La lengua de los políticos
El quinto "coño"
Dicen los cronistas de la Villa y Corte de Madrid que "El 5º pino", es expresión nacida en los tiempos de Felipe V, alusiva a la más alejada conífera crecida en lo que ahora es casi el centro de la ciudad, la zona de Los Nuevos Ministerios. Ése era el punto hasta donde se desplazaban las parejas de enamorados, lejos de la vigilancia de cuñadas y carabinas. Expresión que aludía a lejanía, y que con el paso del tiempo cedió su lugar a "El 5º coño", frase más grosera pero igualmente alusiva a distantes parajes de complicado acceso.
Sin embargo, el encabezamiento de este párrafo trato de que tenga, una significación entre aritmética y política. Quiere, en resumen, traer a colación las circunstancias que rodean la última vez, la cuarta por ahora, en que la malsonante locución ha sido utilizada en sede parlamentaria.
Porque, a la espera de que cunda el ejemplo, cosa que no reclamo, y se llegue al quinto, cuatro han sido las veces que la interjección (que no sustantivo en la acepción que ahora interesa) ha rebotado en artesonados y cabezas dediputados No excesivas, si uno repara en la prodigalidad con que el español medio tira de vocablo para expresar, según la RAE, "diversos estados de ánimo, ya sean de extrañeza o de enfado".
- El Teniente Coronel Tejero inauguró la tanda el 23 de Febrero de 1981. "¡Se sienten, coño!", dijo el golpista, pistola en mano, bigote en rostro y tricornio en testa.
- Pocos años después, el cantautor José Antonio Labordeta, Diputado por la Chunta Aragonsesista, harto de que los escasos asistentes a la sesión en la que hablaba no le prestaran la menor atención, los llamó al orden con un tonante "¡coño! ¡Ya". Provocó algunas risas pero el asunto no pasó de ahí.
- Más tarde, fue el propio Presidente del Parlamento, Don Jesús Posada, molesto por las interrupciones que soportaba no recuerdo qué orador, quien tiró por la calle de en medio y espetó a los presentes, un enérgico "Esperen a que termine ¡Coño!".
- Por último, no recuerdo qué día exacto de la semana pasada, el que dice ser el líder de la oposición, Pablo Casado, interpeló desde su escaño al Presidente del Gobierno en los siguientes términos: "¿Qué coño tiene que pasar en España para que usted asuma alguna responsabilidad?"
De "coño" a "coño" y tiro porque me toca
Sin pretender enmendar la plana a la RAE, tengo para mí, que el potencial expresivo del referido vocablo es bastante más versátil, más polivalente, más rico, en definitiva, que la escueta dualidad extrañeza/enfado.
Centrémonos en el primero y el último, el de Tejero y el de Casado.
Tal como yo los interpreto son dos "coños" radicalmente diferentes y ninguno encaja con precisión en la alternativa del diccionario.
- Podría más de uno interpretar el "coño" de Tejero como un exabrupto propio de ambientes cuartelarios. Un taco tabernario de alguien poco ducho en el uso del lenguaje, más pendiente del gorgoteo del vino que vierte la frasca, o del reparto de los naipes en sala de banderas, que de las reglas del bien decir. No, no creo que fuera eso: ese "coño" habla del carácter enérgico de quien está acostumbrado a ser obedecido a la primera. (—Si digo, "se sienten", se sienta todo cristo y se acabó). Es por tanto, el atajo de quien no está habituado a perder el tiempo, sino a ordenar y a ser obedecido. Como así ocurrió; lo que pasara después es cosa bien sabida, que aquí ya no pinta nada.
- ¿Y el de Casado? Pues qué quieren que les diga. A mí me parece un "coño" frustrado, insatisfecho, si acaso un pelín angustiado. Un "coño" que no llega a tiempo, que sufre, que quiere y no puede, que ni come ni deja comer, que teme ir por uvas y salir trasquilado; un "coño" que, diga lo que diga, se siente lejos del clímax que busca: sentarse donde está Sánchez.
Si les da por comparar, fíjense:
- Tejero llega al Congreso pletórico, grita un par de órdenes, larga una rociada de disparos, suelta su archiconocido "coño" ¡Y es obedecido! El personal, o sea, mayormente, los Padres de la Patria, se sientan: "coño" vomitado, asientos ocupados. Se acabó.
- ¿Casado? El Sr. Presidente del Gobierno oye el taco pero no le increpa, no se rasga las vestiduras, no acude a nuestro rico palabrero en busca de otro taco más contundente: lo mira sonriente y le recomienda que modere la ingesta de café. Lo que no deja de ser un problema para don Pablo, porque si le han tomado la medida y cada vez que se suba por las paredes provoca sonrisas condescendientes ¿Qué puede hacer? A punto de romperse su entente cordiale con Dª Inés, con la Srª Ayuso afilando el estoque y la Srª Olona afirmando que votarle a él es como hacerlo a Sánchez, sólo faltaba que ni siquiera el Gobierno Social-Comunista y de Los Grandes Expresos Europeos responda a sus desplantes.
En fin, que me despido que el tema no da para más. O sí que da pero no estoy por la labor de seguir mareando la perdiz. Y el caso es que podría haber hablado de algo que me parece bastante más relevante, el acuerdo CEOE, Gobierno, Sindicatos para presentar en Bruselas el nuevo modelo de relaciones laborales, pero ya tendremos tiempo de comentarlo.
Dadas las fechas y como no quiero ser menos que Don Pedro y Don Pablo, permítanme que les desee a todos ustedes unas Navidades tranquilas, alejadas de contagios, cuarentenas y penalidades, y un 2022 con mejores perspectivas que lo que el pasado 2021 nos ha dejado en herencia. Tampoco creo que sea pedir la luna.