viernes, 1 de febrero de 2019

Las cosas por su nombre (IV) Vox

Programa económico.

Desde hace años es un lugar común dar por sentado que la piedra de toque a la hora de clasificar una formación política es el examen riguroso de su programa económico. No importa cómo se defina a sí mismo, un Partido estará más o menos a la derecha o a la izquierda, en función de sus propuestas de carácter económico.

Es cierto que no es el único indicio, pero es determinante, así es que veamos, por una parte, qué propone Vox en este terreno y por otra, si ello  lo convierte en una formación fascista.

En relación con el binomio básico ingresos y gastos públicos, las medidas propuestas por Vox pueden clasificarse en los siguientes grupos:

1).- Medidas que suponen disminución del gasto público. Las descritas en los números 35, 36, 37, 47, 53, 55 y 56, a saber:
  • Reducción del gasto político.
  • Reducción del número de Ayuntamientos y de los cargos políticos municipales.
  • Simplificación burocrática, (aunque la gratuidad absoluta en los trámites de constitución de una empresa suponga un menor ingreso).
  • Plan de autosuficiencia energética.
  • Liberalización del suelo.
  • Nuevo modelo de pensiones (mixto de reparto y capitalización, según entiende Vox)
  • Suprimir de la sanidad pública los abortos y las operaciones de cambio de sexo.
  • Sistema centralizado de compras de la sanidad pública.
No está en los planteamientos de este blog analizar a fondo cada medida, pero conviene advertir algunos detalles curiosos.
  • Dentro de la reducción del gasto político se habla de eliminar los organismos ideológicos: ¿Quién decide a qué organismos les cabe el calificativo? ¿Qué Partido, por otra parte no es un órgano ideológico? ¿Volvemos a la teoría del crepúsculo de las ideologías?
  • Plan de autosuficiencia energética. Suena fantástico, pero ¿de verdad alguien puede tomarlo en serio? ¿Por qué me suena al sueño franquista de la autarquía?
  • En un futuro próximo hablaré de este punto, pero el modelo supuestamente mixto de pensiones basadas en reparto y en capitalización, es otra cosa muy diferente de la que propone Vox. O no sabe lo que dice, o quiere confundir al lector.
  • ¿Suprimir abortos y cambios de sexo es una propuesta económica o ideológica? Vox tiene derecho a proponerlas, las dos pero conviene no confundir economía y principios políticos.
2).- Medidas que suponen más gasto. Las incluidas en los números 57 y 78. es decir:
  • Incluir la odontología pediátrica en la Sanidad Pública.
  • Ampliar el permiso de maternidad (no se habla del de paternidad) a 180 días o un año en algunos casos.
No es este capítulo el más preocupante, ni el más significativo desde luego. Dos mera medidas aunque ambas sean costosas, en especial la segunda. El verdadero problema es el que se desprende del apartado siguiente.

3).- Medidas que disminuyen los ingresos del Estado (39, 40, 41, 42, 44, 45, 46, 48, 49, 50, 51, 52, 73 y 74)
  • Rebaja “radical” del Impuesto Sobre la Renta.
  • Reducción general del Impuesto sobre Sociedades.
  • Reducción del IVA en ciertos casos.
  • Reducción aún mayor del Impuesto sobre Sociedades para las Pymes.
  • Amplio sistema de beneficios fiscales para las familias, en especial para las numerosas.
  • Menos impuestos sobre la electricidad.
  • Supresión de los Impuestos sobre el Patrimonio, Sucesiones y Donaciones y Plusvalías municipales. 
  • Reducción de cotización para los autónomos.
  • Lo mismo en casos de contrataciones de desempleados de más de 50 años.
  • Exonerar de cotización durante dos años en contrataciones de menores de 24 años.
  • Suprimir la tributación de las pensiones contributivas.
  • Prestación universal por hijo.
  • Tratar la baja por embarazo como baja por enfermedad, sin coste para al empresa.
Díganme, con el corazón en la mano, qué ciudadano de no importa qué país estaría en desacuerdo con pagar menos impuestos y recibir más prestaciones del Estado o de la Seguridad social (Quizás podríamos excluir a los Ministros de Hacienda y no sé si a los de Trabajo, aunque ni de eso estoy seguro).

Ésa no es la cuestión, por supuesto, sino la mucho más delicada de averiguar cómo se puede, no ya aumentar sino nada más mantener lo que el Estado gasta ahora disminuyendo drásticamente los ingresos. No descarto dedicar en el futuro, si ha lugar a ello, algún comentario a tal o cual medida concreta. En su conjunto, creo que no cabe duda alguna de que el programa no se sostiene: no hay manera de que cuadren las cuentas, se miren por donde se miren. 

