellano que lamentaba el sufrimiento de las víctimas y que todo aquello no debería haber sucedido. No pidió perdón, ni se comprometió a colaborar con las fuerzas del orden para identificar a los autores de esos casi cuatro centenares de muertes. Pese a todo, hace pocos años, oír cosas como ésas saliendo de tal boca, lo habríamos celebrado con champán. Hoy… Más vale tarde que nunca y mejor es algo que nada. A mí el arrepentimiento de ese "hombre de paz" como lo llamó un día un tal Pablo Iglesias, ni lo pido ni lo añoro: me trae sin cuidado, me deja frío, porque no lo creería aunque lo jurara de rodillas.
  • Y luego, en euskera, si hago caso a los subtítulos, les explicó a sus "gudaris" que, al fin y al cabo, decir lo que dijo, si con ello sacaba de la cárcel a los 200 asesinos que siguen en ella, no sólo era justo, sino el preámbulo para votar los presupuestos. Y eso, sí que no: el dolor no está en venta.
  • No tengo por qué no creer al Presidente del Gobierno. Ha dicho en sede parlamentaria que no cambiará presos por votos: dicho queda y en poco tiempo veremos si dice o no la verdad. 

Déjenme, no obstante, que haga una somera cuenta y que saque alguna conclusión.

  • EH Bildu cuenta con 5 escaños en el Parlamento y Ciudadanos con 9. ¿Ha pensado en algún momento el cada vez más vociferante portavoz de lo que un día fue el centro que tiene en su mano convertir en irrelevante lo que diga o haga la banda de Otegi? Porque ni Don Sánchez, ni Don Casado, ni Dª Arrimadas, ni nadie puede evitar que Bildu vote lo que le dé la gana, pero sí que tenga la menor posibilidad de pedir algo a cambio de su voto.
  • La inmensa mayoría de los votantes, la totalidad, supongo, de nuestros representantes sabemos quién es quién en la política española. Por una vez, y espero que sirva de precedente ¿por qué no obrar con la lógica que impone el respeto a la memoria de casi un millar de víctimas? La responsabilidad de aislar a Bildu trasciende el margen de maniobra del Presidente del Gobierno: hay muchas más cartas en la baraja que pueden jugarse sin renunciar a seguir luchando por lo que cada uno espera conseguir de los próximos Presupuestos. 


El estrambote del bono cultural y la ayuda a la vivienda para el votante joven

Hay debates sobre el importe y origen de los fondos necesarios, y los hay también sobre su destino. En resumen, cuánto se gasta, en qué, y de dónde sale. Recaudar más o gastar menos. Y hay otros debates menores que a veces se olvidan: ¿remedios caseros o medidas de fondo?

  • No sé si fue un globo sonda o iba en serio. Oí a Pedro Sánchez presumir de algo así como "el bono cultural": 200 millones de € que irían a las manos de los que acabaran de cumplir 18 años para dedicarlos a "la cultura". Cine, teatro, conciertos, libros y no sé si algún otro fin. No para ir a los toros, pese a la condición de bien cultural nacional de la fiesta. ¿Qué quieren? Me pareció una patochada, una tomadura de pelo, un dudoso intento de apalabrar algunos votos y una estúpida forma de enmascarar la ayuda a un sector, el cultural, muy perjudicado por la pandemia. Y digo yo ¿Tan grave es llamar a las cosas por su nombre y tan difícil encontrar otro camino más corto para ayudar al sector?
  • Por otra parte, me paré a pensar y me dije que está más que bien ayudar a hosteleros, restauradores y taberneros. Si tienen que adueñarse de las aceras para siempre, pues que así sea, ya iremos los peatones por los tejados; y, ya de puestos ¿por qué no echar una mano a libreros, cineastas, cómicos y tocadores de zampoñas? Nos alegran la vida y ensanchan nuestra mente, así es que, muy bien: vamos a ayudarlos. De pronto me pregunté qué pasaba con ferreteros, merceros, zapateros, tenderos varios, hojalateros, electricistas y menestrales de toda laya y condición ¿aparecerían también en cualquier rendija del Presupuesto o sus escasas posibilidades de generar ruido social los iba a dejar a la intemperie? Pregunta retórica, claro: quedarán al raso, sin partida protectora. No hay cosa mejor para mamar de la teta pública que poder alarmar al que manda. 

