sábado, 23 de octubre de 2021

 Un año más, Ley de Presupuestos

La naturaleza política de los Presupuestos

Todo es política, y si hablamos de dinero, más. No es de ahora: siglos atrás el debate político por excelencia, no importa dónde ni cuándo, se centraba en el control de los fondos que el Poder exigía a sus súbditos. Los intentos de limitar el poder del soberano, la misma idea de libertad, el oro para la guerra, afilaban los argumentos usados en Parlamentos, Juntas Generales o como quiera que se llamaran los órganos de representación. Las cuentas del Reino, de la República, del Estado lo eran todo.

Tanto daba que en el debate estuviera representado el pueblo llano o solo la nobleza y el alto clero, cuando se hablaba de dinero clanes y banderías marcaban territorio, definían sus márgenes y buscaban alianzas para conseguir sus fines o para impedirlos. Un repaso a la Historia muestra que la limitación del poder de los reyes, el camino hacia las libertadas ha cabalgado con frecuencia sobre los debates presupuestarios. 

Henry Kissinger, alejado ya del poder, comentaba que cuando un Presidente llega al poder desconoce que su margen de maniobra apenas sobrepasa el 10 % del presupuesto, pero que el uso de ese exiguo porcentaje es suficiente para establecer la diferencia entre demócratas y republicanos.

Lo dijera Kissinger o no, me parece a mí que hay más que esa pequeña porción del pastel presupuestario: intervenir más o menos en la vida del ciudadano, decidir de dónde sale el dinero que el Estado necesita; optar por recaudar más o por gastar menos, y, sobre todo, a qué se va a dedicar el dinero de todos, es, en esencia, lo que establece la diferencia entre Gobiernos de uno u otro color.

Y, por otra parte, decidir a quién acudo para sacar adelante mi propuesta, con quién me alío, qué debo hacer para atraerme al otro, qué me pide a cambio, qué puedo darle por su ayuda, dibuja el mapa político del país, en el sentido ideológico del término.

Procuremos, por tanto, no rasgarnos las vestiduras ante lo que está por venir, por las frases altisonantes, las salidas de tono, las exageraciones flagrantes con que unos y otros tratarán de justificar sus posiciones.

Lo que está en juego, es lo de siempre: la confrontación de construcciones doctrinales sobre el modo de organizar la vida en común. Recordemos que el que ahora truena contra ayudas periféricas igual hablaba gallego en la intimidad o hablando de los terroristas se refería a ellos como "Movimiento de Liberación Nacional". Antes y ahora, recabar apoyos exige abonar peajes que tiempo después tratan de olvidarse. 


El caso español

Aquí estamos un año más, a punto de comenzar el verdadero debate presupuestario en sede parlamentaria, pero con las primeras escaramuzas a la vista apenas se ha anunciado que hay acuerdo en el seno del Gobierno. No es un año cualquiera, en verdad, así es que preparemos algunos litros de in fusión de tila porque el tiempo de las barbaridades ha empezado.

  • El oro europeo, la recuperación económica y las formas de conseguirla, afilan las lenguas de nuestros, ya de por sí, muy cacareantes portavoces. Lo que hemos oído hasta ahora es sólo un modesto anticipo de lo que nos espera. Cuando antes de conocer la propuesta algunos dicen que " los Presupuestos nacen muertos", que "certificarán la quiebra de España" o que "Bruselas los enmendará", están poniendo de manifiesto que hablar de Presupuestos Generales del Estado es hablar de política, y en ésta es imprescindible establecer los límites del territorio de cada uno. Hay que descartar, por consiguiente, que, precisamente ahora, oposición y Gobierno vayan a ir de la mano.
  • Cuando además se da la circunstancia de tener que sacar adelante las cuentas del Reino en un Parlamento fragmentado, el camino para lograr mayorías suficientes para conseguir un resultado o su contrario, convierte el hemiciclo en un cenagal de acusaciones mutuas. Hay juegos que todos practican… y todos olvidan lo que ellos hicieron cuando lo necesitaron. Unos y otros acaban usando la munición con la que en ocasiones pasadas fueron apedreados 
  • Y todo esto, para desconcierto de la ciudadanía, se juega en varios planos, el parlamentario, los escenarios mediáticos y, en especial, los cenáculos ocultos donde unos y otros tratan de llegar a acuerdos, apoyos por concesiones, de los que el contribuyente sólo tiene vagas sospechas, cuando no es víctima de falsedades interesadas aireadas por los que tratan de boicotear los acuerdos.


Arnaldo Otegi, mil cadáveres después

Y en esas estábamos cuando Arnaldo Otegi habló  dos veces. El santón andante del tenebroso submundo en el que se fraguó y ejecutó el asesinato de casi un millar de compatriotas, compatriotas míos y, le guste o no, también suyos; ese portavoz del enjambre de alucinados a los que de una manera o de otra aún podríamos imputarle la responsabilidad de 377 muertes que siguen sin esclarecerse, lo hizo primero en español, para todos, y después en vascuence, sólo para los suyos.