Estoy convencido de que a Vox le sobran especialistas que sepan multiplicar y dividir: la única manera de cuadrar las cuentas si se mantiene la disminución de ingresos es hacerlo al mismo tiempo con los gastos. O sea, volver a recortar lo que se pueda del maldito Estado de Bienestar.

Y una muy notable ausencia: no he leído ni una sola línea dedicada a la persecución del fraude fiscal. Vox sabrá por qué.

En resumen:

Estamos en presencia de un programa económico ultra liberal que apuesta por reducir el tamaño del Estado, limitar su capacidad de intervención en la vida económica, salvo cuando se trata de promocionar propuestas ideológicas (política familiar, eliminación de intervenciones quirúrgicas como el aborto o el cambio de sexo), e incurre en evidentes ejemplos de halago populista a colectivos como las Pymes y los autónomos.

El resultado de estas políticas está fuera de toda duda:
  • Imposibilidad de cumplimiento del programa.
  • Rápida descapitalización de la Seguridad social.
  • Incremento de la diferencia entre la aportación de las rentas del trabajo y las del capital.
¿Es esto fascismo?

No, en mi opinión, salvo que se utilice el término como insulto.

El fascismo, incluso en su variante menos agresiva, siempre apostó por el papel decisivo del Estado en la marcha de la economía: empresas públicas, multitud de sectores regulados, monopolios estatales a troche y moche y, en caso de necesidad, ningún problema a la hora de estatalizar sectores enteros.

En resumen: la Economía al servicio del Estado que, en la práctica, era supeditar la Economía al Poder Político, es decir al Partido totalitario que lo representaba. 

Por consiguiente, desde mi punto de vista, Vox propone algo que como más de un viejo militante de su formación madre recordará, está en los orígenes de Alianza Popular. Cuestión distinta es que la praxis política del heredero, el PP, le haya llevado a no creer en milagritos y haya dejado para mejor ocasión acabar con otra buena tajada del Estado del Bienestar.

Vox, en materia económica ha elaborado un programa liberal con altas dosis de populismo o de propuestas que sabe o debería saber que son inaplicables.

Mujer y familia.

Varias perlas:

  En extraño batiburrillo, la Medida 70 anuncia la derogación de la Ley de violencia de género, su sustitución por otra que ampare a todos por igual, hombres, mujeres, niños y abuelitos, la supresión de los organismos “radicales” (¿a cuáles se refiere?) etc. etc.  

Vox es muy dueño de comulgar con ruedas de molino, pero hay realidades de difícil ignorancia: la cadencia de mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas llega a una por semana; ¿alguna cifra respecto a las muertes de hombres en similares circunstancias? Las violaciones en grupo de mujeres crece sin parar; ¿Algún caso conocido de varón violado por manada de mujeres? Claro que hay maridos asesinados y otros que sufren malos tratos ¿En qué proporción respecto al caso contrario?

Hay, por otra parte, una referencia expresa a la supresión de “organismos feministas radicales” (¿a cuáles se referirá, me pregunto?) que supongo se considerarán no sólo innecesarios, sino contraproducentes. No en el programa, sino en declaraciones de alguno de sus más cualificados prohombres he oído decir en la campaña de las Elecciones andaluzas, que con todas sus medidas, Vox lo que busca es la protección más efectiva de la mujer.  

Supongo que Vox, como más adelante se verá, tiene poco aprecio al Tribunal Constitucional, pero su doctrina es constante respecto a la discriminación. Lo es tratar de distinta forma a los iguales o tratar igual a los desiguales. ¿Alguna duda sobre quién es el débil en la relación hombre/mujer?

Defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte por causas naturales, Medida 70. No se citan expresamente ni el derecho al aborto, ni la intención de prohibirlo, ni la eutanasia, ni su calificación penal, pero, entre líneas, de eso es de lo que habla esta medida. Temas ambos, por otra parte, que ni de lejos pueden considerarse una excentricidad de Vox, sino la vuelta a planteamientos archisabidos del PP cuando acudía a la Plaza de Colon acompañada por eximios representantes de la Conferencia Episcopal.

En este capítulo, además, se habla de la creación de un Ministerio para la Familia, políticas impulsoras de la natalidad y algunas propuestas sobre conciliación familiar y protección de la infancia, incluyendo la custodia compartida como regla general en casos de divorcio.

En resumen: machismo sin paliativos, vuelta a planteamientos de hace muchos años en materias cuya virulenta contestación creíamos en el olvido y alguna medida referida a conciliación familiar que transita por territorios compartidos por la mayoría de los Partidos.