He oído también el estrépito montado a propósito de la pregonada ayuda para alquileres juveniles. Está muy bien, me digo, ayudar a la emancipación de los jóvenes, que, con los precios actuales de los alquileres, parecen condenados a convivir como tercera generación bajo el mismo techo. Sí pero…

  • ¿El alquiler en Barcelona, Madrid o San Sebastián está al mismo nivel que Zamora, Soria o Rodrigatos de la Obispalía? ¿Serán todas las ayudas del mismo importe? 
  • ¿Tiene tantas dificultades para llegar a fin de mes el nieto de Don Amancio Ortega que el hijo del ex empleado de "Talleres La Polvorienta", parados desde hace cinco años el empleado y su jefe? ¿El nieto de uno y el hijo del otro percibirán el mismo bono si su edad es la misma?
  • Y, sobre todo, si lo que encarece el alquiler es la descompensación entre oferta y demanda ¿No sería mejor ir a la raíz del problema y dotarnos de un buen parque de vivienda pública en régimen de alquiler? No sólo para familias en riesgo de exclusión social (antes llamadas "pobres"), sino para todos los niveles, porque no tendrían por qué tener los mismos precios de alquiler. La medida sería costosa y larga, o sea que no se le vería el rendimiento en votos dentro de dos años, y eso, para quienes piensan en los próximos comicios y no en las próximas generaciones, carece de interés.


Creo que voy por mal camino

Releo lo escrito y caigo en la cuenta de que si me dedico a criticar a mi derecha y a mi izquierda, ahora que el centro ha pasado a mejor vida, me pregunto con quién podré hablar, porque la experiencia me dice que cuando pasa el tiempo puede que pierdas amigos, pero los enemigos o se mantienen o aumentan.

Que tengan ustedes un buen fin de semana.

sábado, 16 de octubre de 2021

 El buen camino: renovación de órganos institucionales

La actualidad manda

Hasta hace un par de días pensaba haber dedicado este post al examen de la nonata Ley de la Vivienda. Me parecía que no era mala cosa dar alguna pista sobre qué opinar a propósito una Ley que no parece que vaya a dejar indiferente a nadie. 

No obstante, como no suelo hablar de lo que no conozco, me puse a buscar el texto del proyecto. ¿Resultado? Aún no se ha publicado. Hablan las tertulias, pontifican los portavoces, polemizan los medios, pero calla el BOE, así que esperaré a leer el proyecto antes de opinar sobre futuribles. 

Hay dos cosas, sin embargo que sí puedo adelantar

  • Si la portavoz del Gobierno dice que el Consejo de Ministros ha aprobado un proyecto y el BOE no lo publica ¿cómo interpretarlo? Descartado que el Director del BOE se haya echado al monte y esté en busca y captura, dando por supuesto que habría más de una copia del texto, o sea que no se ha perdido ¿podríamos pensar que los socios del Gobierno no han terminado de ponerse de acuerdo? Ustedes, no sé: yo me apunto a esta posibilidad. Lo que sea sonará, si es que llega a sonar algo.  Dicho de otra manera ¿seguro que ya hay acuerdo entre PSOE y UP?
  • ¿Y no les parece una exageración que esa Ley, el texto de cuyo proyecto sigue sin conocerse, haya sido ya tan elocuente, tajante y escandalosamente descalificado? ¿No? Pues a mí, sí, qué quieren que les diga. Aunque de lo que estoy seguro es de que si, al final, todo queda en agua de borrajas no faltará quien se cuelgue la medalla del aborto del proyecto.

Pensé luego hablar del proyecto de los próximos Presupuestos, pero me dije que en tanto los portavoces parlamentarios se despachaban a gusto, tiempo tendría para ir madurando mis comentarios, que aún falta tanta tela por cortar que no a va ser tiempo lo que me falte para pergeñar lo que quiera decir. 


