viernes, 2 de diciembre de 2022

 Españolas que dejaron huella (IV)

Última entrega: del 39 hasta esta mañana

Anuncié tres posts dedicados a mujeres españolas que  se ganaron la condición de notables, pero, ya ven, al final habrá un cuarto. En el fondo, es muy posible que sólo se trate de prolongar otra semana mi desconexión de la política.


Del 18 de julio al 20-N

El Golpe de Estado del 18 de julio del 36, y el desenlace de la guerra civil, también llamada "Cruzada" por los vencedores, dieron al traste con muchas de las señas de identidad de la malhadada Segunda República española. Entre ellas el intento de conseguir una nueva forma de ver a la mujer en el mundo.

No es mi intención teorizar sobre el sustrato ideológico del bando vencedor. Sólo como prólogo de los párrafos siguientes, lean lo que decía el Fuero del Trabajo, primera de las llamadas "Leyes Fundamentales" en su Declaración II, 1: "El Estado… liberará a la mujer casada del taller y de la fábrica". Una promesa que ahora sonaría a amenaza en muchos oídos.

Con esta premisa uno habría tendido a no hacerse demasiadas ilusiones respecto al papel público de la mujer española. No obstante, los famosos "cuarenta años" también dieron cabida a un grupo de mujeres notables. 

- La hermana, la viuda y la intelectual

Pilar Primo de Rivera (Madrid 1907 - 1991) Hermana del fundador de la Falange Española e hija del dictador Miguel Primo de Rivera, fue la creadora de la Sección Femenina de Falange, la única organización de masas de carácter femenino durante el franquismo.

Al poco tiempo de comenzar la guerra, logró salir de Madrid y establecerse en Salamanca, donde siguió organizando la Sección Femenina.

Viajó a la Alemania nazi en varias ocasiones, llegando a ser recibida por Adolfo Hitler, lo que quizás llevara a Ernesto Jiménez Caballero, la mente más surrealista del franquismo, a tratar de concertar el matrimonio entre la hermana del "Ausente" y el que iba para amo del mundo. No pudo ser. Si tienen curiosidad busquen la que dicen que fue la disculpa que utilizó Goebels con Jiménez Caballero para declinar el honor de emparentar con los Primo de Rivera. 

Pilar no se casó ni tuvo hijos, y el rol que jugó en el Régimen, podría quedar retratado en una de sus frases: "A las mujeres les falta el talento creador reservado por Dios para inteligencias varoniles". (Lo dijo ella, no sus detractores).

En octubre del 43, cuando Franco ordenó la retirada de la División Azul, ella se mostró contraria a la decisión, llegando a comentar que la decisión constituía una "traición a Alemania y a la Falange".

No obstante su probada fidelidad al franquismo, cuando en el 76 se votó la Ley para la Reforma Política que derogaba los Principios Fundamentales del Movimiento, a diferencia de lo que hicieron otros correligionarios, Pilar Primo de Rivera, no votó en contra: simplemente se abstuvo.

Desde 1960 ostentó el título nobiliario de I condesa del Castillo de la Mota.

Mercedes Sanz Bachiller (Madrid 1911 - 2007) Viuda de Onésimo Redondo, fue el fundador de las Juntas de Ofensiva Nacional sindicalista, la más virulenta de las organizaciones fascistas que acabaron fusionándose por decisión del General Franco.

Mercedes fue la contrafigura de Pilar Primo de Rivera con la que mantuvo una relación no exenta de roces, aunque ambas fueran fieles a "la causa".

Su marido murió en una emboscada a los seis días del golpe de estado y como daño colateral, ella perdió el bebé que esperaba. A partir de ese momento incrementó su actividad política.

Viuda a los 25 años, viajó a Alemania, estudió las organizaciones femeninas nazis, y, a su vuelta, creó lo que terminaría llamándose El Auxilio Social, una organización asistencial inspirada en el modelo germano.

Mercedes se oponía a la Sección Femenina tal como la entendía Pilar Primo de Rivera, que, no obstante, terminó ganando la partida y absorbiendo al Auxilio Social. La personalidad e incluso el físico y las habilidades sociales de la "hermana" y de la "viuda" eran antagónicas. Mercedes ironizaba con la imagen fúnebre y antipática que transmitía Pilar, que, sin embargo, logró desplazarla a posiciones secundarias (dirigir, por ejemplo, la Obra de Previsión Social).

Poco tiempo después de terminar la guerra volvió a casarse lo que tampoco la ayudó demasiado, pese a lo cual también obtuvo su correspondiente título nobiliario: condesa de Labajos.