¿Es esto fascismo?

Pues lo cierto es que sigue sin parecérmelo, aunque en el caso del tratamiento que plantea de la violencia de género está a un paso. Y no me atrevo a borrar el límite porque dada la época en que fascismo y nacionalsocialismo florecieron, no había necesidad alguna de volver a tiempos pasados, si bien, y ésa es la peligrosa cercanía de Vox a tan tóxicas doctrinas, no hay duda alguna del machismo del totalitarismo fascista.

Por poner un ejemplo tan cercano a nosotros ¿Recuerdan el papel que la Sección Femenina reservaba para la mujer española? La cuestión, por lo tanto es verificar el papel que Vox y el fascismo reservan a la mujer ¿Creen que es el mismo? Allá cada cual Yo creo que Vox se siente incómodo con que las mujeres asalten ancestrales privilegios varoniles y empieza por negar la evidencia.

Libertades y Justicia.

Me asalta la duda de qué es lo que entiende Vox por libertades, porque leyendo el capítulo correspondiente (Medidas 82 a 95) no encuentro referencia alguna a éstas.

Empieza el capítulo (Medida 82) anunciando el fin de las subvenciones a Partidos, sus fundaciones, sindicatos, patronales “y demás organismos de proselitismo ideológico” . No parece que amplíe las libertades, sino, quizás lo contrario. No está mal la medida, si además se completa con normas que regulen cómo financiar legalmente los Partidos, incluyendo, supongo, la recepción de fondos procedentes de organizaciones extranjeras.

Pasa luego (Medidas 84 a 90) ha hablar de víctimas del terrorismo, memoriales para víctimas, desarticulación efectiva de ETA (¿?) etc., etc.

En medio, Medida 86, aparece una llamada al futuro tratamiento a dispensar a okupas y usureros. No veo mucha relación entre ambos y, aunque esté personalmente de acuerdo en que los dos fenómenos deben ser tratados con todo rigor, menos veo relación entre usura y libertades o entre éstas y el Memorial a las víctimas.

Notable la Medida 91. “Recuperar la soberanía nacional en la aplicación de las sentencias de nuestros tribunales. Terroristas, violadores y asesinos en serie no volverán a beneficiarse del amparo de organismos europeos, como ha sucedido hasta ahora”. Mezclar churras con merinas puede despistar, pero, en síntesis, lo que se propone rechazar el sometimiento de España a instancias judiciales supranacionales: o sea, la salida de Europa. 

Aunque la 92 esconde un auténtico lapsus freudiano. Lean: “ Eliminación de los privilegios penitenciarios (salarios, seguridad social) a los presos condenados por terrorismo y a inmigrantes ilegales” Han leído bien. Para Vox, terroristas e inmigrantes están en el mismo nivel, en el mismo grupo, comportan la misma peligrosidad social. Más, hay que entender, que asesinos, violadores, corruptos y demás ralea carcelaria.

Por último, como ya dije, Vox no comulga con el Tribunal Constitucional. Es una figura casi unánime en las democracias occidentales, aunque me queda la duda de si no le gusta el Tribunal por el modo de seleccionarse sus vocales o por sus funciones. Me inclino por lo primero.

 En todo caso, seguimos pendientes de encontrar la regulación de las libertades.

En cuanto a la Justicia, no encuentro gran material que comentar. Vox se inclina por la profesionalización despolitizada del Consejo General del Poder Judicial, opta por eliminar el jurado y no habla para nada de los los grandes temas pendientes: la inyección masiva de medios económicos, tecnológicos y humanos en la Judicatura y le revisión crítica de la legislación procesal.

¿Es esto fascismo?

Desde mi punto de vista, la despolitización del C.G.P.J. aleja este capítulo del fascismo, en tanto que la medida 92 lo deja en el vestíbulo. Quiero decir que todo régimen totalitario trata de controlar la judicatura, y que la satanización brutal del inmigrante ilegal es xenofobia, racismo e intolerancia religiosa.

Por lo que se refiere a Jurado sí o Jurado no, la institución, ni quita ni pone fascismo, aunque a nuestro alrededor, el ejemplo dominante, con múltiples versiones, es la existencia de jurado (U.K., Alemania, Italia para casos graves, Rusia a petición de parte, Austria, Bélgica, Grecia, Portugal y hasta el curioso caso de Francia que lo introdujo y más tarde dio marcha atrás).

Bien, hasta aquí llego hoy. Dejo para el próximo y último post de la serie Vox, las relaciones internacionales, la Historia y el resumen final.





























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