De repente, el último verano

Visto y oído que estamos a punto de presenciar un acuerdo PSOE/PP para la renovación de casi todos los órganos constitucionales que siguen en funciones, me ha venido a la cabeza, sin ninguna razón que lo justifique, el título de la soberbia película de Joseph L. Mankiewicz que Elizabeth Taylor, Montgomery Clift y Katharine Hepburn nos regalaron en 1959. 

Quizás se deba a que apenas ha concluido el verano, "de repente" nos hemos encontrado con una espléndida noticia: órganos que llevaban en funciones períodos de tiempo más o menos largos, eso depende de cada uno de los casos, están a punto de volver al buen camino. Sólo nos queda en el limbo el Consejo General del Poder Judicial, de momento, al menos.

Visto y no visto: Pablo Casado lo ofrece en el Congreso, Pedro Sánchez recoge el guante, García Egea y Bolaños se ponen a la tarea y al día siguiente… ¡Fumata bianca! No era tan difícil. Pese a la aparente facilidad de lo conseguido, permítanme unas reflexiones que, como casi siempre terminan siendo preguntas.

  • ¿Por qué ahora y no antes? ¿Qué ha pasado desde la última vez que ambos líderes se tiraron los trastos a la cabeza? ¿Tan fácil era pasar del insulto mutuo al apretón de manos? Parece como si Casado, que es quien ha tenido la iniciativa, perciba ahora una cierta seguridad interna que le permita dedicar su tiempo a otras cosas. ¿O será que necesita volver a mirar al centro, olvidar algunos de los dislates oídos en la Convención trashumante, y ganar protagonismo en busca de una interesante franja de votantes que podrían escapársele?
  • Algo de eso podría haber si uno analiza los disparates que casi sin tiempo para terminar de oír la noticia, buena se mire por donde se mire, han salido de los portavoces de Vox (llegar a acuerdos con los cómplices de terroristas, independentistas, golpistas y no sé que "istas" más) y Ciudadanos (repartirse España entre dos, como si los demás no existieran).

Pese a quien pese, aunque disguste a los minoritarios, me siento entre quienes se alegran de cualquier paso que nos acerque a la normalidad más completa. Tengo la impresión de que somos mayoría.


¿Es que no podría hacerse mejor?

Siempre, no faltaría más. No hay obra humana que no sea susceptible de mejora, pero a mí el rasgado de vestiduras a duo de los compañeros habituales del PP en oposiciones  furibundas, y pronósticos catastrofistas, me suenan a desencantos más próximos a la envidia que a la enjundia.

Sólo una puntualización a la diatriba de cierto ejemplar de uno de los quejosos que criticaba que "el PP estuviera dispuesto a pactar con el Gobierno Socialcomunista". No señor, usted, pese al prestigioso cuerpo de la Adminstración al que pertenece, debería saber muy bien, que la Constitución no encomienda al Gobierno, sino al Parlamento la tarea de acordar estos asuntos. O sea, a los Partidos, es decir, Partido Socialista y Partido Popular en este caso ¿A que lo recuerda, ahora que se lo digo? ¿Que ya lo sabía? ¡Vaya!

Volviendo a si podría hacerse mejor las cosas, creo que hay dos que deberían y podrían mejorarse sin demasiados problemas:

  • Una sería "abrir el campo" para terminar con las minorías sordomudas. Es cierto que basta con lograr la mayoría de 2/3 (u otras, según qué casos), pero nada impide que en la negociación participen todos los grupos parlamentarios que se sientan con ánimo para ello. Después, ya podrán irse decantando las mayorías imprescindibles. Lo que se viene haciendo, reuniones a puerta cerrada entre dos Partidos, no es ilegal ni inconstitucional, pero me recuerda al conocido dicho de Juan Palomo.
  • Otra medida que tampoco sería difícil implementar, aunque ésta si exigiría alguna reforma legal (no constitucional, me parece a mí) consistiría en habilitar al Parlamento para examinar a los candidatos en los que acaban plasmándose estos acuerdos. Exigir antes de la aprobación en el Pleno, un examen de idoneidad de cada candidato por la Comisión competente según la materia.