Mercedes Formica (Cádiz 1913 - Málaga 2002) fue una jurista, novelista y ensayista especialmente conocida por su defensa de los derechos de la mujer en España.

En 1932 se matriculó en Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de Sevilla. "Con los catedráticos -dicen que dijo- tuve mucha fortuna. Pertenecían a la nueva hornada republicana y procedían de la Institución Libre de Enseñanza".

Feminista convencida en plena dictadura, impulsó la reforma del Código Civil que en 1958 dio un primer paso para mejorar la situación jurídica de la mujer casada, comenzando el largo proceso de reformas que culminó en los años 80. 

Su nombre debería figurar en la memoria de los juristas y en el de la historia de las mujeres importantes de España por derecho propio, pero sus logros apenas tuvieron reconocimiento público en el postfranquismo, a causa, más que probablemente, de su pasado falangista. 

Admiradora de  José Antonio Primo de Rivera se afilió muy pronto a una Falange de la que fue alejándose al verificar la desviación del régimen franquista del pensamiento joseantoniano, y lo poco que progresaban sus reivindicaciones feministas. 

Mediados los 40 se hizo cargo de la dirección del semanario Medina, y colaboró con publicaciones como ABC, Blanco y NegroGran Mundo, Teresa y La Ilustración Femenina.

Quiso ser diplomática, o Abogada del Estado o Notaria, pero en todos esos cuerpos se exigía ser varón; se dio entonces de alta en el Colegio de Abogados y fue una de las tres mujeres que ejercían la abogacía en Madrid.

En 1950 publicó en la Revista de estudios políticos, una recensión de El segundo sexo de  Simone de Beauvoir en la que reivindica la independencia económica de las mujeres y critica el lugar secundario que siempre ocuparon en el ámbito profesional.

En 1975 recibió el  Premio Fastenrath de la RAE por La hija de Don Juan de austria (Ana de Jesús en el proceso al pastelero de Madrigal)

Por su casa de Madrid pasaron escritores, pintores y dramaturgos de la posguerra y políticos de los sectores menos integristas del régimen. Por su parte, Mercedes y su marido asistían a tertulias donde acudían Sánchez Mazas, Eugenio Montes, César Gonzále-Ruano, edgar Neville, Sebastián Miranda, Pilar rehoyos, Conchita Montes, etc. También se relacionaron con Luis Felipe Vivanco, Luis Rosales y Leopoldo Panero. 

En los años ochenta escribió la novela autobiográfica La infancia y tres volúmenes de memorias titulados Visto y vivido, Escucho el silencio y Espejo roto, y espejuelos, así como la novela Collar de ámbar, donde recreó el influjo de la cultura hebrea en España.

Esta mujer tan distinta por sus orígenes, por su formación y por su trayectoria a las dos anteriores, murió en 2002 por la enfermedad de Alzheimer.

Las demás

Hubo otras mujeres notables, por descontado:

  • Carmen Werner, por ejemplo, malagueña, hija del VII conde de San Isidro, amiga personal de José Antonio, camisa vieja que ocupó varios cargos en la Sección Femenina. De origen alemán por línea paterna, lideró una comitiva de sus camaradas que visitó Alemania en 1937.
  • Teresa Loring, también malagueña, fue la última secretaria nacional de la Sección Femenina. Biznieta del primer marqués de Casa Loring, se afilió a la Falange en 1935 y trabajó como enfermera voluntaria del bando sublevado. En el 76 fue una de los trece procuradores que se abstuvieron en la votación de la Ley para la Reforma Política que dio paso a la redacción de la vigente Constitución. Durante los últimos años de su vida siguió vinculada a movimientos de extrema derecha. Falleció en 2008, de una enfermedad degenerativa. 
  • Belén Landáburu es una abogada burgalesa que fue procuradora en  Cortes y consejera nacional del Movimiento durante la dictadura, y senadora por designación real entre 1977 y 1979. Su participación fue decisiva para que se rebajara la mayoría de edad legal de las mujeres de los 25 a 21 años. Formó parte de la ponencia de la Ley para la Reforma Política de 1977 siendo la única mujer que participó en este proceso. Adscrita al ala social del falangismo, supo integrarse en la España democrática. 
  • María del Pilar Careaga Basabe, hija del conde de Cadagua, estaba, además, emparentada con la alta burguesía de Neguri. Durante la República militó en Renovación Española, partido monárquico inspirado, en parte en las ideas de  Charles Maurras. Dimitió al cumplir los seis años de gestión y abandonó la política activa, si bien siguió dando apoyo a organizaciones de extrema derecha participando en la fundación de Fuerza Nueva. En 1979 sufrió un atentado de ETA en Guecho que la hirió gravemente en el pulmón y aunque se recuperó, le quedaron secuelas. Se instaló entonces en Madrid, donde falleció en 1993.
  • Sumen diez más a las tres anteriores (Purificación Sedeño, Ana  Ballenilla, Josefina  Veglison, Mónica Plaza, Carmen Cossío, Monserrat Tey, Mercedes Sanz  Punyed y Ana Bravo) y tendrán la lista completa: trece procuradoras en Cortes en cuarenta años.