  • Dijo en castellano que lamentaba el sufrimiento de las víctimas y que todo aquello no debería haber sucedido. No pidió perdón, ni se comprometió a colaborar con las fuerzas del orden para identificar a los autores de esos casi cuatro centenares de muertes. Pese a todo, hace pocos años, oír cosas como ésas saliendo de tal boca, lo habríamos celebrado con champán. Hoy… Más vale tarde que nunca y mejor es algo que nada. A mí el arrepentimiento de ese "hombre de paz" como lo llamó un día un tal Pablo Iglesias, ni lo pido ni lo añoro: me trae sin cuidado, me deja frío, porque no lo creería aunque lo jurara de rodillas.
  • Y luego, en euskera, si hago caso a los subtítulos, les explicó a sus "gudaris" que, al fin y al cabo, decir lo que dijo, si con ello sacaba de la cárcel a los 200 asesinos que siguen en ella, no sólo era justo, sino el preámbulo para votar los presupuestos. Y eso, sí que no: el dolor no está en venta.
  • No tengo por qué no creer al Presidente del Gobierno. Ha dicho en sede parlamentaria que no cambiará presos por votos: dicho queda y en poco tiempo veremos si dice o no la verdad. 

Déjenme, no obstante, que haga una somera cuenta y que saque alguna conclusión.

  • EH Bildu cuenta con 5 escaños en el Parlamento y Ciudadanos con 9. ¿Ha pensado en algún momento el cada vez más vociferante portavoz de lo que un día fue el centro que tiene en su mano convertir en irrelevante lo que diga o haga la banda de Otegi? Porque ni Don Sánchez, ni Don Casado, ni Dª Arrimadas, ni nadie puede evitar que Bildu vote lo que le dé la gana, pero sí que tenga la menor posibilidad de pedir algo a cambio de su voto.
  • La inmensa mayoría de los votantes, la totalidad, supongo, de nuestros representantes sabemos quién es quién en la política española. Por una vez, y espero que sirva de precedente ¿por qué no obrar con la lógica que impone el respeto a la memoria de casi un millar de víctimas? La responsabilidad de aislar a Bildu trasciende el margen de maniobra del Presidente del Gobierno: hay muchas más cartas en la baraja que pueden jugarse sin renunciar a seguir luchando por lo que cada uno espera conseguir de los próximos Presupuestos. 


El estrambote del bono cultural y la ayuda a la vivienda para el votante joven

Hay debates sobre el importe y origen de los fondos necesarios, y los hay también sobre su destino. En resumen, cuánto se gasta, en qué, y de dónde sale. Recaudar más o gastar menos. Y hay otros debates menores que a veces se olvidan: ¿remedios caseros o medidas de fondo?

  • No sé si fue un globo sonda o iba en serio. Oí a Pedro Sánchez presumir de algo así como "el bono cultural": 200 millones de € que irían a las manos de los que acabaran de cumplir 18 años para dedicarlos a "la cultura". Cine, teatro, conciertos, libros y no sé si algún otro fin. No para ir a los toros, pese a la condición de bien cultural nacional de la fiesta. ¿Qué quieren? Me pareció una patochada, una tomadura de pelo, un dudoso intento de apalabrar algunos votos y una estúpida forma de enmascarar la ayuda a un sector, el cultural, muy perjudicado por la pandemia. Y digo yo ¿Tan grave es llamar a las cosas por su nombre y tan difícil encontrar otro camino más corto para ayudar al sector?
  • Por otra parte, me paré a pensar y me dije que está más que bien ayudar a hosteleros, restauradores y taberneros. Si tienen que adueñarse de las aceras para siempre, pues que así sea, ya iremos los peatones por los tejados; y, ya de puestos ¿por qué no echar una mano a libreros, cineastas, cómicos y tocadores de zampoñas? Nos alegran la vida y ensanchan nuestra mente, así es que, muy bien: vamos a ayudarlos. De pronto me pregunté qué pasaba con ferreteros, merceros, zapateros, tenderos varios, hojalateros, electricistas y menestrales de toda laya y condición ¿aparecerían también en cualquier rendija del Presupuesto o sus escasas posibilidades de generar ruido social los iba a dejar a la intemperie? Pregunta retórica, claro: quedarán al raso, sin partida protectora. No hay cosa mejor para mamar de la teta pública que poder alarmar al que manda. 

He oído también el estrépito montado a propósito de la pregonada ayuda para alquileres juveniles. Está muy bien, me digo, ayudar a la emancipación de los jóvenes, que, con los precios actuales de los alquileres, parecen condenados a convivir como tercera generación bajo el mismo techo. Sí pero…

  • ¿El alquiler en Barcelona, Madrid o San Sebastián está al mismo nivel que Zamora, Soria o Rodrigatos de la Obispalía? ¿Serán todas las ayudas del mismo importe? 
  • ¿Tiene tantas dificultades para llegar a fin de mes el nieto de Don Amancio Ortega que el hijo del ex empleado de "Talleres La Polvorienta", parados desde hace cinco años el empleado y su jefe? ¿El nieto de uno y el hijo del otro percibirán el mismo bono si su edad es la misma?
  • Y, sobre todo, si lo que encarece el alquiler es la descompensación entre oferta y demanda ¿No sería mejor ir a la raíz del problema y dotarnos de un buen parque de vivienda pública en régimen de alquiler? No sólo para familias en riesgo de exclusión social (antes llamadas "pobres"), sino para todos los niveles, porque no tendrían por qué tener los mismos precios de alquiler. La medida sería costosa y larga, o sea que no se le vería el rendimiento en votos dentro de dos años, y eso, para quienes piensan en los próximos comicios y no en las próximas generaciones, carece de interés.


Creo que voy por mal camino

Releo lo escrito y caigo en la cuenta de que si me dedico a criticar a mi derecha y a mi izquierda, ahora que el centro ha pasado a mejor vida, me pregunto con quién podré hablar, porque la experiencia me dice que cuando pasa el tiempo puede que pierdas amigos, pero los enemigos o se mantienen o aumentan.

Que tengan ustedes un buen fin de semana.

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