La guinda del pastel: El Consejo General del Poder Judicial

Y digo yo, señores Casado y Sánchez: ahora que han cogido carrerilla ¿tan cuesta arriba se les hace rematar la faena, continuar con lo hecho y acordar lo que falta? Piensen

  • Señor Sánchez, no crea que nadie vaya a echarle en cara que si cede en alguna cosa (en alguna, no digo que en todas) ni que sus huestes vayan a recordarle alguna de sus agraciadas ocurrencias ("no es no", y cosas así). Al contrario: estaría usted en inmejorables condiciones para que se le creyera cuando dice, yo ya lo creo ahora, de verdad, que no es el más radical de los gobernantes del occidente cristiano. Al contrario: sería la fehaciente prueba de que usted, llegado el caso, es capaz de poner el interés de España por encima del suyo, del de su Partido y del de su Gobierno. 
  • Señor Casado, mírese al espejo y verá que después de estos acuerdos a punto de fructificar, está dejando de ponérsel, cara de Hernández Mancha, como hace un par de días le oí a un amigo mío. Usted necesita tener su propia trayectoria, diferente de la que marcan otros en nombre de principios que ellos no aplicaron. Le digo lo mismo que a Don Pedro: no aspire a ganar por goleada; céntrese en lo que España necesita, que es, entre otras cosas, que no sea Bruselas sino usted y sus colegas, no importa de qué Partidos, los que resuelvan nuestros problemas.

¡Ah, si todo terminara bien! Habría llegado el momento de recuperar el sosiego, la normalidad, la cortesía parlamentaria. No le pido a nadie que deje de gobernar, ni de oponerse; estoy demandando, como la inmensa mayoría de ciudadanos, razones para no avergonzarme de mis representantes. 

Añoro los tiempos en los que la defensa de las posiciones políticas de cada uno no necesitaban del insulto, sino que se resolvían en clave de ironía y buen humor. ¿O alguien cree que porque Fraga, Carrillo, Guerra, Trillo no vociferaran como hooligans borrachos habían perdido de vista qué ideologías defendían?



sábado, 9 de octubre de 2021

 La Convención peregrina


No hay derecha sin izquierda, ni izquierda sin derecha

Pretendo escribir este post con el máximo respeto al Partido Popular; y a sus seguidores, ya lo sean como dirigentes, militantes, simpatizantes o meros votantes. Como no podría ser de otra manera si tomo en cuenta que es un Partido que, en los tiempos presentes es el máximo exponente de una ideología que, genéricamente, representa a la mitad de la ciudadanía española.

Siempre ha habido, hay y habrá derecha e izquierda; desde Grecia,(¿por qué no desde Sumeria?) hasta hoy, puesto que ambos términos, derecha e izquierda, son conceptos posicionales, relativos y porque se necesitan mutuamente.

Solo hay derecha, si existe la izquierda, y viceversa; solo hay bien, si hay mal; día si hay noche; riqueza y pobreza, etc, etc. Cualquier intento, y ha habido muchos, de terminar con una de las dos, está llamado al fracaso, porque apenas dado por conseguido el objetivo, reaparece el desaparecido en las propias filas del supuesto vencedor, y vuelta a empezar.

Progreso o tradición, libertad o igualdad, prevalencia del derecho a la propiedad o prioridad a su uso social, orden o justicia, individuo o sociedad, son falsos dilemas eternos, porque hasta ahora nadie ha sido capaz de dar con la síntesis que logre lo deseable: casar los aparentes conceptos opuestos. Igualdad en libertad, progreso respetuoso con la tradición, orden justo o justicia ordenada, seguirán siendo quién sabe hasta cuándo, sueños inalcanzables.

Dicho todo esto, nada nuevo desde luego, permítanme algunos comentarios sobre la reciente convención itinerante del Partido Popular que la semana pasada comenzó en Santiago de Compostela, y terminó en loor de multitudes en la plaza de toros de Valencia, después de sucesivos desembarcos en Valladolid, Madrid, y Sevilla; plazas, todas ellas que ostentan la capitalidad de Comunidades gobernadas por los populares. 