No todas tuvieron tan nobles pañales como tres de las cuatro que he citado, pero si añaden el dato de que ninguna mujer fue ministra en los Consejos que se celebraban en el Pardo o en el Pazo de Meirás, me parece que la comparación del antes con el ahora es concluyente. Salvo excepciones, el Régimen anterior fue consecuente con su ideología: el Poder Político es cosa de hombres. 


Y, para terminar, el presente

Uno tiene sus ideas; tan personales, tan discutibles, tan legítimas como las de cualquiera de mis lectores, así es que me van a permitir que en el repaso al presente más rabioso, al de esta mañana de viernes, no cite nombres de políticas en activo. Qué quieren, me da cierto reparo establecer comparaciones entre las que ahora consumen titulares y las que se hicieron un hueco a principios del siglo XX. No obstante…

  • Otra cosa son los números. Desde que volvimos a votar, la mujer no ha dejado de ganar peso: la primera legislatura tuvo 18 parlamentarias; el número fue en aumento hasta 2004, cuando se estabilizó alrededor de las 125; en 2015 se sobrepasó la cifra de 130 y, de nuevo, los números vuelven a ascender hasta las 166 del actual Congreso de los Diputados.
  • En cuanto al poder ejecutivo, España ha contado a lo largo de este período con 61 ministras. En la República sólo hubo una y durante la dictadura, ninguna.

Sin embargo, cuando comparo los currículos de las mujeres que fueron importantes hace un siglo y los de las que hoy están en el candelero, tengo la impresión de que las antiguas fueron profesionales que entraron en política, mientras las de ahora son profesionales de la política. Aunque acaso eso mismo pueda decirse de los varones.

Una cosa es no comentar nada sobre las estrellas públicas del momento y otra ignorar que hay otras muchas mujeres que destacan en esferas alejadas de la política.

  • Ana Patricia Botín controla el primer banco español, Margarita Salas fue una autoridad mundial en bioquímica, María Blasco dirige el Centro de Investigaciones Oncológicas, la farmacéutica e investigadora Sánchez Ramos es conocida por sus aportaciones a lo relacionado con la salud visual, Rosa Menéndez es la directora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas… 
  • Cine, teatro, literatura, pintura, fotografía, se nutren y han crecido gracias al talento de mujeres como Menchu Lamas, Isabel Quintanilla, Pilar Miró, Icíar Bollaín, Isabel Coixet, Ouka Leele, Ana Diosdado, Dolores Redondo, Almudena Grandes, Julia Navarro, María Dueñas… Podría seguir con un rimero de nombres del mundo del deporte o del espectáculo, pero creo que ya es suficiente con lo escrito hasta ahora.

Conclusiones

  • El recuento de mujeres notables podría haber sido otro desde el principio. Por el camino se han quedado damas que dejaron tanta huella como Beatriz Galindo "La Latina", erudita y consejera de Reyes; Teresa de Jesús, mística, poetisa y reformadora de la Iglesia; Isabel Barreto de Mendaña, Almirante y Gobernadora de Los Mares del Sur; María de Zayas, una de las tres grandes del Siglo de Oro, Agustina de Aragón o Lorenza Iglesias, protagonistas de acciones heroicas en la lucha contra el invasor napoleónico, una en Zaragoza y la otra en Ciudad Rodrigo; la gran Rosalía de Castro, la voz lírica de Galicia; María de Maeztu, la pedagoga que dirigió la Residencia de señoritas… Tantas y tantas que habrían sido materia prima suficiente para un serial interminable.
  • Ciñéndonos a la edad contemporánea, es obvio que la democracia le sienta mejor a la mujer que el autoritarismo, los números cantan, aunque tampoco creo que seamos los varones quienes tengamos especiales razones para añorar Inquisiciones, Censuras, Índices de libros prohibidos o Tribunales de Orden Público. 






















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