Consolidando a Casado

Se trataba, me parece a mí, de cerrar ciertos desajustes, algunas rivalidades, tal o cual desencuentro interno que en los últimos tiempos habían enturbiado las aguas, no tanto por discrepancias doctrinales, mínimas, se miren como se miren, sino por las rivalidades personales que acaso no fueran tanto las de los aparentes púgiles, Casado versus Ayuso, sino sobre el papel del mentor supremo del conservadurismo español. 

Hablando en plata ¿quién debe mandar en el Partido, el que muestra su cara como próxima cabeza de cartel, o el que en la sombra mueve los hilos? Dicho de otra manera ¿dónde está el poder, en el sillón presidencial o en quien tiene la capacidad de decidir quién se sienta en él?

Vistas así las cosas, si se trataba de soldar fisuras, la consecuencia inmediata de la intención de consolidar oficialmente el liderazgo de Pablo Casado, era o ha sido la necesidad de aplazar el viaje al centro que él inauguró en el Congreso de los Diputados el día que se desmarcó pública y estentóreamente de Vox. 

Disuelto en la nada por sus propios errores el posible competidor del PP para ocupar el centro del espectro político, (Ciudadanos es apenas un zombie parlamentario que si se le oye es gracias a la complacencia del PP en nombre de una aparente cortesía parlamentaria y a que la izquierda trata de revivir, a veces, un cadáver que ya empieza a oler), la pugna por la representatividad del electorado conservador sólo puede darse en la confrontación con Vox.

El botín es sustancioso, porque la formación de Abascal hace tiempo que ha dejado de ser una anécdota marginal. Cuestión distinta es averiguar si el diseño estratégico de cómo ganar ese pulso es o no el correcto. ¿Debe competir en el terreno elegido por Vox o es mejor marcar territorio y ofrecer al votante de derechas dos opciones bien diferenciadas? ¿Enfoque emocional o planteamientos doctrinales? Ya veremos ¿quién puede predecir el futuro? En todo caso, una convención no es más que un episodio promocional con efectos a corto plazo. Definir la ideología, difundirla y convertirla en dominante es mucho más complicado que lograr éxitos de crítica y publico en actos como los que acaban de terminar.


Los aciertos del periplo 

  • La fórmula. Más allá de las críticas fáciles e quienes no comulgan con el PP, personalmente creo que la novedad de llevar la convención por las plazas fuertes del poder del Partido, ha sido un acierto, porque, por una parte, visualiza la diferencia de planteamientos entre las posiciones PP/Vox ante el estado de las Autonomías, por otra, reagrupa y alinea liderazgos regionales y dirección estatal, y, finalmente, acerca la lejana  y baqueteada "Calle Génova" a la España real.
  • El momento. Es posible que haya sido una casualidad, pero, si así ha sido, se ha sabido aprovechar: la romería política se ha organizado a caballo del desmantelamiento de las medidas restrictivas impuestas por la pandemia. La primera de las libertades, la más visible, la indiscutible, aunque tantas veces haya sido y siga siendo cuestionada y limitada, es la libertad de movimientos. Ir de un lado para otro es la más elemental de las maneras de vernos libres, y, en aquel dilema de que hablaba, libertad/igualdad, es evidente que el conservadurismo dice abanderar la libertad, y el progresismo la igualdad (Ya sé, ya sé que la izquierda es libertaria y la derecha igualitaria, o eso insisten en decir unos y otros).
  • La concordia entre ex. Hacer coincidir en el tiempo aunque no en el espacio a los dos polos históricos que simbolizan los límites del Partido, Aznar y Rajoy, sin que se tiraran de los pelos ni se pusieran a parir panteras, ha sido una buena jugada. Luego… algún titular han dejado, pero esa es otra historia. Lo cierto es que no ha habido explosiones de cólera ni declaraciones escandalosas.
  • La paz interna. La oportuna reaparición de Dª Isabel, la Sirenita del Manzanares, tras su rápida gira presidenciable a la capital del Imperio, ha sido percibida como signo de normalidad. Por lo que a mí respecta, me parece más aparente que real, pero tiempo tendremos de verificarlo. Las edades de los contendientes, tanto dan para pensar en una rivalidad por los siglos de los siglos, como para suponer que tiempo tendrán ambos para ver cumplidas sus respectivas, coincidentes e incompatibles ambiciones. 

Los errores

Que también los ha habido, ¿cómo no, en un evento tan largo y en el que se ha hablado tanto y por tantos ?

  • Medalla de bronce para el discurrir tranquilo y apacible de don Mariano Rajoy, que, tras considerar a Santiago como cuna de la civilización occidental, desmesura que casa mal con el cauto espíritu galaico, en su habitual tono educado y un tanto aburrido deslizó indisimulados elogios a ciertos logros del demoníaco gobierno social-comunista-y-de-los-grandes-expresos-europeos, para pasmo y desasosiego de sus oyentes. Que conste que esto mismo, dicho por ahí fuera, Alemania, Reino Unido, habría sido una mera muestra de cortesía, pero aquí, en celtiberia suena a heterodoxia, a herejía.
  • Medalla de plata para quienes se ocuparan de elegir a los invitados. Te pasas de frenada y pasa lo que pasa: un ex pepero como Vidal Cuadras añora el Estado centralista preconstitucional en la sede de una Comunidad autónoma; alaba Casado a un tal Nicolás Sarkocy y al día siguiente lo condenan por financiación ilegal de su Partido; y, bellotazo de plata, por aclamación, para mi admirado Vargas Llosa que acusa al pueblo de no saber votar lo que le conviene ("Lo importante no es que haya libertad en esas elecciones, sino votar bien"). Lo que demuestra que se puede escribir como los propios ángeles y ser un analfabeto político, o, para ser más preciso, vivir instalado fuera de las esencias de la democracia, sin que las columnas del Olimpo literario se vengan abajo.
  • Medalla de oro, por mor de su posición en el evento y por la desmesura de su juicio, para el flamante aspirante a próximo Presidente del Gobierno de las Españas. Espoleado por la grandeza de su futuro cargo, quizás con la intención de hacerlo aún más grande, dijo que "el Gobierno de Sánchez es más radical que los de Hungría o Polonia". Criterio que no comparte ni su compañera de grupo europeo, Ursula Von der Leyen, aunque lo que quizás quiera decir que para el joven Casado, toda radicalidad, por definición, es patrimonio de la izquierda.

Mi resumen

Más allá del recurso fácil a las descalificaciones de los socios del Gobierno actual, de sus socios presentes o futuros, he echado algo en falta y me ha llamado la atención otro detalle:

  • Pese a los títulos de las ponencias, no ha habido verdaderos debates teóricos. No suele haberlos en nuestras formaciones políticas, lo que redunda en una generalizada pobreza doctrinal que trata de ser paliada, una y otra vez, con la retórica y con el uso y el abuso de las diatribas exageradas. Donde debería haber ideas propias, diferenciadoras, encontramos excesos verbales, artificios oratorios, juicios críticos sobre el comportamiento de las formaciones contrarias. Al final, cada uno se afianza contra algo, más que a favor de nada.
  • Todo indica que la coalición gobernante terminará su andadura. Si eso es así, me ha parecido detectar un cierto tono electoralista fuera de lugar, o, más bien, antes de tiempo. Las próximas elecciones serán dentro de dos años; ni se puede estar dos años en campaña, ni mantener la tensión de los tuyos tan encendida como si se tratara de votar dentro de tres semanas.
  • Pese a todo, el saldo final de la convención, para los intereses del Partido Popular, se entiende, ha sido positivo o, en términos docentes, "Suficiente". "Bien está lo que bien acaba", decía el título de la comedia de Luigi Pirandello, pero ¿saben? Echo de menos las maneras exhibidas por los alemanes cuando cambia el signo del Gobierno ¿será que han caído en la cuenta de que para oponerse a algo se necesita a dos al menos?


 



sábado, 2 de octubre de 2021

 Las andanzas del fugado (Cap. 74) y otros sucesos de mayor fuste


¿Quién detuvo a Puigdemont?

¿Y qué más da? La ventaja de dejar pasar un cierto tiempo entre la noticia y el comentario es que con la distancia ganas perspectiva. Un buen día, o malo, depende de para quién, te enteras de que el fugado Puigdemont, de excursión por Cerdeña, no se sabe si para asistir a un recital de los coros y danzas secesionistas, para entrevistarse con alcaldes isleños de su cuerda o a ciencia y conciencia de que llevaba algún tiempo sin salir en los papeles y algo hay que hacer para que hablen de ti aunque sea bien, ha sido detenido por la policía italiana y puesto a disposición de la justicia.

Uno, adicto espectador de las aventuras del Comisario Montalbano, no dejó de extrañarse del celo de los carabinieri, si es que fueron ellos los que le pusieron la mano encima. Luego vino el ruido: prensa, radio y televisión cayeron en la trampa y airearon el episodio hasta el aburrimiento; políticos de toda laya y condición declararon, ninguna originalidad al respecto, lo que cualquier avisado lector supone que va a decir el portavoz de este Partido, y el otro, y el del extremo opuesto. 

Cábalas sobre por qué y para qué fue don Puigdemont a Cerdeña y a qué las prisas de policías y jueces italianos. El fugado aprovechó para aludir a la manía de hacer el ridículo que tiene nuestro gobierno; nuestros analistas tertulianos especularon sobre los efectos de la detención y posterior liberación en el Gobierno de coalición, en la Mesa de Diálogo, en la tramitación de los Presupuestos Generales y, si venía al caso, en la tambaleante marcha del Barça post Messi en el campeonato nacional de liga y en el concierto europeo.

¡Pamplinas! Ganas de magnificar minucias que se agotan en sí mismas. Una semana después, todo sigue como estaba; como no podía ser de otra manera. Y uno mira atrás  y recuerda aquel viejo, viejísimo tiempo, comienzos del cuaternario, en el que París hervía de herederos más o menos directos de zares rusos. En aquel entonces por España pululaba algún que otro Monarca, Simeones y Bagrationes destronados de países convertidos en repúblicas populares, ayunos de sitiales que jamás volverían a recibir sus regias posaderas; tiempos en los que había un Gobierno de la República Española en el Exilio afincado en tierras mexicanas sin que ello hiciera no ya tambalear, sino ni tan siquiera tintinear los pilares del mausoleo franquista. Como la presencia de los refugiados nazis en España al amparo del abrigo nacionalsindicalista celtíbero fue incapaz de minar la recuperada democracia alemana.

Y llegas a la conclusión de que por qué había de ser de otra manera cuando el que pretende mover las aguas es el tal Carlos Puigdemont ¿A quién, fuera de los fieles acólitos que le siguen y le mantienen y sufragan su dorado alojamiento, le interesa su vuelta? No, desde luego, al PSOE  al que desbarataría su inestable discurso tan cercano al funambulismo ¿A Esquerra, Partido que gobierna Cataluña a la greña con Junts? ¿Al minoritario socio del PSOE que, si se pasa de frenada se enfrentaría a un proceso electoral que puede sacarlo del Gobierno? Tal vez a Vox, por aquello de que cuanto peor mejor, pero no desde luego a Casado ni a su prima la Ayuso, que bastante tienen con apretarse mutuamente las clavijas. 

Por cierto, y aunque no sea demasiado importante, don Pablo Casado haría bien en contar hasta diez antes de hablar: proclamar en su itinerante Congreso que su Partido debería imitar a Sarkozy por su forma de gestionar, horas antes de que éste sea condenado a un año de prisión por financiación ilegal, no es la mejor forma de despertar entusiastas adhesiones ¿verdad? En fin, hablemos de otra cosa.


Angela Merkel ya es historia

Historia con mayúsculas. Se ha ido a su casa la mujer más importante del mundo en el primer cuarto del Siglo XXI. Uno puede estar de acuerdo o no con las claves de su política, allá cada cual con sus ideas, pero nadie que esté bien informado puede poner en duda el modo ejemplar que la Srª Merkel ha tenido de estar en la política: austeridad, coherencia, templanza, determinación, decencia, capacidad de liderazgo han sido cualidades que es difícil negarle. 

No siempre acertó, no todo lo hizo bien, pero ya quisiéramos que la talla de sus oponentes allá y acá estuviera a su altura. Todo un ejemplo del modo de estar en la política.

Pese a todo, se ha marchado. No la han echado, se ha ido porque ha creído que había llegado el momento de dejar paso a otros. Sin embargo, su marcha acerca al poder al Partido Socialdemócrata. Eso, en sí mismo, no es ni bueno ni malo, al menos hasta que los hechos califiquen el cambio de ciclo, si es que el ganador logra formar gobierno. 

La victoria de Olaf Scholz reaviva la socialdemocracia europea, en línea con el reciente cambio de signo en Noruega. Ciclos que terminan, tiempos que comienzan. Otro ejemplo más de alternancia en el poder, uno de los dogmas de la democracia. Como tiene que ser, si creemos en los valores, en la esencia de nuestro sistema. Sin dramas, sin insultos, sin descalificaciones: pierden unos, ganan otros; los que ganan se felicitan y los que pierden aceptan que ya vendrán tiempos mejores. Y vean, amigos: ni los que se marchan anuncian el fin de Alemania, ni los que llegan prometen rescatar su patria del infierno en el que la habían enterrado sus antagonistas.

En Alemania ¡Qué bien! ¿Verdad? ¿Qué tal si en medio de tanto dislate, rebuscamos en los entresijos del presupuesto, damos con los fondillos necesarios y mandamos a las tres o cuatro docenas de barandas que manejan el cotarro hispánico a hacer un máster a la sombra de la Puerta de Brandemburgo para que vuelvan aprendidos de en qué consiste eso que ellos aseguran a gritos que son los únicos que defienden, o sea, mayormente, la tan traída y llevada democracia?


La lava ardiente devasta La Palma

De tanto en tanto la naturaleza da un aldabonazo y nos muestra su poder. En los últimos años, con o sin la colaboración de los humanos, con más frecuencia de la que nos gustaría. Ahora, en La Palma, los montes escupen rocas ardientes, líquidas, devastadoras que engullen viviendas, escuelas, iglesias, arrasan campos, volatilizan cosechas, llegan al mar y lanzan a la atmósfera toneladas de gases tóxicos.

Todo este horror, televisado en directo para que nos hagamos cargo, en nuestras casas, de nuestro verdadero y escaso tamaño. La erupción bascula desde lo espectacular a lo aterrador. No obstante, más allá de conclusiones evidentes que se desprenden de las imágenes que estamos viendo a diario, es una buena ocasión para reflexionar sobre un par de aspectos que me han llamado la atención:

  • No es lo mismo enfrentarse a una catástrofe de estas características en una sociedad como la española, que tener que soportarla en algún lugar de esos que siempre se han considerado "dejados de la mano de Dios": ninguna víctima, ayudas estatales liberadas a la semana de haber comenzado el problema, actuaciones bien engrasadas por parte de todas las instancias oficiales concernidas. Sensación contrastada de previsión y de un cierto control de la situación.
  • Una prueba de que las cosas están funcionando dentro de lo razonable es la ausencia de críticas de ninguno de los bocazas habituales No creo que se deba a la necesidad de alcanzar altas cotas de comportamientos solidarios, recuerden otros ejemplos recientes, como la pandemia, sin ir mas lejos ¿Será porque en los territorios afectados comparten responsabilidades conservadores y socialistas? Y si esa fuera la causa ¿No podrían plantearse repetir el ensayo a escala nacional sin que sean necesarios terremotos, pandemias, inundaciones o tsunamis? Por favor, prebostes de Génova y Ferraz, piénselo. Aunque no haya volcanes activos en la Sierra de Madrid, aunque nada indique inminentes erupciones en Montserrat; aunque todavía no hayan vuelto del máster en Berlín.